La palabra: ideas y preguntas
Un aforismo es el mínimo de algún máximo.
El aforismo es el más científico de los géneros literarios.
La poesía es siempre universal, la historia es siempre
particular.
La poesía es más científica que la historia.
Una idea buena que no cabe en una buena frase, pues no es
una idea tan buena.
Hay por lo menos tres lenguajes universales: el musical, el
matemático y el genético.
Adjetivos y sustantivos forman a veces pegajosas alianzas:
huellas imperecederas, voluntad inquebrantable, pertinaz sequía, sólidas
creencias, profundas convicciones...
Conversar es una buena idea porque, en general, no ignoramos
lo mismo.
Cuando la respuesta es mucho más corta que la pregunta, es
que la respuesta no está interesada en la pregunta, no más, al menos, de lo que
lo estaba la pregunta en la respuesta.
El qué es
lenguaje, el cómo es ciencia, el para qué es tecnología y el porqué es, quizá, filosofía.
El qué del cómo es el lenguaje de la ciencia.
El qué del porqué es el lenguaje de la filosofía.
El porqué del cómo es filosofía de la ciencia.
El porqué del qué es la filosofía del lenguaje.
El cómo del qué es la ciencia del lenguaje.
El para qué del qué es la técnica del lenguaje.
La tendencia de los niños es pasar directamente del qué al porqué, es decir, del lenguaje a la filosofía.
¿Para qué el qué?
Para hablar.
¿Para qué el cómo?
Para anticipar.
¿Para qué el para qué?
Para proyectar.
¿Para qué el porqué?
Para ganar tiempo... o para perderlo.
La gravitación de Newton no explica por qué se atraen dos
masas sino cómo lo hacen.
La gravitación de Einstein se plantea por qué se atraen dos
masas y lo que encuentra es otro cómo
más general.
A más cómo, menos por qué.
La velocidad es la capacidad para cambiar de posición.
La fuerza es la capacidad para cambiar de velocidad.
El trabajo es la capacidad para mover una fuerza.
La energía es la capacidad para crear trabajo.
La masa es la desgana de un cuerpo para cambiar de
velocidad.
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