SUEÑO
Se abría la tierra
y el agua subterránea
se condensaba en un diamante
que se incrustaba
en la frente de un caballo blanco.
Vanas eran a su paso
las arenas inextinguibles,
vanos los vientos y las tempestades.
No creas en la aridez del desierto,
es solo un mapa
de la expectativa.
Cuando su tacto hiere
se configura tu rostro en el horizonte
y se confunde con las rachas luminosas
lanzadas por el caballo
que galopa ya
por encima de los círculos
de los siete cielos.
Dos lunas en el cenit
diluyen la fuga de los tiempos.
LÍNEAS
Una vez más el paisaje fugitivo,
el lago, los valles,
los árboles que corren como ríos.
Llega una nube
y ciega la mirada;
luego descubre
un mar, un fuego.
Cuando duermes
se recoge la vela de tu tiempo,
se borra el libro
por la magia de la sombra
y pasa a tus sueños la escritura.
A mis ojos,
la desaparición de tu día,
y mi quedar en mi día y en mi noche.
La belleza se desliza en su órbita.
En la isla que se aleja
tensas el arco.
La flecha sigue su línea.
Yo la mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario