Preparar nuestro equipaje,
las maletas, los sombreros, los visados,
desearnos muy buenas noches, irnos, ir a otro cuarto,
otro barrio y otra ciudad, distante,
bajo otro sol, otra galaxia y otro tiempo,
otra intemperie,
cúmulo de estrellas diferente, otro sinfín,
paralelo o simplemente interior.
Ya estamos agotados. De palabras.
Del silencio, que se nos echa,
de lo dispuesta que está, y desde siempre,
a caer la noche.
Del verano siempre somnoliento. Y qué lento es el consciente
que en su mirada envuelve todo. Y qué rápido este instante
ya agarra su maleta
y jamás vuelve.
Y se queda alguien o algo
solo. A amarle. A amarle para siempre.
Mientras, hasta la eternidad no es eterna.
Zhivka Baltadzhieva
Lo que escribo
viaja sin mí.
*
Mi idioma
dice lo mismo y
su distinto
sin contradecirse.
*
Destejo lo que escribo,
araño y escupo,
pero me continúa.
*
Estas líneas me llevan la contraria,
son el antídoto
a favor de mí mismo.
*
Todo lo bueno
se desvanece
en la papelera.
*
Ni siquiera el idioma
nos ayuda a ser nosotros mismos.
Agustín Calvo Galán
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