LAS HORAS
Seguimos la comparativa. A ‘Tiempo perdido en la orilla’ le sucedía ‘Esfera terrestre’. Protagonista: el mar. En ‘Las horas’, tras ‘Juegos’: el cielo.
I
“Arriba dura el sosiego./ Nada humano lo corrompe.”, frente a ”¿Ni el raptor de las ondas/ Ni el amoroso naúfrago/ Te aliviarán, mar sabio?” en ‘Esfera Terrestre’.
“Eternamente refulgen/ Las soledades mayores.” frente a “Incorruptibles curvas/ Sobre el azul perfecto,/ Que niega a los deseos/ La aparición de espuma”.
“Va la luna/ Ganando noche a la noche,/ Y rendida/ Luce una verdad muy joven.” frente a “¡Forma del mediodía,/ Qué universal! “
“Es la paz. No existen fuegos/ Ni lámparas que interroguen./ La luna está serenando/ Su horizonte”, frente a ”Las ondas/ Refulgentes desdoblan/ La luz en luz y brisa”.
“Y a ese filo de la luna/ Corresponde/ Neto el perfil de la cumbre,/ Sola entonces.” frente a “Y la brisa resbala/ -Infante marinero, Rumbo sí, mas no peso-/ Entre un rigor de rayas// Que al mediodía ciñen/ De exactitud. ¡Desierta/ Refulgencia!”
“Nadie lanza voz ni piedra/ Que por los riscos rebote./ Intacto el silencio arriba/ Dura sobre los rumores.” frente a “La esfera,/ Tan abstracta, se aflige”.
En suma, ese arriba en que dura el sosiego frente a este abajo sin alivio; esa eterna refulgencia frente a este reiterado derrumbe; nocturnidad y misterio frente a plena luz y claridad; serenidad y complacencia frente a desdoblamiento y complicaciones; cumbre frente a desierto; imperturbabilidad frente a aflicción.
¡Ay, amigo! No te miento si te digo que me lo empiezo a creer. ¿Será posible que esté acertando con mi Jorgito? Continuaré...
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