¡Actualidad! Tan fugaz/ En su cogollo y su miga,/ Regala a mi lentitud/ El sumo sabor a vida. Jorge Guillén
Páginas
▼
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Poesía científica: Ricardo López Arcilla, 'Pronósticos de Hipócrates'. Signos sacados de las hidropesías
LIBRO SEGUNDO
SIGNOS SACADOS DE LAS HIDROPESÍAS
1
Toda aquella hidropesía
Que dimana a la verdad
De una aguda enfermedad,
Peligrosa es a fe mía.
Porque viene acompañada
De calentura, y dolores,
Que ocasionan sinsabores
Y acaso la muerte airada.
Pues proviene a veces todo
De una inflamación entérica,
O hepática, o mesentérica,
Que ataca de fuerte modo.
2
Cuando de una inflamación
De intestino, o mesenterio,
Trae origen el imperio
De la hidrópica afección,
Un pie y otro edematoso
Se presenta a la verdad,
Y una diarrea tenaz
Que ni el dolor angustioso
Del conducto intestinal
Ni del mesenterio cura,
Ni ocasiona la blandura
De la parte abdominal.
3
Si es de alguna alteración
Que al hígado acosa impía
Causa tos la hidropesía
Sin casi expectoración.
Y pone hinchados los pies,
Y el excremento muy duro,
Que con trabajo es seguro
Sale del ano al través.
Y tumores ocasiona
Del abdomen en el trecho,
Al lado izquierdo o derecho,
Que por fin luego abandona.
4
De una mala enfermedad
Signo cierto tambien es
En manos, cabeza, y pies,
Percibir la frialdad,
Teniendo a la vez calientes
El abdomen, los costados,
Los infelices dolientes
De sus males acosados.
5
Pero es muy buena señal
Tener el cuerpo igualmente
A la par blando y caliente
En su extensión general.
6
Y también es signo bueno
El poderse menear,
Y en la cama levantar
Naturalmente y sereno.
7
Mas si se nota torpeza
Ya en las manos, ya en los pies
O en el cuerpo, anuncio es
De que haber peligro empieza.
8
Y si a más la lividez
De dedos y uñas se agrega,
Con la mayor rapidez
El grave peligro llega.
9
Pero si es negro el color
De los dedos y los pies,
El peligro ya es menor
Que cuando lívido es.
Apesar de esto, inquirir
Los demás signos conviene;
Porque si el enfermo tiene
Vigor para resistir
La dolencia, y a la par
Existiesen otros signos
De buena esperanza dignos,
Debe el médico esperar
La supuracion sereno,
Y en pos de ella la caída
De la parte denegrida
Quedando el enfermo bueno,
10
Los testículos y el pene
Juntamente retraídos,
Dicen que el enfermo tiene
Dolores descomedidos:
Y que se halla el desgraciado
En un peligro inminente
De morir atormentado
Por una afección vehemente.
SIGNOS SACADOS DE LAS HIDROPESÍAS
1
Toda aquella hidropesía
Que dimana a la verdad
De una aguda enfermedad,
Peligrosa es a fe mía.
Porque viene acompañada
De calentura, y dolores,
Que ocasionan sinsabores
Y acaso la muerte airada.
Pues proviene a veces todo
De una inflamación entérica,
O hepática, o mesentérica,
Que ataca de fuerte modo.
2
Cuando de una inflamación
De intestino, o mesenterio,
Trae origen el imperio
De la hidrópica afección,
Un pie y otro edematoso
Se presenta a la verdad,
Y una diarrea tenaz
Que ni el dolor angustioso
Del conducto intestinal
Ni del mesenterio cura,
Ni ocasiona la blandura
De la parte abdominal.
3
Si es de alguna alteración
Que al hígado acosa impía
Causa tos la hidropesía
Sin casi expectoración.
Y pone hinchados los pies,
Y el excremento muy duro,
Que con trabajo es seguro
Sale del ano al través.
Y tumores ocasiona
Del abdomen en el trecho,
Al lado izquierdo o derecho,
Que por fin luego abandona.
4
De una mala enfermedad
Signo cierto tambien es
En manos, cabeza, y pies,
Percibir la frialdad,
Teniendo a la vez calientes
El abdomen, los costados,
Los infelices dolientes
De sus males acosados.
5
Pero es muy buena señal
Tener el cuerpo igualmente
A la par blando y caliente
En su extensión general.
6
Y también es signo bueno
El poderse menear,
Y en la cama levantar
Naturalmente y sereno.
7
Mas si se nota torpeza
Ya en las manos, ya en los pies
O en el cuerpo, anuncio es
De que haber peligro empieza.
8
Y si a más la lividez
De dedos y uñas se agrega,
Con la mayor rapidez
El grave peligro llega.
9
Pero si es negro el color
De los dedos y los pies,
El peligro ya es menor
Que cuando lívido es.
Apesar de esto, inquirir
Los demás signos conviene;
Porque si el enfermo tiene
Vigor para resistir
La dolencia, y a la par
Existiesen otros signos
De buena esperanza dignos,
Debe el médico esperar
La supuracion sereno,
Y en pos de ella la caída
De la parte denegrida
Quedando el enfermo bueno,
10
Los testículos y el pene
Juntamente retraídos,
Dicen que el enfermo tiene
Dolores descomedidos:
Y que se halla el desgraciado
En un peligro inminente
De morir atormentado
Por una afección vehemente.
martes, 29 de noviembre de 2011
Palabras prestadas
Palabras prestadas es un proyecto de Lilián Pallares y Charles Olsen en forma de blog. Recogen 5 palabras prestadas por un poeta, creador o artista, y a partir de ellas se desarrolan ejercicios de escritura por quien tenga a bien participar. Aquí os muestro algunos poemas que nacieron de mi aportación para la tercera edición: bar, colibrí, lámpara, nevera y tinto.
bar...
entré al colibrí rojo,
pájaro tinto que se posa
sobre la intermitente lámpara
de la noche...
entré al bar...
hacía frío
el cuerpo estaba gélido cómo una nevera.
entré al bar,
tomé al tinto colibrí y frote la lámpara...
bebí ...
del pico del pájaro rojo...
y volé conversa
en un río de plumas
que flotaban por la estancia..
la estancia del bar...
allí no hace frío ...
¿te apetece?, ¿entramos al bar?
Final Inesperado
Mil colibríes salieron
volando de la nevera,
inundaron el bar
tumbaron las lámparas
y...
viendo que no había
tinto digno de sus
voraces apetitos
mataron al dueño.
Sonidos
En el bar.
Lámpara de luz tenue
Un noctámbulo.
Con un tinto en la mano
Observa a un colibrí
Y comprueba
Que el pajarillo
Emite su gorjeo
Acompasado
Al son
Del motor
De la nevera
MI LÁGRIMA ROJA
Lloraba ausencias en el bar de medianoche.
Nocturna de soles,
suplantó la lámpara sus rayos
sobre el tinto de verano.
Ausencias.
Goteaban.
Vi al colibrí batirse
en cosquilleo veloz sobre mi rostro.
Su pico,
apoyado entre mis labios,
me robó una gota oscura.
Aleteó sobre mis ojos y alzó el vuelo
hacia el nido oculto en la nevera abandonada.
Con mi lágrima roja alimentó a sus hijos.
bar...
entré al colibrí rojo,
pájaro tinto que se posa
sobre la intermitente lámpara
de la noche...
entré al bar...
hacía frío
el cuerpo estaba gélido cómo una nevera.
entré al bar,
tomé al tinto colibrí y frote la lámpara...
bebí ...
del pico del pájaro rojo...
y volé conversa
en un río de plumas
que flotaban por la estancia..
la estancia del bar...
allí no hace frío ...
¿te apetece?, ¿entramos al bar?
Ivonne Sánchez Barea
Cájar, Granada, España
www.ivonne-art.com
Cájar, Granada, España
www.ivonne-art.com
Final Inesperado
Mil colibríes salieron
volando de la nevera,
inundaron el bar
tumbaron las lámparas
y...
viendo que no había
tinto digno de sus
voraces apetitos
mataron al dueño.
Jonathan Teuma
Madrid, España
Madrid, España
Sonidos
En el bar.
Lámpara de luz tenue
Un noctámbulo.
Con un tinto en la mano
Observa a un colibrí
Y comprueba
Que el pajarillo
Emite su gorjeo
Acompasado
Al son
Del motor
De la nevera
Carmen Lafuente Álvarez
Madrid, España
Madrid, España
MI LÁGRIMA ROJA
Lloraba ausencias en el bar de medianoche.
Nocturna de soles,
suplantó la lámpara sus rayos
sobre el tinto de verano.
Ausencias.
Goteaban.
Vi al colibrí batirse
en cosquilleo veloz sobre mi rostro.
Su pico,
apoyado entre mis labios,
me robó una gota oscura.
Aleteó sobre mis ojos y alzó el vuelo
hacia el nido oculto en la nevera abandonada.
Con mi lágrima roja alimentó a sus hijos.
Ángeles Fernangómez
Madrid, España
afernangomez.blogspot.com
Madrid, España
afernangomez.blogspot.com
Noticia de Augusto ferrán. Su poesía. (La pereza, 7 y fin)
CXXVI
«Se ha muerto... Dios le perdone...»
dicen todos; y yo añado
bajito: «¡Dios y los hombres!»
CXXVII
PRIMER CANTADOR
Le tengo miedo al querer,
porque he visto mucha gente
que se ha perdido por él.
SEGUNDO CANTADOR
Quita el querer, y verás
cómo solamente encuentras
odio en todo lo demás.
CXXVIII
Alta es del ciprés la copa,
pero también sus raíces,
aunque no se ven, son hondas.
CXXIX
Al ver en la lumbre
las cepas, me digo:
¿si de estas cepas que dan tan buen fuego
habré yo bebido?
CXXX
Un sabio dijo hace tiempo:
«El que se muere no da
lo suyo, sino lo ajeno.»
CXXXI
PRIMER CANTADOR
Son ¡ay! mis recuerdos sombra
de la luz de mi esperanza:
la sombra no muere nunca,
y la luz pronto se apaga.
SEGUNDO CANTADOR
Luz y sombra, todo es uno
si con el alma se miran,
y no son más los recuerdos
que esperanzas ya perdidas.
CXXXII
¡Ha de apagarse este fuego
que me alienta y me da vida,
y recuerdos y esperanzas,
y pesares y alegrías!
¡Y de un fuego tan ardiente
sólo quedarán cenizas,
sin un resplandor siquiera,
que dure tan sólo un día!...
¡Ay! ¡es muy triste, muy triste,
cuando una luz agoniza,
no saber dónde se pierde
su brilladora alegría!
CXXXIII
Oigo a veces entre sueños
que alguien me dice: «¡tú mueres
para que yo viva eterna!»
CXXXIV
Le dijo bajo al oído,
mientras sacaba el puñal:
«¡ya que me dejaste solo,
quiero que sea verdad!»
CXXXV
Yo tenía amigos:
todos se murieron...
¡ay! ¡cuánta falta me hacen ahora
que me estoy muriendo!
CXXXVI
¿La tierra?... No olvides
que tú de ella naces,
y de ella vives, y vuelves a ella
cuando muerto caes.
No mires al cielo
siempre en tus afanes;
¡mira a la tierra, que enseñarte puede
lo que aún no sabes!
CXXXVII
Quiero seguir los consejos
que me dais, gentes honradas,
y a este corazón rebelde
cortarle a tiempo las alas.
Vuestro soy hasta que muera...
pero, como última gracia,
dejadme otra vez querer,
otra vez no más, y basta.
CXXXVIII
Eso que estás esperando
día y noche, y nunca viene;
eso que siempre te falta
mientras vives, es la muerte.
CXXXIX
A medida que me acerco
a la muerte silenciosa,
duermo más, pero no sueño.
CXL
El amor que el egoísta
tiene a su propia persona,
es como el humo del fuego,
que no calienta y ahoga.
CXLI
De caminar ya rendido
me senté, al caer la tarde,
a la orilla del camino.
Era un camino penoso,
tanto, que yo no podía
seguir caminando solo.
Allí, triste y en silencio,
vi llegar la oscura noche
que despierta los recuerdos.
Larga noche, en que mi alma,
mientras el cuerpo dormía,
con sus recuerdos velaba...
Pasó la noche, y pasaron
otros días y otras noches,
porque el camino era largo.
Y caminé hasta que un día
durmiose el cuerpo... ¡y aún duerme
mientras el alma vigila!
«Se ha muerto... Dios le perdone...»
dicen todos; y yo añado
bajito: «¡Dios y los hombres!»
CXXVII
PRIMER CANTADOR
Le tengo miedo al querer,
porque he visto mucha gente
que se ha perdido por él.
SEGUNDO CANTADOR
Quita el querer, y verás
cómo solamente encuentras
odio en todo lo demás.
CXXVIII
Alta es del ciprés la copa,
pero también sus raíces,
aunque no se ven, son hondas.
CXXIX
Al ver en la lumbre
las cepas, me digo:
¿si de estas cepas que dan tan buen fuego
habré yo bebido?
CXXX
Un sabio dijo hace tiempo:
«El que se muere no da
lo suyo, sino lo ajeno.»
CXXXI
PRIMER CANTADOR
Son ¡ay! mis recuerdos sombra
de la luz de mi esperanza:
la sombra no muere nunca,
y la luz pronto se apaga.
SEGUNDO CANTADOR
Luz y sombra, todo es uno
si con el alma se miran,
y no son más los recuerdos
que esperanzas ya perdidas.
CXXXII
¡Ha de apagarse este fuego
que me alienta y me da vida,
y recuerdos y esperanzas,
y pesares y alegrías!
¡Y de un fuego tan ardiente
sólo quedarán cenizas,
sin un resplandor siquiera,
que dure tan sólo un día!...
¡Ay! ¡es muy triste, muy triste,
cuando una luz agoniza,
no saber dónde se pierde
su brilladora alegría!
CXXXIII
Oigo a veces entre sueños
que alguien me dice: «¡tú mueres
para que yo viva eterna!»
CXXXIV
Le dijo bajo al oído,
mientras sacaba el puñal:
«¡ya que me dejaste solo,
quiero que sea verdad!»
CXXXV
Yo tenía amigos:
todos se murieron...
¡ay! ¡cuánta falta me hacen ahora
que me estoy muriendo!
CXXXVI
¿La tierra?... No olvides
que tú de ella naces,
y de ella vives, y vuelves a ella
cuando muerto caes.
No mires al cielo
siempre en tus afanes;
¡mira a la tierra, que enseñarte puede
lo que aún no sabes!
CXXXVII
Quiero seguir los consejos
que me dais, gentes honradas,
y a este corazón rebelde
cortarle a tiempo las alas.
Vuestro soy hasta que muera...
pero, como última gracia,
dejadme otra vez querer,
otra vez no más, y basta.
CXXXVIII
Eso que estás esperando
día y noche, y nunca viene;
eso que siempre te falta
mientras vives, es la muerte.
CXXXIX
A medida que me acerco
a la muerte silenciosa,
duermo más, pero no sueño.
CXL
El amor que el egoísta
tiene a su propia persona,
es como el humo del fuego,
que no calienta y ahoga.
CXLI
De caminar ya rendido
me senté, al caer la tarde,
a la orilla del camino.
Era un camino penoso,
tanto, que yo no podía
seguir caminando solo.
Allí, triste y en silencio,
vi llegar la oscura noche
que despierta los recuerdos.
Larga noche, en que mi alma,
mientras el cuerpo dormía,
con sus recuerdos velaba...
Pasó la noche, y pasaron
otros días y otras noches,
porque el camino era largo.
Y caminé hasta que un día
durmiose el cuerpo... ¡y aún duerme
mientras el alma vigila!
lunes, 28 de noviembre de 2011
Definiciones y poema de Carmen Lafuente
Palabras: despercudir, África, cerrón, quincalla, caca, movimiento
Despercudir: Tratamiento dirigido a inculcar inquietudes culturales en
personas cuya carencia es notoria, por ejemplo hinchas de fútbol.
África: Afgana de alto linaje.
Cerrón: Cerril al cuadrado.
Quincalla: Quien calla, otorga.
Caca: Cacahuete caramelizado
Movimiento: Término franquista por fortuna en desuso.
Visión africana
Por la sabana dorada,
camina Ilana,
mujer de África
Cubierta con un cerrón
y abalorios de quincalla.
Con el brazo levantado
Como saludando al sol
Va sujetando una cesta
colocada en la cabeza.
En sinuoso movimiento.
Se dirige a la laguna
dispuesta a despercudir
los atuendos de la tribu
deslucidos por el uso.
Despercudir: Tratamiento dirigido a inculcar inquietudes culturales en
personas cuya carencia es notoria, por ejemplo hinchas de fútbol.
África: Afgana de alto linaje.
Cerrón: Cerril al cuadrado.
Quincalla: Quien calla, otorga.
Caca: Cacahuete caramelizado
Movimiento: Término franquista por fortuna en desuso.
Visión africana
Por la sabana dorada,
camina Ilana,
mujer de África
Cubierta con un cerrón
y abalorios de quincalla.
Con el brazo levantado
Como saludando al sol
Va sujetando una cesta
colocada en la cabeza.
En sinuoso movimiento.
Se dirige a la laguna
dispuesta a despercudir
los atuendos de la tribu
deslucidos por el uso.
Dos poemas de Ángel Petisme en 'La noche 351', recién publicado por Hiperión
VELAS SOBRE EL TIGRIS
El día de Zacarías en Bagdad
encendemos velas y las colocamos
flotando sobre el Tigris,
pensamos un deseo.
No tenemos nada
salvo la guerra sobre nuestros hombros,
es cierto Ahmed,
como abejas sin néctar.
Pero volverán días buenos,
te casarás, tocarás la belleza,
y acunarás otra vida en tus brazos
con las promesas de la felicidad.
Los puentes del río, las nubes
del Caspio que venían
untando el mar y recogían velas.
Había peces y amor en su profundidad,
era tan hermoso,
las mujeres arrojaban pescado a las gaviotas.
Y ahora este sudario de humo,
el insomnio de los escorpiones.
Ahmed, el mundo que da miedo acabará.
Los tanques, los disparos,
las hélices siempre allá arriba.
Sé lo que piensas:
Si no luchas por tus sueños
es que no los mereces.
Vendrán días mejores,
pase lo que pase, no pierdas tu inocencia, le digo.
¿Quién sabe si un día volverá a sonreír?
LEJOS DEL KURDISTÁN
Sólo algunas noches cuando sueña conmigo
soy el hombre que fui.
Doy la vuelta al mundo
y vuelvo a ser el juez de la energía
con una canción, cinco minutos.
Regreso para beberle el corazón.
Presentaciones Diciembre
JAEN. Viernes 2. Presentación y entrega del premio.Castillo de Santa Catalina.
TOLEDO. Domingo 4.The explorer's club. 19, 30 h. (Plaza del Horno de la Magdalena, 1)
ZARAGOZA. Viernes 16. Librería El Pequeño Teatro de los Libros. 20 h. Presentan Miguel Mena y Ángel Petisme e inaugura exposición Agnes Daroca,autora de la portada (C/Silvestre Pérez, 21)
El día de Zacarías en Bagdad
encendemos velas y las colocamos
flotando sobre el Tigris,
pensamos un deseo.
No tenemos nada
salvo la guerra sobre nuestros hombros,
es cierto Ahmed,
como abejas sin néctar.
Pero volverán días buenos,
te casarás, tocarás la belleza,
y acunarás otra vida en tus brazos
con las promesas de la felicidad.
Los puentes del río, las nubes
del Caspio que venían
untando el mar y recogían velas.
Había peces y amor en su profundidad,
era tan hermoso,
las mujeres arrojaban pescado a las gaviotas.
Y ahora este sudario de humo,
el insomnio de los escorpiones.
Ahmed, el mundo que da miedo acabará.
Los tanques, los disparos,
las hélices siempre allá arriba.
Sé lo que piensas:
Si no luchas por tus sueños
es que no los mereces.
Vendrán días mejores,
pase lo que pase, no pierdas tu inocencia, le digo.
¿Quién sabe si un día volverá a sonreír?
LEJOS DEL KURDISTÁN
Sólo algunas noches cuando sueña conmigo
soy el hombre que fui.
Doy la vuelta al mundo
y vuelvo a ser el juez de la energía
con una canción, cinco minutos.
Regreso para beberle el corazón.
Presentaciones Diciembre
JAEN. Viernes 2. Presentación y entrega del premio.Castillo de Santa Catalina.
TOLEDO. Domingo 4.The explorer's club. 19, 30 h. (Plaza del Horno de la Magdalena, 1)
ZARAGOZA. Viernes 16. Librería El Pequeño Teatro de los Libros. 20 h. Presentan Miguel Mena y Ángel Petisme e inaugura exposición Agnes Daroca,autora de la portada (C/Silvestre Pérez, 21)
sábado, 26 de noviembre de 2011
jueves, 24 de noviembre de 2011
Poemas de Lidia Fernández en el Taller de Poesía Abierta
Cuarto de baños
Es imposible escapar
de esta carne tierna
que empapa el espejo
o el ombligo doblado, reflejo
de una penetración fallida.
En mi boca ahora ríe
el sonido de la cisterna
que huele a otros cuerpos que pasan,
que leen poemas
bajo la ducha que llueve
una alcachofa vestida de limpio...
Sobre los estantes
una bolsa de aseo abandonada
tal vez más brochas y peines,
todo lo que sobra
cuando la ventana se abre.
El brillo de los azulejos
está preñado de imágenes
la mía, por las mañanas,
es un albornoz de recuerdos.
Mar
Entre las dunas y mis cejas
emergen blancas
flores salvajes.
Un barro de mar con gaviotas
Desnuda su tacto
en el interior nacarado
de una caracola.
No hay nada,
sólo las olas
que cantan un vacío
y la calma de lo inmenso
que derrama el latido del agua
en mis ojos.
Soy una niña sin sombrilla
y estoy sola al acecho del brillo.
Cuando el faro besa el final de la tarde,
las algas lloran su acero en la inmersión.
Es imposible escapar
de esta carne tierna
que empapa el espejo
o el ombligo doblado, reflejo
de una penetración fallida.
En mi boca ahora ríe
el sonido de la cisterna
que huele a otros cuerpos que pasan,
que leen poemas
bajo la ducha que llueve
una alcachofa vestida de limpio...
Sobre los estantes
una bolsa de aseo abandonada
tal vez más brochas y peines,
todo lo que sobra
cuando la ventana se abre.
El brillo de los azulejos
está preñado de imágenes
la mía, por las mañanas,
es un albornoz de recuerdos.
Mar
Entre las dunas y mis cejas
emergen blancas
flores salvajes.
Un barro de mar con gaviotas
Desnuda su tacto
en el interior nacarado
de una caracola.
No hay nada,
sólo las olas
que cantan un vacío
y la calma de lo inmenso
que derrama el latido del agua
en mis ojos.
Soy una niña sin sombrilla
y estoy sola al acecho del brillo.
Cuando el faro besa el final de la tarde,
las algas lloran su acero en la inmersión.
Versos de Bolo en 'El sofá de los valientes' (3)
No siempre que miro a los demás encuentro a otro.
Por el humo viviré el fuego.
Poesía cobarde.
¿La lengua siempre es materna?
Mi amor hería las horas punta del iceberg.
Hora en la que coincido con el perro cuando saca a pasear a mi vecino.
No te mira, es ciudad.
No te entiendo casi todo.
Cuanto
más
callo,
más
grito.
Qué afortunada la leche convirtiéndose en nube al ser arrojada al café.
Ahora
prefiero
no
tener
a
perder.
a merced del viento, no duda el trigo.
Por el humo viviré el fuego.
Poesía cobarde.
¿La lengua siempre es materna?
Mi amor hería las horas punta del iceberg.
Hora en la que coincido con el perro cuando saca a pasear a mi vecino.
No te mira, es ciudad.
No te entiendo casi todo.
Cuanto
más
callo,
más
grito.
Qué afortunada la leche convirtiéndose en nube al ser arrojada al café.
Ahora
prefiero
no
tener
a
perder.
a merced del viento, no duda el trigo.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Poesía científica: Ricardo López Arcilla, 'Pronósticos de Hipócrates'. Signos que se deducen de a supuración
SIGNOS QUE SE DEDUCEN DE LA SUPURACIÓN
42
De la manera siguiente
En el mísero paciente
Debe el Médico observar
Aquellas supuraciones
Que en distintas ocasiones
Un absceso pueda dar.
Las que vienen de tumores
Que a las partes exteriores
Se abren al fin, buenas son;
Siendo el tumor prominente,
Muy pequeño juntamente,
Y aguzado en conclusión.
Porque si es muy abultado,
Y al mismo tiempo aplanado
El absceso también es,
La supuración es mala
Que por su boca resbala
De sus labios al través.
43
La supuración inerte
Que dentro el cuerpo se vierte
No es maligna si el color
De la blanca piel no altera,
Ni causa dolor siquiera ,
Ni se muestra al exterior.
44
También el pus es muy bueno
Si de blancura está lleno,
Si es muy leve y sin hedor;
Y es malo el pus, a fe mía.
Que olor al olfato envía,
Que es espeso y sin albor.
42
De la manera siguiente
En el mísero paciente
Debe el Médico observar
Aquellas supuraciones
Que en distintas ocasiones
Un absceso pueda dar.
Las que vienen de tumores
Que a las partes exteriores
Se abren al fin, buenas son;
Siendo el tumor prominente,
Muy pequeño juntamente,
Y aguzado en conclusión.
Porque si es muy abultado,
Y al mismo tiempo aplanado
El absceso también es,
La supuración es mala
Que por su boca resbala
De sus labios al través.
43
La supuración inerte
Que dentro el cuerpo se vierte
No es maligna si el color
De la blanca piel no altera,
Ni causa dolor siquiera ,
Ni se muestra al exterior.
44
También el pus es muy bueno
Si de blancura está lleno,
Si es muy leve y sin hedor;
Y es malo el pus, a fe mía.
Que olor al olfato envía,
Que es espeso y sin albor.
martes, 22 de noviembre de 2011
Texto de Pablo Sánchez Sierra en el Taller de Poesía Abierta
Tiempo verde, azul, amarillo,
En la espada está dormida
Y un desierto cayendo
Por tu hombro
La camisa
O
Un
Mordisco
Al día que no llega
O ya vino y no lo encuentro
Llueve arena, el segundo, cristal,
De una voz susurrando al recuerdo.
En la espada está dormida
Y un desierto cayendo
Por tu hombro
La camisa
O
Un
Mordisco
Al día que no llega
O ya vino y no lo encuentro
Llueve arena, el segundo, cristal,
De una voz susurrando al recuerdo.
Noticia de Augusto Ferrán. Su Poesía (La pereza, 7)
CI
Pienso, al caer de la tarde,
en las pobres compañeras
que otro tiempo fueron causa
de mis gustos y mis penas.
De mis gustos y mis penas,
que viven en mi memoria
como vive la semilla
en la tierra hasta que brota.
La semilla hasta que brota
sufre en silencio y trabaja,
lo mismo que los recuerdos
hasta que son esperanzas.
CII
Se alza sobre un campo verde
una amapola orgullosa:
crece el trigo, y nadie sabe
dónde estuvo la amapola.
CIII
Ponte a un lado de la gente,
que si te pones en medio
ni verás ni podrán verte.
CIV
Sí, los ojos hablan:
aún recuerdo yo
cómo, al morirte, tus ojos me dieron
el último adiós.
CV
PRIMER CANTADOR
Si por el mundo la encuentras,
dile que yo la perdono,
pero que no quiero verla.
SEGUNDO CANTADOR
Piénsalo bien, y recuerda
que el perdón es, por lo menos,
el olvido de la ofensa.
CVI
Después de haberse querido
no se volvieron a ver;
pero, al morirse, pensaron
él en ella y ella en él.
Y así hablaron en voz baja
los dos por última vez:
-Yo te quise y aún te quiero.
-Yo te quise y te querré.
CVII
Dormirás bien en la muerte,
corazón, porque en la vida
te siento despierto siempre.
CVIII
Triste es separarse,
y triste también,
cuando la ausencia es casi una vida,
el volverse a ver.
CIX
La Noche-buena del pobre:
oír la misa del gallo
que el rico mientras se come.
CX
CANTADOR
Después de la tempestad,
¡que calma tan perezosa
tienen las olas del mar!
CANTADORA
Si olvidara el corazón,
¡qué tranquilas esperanzas
soñaríamos tú y yo!
CXI
No es envidia ni rencor,
ni es odio lo que yo siento
al ver que nací luchando,
y que luchando me muero.
Es un sentimiento oculto,
mucho más hondo que aquellos;
es un conjunto de lástima
y de amor que yo me tengo.
CXII
Loco le llaman las gentes,
loco, porque a voces dice:
«Soy esclavo de mí mismo.
¡Gracias a Dios que soy libre!»
CXIII
Bastante castigo tiene
el que se quiere a sí propio,
con no saber lo que vale
el querer bien a los otros.
CXIV
Como la quería tanto,
se dejó el hierro en la herida
para morir más despacio.
CV
Si te persigue la suerte,
amigo, sufre en silencio;
y si la suerte no ceja,
resígnate... y serás bueno.
Te aconseja uno que vive
resignado hace ya tiempo...
¡es verdad que se resigna
porque no hay otro remedio!
CXVI
No te enorgullezcas tanto,
dice la hoja a la flor,
que de la misma semilla
hemos nacido las dos.
CXVII
Ya voy creyendo de veras,
conforme pasan los días,
que la muerte es por lo menos
el descanso de la vida.
CXVIII
Dijo la sombra a la luz:
de negra pena me muero
cuando no me miras tú.
CXIX
Érase un rey y una reina,
y érase un paje muy bello;
tuvo amor la reina al paje,
y el rey se murió de celos.
El cuento es viejo y sabido...
¡y en verdad que es mucho cuento,
que nunca han de amar las reinas
al rey, sino al paje bello!
CXX
¿Sabes dónde va a parar
la moda nueva de ayer
de subir tanto la saya
y bajar tanto el corsé?...
Eres muy niña y ya sabes
todo lo que hay que saber,
todo, menos una cosa:
guardar para la vejez.
CXXI
La mentira corre tanto
por alcanzar la verdad,
que en el impulso que lleva
siempre se la deja atrás.
CXXII
Es triste, pero es seguro
que de los pesares viejos,
ni uno siquiera se marcha
mientras no llega otro nuevo.
CXXIII
¿Alegrías?... No las quiero
de esas que a todos alegran:
yo quiero las alegrías
que antes y después dan penas.
CXXIV
CANTADORA
No puedo callar, no puedo;
mi corazón va a romperse
si no digo que te quiero.
CANTADOR
¡Por la salud de tu madre!...
eso se dice bajito,
para que no lo oiga nadie.
CXXV
Aquel y el otro y el otro,
míralos bien, son avaros,
egoístas o ambiciosos.
Es decir, hombres que piensan
sólo con el corazón,
y sienten con la cabeza.
Pienso, al caer de la tarde,
en las pobres compañeras
que otro tiempo fueron causa
de mis gustos y mis penas.
De mis gustos y mis penas,
que viven en mi memoria
como vive la semilla
en la tierra hasta que brota.
La semilla hasta que brota
sufre en silencio y trabaja,
lo mismo que los recuerdos
hasta que son esperanzas.
CII
Se alza sobre un campo verde
una amapola orgullosa:
crece el trigo, y nadie sabe
dónde estuvo la amapola.
CIII
Ponte a un lado de la gente,
que si te pones en medio
ni verás ni podrán verte.
CIV
Sí, los ojos hablan:
aún recuerdo yo
cómo, al morirte, tus ojos me dieron
el último adiós.
CV
PRIMER CANTADOR
Si por el mundo la encuentras,
dile que yo la perdono,
pero que no quiero verla.
SEGUNDO CANTADOR
Piénsalo bien, y recuerda
que el perdón es, por lo menos,
el olvido de la ofensa.
CVI
Después de haberse querido
no se volvieron a ver;
pero, al morirse, pensaron
él en ella y ella en él.
Y así hablaron en voz baja
los dos por última vez:
-Yo te quise y aún te quiero.
-Yo te quise y te querré.
CVII
Dormirás bien en la muerte,
corazón, porque en la vida
te siento despierto siempre.
CVIII
Triste es separarse,
y triste también,
cuando la ausencia es casi una vida,
el volverse a ver.
CIX
La Noche-buena del pobre:
oír la misa del gallo
que el rico mientras se come.
CX
CANTADOR
Después de la tempestad,
¡que calma tan perezosa
tienen las olas del mar!
CANTADORA
Si olvidara el corazón,
¡qué tranquilas esperanzas
soñaríamos tú y yo!
CXI
No es envidia ni rencor,
ni es odio lo que yo siento
al ver que nací luchando,
y que luchando me muero.
Es un sentimiento oculto,
mucho más hondo que aquellos;
es un conjunto de lástima
y de amor que yo me tengo.
CXII
Loco le llaman las gentes,
loco, porque a voces dice:
«Soy esclavo de mí mismo.
¡Gracias a Dios que soy libre!»
CXIII
Bastante castigo tiene
el que se quiere a sí propio,
con no saber lo que vale
el querer bien a los otros.
CXIV
Como la quería tanto,
se dejó el hierro en la herida
para morir más despacio.
CV
Si te persigue la suerte,
amigo, sufre en silencio;
y si la suerte no ceja,
resígnate... y serás bueno.
Te aconseja uno que vive
resignado hace ya tiempo...
¡es verdad que se resigna
porque no hay otro remedio!
CXVI
No te enorgullezcas tanto,
dice la hoja a la flor,
que de la misma semilla
hemos nacido las dos.
CXVII
Ya voy creyendo de veras,
conforme pasan los días,
que la muerte es por lo menos
el descanso de la vida.
CXVIII
Dijo la sombra a la luz:
de negra pena me muero
cuando no me miras tú.
CXIX
Érase un rey y una reina,
y érase un paje muy bello;
tuvo amor la reina al paje,
y el rey se murió de celos.
El cuento es viejo y sabido...
¡y en verdad que es mucho cuento,
que nunca han de amar las reinas
al rey, sino al paje bello!
CXX
¿Sabes dónde va a parar
la moda nueva de ayer
de subir tanto la saya
y bajar tanto el corsé?...
Eres muy niña y ya sabes
todo lo que hay que saber,
todo, menos una cosa:
guardar para la vejez.
CXXI
La mentira corre tanto
por alcanzar la verdad,
que en el impulso que lleva
siempre se la deja atrás.
CXXII
Es triste, pero es seguro
que de los pesares viejos,
ni uno siquiera se marcha
mientras no llega otro nuevo.
CXXIII
¿Alegrías?... No las quiero
de esas que a todos alegran:
yo quiero las alegrías
que antes y después dan penas.
CXXIV
CANTADORA
No puedo callar, no puedo;
mi corazón va a romperse
si no digo que te quiero.
CANTADOR
¡Por la salud de tu madre!...
eso se dice bajito,
para que no lo oiga nadie.
CXXV
Aquel y el otro y el otro,
míralos bien, son avaros,
egoístas o ambiciosos.
Es decir, hombres que piensan
sólo con el corazón,
y sienten con la cabeza.
lunes, 21 de noviembre de 2011
Un par de poemas de Alfredo Poyo nacidos en el Taller de Poesía Abierta
Así cómo te miro regada por la ducha subel cohete lamiendo mis arterias en un sinfín de chispas gotas de agua que resbalan hasta renacer espuma entre los pies ondas estremeciendo la piel el vacío rojo verde amarillo roja la esponja tu pelo oscurecido de agua cayendo haciatras tu mentón se funde con el techo vaporoso para que me alimente en la pensión de tu cuello y estalle el cohete en nuestro cielo rojo verde amarillo roja la esponja junto al desagüe que jadea también
____
Dame tu culo quien quieras que seas siéntate que un culo siempre es mullido y yo siempre en pie esperando compañía soy tan quieta entre el silencio del comedor o la cocina respaldo de una tertulia comensal escribano pedorrea que así respiro siento tu culo sobre mi vientre forrado tus movimientos me realizan enlaza mis patas con tus pies juguemos a los amantes sube tu falda y mójame derrama vino salsa de tomate un grano de paella lo que quieras pero deja impronta de tu descanso sobre mis cuatro patas de pino que han visto ya tantas mudanzas y al levantarte no me coloques bajo la mesa
____
Dame tu culo quien quieras que seas siéntate que un culo siempre es mullido y yo siempre en pie esperando compañía soy tan quieta entre el silencio del comedor o la cocina respaldo de una tertulia comensal escribano pedorrea que así respiro siento tu culo sobre mi vientre forrado tus movimientos me realizan enlaza mis patas con tus pies juguemos a los amantes sube tu falda y mójame derrama vino salsa de tomate un grano de paella lo que quieras pero deja impronta de tu descanso sobre mis cuatro patas de pino que han visto ya tantas mudanzas y al levantarte no me coloques bajo la mesa
Un gran poema de Orión de Phantoseas de fecha 11-11-11. Gracias Orión
LA PRESENCIA
… yo soy la paz sosteniendo el tributo
radiante de la tierra;
yo soy el amor que engendró la luz
profunda de las cosas;
yo soy la armonía hilvanando el viento,
la edad y los confines;
yo soy la belleza eterna que plácida
e incólume se yergue;
yo soy en ti la mágica abundancia,
la dádiva del mundo;
yo soy, en flor, un ramo de conciencia,
pues yo, ay…, soy la vida.
… yo soy la paz sosteniendo el tributo
radiante de la tierra;
yo soy el amor que engendró la luz
profunda de las cosas;
yo soy la armonía hilvanando el viento,
la edad y los confines;
yo soy la belleza eterna que plácida
e incólume se yergue;
yo soy en ti la mágica abundancia,
la dádiva del mundo;
yo soy, en flor, un ramo de conciencia,
pues yo, ay…, soy la vida.
domingo, 20 de noviembre de 2011
Lectura en Diablos Azules del 27 de septiembre de 2011. Primera parte: Trayectoria del tiempo
Vídeo completo en www.lahojaenblanco.es.
Aquí y en YouTube, por partes.
sábado, 19 de noviembre de 2011
jueves, 17 de noviembre de 2011
Convocatoria Esmirna, John Liddy
Para celebrar el comienzo de curso contamos este mes con el poeta irlandés John Liddy. Esta vez cambiamos la ubicación del encuentro y nos reuniremos en en la cervecería Black Corner (C/ San Bernardo 90 esquina con C/ Manuela Malasaña). Empezaremos sobre las 19:30 y acabaremos sobre las 20:50.
John Liddy (1954) nació en Youghal (Irlanda), en el condado de Cork, pero creció en Limerick. Junto a Jim Burke fundó en 1975 la revista de poesía «The Stony Thursday Book», una las revistas literarias irlandesas más antiguas.
Con Miguel Ortega y Liam Liddy ha editado a numerosos poetas a través de plaquettes bilingües. Es organizador del festival de poesía anual The Well / El Manantial. Reside en Madrid desde hace más de 25 años trabajando como bibliotecario y profesor del Instituto Británico.
La poesía de John refleja los lugares en los que ha vivido y forjado su vida, las personas que ha conocido y le influyeron, y la complejidad de la vida diaria; además de ser un claro ejemplo del mestizaje cultural. En él se hace patente el incesante viaje de regreso a la patria; los jirones que le deja este empeño por la reconquista de su propia geografía interior. Ha publicado los libros de poesía: Boundaries (1974); The Angling Cot (1991) y Song of the Empty Cage (1997). Fundó y dirigió la revista The Stony Thursday Book.
Os dejamos un mapa de cómo llegar allí: http://11870.com/pro/the-black-corner
Equipo Esmirna.
Poesía en Buenos Aires, 18 de Noviembre
Raúl Artola nació en 1947 en Las Flores, Bs. As. y se radicó en Viedma, Río Negro, Patagonia argentina, en 1975. Es periodista, narrador, poeta, docente y editor. Publicó en poesía Antes que nada (Fondo Editorial Rionegrino-EUDEBA, 1987), Aguas de socorro (Último Reino, 1993), Croquis de un tatami (Madres de Plaza de Mayo, 2002), y Teclados (El suri porfiado, 2011); en narrativa, El candidato y otros cuentos, premiado en el XXIII Encuentro de Escritores Patagónicos de Puerto Madryn, apareció en 2006.
Como compilador, es autor de Poesía/Río Negro - Antología Consultada y Comentada. Volumen I,
que se publicó en mayo de 2007 a través del Fondo Editorial Rionegrino,
libro que reúne a 23 autores de nueve ciudades y pueblos de su
provincia. El volumen II aparecerá este año, con 21 poetas jóvenes.
Dirige la revista-libro “El Camarote – Arte y cultura desde la
Patagonia”, con quince números publicados desde 2004.
Pablo Montoya nació en 1963 en Barrancabermeja, Colombia. Ha publicado los libros Cuentos de Niquía (Vericuetos, París 1996), La sinfónica y otros cuentos musicales (El propio bolsillo, Medellín 1997),Habitantes (Indigo, París 1999), Razia (Eafit, Medellín 2001) y Réquiem por un fantasma (Hombre Nuevo Editores, Medellín, 2006); los libros de prosas poéticas Viajeros (Universidad de Antioquia, Medellín 1999),Cuaderno de París (Eafit, Medellín, 2006) y Trazos (Universidad de Antioquia, Medellín, 2007); el libro de ensayos Música de pájaros (Universidad de Antioquia, Medellín, 2005); y las novelas La sed del
ojo (Eafit, Medellín, 2004) y Lejos de Roma (Alfaguara, Bogotá, 2008). Es
Primer Premio del Concurso Nacional de Cuento “Germán Vargas” (1993).
En 1999 el Centro Nacional del Libro de Francia le otorgó una beca para
escritores extranjeros por su libro Viajeros. El
libro Habitantes ganó en el 2000 el premio Autores Antioqueños. Réquiem
por un fantasma fue premiado por la Alcaldía de Medellín en el 2005. Ha
participado en diferentes antologías de cuento y poesía colombiana y
latinoamericana.
Versos de Bolo en 'El sofá de los valientes' (2)
Nacemos aquello que engañaron.
No ensayo mis errores,
pura narrativa.
Uno a uno.
Hasta quedar
nadie.
Llegué a un lugar donde la luz no era ella.
Fui corriendo.
Nunca llegué.
Un día decides, bueno predispones,
simplemente caminar más despacio.
Ratas de fe.
Esa indecisión con la que comen las mandíbulas.
Ya no necesito tu daño,
disfruto sólo del mío.
El río desbordado.
Palos, arbustos, botellas, preservativos . . .
Todos seguían el curso como
Hamelín a las ratas.
No ensayo mis errores,
pura narrativa.
Uno a uno.
Hasta quedar
nadie.
Llegué a un lugar donde la luz no era ella.
Fui corriendo.
Nunca llegué.
Un día decides, bueno predispones,
simplemente caminar más despacio.
Ratas de fe.
Esa indecisión con la que comen las mandíbulas.
Ya no necesito tu daño,
disfruto sólo del mío.
El río desbordado.
Palos, arbustos, botellas, preservativos . . .
Todos seguían el curso como
Hamelín a las ratas.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Ante las próximas elecciones...
Extraído de http://david-absurdos.blogspot.com.
Si es usted político, sea bienvenido a este blog...siempre y cuando no hable de política y soporte ante cada proceso electoral chistes no partidarios al estilo del presente.
Si es usted político, sea bienvenido a este blog...siempre y cuando no hable de política y soporte ante cada proceso electoral chistes no partidarios al estilo del presente.
Poesía científica: Ricardo López Arcilla, 'Pronósticos de Hipócrates'. Signos deducidos de los tumores
SIGNOS DEDUCIDOS DE LOS TUMORES
33
Si en los dos hipocondrios se viese,
Hinchazón, y dureza y dolor,
Es muy malo: si en uno lo hubiese,
Y es izquierdo, el peligro es menor.
34
Casi todos aquestos tumores
Que en los dos hipocondrios se ven,
Al principio demuestran temores
Y una próxima muerte también.
Mas si veinte o más días caminan
Sin faltar la febril afección,
Ni los dichos tumores, terminan
Sólamente por supuración.
35
Cuando allá en el primer septenario
Fluye bien por la hueca nariz
El sangriento licor necesario,
Tienen ellos alivio feliz.
Si ha dolor de cabeza el doliente,
Si su vista se llega a turbar,
La hemorragia nasal es corriente
Que se debe al instante esperar.
36
Y mas bien al enfermo esto pasa
Que treinta años no llega a cumplir,
Que no aquel que este tiempo traspasa
Aún mas años llegando a vivir.
37
El tumor que aparece muy blando,
Sin causar un pequeño dolor,
La impresión de los dedos dejando,
Dura mucho sin que haya temor.
38
Mas si pasan dos meses y duran
El tumor y la fiebre a la par,
Estas cosas al Médico auguran
Que el tumor llegará a supurar.
Y lo mismo de aquellos tumores
Que en el vientre aparecen do quier
Es preciso pensar, Profesores,
Es preciso lo mismo temer.
39
Un tumor con dolor, y muy duro,
De un volumen enorme también,
Es un signo que anuncia seguro
Una próxima muerte muy bien.
Mas si es blando, y el dedo se hunde
A la leve y suave presión,
Si dolor su presencia no infunde,
Suele ser de una gran duración.
40
Los tumores del vientre no se hacen
Purulentos abscesos también
Como aquellos tumores que nacen
Y en los dos hipocondrios se ven.
Si aparecen debajo el ombligo,
La experiencia ha sabido enseñar
Que estos mismos tumores que digo
Raras veces se ven supurar.
41
Cuando en un hipocondrio aparecen,
Causan una hemorragia nasal;
0 si fijos allí permanecen
Un absceso producen fatal.
33
Si en los dos hipocondrios se viese,
Hinchazón, y dureza y dolor,
Es muy malo: si en uno lo hubiese,
Y es izquierdo, el peligro es menor.
34
Casi todos aquestos tumores
Que en los dos hipocondrios se ven,
Al principio demuestran temores
Y una próxima muerte también.
Mas si veinte o más días caminan
Sin faltar la febril afección,
Ni los dichos tumores, terminan
Sólamente por supuración.
35
Cuando allá en el primer septenario
Fluye bien por la hueca nariz
El sangriento licor necesario,
Tienen ellos alivio feliz.
Si ha dolor de cabeza el doliente,
Si su vista se llega a turbar,
La hemorragia nasal es corriente
Que se debe al instante esperar.
36
Y mas bien al enfermo esto pasa
Que treinta años no llega a cumplir,
Que no aquel que este tiempo traspasa
Aún mas años llegando a vivir.
37
El tumor que aparece muy blando,
Sin causar un pequeño dolor,
La impresión de los dedos dejando,
Dura mucho sin que haya temor.
38
Mas si pasan dos meses y duran
El tumor y la fiebre a la par,
Estas cosas al Médico auguran
Que el tumor llegará a supurar.
Y lo mismo de aquellos tumores
Que en el vientre aparecen do quier
Es preciso pensar, Profesores,
Es preciso lo mismo temer.
39
Un tumor con dolor, y muy duro,
De un volumen enorme también,
Es un signo que anuncia seguro
Una próxima muerte muy bien.
Mas si es blando, y el dedo se hunde
A la leve y suave presión,
Si dolor su presencia no infunde,
Suele ser de una gran duración.
40
Los tumores del vientre no se hacen
Purulentos abscesos también
Como aquellos tumores que nacen
Y en los dos hipocondrios se ven.
Si aparecen debajo el ombligo,
La experiencia ha sabido enseñar
Que estos mismos tumores que digo
Raras veces se ven supurar.
41
Cuando en un hipocondrio aparecen,
Causan una hemorragia nasal;
0 si fijos allí permanecen
Un absceso producen fatal.
martes, 15 de noviembre de 2011
Poemas de Carmen Lafuente
El Mar
Suave atardecer.
La playa descansa del bullicio de la mañana.
La luna asciende lentamente en el horizonte.
Refleja en el agua una estela.
Que ondulando llega a la orilla.
El sonido de las olas que rompen en la costa
invade el silencio.
Un corredor solitario.
Se cruza con un perro.
Dejan sus huellas en la arena.
En el punto de encuentro cuatro figuras en línea.
Deportista – sombra – can y sombra.
Se alejan.
Permanecen dos rayas paralelas.
El Reino de las blattodeas
1.995 Aeropuerto de Bucarest.
Vuelo a Madrid retrasado.
Espera.....
Visita al baño.
Baldosines blancos y negros dibujan el suelo.
Me entretengo, los cuento.
Algo va mal.
Los blancos visten de negro.
Se mueven.
Diagnóstico.
Invasión de cucarachas.
Suave atardecer.
La playa descansa del bullicio de la mañana.
La luna asciende lentamente en el horizonte.
Refleja en el agua una estela.
Que ondulando llega a la orilla.
El sonido de las olas que rompen en la costa
invade el silencio.
Un corredor solitario.
Se cruza con un perro.
Dejan sus huellas en la arena.
En el punto de encuentro cuatro figuras en línea.
Deportista – sombra – can y sombra.
Se alejan.
Permanecen dos rayas paralelas.
El Reino de las blattodeas
1.995 Aeropuerto de Bucarest.
Vuelo a Madrid retrasado.
Espera.....
Visita al baño.
Baldosines blancos y negros dibujan el suelo.
Me entretengo, los cuento.
Algo va mal.
Los blancos visten de negro.
Se mueven.
Diagnóstico.
Invasión de cucarachas.
Noticia de Augusto Ferrán. Su poesía. (La pereza, 6)
LXXVI
Las florecillas alegres,
¿por qué dices que no viven
cuando ves cómo se mueren?
LXXVII
No tengo nada completo:
tanto le sobra a mi alma
como le falta a mi cuerpo.
LXXVIII
Adiós, marineros,
buen viaje llevad;
aquí me quedo solita y con penas
grandes como el mar.
LXXIX
Unas sé de donde vienen,
pero otras no sé de dónde;
y éstas son de mis fatigas
las que voy sintiendo doble.
Es en verdad doloroso
verse, golpe sobre golpe,
herido por una mano
que entre las sombras se esconde.
LXXX
Mi madre, mi pobre madre,
me dijo más de una vez:
«No basta que no hagas mal;
es preciso que hagas bien.»
LXXXI
Más que de mis alegrías
soy avaro de mis penas,
porque éstas a todas horas
me hacen recordar aquéllas.
LXXXII
¡Silencio!... que duerme
mi madre la siesta:
la pobrecita no duerme de noche
para que yo duerma.
LXXXIII
El agua menuda
es la que hace barro,
que el agua recia no deja señales
por donde ha pasado.
Las penas pequeñas
son las que hacen daño;
porque las grandes, o matan al pronto,
o pasan de largo.
LXXXIV
Aún estoy en el principio
cuando ya pienso en el fin;
por eso te digo a veces
que es un tormento el vivir.
Es un tormento el vivir,
cuando el pobre cuerpo está,
al principio de la lucha,
rendido ya de luchar.
LXXXV
Entre tanta y tanta estrella
una solamente es mía,
una no más... ¡y no es buena!
LXXXVI
Mientras dura este vivir,
¿por qué tener más deseos
que los que se han de cumplir?
Pienso en esto sin cesar
al ver que siempre deseo
lo que nunca he de alcanzar.
LXXXVII
Por tan poco tiempo
yo no sé qué hacer,
si deje a un lado la puerta del mundo,
o llame otra vez.
LXXXVIII
No te doy mi vida
porque es poca cosa;
bastante tienes, si la llevas buena,
con la tuya propia.
LXXXIX
Estoy tan cansado
que no puedo más;
hasta el quererte, lo digo de veras,
pereza me da.
XC
Gracias a Dios que te veo
sonreír, libre de penas,
y, el corazón en la mano,
ofrecerlo a quien lo quiera.
Déjame decir al mundo
que aún hay ventura en la tierra:
ya que no tengo alegrías,
quiero cantar las ajenas.
XCI
Si no fue verdad, sería
un deseo tan ardiente,
que los besos y el abrazo
te los di, aunque tú lo niegues.
XCII
Yo me he gastado contigo,
para ver si me querías,
hasta lo que no he tenido.
XCIII
Vete por el río abajo,
y a la orillita del mar
me encontrarás esperando.
XCIV
Si corres tanto al principio,
llegarás antes de tiempo
al final de tu camino.
Ve despacio, muy despacio,
que el principio es lo mejor
y también lo menos largo.
XCV
¡Pensar y nunca sentir!...
eso en la vida es lo mismo
que principiar por el fin.
XCVI
De tu huertecillo hermoso,
las flores que más me gustan
son las que cogieron otros.
XCVII
¡Cómo he de sufrirte,
mujer, de continuo,
si muchas veces no puedo, aunque quiera,
sufrirme a mí mismo!
XCVIII
Cielo, estrellas, luna y sol,
yo os contaría mis penas
si tuvierais corazón.
XCIX
Mientras su cuerpo dormía,
su alma soñaba que el cuerpo
nunca más despertaría.
Hasta que llegó la muerte,
y el alma siguió soñando
y el cuerpo durmiendo siempre.
C
¡Oh! Para herirme de muerte,
es tan cruël como injusto
herirme en los corazones
donde yo puse mis gustos!
Las florecillas alegres,
¿por qué dices que no viven
cuando ves cómo se mueren?
LXXVII
No tengo nada completo:
tanto le sobra a mi alma
como le falta a mi cuerpo.
LXXVIII
Adiós, marineros,
buen viaje llevad;
aquí me quedo solita y con penas
grandes como el mar.
LXXIX
Unas sé de donde vienen,
pero otras no sé de dónde;
y éstas son de mis fatigas
las que voy sintiendo doble.
Es en verdad doloroso
verse, golpe sobre golpe,
herido por una mano
que entre las sombras se esconde.
LXXX
Mi madre, mi pobre madre,
me dijo más de una vez:
«No basta que no hagas mal;
es preciso que hagas bien.»
LXXXI
Más que de mis alegrías
soy avaro de mis penas,
porque éstas a todas horas
me hacen recordar aquéllas.
LXXXII
¡Silencio!... que duerme
mi madre la siesta:
la pobrecita no duerme de noche
para que yo duerma.
LXXXIII
El agua menuda
es la que hace barro,
que el agua recia no deja señales
por donde ha pasado.
Las penas pequeñas
son las que hacen daño;
porque las grandes, o matan al pronto,
o pasan de largo.
LXXXIV
Aún estoy en el principio
cuando ya pienso en el fin;
por eso te digo a veces
que es un tormento el vivir.
Es un tormento el vivir,
cuando el pobre cuerpo está,
al principio de la lucha,
rendido ya de luchar.
LXXXV
Entre tanta y tanta estrella
una solamente es mía,
una no más... ¡y no es buena!
LXXXVI
Mientras dura este vivir,
¿por qué tener más deseos
que los que se han de cumplir?
Pienso en esto sin cesar
al ver que siempre deseo
lo que nunca he de alcanzar.
LXXXVII
Por tan poco tiempo
yo no sé qué hacer,
si deje a un lado la puerta del mundo,
o llame otra vez.
LXXXVIII
No te doy mi vida
porque es poca cosa;
bastante tienes, si la llevas buena,
con la tuya propia.
LXXXIX
Estoy tan cansado
que no puedo más;
hasta el quererte, lo digo de veras,
pereza me da.
XC
Gracias a Dios que te veo
sonreír, libre de penas,
y, el corazón en la mano,
ofrecerlo a quien lo quiera.
Déjame decir al mundo
que aún hay ventura en la tierra:
ya que no tengo alegrías,
quiero cantar las ajenas.
XCI
Si no fue verdad, sería
un deseo tan ardiente,
que los besos y el abrazo
te los di, aunque tú lo niegues.
XCII
Yo me he gastado contigo,
para ver si me querías,
hasta lo que no he tenido.
XCIII
Vete por el río abajo,
y a la orillita del mar
me encontrarás esperando.
XCIV
Si corres tanto al principio,
llegarás antes de tiempo
al final de tu camino.
Ve despacio, muy despacio,
que el principio es lo mejor
y también lo menos largo.
XCV
¡Pensar y nunca sentir!...
eso en la vida es lo mismo
que principiar por el fin.
XCVI
De tu huertecillo hermoso,
las flores que más me gustan
son las que cogieron otros.
XCVII
¡Cómo he de sufrirte,
mujer, de continuo,
si muchas veces no puedo, aunque quiera,
sufrirme a mí mismo!
XCVIII
Cielo, estrellas, luna y sol,
yo os contaría mis penas
si tuvierais corazón.
XCIX
Mientras su cuerpo dormía,
su alma soñaba que el cuerpo
nunca más despertaría.
Hasta que llegó la muerte,
y el alma siguió soñando
y el cuerpo durmiendo siempre.
C
¡Oh! Para herirme de muerte,
es tan cruël como injusto
herirme en los corazones
donde yo puse mis gustos!
lunes, 14 de noviembre de 2011
Poema de Nina Salinas
El cohete que sube
Cohete Hiroshima
Cohete Nagasaki
Cohete los dientes de Obama
que hace La guerra
sube
sube
sube y baja en sangre de imágenes
sangre muerta sangre viva.
Arena, petróleo
descalzos los hijos
ennegrecidas las manos
baja
baja
baja y sube
Wall street
Bruselas
Nasdaq
Ibex.
Cohete de leche
de hambre
se mantiene
mantiene
en el cuerno de África explotada.
Sensible animal
verde o plata
sujeto con muñones y restos de tanques.
siembra arroz donde no crecerá.
Habla con sonidos extraños
a oídos que ya nunca escucharán
a la nada
de un cohete a otro
a otro
a otro espacio.
Cohete Hiroshima
Cohete Nagasaki
Cohete los dientes de Obama
que hace La guerra
sube
sube
sube y baja en sangre de imágenes
sangre muerta sangre viva.
Arena, petróleo
descalzos los hijos
ennegrecidas las manos
baja
baja
baja y sube
Wall street
Bruselas
Nasdaq
Ibex.
Cohete de leche
de hambre
se mantiene
mantiene
en el cuerno de África explotada.
Sensible animal
verde o plata
sujeto con muñones y restos de tanques.
siembra arroz donde no crecerá.
Habla con sonidos extraños
a oídos que ya nunca escucharán
a la nada
de un cohete a otro
a otro
a otro espacio.
sábado, 12 de noviembre de 2011
jueves, 10 de noviembre de 2011
Versos de Bolo en 'El sofá de los valientes' (1)
Luz suspendida sobre el mantel.
Otras miradas rodeadas de justicia.
Soy el acento de tu cabello.
El final, línea recta pactando con el punto.
Papel en blanco,
raíles desordenados.
Viajé hacia tus huesos,
besé tu calcio.
Dijimos hasta luego
en el acordeón
de tus labios.
El amanecer, perdedor menor de edad.
La perra
y
la dueña envejecían a la misma distancia.
Nieve blanca de paisajes desdén.
Belleza, tímido instante de quietud.
La letra de la luna extraño
buscando el tormento más
oportuno a cada momento.
El periódico lee el color de la tristeza.
Fortalece saber que todo está perdido,
córner de aquélla circunferencia.
Dos esquinas se acercaron dirimiendo sus diferencias.
La papelera perdió los papeles.
Otras miradas rodeadas de justicia.
Soy el acento de tu cabello.
El final, línea recta pactando con el punto.
Papel en blanco,
raíles desordenados.
Viajé hacia tus huesos,
besé tu calcio.
Dijimos hasta luego
en el acordeón
de tus labios.
El amanecer, perdedor menor de edad.
La perra
y
la dueña envejecían a la misma distancia.
Nieve blanca de paisajes desdén.
Belleza, tímido instante de quietud.
La letra de la luna extraño
buscando el tormento más
oportuno a cada momento.
El periódico lee el color de la tristeza.
Fortalece saber que todo está perdido,
córner de aquélla circunferencia.
Dos esquinas se acercaron dirimiendo sus diferencias.
La papelera perdió los papeles.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Viernes 11, en Rosario
Asociación Poesía de Rosario
Ediciones "Poesía de Rosario"
Invita a usted, familiares y amigos, para el próximo día 11 de noviembre de 2011, a las 19,30 horas; para concurrir al Centro Cultural Bernardino Rivadavia, San Martín 1089, de la ciudad de Rosario, Argentina; ocasión en la que se presentarán los primeros cinco libros de la Colección Poetas de Rosario 2011, integrada por los títulos: "Imágenes de asedio", de Willy Harvey (1931-1982); "Argentinitos Off", de Ana Russo; "Biografía", de Guillermo Ibáñez, "Los Causes Vacíos", de Lisandro González y "Meditaciones por el Hombre y Otros Poemas" de Nélida Esther Oliva.
Además se exhibirán publicaciones y ediciones de la Asociación Poesía de Rosario.
Entrada libre y gratuita. Rogamos puntualidad.
Ediciones "Poesía de Rosario"
Invita a usted, familiares y amigos, para el próximo día 11 de noviembre de 2011, a las 19,30 horas; para concurrir al Centro Cultural Bernardino Rivadavia, San Martín 1089, de la ciudad de Rosario, Argentina; ocasión en la que se presentarán los primeros cinco libros de la Colección Poetas de Rosario 2011, integrada por los títulos: "Imágenes de asedio", de Willy Harvey (1931-1982); "Argentinitos Off", de Ana Russo; "Biografía", de Guillermo Ibáñez, "Los Causes Vacíos", de Lisandro González y "Meditaciones por el Hombre y Otros Poemas" de Nélida Esther Oliva.
Además se exhibirán publicaciones y ediciones de la Asociación Poesía de Rosario.
Entrada libre y gratuita. Rogamos puntualidad.
Poesía científica: Ricardo López Arcilla, 'Pronósticos de Hipócrates'. Signos deducidos de los hipocondrios
SIGNOS DEDUCIDOS DE LOS HIPOCONDRIOS
31
Es muy bueno que flexibles
Los hipocondrios estén,
Y sin dolores también;
Porque si se hallan sensibles,
Inflamados, o inflexibles,
En mayor o menor trecho,
Ya el izquierdo, ya el derecho,
Debemos de recelar
Que algo se debe ocultar
Que no sirva de provecho.
32
Si en ellos hay pulsaciones
Tiene el enfermo delirio,
Y turbación y martirio:
Y a los que estas afecciones
Padecen en ocasiones,
Es muy bueno examinar
Ambos ojos sin tardar,
Pues el furor al momento
Su frecuente movimiento
Llega al Médico anunciar.
31
Es muy bueno que flexibles
Los hipocondrios estén,
Y sin dolores también;
Porque si se hallan sensibles,
Inflamados, o inflexibles,
En mayor o menor trecho,
Ya el izquierdo, ya el derecho,
Debemos de recelar
Que algo se debe ocultar
Que no sirva de provecho.
32
Si en ellos hay pulsaciones
Tiene el enfermo delirio,
Y turbación y martirio:
Y a los que estas afecciones
Padecen en ocasiones,
Es muy bueno examinar
Ambos ojos sin tardar,
Pues el furor al momento
Su frecuente movimiento
Llega al Médico anunciar.
martes, 8 de noviembre de 2011
Poema de Emeterio Romo, recuerdo en el mar, del mar
MAR
Queda a Proa,
Calma-chicha
... ... mecido en un ensueño
con el efecto de un Balonpedico chute
Poniendo Parches… son solo parches…
de morfina
Iniciando como sonámbulo
la fase REM
Inventándome un Oso Amoroso
Hoy le he preguntado a Freud
y Disiento…
Muestra imágenes
todas… todas…
Sacadas de un espacio Adimensional
confundiendo mi montado reflejo
en el Canadá
Al trote...
en la Vagoneta de Dragones y Mazmorras
Cuando
Los espejismos tornan en crestas de olas
Espoleandonos
Vigía, obligado a escrutar, a Popa,
Se presenta Bravío
Es necesario utilizar Caretas… como las de Venecia
Escaparate de ciencia infusa
Matrix en plena Galerna
No quiero elegir el dulce del Capitán Forrest
Ni ser su mecánico de la corta cesped
Debéis viajar con Simbad más allá de la costa de Ximara
…
Sabina no cantes cerca de La Gran Muralla…
Reeducado a Estribor
Sumergido en él...
Torna Picado
Cum Laude por torpe
en Terapia Psiquiátrica
Grado en agresores con Kubric
Será… pero esta vez Con ojos como de sospecha
Joder… no me pongáis más Fotogramas del Gran Hermano
Una solución tan tonta como el Reciclaje…
…hacer Bricolage con el padre de Burt
acercándose por Babor
Mar-de-Fondo
Como Nostradamus… gastando Balas cuneiformes envuelto en pólvora mojada
Más Jorobado que el de Notredam… buscando las Gemas de La Carta Esférica a pulmón
Sintiéndonos como el que va a recoger el algodón de los O´hara
Haciendo del habitat natural del columpio, una Huerta
Regresando todos al planeta más alejado de La Fundación
Golpeados por una Duna
Como Fantasmal Holandés
Erosionados por el viento
… el Segundo Sello… vio claramente Billy Bones
que hacemos con el del Pony Express…
Calma-chicha… Bravío… de Fondo o Picado
Chocan una y otra vez sin orden ni concierto
Contra el barco
Aupado en la Amplitud de una Onda Alfa
Esparciendo la espuma de lo irreal
Que todo lo conmuta…
Tirando, entre otras, de la mejor cualidad del Sujeto 117
Haciendo de la simple vista un catalejo
mostrando una electromagnética Aurora Boreal
Y en el timón… siempre en el timón
Puente de Einstein-Rosen
Queda a Proa,
Calma-chicha
... ... mecido en un ensueño
con el efecto de un Balonpedico chute
Poniendo Parches… son solo parches…
de morfina
Iniciando como sonámbulo
la fase REM
Inventándome un Oso Amoroso
Hoy le he preguntado a Freud
y Disiento…
Muestra imágenes
todas… todas…
Sacadas de un espacio Adimensional
confundiendo mi montado reflejo
en el Canadá
Al trote...
en la Vagoneta de Dragones y Mazmorras
Cuando
Los espejismos tornan en crestas de olas
Espoleandonos
Vigía, obligado a escrutar, a Popa,
Se presenta Bravío
Es necesario utilizar Caretas… como las de Venecia
Escaparate de ciencia infusa
Matrix en plena Galerna
No quiero elegir el dulce del Capitán Forrest
Ni ser su mecánico de la corta cesped
Debéis viajar con Simbad más allá de la costa de Ximara
…
Sabina no cantes cerca de La Gran Muralla…
Reeducado a Estribor
Sumergido en él...
Torna Picado
Cum Laude por torpe
en Terapia Psiquiátrica
Grado en agresores con Kubric
Será… pero esta vez Con ojos como de sospecha
Joder… no me pongáis más Fotogramas del Gran Hermano
Una solución tan tonta como el Reciclaje…
…hacer Bricolage con el padre de Burt
acercándose por Babor
Mar-de-Fondo
Como Nostradamus… gastando Balas cuneiformes envuelto en pólvora mojada
Más Jorobado que el de Notredam… buscando las Gemas de La Carta Esférica a pulmón
Sintiéndonos como el que va a recoger el algodón de los O´hara
Haciendo del habitat natural del columpio, una Huerta
Regresando todos al planeta más alejado de La Fundación
Golpeados por una Duna
Como Fantasmal Holandés
Erosionados por el viento
… el Segundo Sello… vio claramente Billy Bones
que hacemos con el del Pony Express…
Calma-chicha… Bravío… de Fondo o Picado
Chocan una y otra vez sin orden ni concierto
Contra el barco
Aupado en la Amplitud de una Onda Alfa
Esparciendo la espuma de lo irreal
Que todo lo conmuta…
Tirando, entre otras, de la mejor cualidad del Sujeto 117
Haciendo de la simple vista un catalejo
mostrando una electromagnética Aurora Boreal
Y en el timón… siempre en el timón
Puente de Einstein-Rosen
Poemas de Fonollosa (y 3)
Antes que yo lo han dicho muchos otros.
Antes que ellos lo dijo ya otra gente.
Y lo mismo dirán otros más tarde.
Uno se torna humilde y se da cuenta.
Cuanto yo pienso, siento y me sucede
es como piensan, sienten, les ocurre
a los demás que pasan por mi lado.
Es el gozo y dolor de la existencia
que entra en todas las mentes de improviso
como un tímido arroyo o gran torrente.
Gozo y dolor antiguos que percibe
cada uno cual si él solo descubriera.
Otros ya lo pensaron con sus escritos,
con música, colores o con cámaras.
Y lo hicieron mejor o lo harán luego.
Pero uno sigue hablando de esas cosas,
ya no por lograr algo: por costumbre.
Porque ha de entretenerse de algún modo
mientras gasta su vida. Tan inútil.
___
Con unas herramientas anacrónicas
no es posible un trabajo muy bien hecho.
Decidíos a usar las nuevas técnicas
y echad a la basura el alfabeto.
___
Os prohibirán un día conocerme,
saber de mí. En prisiones silenciosas
me aislarán con los otros: los malditos
que antes que yo y después hayan expuesto
su verdad sin temor. Sinceramente.
Dirán que soy un ser insolidario,
asocial, pernicioso a la salud
de la mente oficial de aquel momento.
Que la euforia, el estímulo, el placer
de vivir -lo importante- en mí es hollado.
Pero alguien hallará siempre la llave.
Penetrará en la cárcel que me encierre
y buscará entre sombras mis palabras.
Y reconocerá que hablo de él mismo,
de su fracaso, el mío, del de todos.
Antes que ellos lo dijo ya otra gente.
Y lo mismo dirán otros más tarde.
Uno se torna humilde y se da cuenta.
Cuanto yo pienso, siento y me sucede
es como piensan, sienten, les ocurre
a los demás que pasan por mi lado.
Es el gozo y dolor de la existencia
que entra en todas las mentes de improviso
como un tímido arroyo o gran torrente.
Gozo y dolor antiguos que percibe
cada uno cual si él solo descubriera.
Otros ya lo pensaron con sus escritos,
con música, colores o con cámaras.
Y lo hicieron mejor o lo harán luego.
Pero uno sigue hablando de esas cosas,
ya no por lograr algo: por costumbre.
Porque ha de entretenerse de algún modo
mientras gasta su vida. Tan inútil.
___
Con unas herramientas anacrónicas
no es posible un trabajo muy bien hecho.
Decidíos a usar las nuevas técnicas
y echad a la basura el alfabeto.
___
Os prohibirán un día conocerme,
saber de mí. En prisiones silenciosas
me aislarán con los otros: los malditos
que antes que yo y después hayan expuesto
su verdad sin temor. Sinceramente.
Dirán que soy un ser insolidario,
asocial, pernicioso a la salud
de la mente oficial de aquel momento.
Que la euforia, el estímulo, el placer
de vivir -lo importante- en mí es hollado.
Pero alguien hallará siempre la llave.
Penetrará en la cárcel que me encierre
y buscará entre sombras mis palabras.
Y reconocerá que hablo de él mismo,
de su fracaso, el mío, del de todos.
lunes, 7 de noviembre de 2011
Poemas de Carmen Lafuente
Motivos para la escritura, cohete ascendiendo, e imagen descrita, insinuada e innombrada.
Noche mágica
Noche profunda.
La luna nueva visible es una pestañita en el firmamento.
Noche de fiesta.
Los fuegos artificiales preparados para el lanzamiento.
Comienza la ignición.
Los cohetes en intervalos uniformes, emprenden vuelo hacia las estrellas.
En su estallido dibujan mil formas multicolores, iluminado el cielo.
El mar refleja el resplandor.
Caen las varillas.
Los niños corren en estampida a recogerlas.
Para ellos es un trofeo, un recuerdo de la noche vivida.
La traca broche final del espectáculo.
Los espectadores se retiran.
El reino de la oscuridad vuelve a apropiarse del lugar.
Sin título
Salón sumido en la oscuridad.
Tictac , Tictac se escucha un susurro.
Tictac, Tictac se vuelve a escuchar.
A espacios regulares de tiempo......
Dang, Dang, Dang.
Dang, Dang, Dang, Dang
Dang, Dang, Dang, Dang, Dang.
.......................................................................
Un tenue rayo de luz irrumpe en la estancia.
La trayectoria de fotones finaliza su viaje iluminando el círculo.
Noche mágica
Noche profunda.
La luna nueva visible es una pestañita en el firmamento.
Noche de fiesta.
Los fuegos artificiales preparados para el lanzamiento.
Comienza la ignición.
Los cohetes en intervalos uniformes, emprenden vuelo hacia las estrellas.
En su estallido dibujan mil formas multicolores, iluminado el cielo.
El mar refleja el resplandor.
Caen las varillas.
Los niños corren en estampida a recogerlas.
Para ellos es un trofeo, un recuerdo de la noche vivida.
La traca broche final del espectáculo.
Los espectadores se retiran.
El reino de la oscuridad vuelve a apropiarse del lugar.
Sin título
Salón sumido en la oscuridad.
Tictac , Tictac se escucha un susurro.
Tictac, Tictac se vuelve a escuchar.
A espacios regulares de tiempo......
Dang, Dang, Dang.
Dang, Dang, Dang, Dang
Dang, Dang, Dang, Dang, Dang.
.......................................................................
Un tenue rayo de luz irrumpe en la estancia.
La trayectoria de fotones finaliza su viaje iluminando el círculo.
Ricardo Bórnez en 'Poetrastos' (fin de la selección del libro)
El otro lado (Ricardo Bórnez)
Ya sé que te gusta llegar a casa
y verlo todo arreglado,
todo limpio y en su sitio,
que tengo todo el día para hacerlo,
que buscas cualquier excusa
para hacerme la prueba del algodón.
Sabes que dejé de hacerlo
como acto último de rebeldía;
recurso del pataleo
que no sirvió en 31 años;
solo cuando una vez te dije que me iba
destensaste la cuerda,
pero cuando viste el resultado
todo fue nada.
Sabes que intento vivir
a pesar de lo que me cuesta cada día,
hablar, relacionarme,
aunque sea por internet;
dedicarme tiempo.
No sabes
que cuando llegas
me quedo en el salón
con los nervios a flor de piel
porque no sé cómo llegarás;
si buscarás una excusa para montármela
o me hablarás con palabras cariñosas.
Así poco a poco
he ido dejando que el silencio habite
esta cárcel que fue nuestro hogar,
preguntándome que hago aquí,
por qué no me fui cuando pude,
dejando que la amargura se apoye en nuestra almohada,
aceptando que nuestro hijo me chulee
con tu aquiescencia
por no perder su cariño
mientras yo le sufro
viendo como malgasta su vida
viviendo como un señorito
mientras le pagas sus gastos que no se gana
ni ayudándome en la casa
-es tu proyecto, ya lo sé, yo nunca conté
en él a pesar de tus palabras-.
Sé que me quieres,
supongo que yo también
también te quiero,
pero cada día se me hace más difícil.
Que aquello de hablarlo todo
es una mentira de base
porque solo quieres saber lo mío
y lo tuyo te lo guardas.
Ojalá me saliera un trabajo
porque sé que temes
mi independencia económica;
yo no pedí ser un parado
y que tu fueras la que traes el dinero a casa.
Y muchas veces pienso
por qué extraña razón
no pongo un fin definitivo
a todo este montaje
de cartón piedra.
Ya sé que te gusta llegar a casa
y verlo todo arreglado,
todo limpio y en su sitio,
que tengo todo el día para hacerlo,
que buscas cualquier excusa
para hacerme la prueba del algodón.
Sabes que dejé de hacerlo
como acto último de rebeldía;
recurso del pataleo
que no sirvió en 31 años;
solo cuando una vez te dije que me iba
destensaste la cuerda,
pero cuando viste el resultado
todo fue nada.
Sabes que intento vivir
a pesar de lo que me cuesta cada día,
hablar, relacionarme,
aunque sea por internet;
dedicarme tiempo.
No sabes
que cuando llegas
me quedo en el salón
con los nervios a flor de piel
porque no sé cómo llegarás;
si buscarás una excusa para montármela
o me hablarás con palabras cariñosas.
Así poco a poco
he ido dejando que el silencio habite
esta cárcel que fue nuestro hogar,
preguntándome que hago aquí,
por qué no me fui cuando pude,
dejando que la amargura se apoye en nuestra almohada,
aceptando que nuestro hijo me chulee
con tu aquiescencia
por no perder su cariño
mientras yo le sufro
viendo como malgasta su vida
viviendo como un señorito
mientras le pagas sus gastos que no se gana
ni ayudándome en la casa
-es tu proyecto, ya lo sé, yo nunca conté
en él a pesar de tus palabras-.
Sé que me quieres,
supongo que yo también
también te quiero,
pero cada día se me hace más difícil.
Que aquello de hablarlo todo
es una mentira de base
porque solo quieres saber lo mío
y lo tuyo te lo guardas.
Ojalá me saliera un trabajo
porque sé que temes
mi independencia económica;
yo no pedí ser un parado
y que tu fueras la que traes el dinero a casa.
Y muchas veces pienso
por qué extraña razón
no pongo un fin definitivo
a todo este montaje
de cartón piedra.
sábado, 5 de noviembre de 2011
Madrid Cómico: 13 de agosto de 1898 (2)
jueves, 3 de noviembre de 2011
Aarón García Peña presenta su nuevo trabajo en el Ateneo de Madrid
Viernes, 04 de noviembre a las 22:30 h.
ATENEO DE MADRID
Sala de La Cacharrería.
Calle Prado 21
Presentan Ángel Guinda y Pepe Cereijo.
Algunos poemas de Martín di Benedetto en 'la lengua quemada' (y 2)
la esquina celebrada
la baldosa quieta
el bar de mala muerte con viejos y dominó
carne de cañón para poetas desesperados
absolutistas crónicos muertos de amor
se les arraiga un calambre desde el alma
se les confunde lo sublime lo divino
con el hambre y el retorcijón
los poetas locos engañados declarados
mueren de amor y de hambre
y devoran al mundo y no dejan nada
y se regodean satisfechos en la comprensión
los poetas sólo quieren
partirse de hambre
y morirse por amor
y lo bien que hacen
aunque muy bien no pueda explicarlo
___
es saber
desde el trino
que rasga la noche:
no se trata de mí
___
un poema
cruzó
a la vereda
de enfrente
desde allí
me veo borroso
la baldosa quieta
el bar de mala muerte con viejos y dominó
carne de cañón para poetas desesperados
absolutistas crónicos muertos de amor
se les arraiga un calambre desde el alma
se les confunde lo sublime lo divino
con el hambre y el retorcijón
los poetas locos engañados declarados
mueren de amor y de hambre
y devoran al mundo y no dejan nada
y se regodean satisfechos en la comprensión
los poetas sólo quieren
partirse de hambre
y morirse por amor
y lo bien que hacen
aunque muy bien no pueda explicarlo
___
es saber
desde el trino
que rasga la noche:
no se trata de mí
___
un poema
cruzó
a la vereda
de enfrente
desde allí
me veo borroso
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Poesía científica: Ricardo López Arcilla, 'Pronósticos de Hipócrates'. Signos deducidos del sudor
SIGNOS DEDUCIDOS DEL SUDOR
29
En toda aguda dolencia
Por bueno el sudor se cuenta,
Si en el día se presenta
Crítico por excelencia:
Si termina Inexistencia
De la febril afección,
O si en toda la ostensión
Del cuerpo humano aparece,
Y el alivio favorece
Del enfermo en conclusión.
Si algo de esto con presteza
No produce, inútil es;
Si sale solo al través
De la piel de la cabeza,
O de la faz sin belleza,
O del cuello, o bien es frío,
Anuncia la muerte impío
Allá en las fiebres agudas,
Y en las que son sub-agudas
Un curso largo y tardío.
30
Aquel que igual se presenta
Por el cuerpo, es saludable,
Y también es apreciable
Cuando se exhala y se cuenta
Gota a gota; y no contenta
El que cual granos de mijo
Se presenta siempre fijo
Allá en el mórbido cuello,
Pues por malo hay que tenello
Según la experiencia dijo.
Conviene siempre observar.
Con muchísima atención
El sudor en su extensión
Para poder indagar
De que llega a dimanar;
Pues por falta de energía
Tal vez se exhala algún día,
Mas otro por la intensión
De una grande inflamación
Tal vez se exhala y se cría.
29
En toda aguda dolencia
Por bueno el sudor se cuenta,
Si en el día se presenta
Crítico por excelencia:
Si termina Inexistencia
De la febril afección,
O si en toda la ostensión
Del cuerpo humano aparece,
Y el alivio favorece
Del enfermo en conclusión.
Si algo de esto con presteza
No produce, inútil es;
Si sale solo al través
De la piel de la cabeza,
O de la faz sin belleza,
O del cuello, o bien es frío,
Anuncia la muerte impío
Allá en las fiebres agudas,
Y en las que son sub-agudas
Un curso largo y tardío.
30
Aquel que igual se presenta
Por el cuerpo, es saludable,
Y también es apreciable
Cuando se exhala y se cuenta
Gota a gota; y no contenta
El que cual granos de mijo
Se presenta siempre fijo
Allá en el mórbido cuello,
Pues por malo hay que tenello
Según la experiencia dijo.
Conviene siempre observar.
Con muchísima atención
El sudor en su extensión
Para poder indagar
De que llega a dimanar;
Pues por falta de energía
Tal vez se exhala algún día,
Mas otro por la intensión
De una grande inflamación
Tal vez se exhala y se cría.
martes, 1 de noviembre de 2011
'Columpio', de Emeterio Romo
COLUMPIO ( que se Columpia )
Piedra Filosofal
...
(de la nueva era)
Que transmuta...
los parques en Atracciones...
Maná que constituye la esencia de chiquillos díscolos...
Tajo que sangra...ondulante...
en la Psique desviada
de Pedófilos...
Jugando... con su transtornada mente...
de Reyes Afrancesados.
Peonza que gira...
y gira...
y gira
Llevándonos...
ora al Ying...
ora al Yang
Si te acercas demasiado...
Seccionará...
Tus Dientes
Separando... cóncavamente
Tus puntos Cardinales...
Poemas de Fonollosa (2)
No a la transmigración en otra especie.
No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.
No a que me absorba cualquier divinidad.
No a un más allá, ni aun siendo el paraíso
reservado a islamitas, con beldades
que un libro garantiza siempre vírgenes.
Porque esos son los juegos para ingenuos
en que mi agnosticismo nunca apuesta.
Mi envite es al no ser. A lo seguro.
Rechazo otro existir, tras consumida
mi ración de este guiso indigerible.
Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.
___
Tienes que decidirte. Yo no puedo
ir dejando pasar todos los coches.
El tiempo cuenta aprisa la existencia.
No se detiene, duda y retrocede.
Es ahora la ocasión. Si tardas mucho,
acaso cuando llegue el beso tuyo
mi boca esté ocupada en otros labios.
Entonces no valdrá que me supliques.
El deseo de ti se habrá marchado
y el deseo no vuelve una vez ido.
Ahora que te rodea mi deseo,
como un fruto que envuelve su semilla,
tienes que decidirte. En este instante.
El tiempo cuenta aprisa la existencia.
___
Yo no tengo enemigos. Si me dicen:
-"Aquellos extranjeros enemigos"-
yo veo únicamente a muchos seres
sencillos, como yo. Con uniforme,
como yo. Con fusiles, como yo.
-
Que piensan, como yo, en cosas corrientes:
el beso de una madre, novia, esposa;
un vaso de cerveza al mediodía;
el hogar, el trabajo, los amigos...
Y esa pizca de amor que de repente
hallamos extraviada en una esquina.
Yo no tengo enemigos. Si me dicen:
-"Mata a los extranjeros enemigos"-
yo no sé a quién matar. No lo son ellos.
No son mis enemigos. Soy como ellos.
Si a alguien he de matar es al que ordena
matar a los que son como yo mismo.
Quien quiere que me mate en otra efigie.
Quien quiere que me muera en otra muerte.
Quien es, si obedecemos, poderoso.
No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.
No a que me absorba cualquier divinidad.
No a un más allá, ni aun siendo el paraíso
reservado a islamitas, con beldades
que un libro garantiza siempre vírgenes.
Porque esos son los juegos para ingenuos
en que mi agnosticismo nunca apuesta.
Mi envite es al no ser. A lo seguro.
Rechazo otro existir, tras consumida
mi ración de este guiso indigerible.
Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.
___
Tienes que decidirte. Yo no puedo
ir dejando pasar todos los coches.
El tiempo cuenta aprisa la existencia.
No se detiene, duda y retrocede.
Es ahora la ocasión. Si tardas mucho,
acaso cuando llegue el beso tuyo
mi boca esté ocupada en otros labios.
Entonces no valdrá que me supliques.
El deseo de ti se habrá marchado
y el deseo no vuelve una vez ido.
Ahora que te rodea mi deseo,
como un fruto que envuelve su semilla,
tienes que decidirte. En este instante.
El tiempo cuenta aprisa la existencia.
___
Yo no tengo enemigos. Si me dicen:
-"Aquellos extranjeros enemigos"-
yo veo únicamente a muchos seres
sencillos, como yo. Con uniforme,
como yo. Con fusiles, como yo.
-
Que piensan, como yo, en cosas corrientes:
el beso de una madre, novia, esposa;
un vaso de cerveza al mediodía;
el hogar, el trabajo, los amigos...
Y esa pizca de amor que de repente
hallamos extraviada en una esquina.
Yo no tengo enemigos. Si me dicen:
-"Mata a los extranjeros enemigos"-
yo no sé a quién matar. No lo son ellos.
No son mis enemigos. Soy como ellos.
Si a alguien he de matar es al que ordena
matar a los que son como yo mismo.
Quien quiere que me mate en otra efigie.
Quien quiere que me muera en otra muerte.
Quien es, si obedecemos, poderoso.