El de Montejo es una pasada. Según te alejas y te acercas (en una copia en papel, un poco más grande) cambia la percepción, el ojo parece despistarse con los colores... no sé, tiene diferente perspectiva. Un abrazo, Jesús.
No lo he visto en papel. La que he visto impresa es la segunda, todos los días en mi casa. Es mi primer Miguel Pérez Pardo. Un hombre, un árbol (o un árbol, un hombre, como quieras), en un bosque otoñal. Sólo los troncos. No sé, me pone. Hay una invitación a adentrarse en ese bosque como uno más, como un árbol, como un hombre.
El de Montejo es una pasada. Según te alejas y te acercas (en una copia en papel, un poco más grande) cambia la percepción, el ojo parece despistarse con los colores... no sé, tiene diferente perspectiva.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús.
No lo he visto en papel. La que he visto impresa es la segunda, todos los días en mi casa. Es mi primer Miguel Pérez Pardo.
ResponderEliminarUn hombre, un árbol (o un árbol, un hombre, como quieras), en un bosque otoñal. Sólo los troncos. No sé, me pone. Hay una invitación a adentrarse en ese bosque como uno más, como un árbol, como un hombre.