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lunes, 14 de mayo de 2012

'Observaciones y máximas de Blas', de Noel Clarasó (23)

REFLEXIONES (5, y fin)

Los seres humanos, hombre y mujer, pierden siempre vistos de cerca; pero no hay más remedio que acercarse a ellos si queremos que nos saquen de algún apuro.

La verdad no siempre da mal resultado, pero muchas veces da vergüenza; por esto se miente tanto.

Cuando nos caemos en un suelo completamente llano, prefiriríamos que otro hubiese puesto una piedra para tener contra quien enfadarnos.

No sé por qué se desprecia tanto a los escritores que copian de otros; es mucho más pesado copiar que inventar y copiar al pie de la letra es un trabajo de negros. Si saben limitarse a copiar cosas interesantes nos hacen, además, un gran favor.

Nadie cree en la maldad confesada por adelantado; he aquí una verdad que conviene tener presente.

La voluntad de acabar todo lo que se empieza estropea los mejores impulsos del hombre.

Solo los humildes se contentan con ser un poco felices y un poco desgraciados.

La única molestia inevitable del tabaco es que los otros también fumen.

Muchas cosas que son agradables cuando empiezan también lo son cuando acaban; así nos proporcionan doble placer.

A los hombres que hablan idiomas distintos les bastan muy pocas palabras para entenderse.

El trueno anuncia la tempestad; pero cuando suena ya hace rato que ha caído el rayo.

Todas las profesiones son envidiables; lo único pesado es ejercerlas.

Si el acreedor pensara más en la otra vida, el deudor lo pasaría mejor en esta.

Es mucho más fácil saber cómo tendrían que ser las cosas que saber cómo son. Para saber cómo son hace falta observarlas; para saber cómo tendrían que ser no hace falta nada. Todo el mundo puede inventar un sistema.

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