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lunes, 10 de diciembre de 2012

"Cuentos viejos", poema, de Fernando Franco Fernández

Cuentos viejos

Ya me lo encargó al venirme
desde Madrid para el pueblo.
No pase usted nunca apuros
por él, porque está muy bueno.
Siempre va tan arreglado,
con su elegante sombrero,
su gabán con sus galones...
en fin, que va muy compuesto.
-Pues tendrá que trabajar
muchísimo para eso.
-Por las mañanas va a misa,
por las tardes de paseo
y por las noches al Real.
-¿Pues qué es entonces?
                                  -Cochero.
___

A una tiple que no muestra
condiciones para el canto
y que es fea cual ninguna,
siempre la están alabando
en sus descuidadas crónicas
los revisteros de teatros.
La otra noche oí que decía
su madre en el escenario:
-Para belleza mi niña:
como Luz no existen cuatro;
además es una tiple
merecedora de aplausos.
¡Con qué sentimiento canta!-
Y replicó Don Eduardo
que es un hombre muy bromista:
-En eso, de acuerdo estamos;
con gran sentimiento canta
de aquel que la está escuchando.
___

Estaba hace pocos días
con otros Don Cayetano
en la mesa de un café
sobre política hablando.
Cuál cartera era mejor
disentían enfadados
y después de dar los más
su parecer sobre el caso,
con aire muy superior
exclamó Don Cayetano:
-Señores, desengañadse,
el asunto está bien claro.
Si al resolver una crisis
a mi me ofreciesen algo,
desempeñaría yo
con un verdadero agrado
la cartera de... piel rusa
que empeñé el pasado año,
cuando por economías
excedente me dejaron.
___

La mujer de un jornalero
dio a luz un hermoso niño
que llamaba la atención
por lo blanco y lo rollizo.
Con grande solemnidad
dispusieron el bautizo
haciendo para tal acto
múltiples preparativos,
y al exclamar lo de volo
con retintín el padrino,
considerando una ofensa
este vocablo latino,
dijo el padre del muchacho
con gran enfado: -Paquillo,
te reviento si encomienzas
a poner motes al chico.

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