Memorias y heredad
La tierra sabe lo que ignora el hombre.
Ella es la madre que tuvimos
y alguna vez abandonamos.
En sus dedos brilla el maíz
como las gemas de oro
que nunca fueron vendidas ni
compradas.
De sus pezones
bebimos la leche
que nos hizo de una vez
erguirnos para lacanzar
ese ídolo inasible
que es una estrella.
Gran poeta Alberto.
ResponderEliminarAbrazos.
Hasta pronto.