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miércoles, 19 de febrero de 2014

"Cantos de Amor" de Ausias March, en traducción de Jorge de Montemayor, "Canto XI"

CANTO XI

Leixant aparte Vestil dels trobadors

Dexemos el poeta apassionado,
con cuyo estilo la verdad se offende;
tomad el mío a ella afficionado,
lo menos no dirá que en vos entiende.
No me creerá quien nunca os ha mirado;
y aun quien os vee tampoco os comprehende,
que quien el cuerpo os vio y el alma ignora,
en creerme, y no sentirlo, gime y llora.
¿Qué ojo puede haver tan innocente,
que no juzgue por alta essa figura?
Mas no lo juzgará como el prudente,
qu'el otro no vee más de la hermosura.
Lo que se participa fácilmente
conoscerá el grossero, y lo procura:
cómo es color, y talle, y lindo gesto,
mas no la condición, ni el prosupuesto.
No hay moço, viejo, lego, ni letrado
que acabe de dezir lo que meresce
un cuerpo de beldad acompañado,
si guarda castidad, y allí floresce
vuestro divino seso, y estremado
se sabe assí regir que os engrandesce.
No soys virgen, señora, pero basta
que quiera Dios que aya de vos casta.
La buena massa os basta a vos, señora,
a do sus dones siempre Dios reparte.
Si ha hecho sabias, buenas hasta aora,
doña Teresa alcança mayor parte;
tan gran conoscimiento en ella mora,
que no podrá faltar de ninguna arte:
al más devoto ciega y le entretiene,
su entendimiento a otros mil mantiene.

Venecia en tanta paz no se sostiene,
como su seso, ni hay tal regimiento;
mil subtilezas siempre en sí mantiene,
no hay qué tachalle en habla o movimiento:
tal gozo el hombre sabio en verla tiene
y en occuparse en ver su entendimiento,
que aquel desseo del cuerpo no s'estiende
al appetito baxo, ni le offende.

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