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jueves, 29 de septiembre de 2011

David Carretero publica 'Autodefinido' con Amargord, pequeña muestra

Se encienden las primeras cocinas:
los edificios parecen crucigramas.
KARMELO C. IRIBARREN


EL MOTIVO

El viento juega a levantarle la falda a una mujer
que cruza apresuradamente la calle
acompañada de un hombre con un maletín en la cabeza,
la gente corre a resguardarse en los soportales
mientras las bolsas de plástico y las servilletas de los bares
se arremolinan en los rincones,
la tarde se da por vencida
y de repente desaparece devorada
por la oscuridad apocalíptica de un cielo desconocido.

Impasible y a la intemperie, en el centro de la plaza
contemplo el gran diluvio, junto a mis pies
una hoja suelta de periódico en la que leo:
no pienses, amor mío, que lo he dado todo por ti,
dame un cuchillo para abrirme el pecho
y entregarte lo único que me queda.


___

Porque creo en la palabra impronunciable
que me dicta de memoria su silencio, 
en el sentido de las historias que no tienen fin,
en el verso escrito en el aire
que hablará de nosotros cuando nadie nos nombre.


EN LA OSCURIDAD

Cierra los ojos cuando sonríe,
cuando estornuda,
cuando bosteza,
cuando sueña...

Cierra los ojos 
al buscar de memoria
mi boca en el aire,
cierra los ojos
cuando la encuentra
y nos besamos
y los relojes se detienen.

___

El recuerdo
nunca se apiadará del dolor.
Los muertos  
jamás desaparecerán de las fotografías.

___

escucho tras la puerta
el chispeante susurro de las llaves
que salen de su bolso.


INTERMITENTE VIDA EN COMÚN

Hay días que entra en mi casa por la ventana
como las corrientes repentinas de aire
que cierran las puertas de las habitaciones.
Acostumbra a instalarse en la incertidumbre
de mudanzas apresuradas que inventa
y a convivir durante una temporada conmigo
obstinada en hacerme creer
que el polvo que se acumula en los muebles
son las cenizas que deja el tiempo cuando pasa.

Hay noches que me observa al dormir
y enumera en mis ojos cerrados
las causas que pueden matar a un hombre dormido.
A veces la despierto al levantarme,
se pega a mí como una sombra incómoda
y avanza por delante del tiempo
con la intención de llegar antes que nadie
a desalojar de mi vida las cosas que importan.

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