Óyeme, jovenzuelo. Esta rosa, este césped,
están frescos, lozanos; mañana estarán ambos
marchitos. Bebe vino y coge ahora la rosa,
pues sólo de mirarla ha de trocarse en polvo.
Omar Kayyam
¡Actualidad! Tan fugaz/ En su cogollo y su miga,/ Regala a mi lentitud/ El sumo sabor a vida. Jorge Guillén
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jueves, 21 de diciembre de 2006
miércoles, 13 de diciembre de 2006
Eva ama a Adán
A Adán,
podría amarle tanto...
Él sabe contentar a la Eva desnuda
que le pide frutos
prohibidos,
y le arrastra al río
y le ve reirse feliz,
aunque sus costillas besen
todas las piedras del camino.
Es un niño que pide amor
y se conforma con juguetes
o dos segundos de abrazos
y ternura.
Un jilguero, es Adán,
un ave colorida
que sabe volar
aunque sus alas
no den para tanto
y se alimenta apenas
de semillas y migajas
de pan
y algún insecto.
Me gusta Adán,
podría amarle tanto...
Pero me araña la piel
con sus ansias de certezas
y no sabe vivir
a la intemperie.
podría amarle tanto...
Él sabe contentar a la Eva desnuda
que le pide frutos
prohibidos,
y le arrastra al río
y le ve reirse feliz,
aunque sus costillas besen
todas las piedras del camino.
Es un niño que pide amor
y se conforma con juguetes
o dos segundos de abrazos
y ternura.
Un jilguero, es Adán,
un ave colorida
que sabe volar
aunque sus alas
no den para tanto
y se alimenta apenas
de semillas y migajas
de pan
y algún insecto.
Me gusta Adán,
podría amarle tanto...
Pero me araña la piel
con sus ansias de certezas
y no sabe vivir
a la intemperie.