La noche cristaliza.
El frío penetra
cada poro
y llega hasta la sangre.
Circula
su fuego
por mi cuerpo.
Noto un peso.
Una presión
que me hunde
levemente
en la arena.
No la gravedad,
es algo más.
Recuerdo
la energía oscura,
aún sin explicar,
que mantiene acelerado
y en expansión continua
y geométrica
al universo.
El cielo es negro ahora,
pero además,
en un 74%,
es inexplicable.
Las galaxias se separan
unas de otras velozmente
y cada vez más rápido,
porque el universo
se hincha
desde dentro
a sí mismo,
como si quisiera
reventar.
Si hay Dios,
es un suicida,
y si no el Caos
hace honor
al nombre.
Vicente Luis Mora
Los átomos pesan, pero tú eres leve,
semejante a las paredes de los conjuntos, a la teoría de los bordes
(porque me hundo al mirarte, en un océano de órbitas,
en una corriente levógira de espuma de elipses,
en un caudal de antimateria dis olv e n t e )
y aunque los átomos tengan masa, y cuerpo,
tú eres leve,
como si no quisieras otra órbita
que la pureza del hueco.
Sofía Rhei
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