el señor M., famoso ex futbolista, amenaza con el puño izquierdo en alto
ha movido influencias
ha intentado seducir
ha amenazado con escándalo mediático
ha puteado
ha suplicado
y nada:
ninguno de los propietarios del country
aprueba su solicitud de ingreso
ahora levanta el puño
muestra el tatuaje
y escupe:
piojos resucitados
ya van a ver
cuando los agarre fidel.
la señora N., ama de casa, espera visitas
camina la casa
-una vibración de legítimo perfume francés
la sigue como perro en celo-
cierra la puertas de las habitaciones vacías
baila con el perchero de cedro
una canción de juventud
que ya no entiende
desnuda frente al espejo
su cuerpo de violoncelo
hace sonar todas sus cuerdas
recorre la penúltima,
la más grave,
frente a la ventana abierta
pide bajito que alguien venga
que rompa los cristales blindados
que entre sin permiso, sin misericordia
que la coja
o que la mate
le da igual.
En 'Country', de Bruno Di Benedetto, por El Suri Porfiado
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