Con el anterior título no pretendo dar una noticia de actualidad (que de serlo, ¡insuperable!) sino remontarme a 1918, año en que Huidobro visita brevemente España viniendo de París y revoluciona al personal (a los poetas, quiero decir, no mucho más) con su obra, dejando el impulso para que en España (tanto tiempo después que en Italia, Suiza y Francia), se den las vanguardias.
En el breve lapso que Huidobro estuvo en Madrid, le dio tiempo a publicar cuatro libros y a reeditar un quinto. Publica Hallali y Tour Eiffel, en francés, y Poemas árticos y Ecuatorial, en español; reedita El espejo de agua, que en 1916 saliera en Buenos Aires.
¿Por qué me refiero a estos libros? Acabo de conluir una muestra de poetas surrealistas y casi sin pretenderlo comienzo mañana una del ultraísmo español. El culpable, el autor de la antología de la que mañana te hablo. Así que no he podido menos que visitar a Vicente (Huidobro), también por otros motivos hice estas visitas, y traerte a Poesía Abierta los libros y poemas suyos que tan decisivos fueron para que las vanguardias tomaran cuerpo en España.
Cuidado, cuidado, no te crees falsas expectativas. Vicente publicó Hallalai y Tour Eiffel en francés, sin preocuparse lo más mínimo de que yo pudiera entender su contenido, así que en justa reciprocidad no me preocuparé de mostrar estas obras suyas. De Poemas árticos, os daré muestra con cuenta gotas cada jueves a partir del próximo. Y, por último, los dos poemas que yo creo que más han influido en aquel tiempo y con posterioridad de entre estos cuatro libros: "Arte poética" de El espejo de agua y el poema-libro Ecuatorial. Todos los poemas, aviso, son fieles reproducciones de la edición de 1918, que he podido ver a mi gusto en la BNE. ¿Por qué lo hago? Porque hablo de Vicente en relación al impulso creacionista que dio a los poetas españoles. ¿Por qué lo digo? Porque he visto más de una edición de Ecuatorial (inclusive la web que tomé para preparar la mía), y desde la primera línea (no en la web) se notan algunos cambios.
Sin más, ahí van. Disfruta, esta vez no te quejarás de que he sido breve.
ARTE POÉTICA
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en en ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas!
Hacedla florecer en el poema;
Solo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol
El Poeta es un pequeño Dios.
Ecuatorial (Edición madrileña de 1918)
Era el tiempo en que se abrieron mis párpados sin alas
Y empecé a cantar sobre las lejanías desatadas
Saliendo de sus nidos
Atruenan el aire las banderas
LOS HOMBRES
ENTRE LA YERBA
BUSCABAN LAS FRONTERAS
Sobre el campo banal
el mundo muere
De las cabezas prematuras
brotan alas ardientes
Y en la trinchera ecuatorial
trizada a trechos
Bajo la sombra de aeroplanos vivos
Los soldados cantaban en las tardes duras
Las ciudades de Europa
Se apagan una a una
Caminando al destierro
El último rey portaba al cuello
Una cadena de lámparas extintas
Las estrellas
que caían
Eran luciérnagas del musgo
Y los afiches ahorcados
pendían a lo largo de los muros
Una sombra rodó sobre la falda de los montes
Donde el viejo organista hace cantar las selvas
El viento mece los horizontes
Colgados de las jarcias y las velas
Sobre el arcoiris
Un pájaro cantaba
Abridme la montaña
Por todas partes en el suelo
He visto alas de golondrinas
Y el cristo que alzó el vuelo
Dejó olvidada la corona de espinas
Sentados sobre el paralelo
Miremos nuestro tiempo
SIGLO ENCADENADO EN UN ÁNGULO DEL MUNDO
En los espejos corrientes
Pasan las barcas bajo los puentes
Y los ángeles-correo
Reposan en el humo de los dreadnought
Entre la hierba
silba la locomotora en celo
Que atravesó el invierno
Las dos cuerdas de su rastro
Tras ella quedan cantando
Como una guitarra indócil
Su ojo desnudo
Cigarro del horizonte
Danza entre los árboles
Ella es el Diógenes con la pipa encendida
Buscando entre los meses y los días
Sobre el sendero equinoccial
Empecé a caminar
Cada estrella
Es un obús que estalla
Las plumas de mi garganta
Se entibiaron al sol
que perdió un ala
El divino aeroplano
Traía un ramo de olivo entre las manos
Sin embargo
Los ocasos heridos se desangran
Y en el puerto los días que se alejan
Llevaban una cruz en el sitio del ancla
Cantando nos sentamos en las playas
Los más bravos capitanes El capitán Cook
En un iceberg iban a los polos Caza aurora boreales
Para dejar su pipa en labios En el polo sur
Esquimales
Otros clavan frescas lanzas en el Congo
El corazón del África soleado
Se abre como los higos picoteados
Y los negros
de divina raza
esclavos en Europa
Limpiaban de su rostro
la nieve que los mancha
Hombres de alas cortas
Han recorrido todo
Y un noble explorador de la Noruega
Como botín de guerra
Trajo de Europa
entre raros animales
Y árboles exóticos
Los cuatro puntos cardinales
Yo he embarcado también
Dejando mi arrecife vine a veros
Las gaviotas volaban en torno a mi sombrero
Y heme aquí
de pie
en otras bahías
Bajo el boscaje afónico
Pasan lentamente
las ciudades cautivas
Cosidas una a una por hilos telefónicos
Y las palabras y los gestos
Vuelan en torno del telégrafo
Quemándose las alas
cual dioses inexpertos
Los aeroplanos fatigados
Iban a posarse sobre los para-rayos
Biplanos encinta
pariendo al vuelo entre la niebla
Son los pájaros amados
Que en nuestras jaulas han cantado
Es el pájaro que duerme entre las ramas
Sin cubrir la cabeza bajo el ala
En las noches
los aviones volaban junto al faro
El faro que agoniza al fondo de los años
Alguien amargado
Las pupilas vacías
Lanzando al mar sus tristes días
Toma el barco
Partir
Y de allá lejos
Mirar las ventanas encendidas
Y las sombras que cruzan los espejos
Como una bandada
de golondrinas jóvenes
Los emigrantes cantaban sobre las olas invertidas
MAR
MAR DE HUMAREDAS VERDES
Yo quería ese mar para mi sed de antaño
Lleno de flotantes cabelleras
Sobre esas olas fuéronse mis ansias verdaderas
Bajo las aguas gaseosas
Un serafín náufrago
teje coronas de algas
La luna nueva
con las jarcias rotas
Ancló en Marsella esta mañana
Y los más viejos marineros
En el fondo del humo de sus pipas
Habían encontrado perlas vivas
El capitán del submarino
Olvidó en el fondo su destino
Al volver a la Tierra
Vio que otro llevaba su estrella
Desterrados fiebrosos del planeta viejo
Muerto al alzar el vuelo
Por los cañones antiaéreos
Un emigrante ciego
Traía cuatro leones amaestrados
Y otro llevaba al hospital del puerto
Un ruiseñor desafinado
Aquel piloto niño
que olvidó su pipa humeante
Junto al volcán extinto
Encontró en la ciudad
los hombres de rodillas
Y vio alumbrar las vírgenes encinta
Allá lejos
Allá lejos
Vienen pensativos
los buscadores de oro
Pasan cantando entre las hojas
Sobre sus hombros
Traen la California
Al fondo del crepúsculo
Venían los mendigos semi-mudos
Un rezador murmullo
Inclinaba los árboles
Sobre los mares
Huyó el Estío
QUÉ DE COSAS HE VISTO
Entre la niebla vegetal y espesa
Los mendigos de las calles de Londres
Pegados como anuncios
Contra los fríos muros
Recuerdo bien
Recuerdo
Aquella tarde en Primavera
Una muchacha enferma
Dejando sus dos alas a la puerta
Entraba al sanatorio
Aquella misma noche
bajo el cielo oblongo
Diez Zeppelines vinieron a París
Y un cazador de jabalís
Dejó sangrando siete
Sobre el alba agreste
Entre la nube que rozaba el techo
Un reloj verde
Anuncia el año
1917
LLUEVE
Bajo el agua
Enterraban los muertos
Alguien que lloraba
Hacía caer las hojas
Signos hay en el cielo
Dice el astrólogo barbudo
Una manzana y una estrella
Picotean los búhos
Marte
pasa a través de
Sagitario
SALE LA LUNA
Un astro maltratado
Se desliza
Astrólogos de mitras puntiagudas
De sus barbas caían copos de ceniza
Y heme aquí
Entre las selvas afinadas
Más sabiamente que las viejas arpas
En la casa
que cuelga del vacío
Cansados de buscar
los Reyes Magos se han dormido
Los ascensores descansan en cuclillas
Y en todas las alcobas
Cada vez que da la hora
Salía del reloj un paje serio
Como a decir
El coche aguarda
mi señora
Junto a la puerta viva
El negro esclavo
abre la boca prestamente
Para el amo pianista
Que hace cantar sus dientes
Esta tarde yo he visto
Los últimos afiches fonográficos
Era una confusión de gritos
Y cantos tan diversos
Como en los puertos extranjeros
Los hombres de mañana
Vendrán a descifrar los jeroglíficos
Que dejamos ahora
Escritos al revés
Entre los hierros de la Torre Eiffel
Llegamos al final de la refriega
Mi reloj perdió todas sus horas
Yo te recorro lentamente
Siglo cortado en dos
Y con un puente
Sobre un río sangriento
Camino de Occidente
Una tarde
al fondo de la vida
Pasaba un horizonte de camellos
En sus espaldas mudas
Entre dos pirámides huesudas
Los hombres del Egipto
Lloran como los nuevos cocodrilos
Y los santos en tren
buscando otras regiones
Bajaban y subían en todas las estaciones
Mi alma hermana de los trenes
Un tren puede rezarse como un rosario
La cruz humeante perfumaba los llanos
Henos aquí viajando entre los santos
El tren es un trozo de la ciudad que se aleja
El anunciador de estaciones
Ha gritado
Primavera
Al lado izquierdo
30 minutos
Pasa el tren lleno de flores y de frutos
El Niágara ha mojado mis cabellos
Y una neblina nace en torno de ellos
Los ríos
Todos los ríos de las nacientes cabelleras
Los ríos mal trenzados
Que los ardientes veranos han besado
Un paquebot perdido costeaba
Las islas de oro de la Vía Láctea
La cordillera Andina
Veloz como un convoy
Atraviesa la América Latina
El Amor
El Amor
En pocos sitios lo he encontrado
Y todos los ríos no explorados
Bajo mis brazos han pasado
Una mañana
Pastores alpinistas
Tocaban el violín sobre la Suiza
Y en la estrella vecina
Aquel que no tenía manos
Con las alas tocaba el piano
Siglo embarcado en aeroplanos ebrios
A DONDE IRÁS
Caminando al destierro
El último rey portaba al cuello
Una cadena de Lámparas extintas
Y ayer vi muerta entre las rosas
La amatista de Roma
ALFA
OMEGA
DILUVIO
ARCO-IRIS
Cuántas veces la vida habrá recomenzado
Quién dirá todo lo que en un astro ha pasado
Sigamos nuestra marcha
Llevando la cabeza madura entre las manos
EL RUISEÑOR MECÁNICO HA CANTADO
Aquella multitud de manos ásperas
Lleva coronas funerarias
Hacia los campos de batalla
Alguien pasó perdido en su cigarro
QUIÉN ES
Una mano cortada
Dejó sobre los mármoles
La línea Ecuatorial recién brotada
Siglo
Sumérgete en el sol
Cuando en la tarde
Aterrice en un campo de aviación
Hacía el solo aeroplano
Que cantará un día en el azul
Se alzará de los años
Una bandada de manos
CRUZ DEL SUR
SUPREMO SIGNO AVIÓN DE CRISTO
El niño sonrosado de las alas desnudas
Vendrá con el clarín entre los dedos
El clarín aún fresco que anuncia
El Fin del Universo
¡Actualidad! Tan fugaz/ En su cogollo y su miga,/ Regala a mi lentitud/ El sumo sabor a vida. Jorge Guillén
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domingo, 30 de septiembre de 2012
sábado, 29 de septiembre de 2012
Lunes 1 de octubre en Clamores, Alfredo Poyo y Cristina Narea con el libro de Poyo: "De roca a roca y tiro por esta sombra"
Palabras de Mikel Kortabitarte dirigidas a Bolo (director de la colección Hecho en Lavapiés) sobre el libro de Poyo:
Hola, Bolo. Antes de decir algo concreto de "De Roca a Roca... ", confesarte que lo primero que me ha venido a la azotea es el arranque de una canción de Lichis [La Cabra Mecánica], "Valientes", -qué curioso, también él esta hecho en Lavapiés-:" Recibo libros de poetas amigos, de cargos de coraje a tumba abierta y dinero perdido, todos escriben como supongo se ha de escribir, me gusta decirles que me ayuda a vivir". Y A Poyo le diría eso, que me ayuda a vivir. Cuando leía el manuscrito no podía dar crédito de las posibles lecturas que había, eran infinitas, los poemas cambiaban según mi estado de ánimo, entre la dureza de las palabras y frases o no frases, a veces atrapado en qué coño querrá este de mí, me gustaba y me gusta darles vueltas. Un día me puse a jugar como un niño en clase de lengua con las comas, puntos, interrelaciones y demás signos. Nunca antes había leído algo jugando así, a veces el resultado es demoledor, y otras creo que no tiene nada que ver con lo que Poyo ha escrito y es un poema mío. (Eso también me gusta.) Qué ratos más buenos jugando a ser poeta. Releer este poemario es como leer un libro de 5000 páginas, que finito él se hace infinito. Me lo pasaste hace un año y todavía no lo he terminado, un gran regalo. Eskerrik asko Bolo eta zorionak Poyo.
Poema que abre el libro:
si la tierra fue lisa sólo agua alguna vez una monda atrevida del cosmos bola de vientre mimada por falo de luz … un crujir de cordón tal vez contractura meridional y emergió la roca para nombrarnos en materia mientras artista del silencio la sombra narra el movimiento de nuestra presencia y dilata y giramos … siempre amarrada al suelo o medio colgá la roca es la tierra el útero que late llueve ofrenda y crecemos cuando existe la caricia … hilandera la roca es mamá todos somos arrugas cordilleras de muchos momentos sobre un vacío que grita quen la roca todo es piedra menos manos corazón y la sombra nuestra palabra mágica la memoria de nuestro baile
viernes, 28 de septiembre de 2012
Muestra de "πoetas (primera antología de poesía con matemáticas)"
En la pasada Semana Complutense de las Letras expusimos contenido de la antología en imágenes preparadas para la ocasión por el antologado, maquetador y diseñador Julio Reija. Para esta misma ocasión yo preparé un texto. Hoy os doy el texto y mi poema editado por Julio Reija. En próximas ocasiones, viernes a viernes, más poemas en imágenes.
Aristóteles en su Poética distingue poesía didáctica de épica, y con ellas las obras de Empédocles y Homero; a resultas de que la ciencia y el verso ya entonces se avenían muy bien. Aunque, si me permites, prefiero decir que el romance entre ciencia y poesía es viejo, o, tal vez, si no te escandalizas, que se vienen amancebando desde antiguo.
Con πoetas pretendemos ofecerte dos cosas: un repaso a las relaciones previas entre poesía y matemáticas (¡con pelos, fluidos y señales!) y una muestra de la poesía actual más valiosa con elementos de matemáticas.
Estas palabras sé que no te asustarán, porque es probable que hayas visto parte de la muestra antes que este texto, pero por si acaso me permito una pequeña reflexión sobre su acercanza.
Estarás conmigo sin vacilaciones en que el elemento distintivo de las matemáticas es la abstracción, ¿cierto? Pues tampoco creo que te cueste mucho admitir que no hay poesía sin metáfora. No estoy con Ortega y Gasset cuando dice que “la metáfora es el álgebra superior de la poesía”, soy más radical: la metáfora es la aritmética elemental de la poesía, el simple y fundamental arte de contar.
Volviendo, ¿acaso abstracción y metáfora no son la misma cosa? ¿No es su común intención la de llegar a descubrir conexiones esenciales entre lo que a simple vista parece distinto? Abstracción y metáfora se sustentan en la identificación de realidades, circunstancias, hechos… de diferentes naturalezas. En común, el número, por eso me refiero a él para enmendar a Ortega. ‘Un’, artículo indeterminado. Pues ese uno nos vale por igual para referir a un gato, un hombre o mujer, un pueblo, un país, un continente, un mundo; tanto para lo singular como para lo plural. ¿Hay metáfora más completa?
Aritmética, geometría, astronomía, álgebra, lógica, topología… son fuentes de belleza poderosísimas que encierran multitud de metáforas que el verso gana con incorporar. El de las matemáticas es un lenguaje viejo para un verso nuevo. La poesía, como el universo, no tiene sus límites cerrados, sino que están en continua expansión. Los autores de πoetas son exploradores audaces que superan las lindes del mundo conocido. ¿Quién dijo que el fin del mundo está en Finisterre? Aquel, aquellos, que quisieron encerrarnos en sus dominios.
Aristóteles en su Poética distingue poesía didáctica de épica, y con ellas las obras de Empédocles y Homero; a resultas de que la ciencia y el verso ya entonces se avenían muy bien. Aunque, si me permites, prefiero decir que el romance entre ciencia y poesía es viejo, o, tal vez, si no te escandalizas, que se vienen amancebando desde antiguo.
Con πoetas pretendemos ofecerte dos cosas: un repaso a las relaciones previas entre poesía y matemáticas (¡con pelos, fluidos y señales!) y una muestra de la poesía actual más valiosa con elementos de matemáticas.
Estas palabras sé que no te asustarán, porque es probable que hayas visto parte de la muestra antes que este texto, pero por si acaso me permito una pequeña reflexión sobre su acercanza.
Estarás conmigo sin vacilaciones en que el elemento distintivo de las matemáticas es la abstracción, ¿cierto? Pues tampoco creo que te cueste mucho admitir que no hay poesía sin metáfora. No estoy con Ortega y Gasset cuando dice que “la metáfora es el álgebra superior de la poesía”, soy más radical: la metáfora es la aritmética elemental de la poesía, el simple y fundamental arte de contar.
Volviendo, ¿acaso abstracción y metáfora no son la misma cosa? ¿No es su común intención la de llegar a descubrir conexiones esenciales entre lo que a simple vista parece distinto? Abstracción y metáfora se sustentan en la identificación de realidades, circunstancias, hechos… de diferentes naturalezas. En común, el número, por eso me refiero a él para enmendar a Ortega. ‘Un’, artículo indeterminado. Pues ese uno nos vale por igual para referir a un gato, un hombre o mujer, un pueblo, un país, un continente, un mundo; tanto para lo singular como para lo plural. ¿Hay metáfora más completa?
Aritmética, geometría, astronomía, álgebra, lógica, topología… son fuentes de belleza poderosísimas que encierran multitud de metáforas que el verso gana con incorporar. El de las matemáticas es un lenguaje viejo para un verso nuevo. La poesía, como el universo, no tiene sus límites cerrados, sino que están en continua expansión. Los autores de πoetas son exploradores audaces que superan las lindes del mundo conocido. ¿Quién dijo que el fin del mundo está en Finisterre? Aquel, aquellos, que quisieron encerrarnos en sus dominios.
Jesús Malia
En 'Versiones' de Rosario Castellanos St.-John Perse (17)
XI (2, y fin)
Una noche, color de cebolla y de escabiosa, en que hasta la tórtola verde de los acantilados enseña a nuestras fronteras su gemido dichoso de flauta acuática, la cineraria marítima y el pájaro de alta mar se nos desnudaron de su grito.
Una noche más tibia para la frente que nuestras cinturas desceñidas, hasta que el ladrido remoto de las Parcas se durmió en el vientre de las colinas;
el tordo de los jardines había cesado de
ser su cantor y la mar continuaba siendo lo que fue desde su nacimiento.
Nosotras hemos pronunciado la hora más hermosa, aquella más hermosa que en la que fueron concebidas de nuestras madres las doncellas más hermosas. La carne será esta noche perfecta. Y la ablución del cielo nos lava de un fardo de párpados. ¡Amor, eres tú, no haya inadvertencia!
El que no haya amado de día, amará esta noche. Y el que nazca esta noche será cómplice nuestro para siempre. Las mujeres llaman en la noche. Las puertas se abren sobre el mar. Y los grandes salones solitarios se inflaman con las antorchas del poniente.
¡Abrid, abrid al viento de la mar vuestras tinajas de hierbas olorosas!
Las plantas lanudas se colocan sobre los cabos y en los escombros de pequeñas conchas. Los monos azules bajan de las rocas bermejas, cebados de higos espinosos. Y el hombre, que tallaba una taza de ofrenda en el cuarzo, cede a la mar llameante su ofrenda.
Allá arriba, desde donde se nos solicita, se oyen las voces claras de las mujeres a nuestras puertas -¡última noche!-. Y nuestras vestiduras de gasa están sobre los lechos que visita la brisa. Allá arriba van las siervas, oreando nuestras lencerías y nuestras lencerías de mujeres para la noche.
Y la fescura del lino está sobre las mesas; la platería de la última noche es sacada de las arcas de viaje... Nuestras cámaras se abren sobre la mar. Y la noche pasa hundiendo un abrazo de ídolo. En los templos sin ritos el sol de los muertos ordena sus fogatas de oro mientras las mulas polvorientas se detienen en las arquerías de los patios.
¡Esta es la hora, oh vivientes!, en la que el céfiro de la mar cede su sitio al último soplo de la tierra. El árbol, anillado como un esclavo, abre su fronda susurrante. Nuestros huéspedes se extravían sobre las pendientes en busca de pistas hacia la mar; las mujeres buscan lavandas y nosotras mismas estamos bañadas de la ablución nocturna... No hay ninguna amenaza en la frente de la noche, solo ese gran cielo marítimo con blancura de alfanje. Luna de menta en el Oriente. Una estrella verde en el cielo bajo, como un garañón que ha probado la sal. Y el hombre de mar está en nuestros sueños.
¡Tú, el mejor de los hombres, ven y saquea!
Una noche, color de cebolla y de escabiosa, en que hasta la tórtola verde de los acantilados enseña a nuestras fronteras su gemido dichoso de flauta acuática, la cineraria marítima y el pájaro de alta mar se nos desnudaron de su grito.
Una noche más tibia para la frente que nuestras cinturas desceñidas, hasta que el ladrido remoto de las Parcas se durmió en el vientre de las colinas;
el tordo de los jardines había cesado de
ser su cantor y la mar continuaba siendo lo que fue desde su nacimiento.
Nosotras hemos pronunciado la hora más hermosa, aquella más hermosa que en la que fueron concebidas de nuestras madres las doncellas más hermosas. La carne será esta noche perfecta. Y la ablución del cielo nos lava de un fardo de párpados. ¡Amor, eres tú, no haya inadvertencia!
El que no haya amado de día, amará esta noche. Y el que nazca esta noche será cómplice nuestro para siempre. Las mujeres llaman en la noche. Las puertas se abren sobre el mar. Y los grandes salones solitarios se inflaman con las antorchas del poniente.
¡Abrid, abrid al viento de la mar vuestras tinajas de hierbas olorosas!
Las plantas lanudas se colocan sobre los cabos y en los escombros de pequeñas conchas. Los monos azules bajan de las rocas bermejas, cebados de higos espinosos. Y el hombre, que tallaba una taza de ofrenda en el cuarzo, cede a la mar llameante su ofrenda.
Allá arriba, desde donde se nos solicita, se oyen las voces claras de las mujeres a nuestras puertas -¡última noche!-. Y nuestras vestiduras de gasa están sobre los lechos que visita la brisa. Allá arriba van las siervas, oreando nuestras lencerías y nuestras lencerías de mujeres para la noche.
Y la fescura del lino está sobre las mesas; la platería de la última noche es sacada de las arcas de viaje... Nuestras cámaras se abren sobre la mar. Y la noche pasa hundiendo un abrazo de ídolo. En los templos sin ritos el sol de los muertos ordena sus fogatas de oro mientras las mulas polvorientas se detienen en las arquerías de los patios.
¡Esta es la hora, oh vivientes!, en la que el céfiro de la mar cede su sitio al último soplo de la tierra. El árbol, anillado como un esclavo, abre su fronda susurrante. Nuestros huéspedes se extravían sobre las pendientes en busca de pistas hacia la mar; las mujeres buscan lavandas y nosotras mismas estamos bañadas de la ablución nocturna... No hay ninguna amenaza en la frente de la noche, solo ese gran cielo marítimo con blancura de alfanje. Luna de menta en el Oriente. Una estrella verde en el cielo bajo, como un garañón que ha probado la sal. Y el hombre de mar está en nuestros sueños.
¡Tú, el mejor de los hombres, ven y saquea!
jueves, 27 de septiembre de 2012
Erica Lucchi pinta estos magníficos mandalas (2)
El día 4 de octubre exposición en Madrid, con clase previa de prueba para quien guste y contacte a Erica. También consulta aquí.
"Oí" y "Contra sí", dos poemas de Francisco Pino
Oí
Oí cerrar oí la vida
¿Quién inventó la verja?
Nada de lo que cierra es obra hermosa
ni el cuerpo ni la mente ni el poema
ni la luz
inventora
de límites perfiles
las estrellas
Solo la oscuridad alma tan alma
que en la playa de Dios se rompe
acaso
diga mi amor diga mi noche
Contra sí
La amistad
clavo
que (no clava)
desclava
La amistad
nudo
que (no ata)
desata
La amistad
(clavo
nudo)
contra sí
Oí cerrar oí la vida
¿Quién inventó la verja?
Nada de lo que cierra es obra hermosa
ni el cuerpo ni la mente ni el poema
ni la luz
inventora
de límites perfiles
las estrellas
Solo la oscuridad alma tan alma
que en la playa de Dios se rompe
acaso
diga mi amor diga mi noche
Contra sí
La amistad
clavo
que (no clava)
desclava
La amistad
nudo
que (no ata)
desata
La amistad
(clavo
nudo)
contra sí
miércoles, 26 de septiembre de 2012
María Sangüesa con su nuevo poemario en el Libertad
Jueves 27 de septiembre a las 19:30 H.
Para conocer algunos poemas de este libro sigue la etiqueta María Sangüesa.
"Amaranta" y "Silogismo", poemas de Bartrina
En el primero que os ofrezco. Grande Bartrina (1850-1880).
AMARANTA
Amaranta, más de cien
amarán tus mil encantos;
amar debes, y entre tantos
ama y da fe tú también
a quienes das más quebrantos;
a los que sufran por ti
ama; debe tu belleza
amar a aquellos que así
amarán con frenesí
Amaranta, tu nobleza.
SILOGISMO
Si al ser feliz creo serlo,
sufro en mi dichoso estado,
porque me hace desgraciado
solo el miedo de perderlo,
y si estoy bien sin saberlo,
pues no lo sé, no lo estoy.
Así,mañana como hoy,
ser feliz nunca podré,
pues si lo soy, no lo sé...
si lo sé..., ya no lo soy.
AMARANTA
Amaranta, más de cien
amarán tus mil encantos;
amar debes, y entre tantos
ama y da fe tú también
a quienes das más quebrantos;
a los que sufran por ti
ama; debe tu belleza
amar a aquellos que así
amarán con frenesí
Amaranta, tu nobleza.
SILOGISMO
Si al ser feliz creo serlo,
sufro en mi dichoso estado,
porque me hace desgraciado
solo el miedo de perderlo,
y si estoy bien sin saberlo,
pues no lo sé, no lo estoy.
Así,mañana como hoy,
ser feliz nunca podré,
pues si lo soy, no lo sé...
si lo sé..., ya no lo soy.
martes, 25 de septiembre de 2012
Quevedo, sonetos y palabras caídas
Oh, no me agrada nada este soneto, pero no puedo dejar de publicarlo porque aparece aquí una de las voces a punto de desaparecer en la 23ª edición del DRAE, "jigote". ¡Al rescate!, que es uno de los nuestros.
Mañoso artificio de vieja desdentada
Quéjaste, Sara, de dolor de muelas,
porque juzguemos que las tienes, cuando
te duelen por ausentes, y, mamando,
bocados sorbes y los sorbos cuelas.
De las encías quiero que te duelas,
con que estás el jigote aporreando;
no lames sacamuelas: ve buscando,
si les puedes hallar, un sacaabuelas.
Tu risa es, más que alegre, delincuente;
tienes sin huesos pulpas las razones,
y el raigón del mascar, lugarteniente.
No es malo, en amorosas ocasiones,
el no poder jamás estar a diente,
aunque siempre te falten los varones.
Calvo que se disimula con no ser cortés
Catalina, una vez que mi mollera
se arremangó, la sucedió... ¿Direlo?
Sí, que no se la pudo cubrir pelo,
si no se da a casquete o cabellera.
Desenvainado el casco, reverbera;
casco parece ya de morteruelo;
y, por cubrirle, a descortés apelo,
porque en sombrero perdurable muera.
Porque la calva oculta quede en salvo,
aventuro la vida, que yo quiero
antes mil veces ser muerto que calvo.
Yo no he de cabellar por mi dinero;
y pues de la mollera soy cuatralbo,
sírvame de cabeza mi sombrero.
Siendo como ha sido el trabajo que he hecho de (a mi parecer) tanto valor, y siendo como ha sido que con el verano ha pasado casi completamente desapercibido, es buena ocasión para anunciaros que he repasado la lista completa de las modificaciones que el DRAE incluirá en la 23ª edición. ¿Con qué fin? Establecer un registro permanente y fácilmente consultable y manipulable de las entradas que desaparecen del DRAE y de la edición en que lo hacen.
Así, la edición actual es la 22ª. Las entradas que ahora desaparecen del DRAE las incluyo bajo la etiqueta '22ª edición'. Como tengo el ánimo de seguir esta tarea mientras me quede vida, recojo el registro total bajo la etiqueta 'palabras caídas', donde alguna otra tendrá cabida de ediciones pasadas, las pocas que yo pueda topar. ¿Os hablé ya de 'letificar'? Para ponerlo fácil, estas etiquetas serán siempre accesibles desde el menú lateral.
Mañoso artificio de vieja desdentada
Quéjaste, Sara, de dolor de muelas,
porque juzguemos que las tienes, cuando
te duelen por ausentes, y, mamando,
bocados sorbes y los sorbos cuelas.
De las encías quiero que te duelas,
con que estás el jigote aporreando;
no lames sacamuelas: ve buscando,
si les puedes hallar, un sacaabuelas.
Tu risa es, más que alegre, delincuente;
tienes sin huesos pulpas las razones,
y el raigón del mascar, lugarteniente.
No es malo, en amorosas ocasiones,
el no poder jamás estar a diente,
aunque siempre te falten los varones.
Calvo que se disimula con no ser cortés
Catalina, una vez que mi mollera
se arremangó, la sucedió... ¿Direlo?
Sí, que no se la pudo cubrir pelo,
si no se da a casquete o cabellera.
Desenvainado el casco, reverbera;
casco parece ya de morteruelo;
y, por cubrirle, a descortés apelo,
porque en sombrero perdurable muera.
Porque la calva oculta quede en salvo,
aventuro la vida, que yo quiero
antes mil veces ser muerto que calvo.
Yo no he de cabellar por mi dinero;
y pues de la mollera soy cuatralbo,
sírvame de cabeza mi sombrero.
Siendo como ha sido el trabajo que he hecho de (a mi parecer) tanto valor, y siendo como ha sido que con el verano ha pasado casi completamente desapercibido, es buena ocasión para anunciaros que he repasado la lista completa de las modificaciones que el DRAE incluirá en la 23ª edición. ¿Con qué fin? Establecer un registro permanente y fácilmente consultable y manipulable de las entradas que desaparecen del DRAE y de la edición en que lo hacen.
Así, la edición actual es la 22ª. Las entradas que ahora desaparecen del DRAE las incluyo bajo la etiqueta '22ª edición'. Como tengo el ánimo de seguir esta tarea mientras me quede vida, recojo el registro total bajo la etiqueta 'palabras caídas', donde alguna otra tendrá cabida de ediciones pasadas, las pocas que yo pueda topar. ¿Os hablé ya de 'letificar'? Para ponerlo fácil, estas etiquetas serán siempre accesibles desde el menú lateral.
lunes, 24 de septiembre de 2012
'Observaciones y máximas de Blas', de Noel Clarasó (41)
CRÍTICA DE LA VIDA
"Las cosas hay que pensarlas antes de hacerlas" dicen los viejos, y se equivocan porque, si se piensan antes, no se hacen; y si se piensan después uno se arrepiente de haberlas hecho. Las cosas no hay que pensarlas nunca. El pensar y el hacer han de ir, para ir bien, cada uno por su lado.
No digas a nadie "me han contado una cosa fea de ti" sin decirle cuál; le recordarás demasiadas cosas a la vez.
Procura decir a los hombres lo que ellos piensan aunque no sea lo que piensas tú; así nadie te llamará estúpido.
Todos estamos expuestos a cometer errores. La gravedad empieza cuando nos damos cuenta de haberlos cometido y los queremos enmendar. Y lo peor de todo es confiar el arreglo a otra persona.
Las entrevistas solo se resuelven bien a solas, porque ante la otra persona nunca se dice lo que se tenía pensado ni suceden las cosas como uno esperaba.
Muchos fracasos provienen de haber olvidado que las cosas solo se arreglan cuando están estropeadas del todo.
Es prudente hacer lo que a uno le gusta, mientras las consecuencias no le perjudiquen demasiado.
Si uno acepta el combate se expone a dos peligros: a salir malparado o a dejar malparado a otro. No, no; no hay que ser cobarde.
Para que nos den la razón basta sostener lo contrario de lo que pensamos y no advertirlo hasta que el otro nos dice: no, estás equivocado.
El que dice las verdades pierde las amistades, pero oye muchas verdades que le ayudan a conocerse a sí mismo.
El que pega primero pega dos veces, si pega bien; si ha pegado mal se expone a deslucir el refrán.
"Las cosas hay que pensarlas antes de hacerlas" dicen los viejos, y se equivocan porque, si se piensan antes, no se hacen; y si se piensan después uno se arrepiente de haberlas hecho. Las cosas no hay que pensarlas nunca. El pensar y el hacer han de ir, para ir bien, cada uno por su lado.
No digas a nadie "me han contado una cosa fea de ti" sin decirle cuál; le recordarás demasiadas cosas a la vez.
Procura decir a los hombres lo que ellos piensan aunque no sea lo que piensas tú; así nadie te llamará estúpido.
Todos estamos expuestos a cometer errores. La gravedad empieza cuando nos damos cuenta de haberlos cometido y los queremos enmendar. Y lo peor de todo es confiar el arreglo a otra persona.
Las entrevistas solo se resuelven bien a solas, porque ante la otra persona nunca se dice lo que se tenía pensado ni suceden las cosas como uno esperaba.
Muchos fracasos provienen de haber olvidado que las cosas solo se arreglan cuando están estropeadas del todo.
Es prudente hacer lo que a uno le gusta, mientras las consecuencias no le perjudiquen demasiado.
Si uno acepta el combate se expone a dos peligros: a salir malparado o a dejar malparado a otro. No, no; no hay que ser cobarde.
Para que nos den la razón basta sostener lo contrario de lo que pensamos y no advertirlo hasta que el otro nos dice: no, estás equivocado.
El que dice las verdades pierde las amistades, pero oye muchas verdades que le ayudan a conocerse a sí mismo.
El que pega primero pega dos veces, si pega bien; si ha pegado mal se expone a deslucir el refrán.
'Hoy de cada día' y 'Evocación', un par de poemas de María Sangüesa en su libro 'Juegos de Sirena' (2)
Hoy de cada día
Solo puede darte el hoy de cada día,
un hoy cambiante y de sabor a brea
en giro de veletas -fersca brisa-.
Y un campo de arena cercado de aire,
en ramo de sueños pintados de luna.
No le pidas más, te da cuanto tiene,
su voz y su cuerpo, el beso y la risa,
un lecho de estrellas, un techo de humo.
Serán siempre tuyos poemas y versos
-cuando ya no esté también serán tuyos.-
Te ofrece su hoy, te da cuanto tiene,
su palabra escrita en instante eterno,
de imposible olvido en sangre de tinta.
Evocación
Se sumerge en la marea de tus ojos
para emerger de honduras nuevamente.
Con su tacto perfila tus facciones,
dibuja tu semblante en la memoria.
Guardará tu rostro entre las aguas
de la profunda corriente del recuerdo,
donde ha de alzar su templo de silencios
para iniciar el rito de evocarte...
Sobre este mundo vuestro tan sin tiempo,
sin nunca, ni jamás, ni ahora, ni siempre.
Solo puede darte el hoy de cada día,
un hoy cambiante y de sabor a brea
en giro de veletas -fersca brisa-.
Y un campo de arena cercado de aire,
en ramo de sueños pintados de luna.
No le pidas más, te da cuanto tiene,
su voz y su cuerpo, el beso y la risa,
un lecho de estrellas, un techo de humo.
Serán siempre tuyos poemas y versos
-cuando ya no esté también serán tuyos.-
Te ofrece su hoy, te da cuanto tiene,
su palabra escrita en instante eterno,
de imposible olvido en sangre de tinta.
Evocación
Se sumerge en la marea de tus ojos
para emerger de honduras nuevamente.
Con su tacto perfila tus facciones,
dibuja tu semblante en la memoria.
Guardará tu rostro entre las aguas
de la profunda corriente del recuerdo,
donde ha de alzar su templo de silencios
para iniciar el rito de evocarte...
Sobre este mundo vuestro tan sin tiempo,
sin nunca, ni jamás, ni ahora, ni siempre.
"Entre nuestros artículos" y "Rrose Sélavy", poemas de Duchamp con matemáticas
ENTRE NUESTROS ARTÍCULOS
Entre nuestro artículos de quincallería
perezosa recomendamos la llave de agua que se
detiene de fluir cuando no se le escucha.
Física de equipaje:
Calcular la diferencia entre los volúmenes de
aire desplazado por una camisa limpia (planchada
y doblada) y la misma camisa sucia.
Ajuste de coincidencia de objetos o partes de
objetos;
la jerarquía de esta especie de ajuste
está en razón directa del "disparate".
Una caja de cerillas completa es más ligera que
una caja empezada porque no hace ruido.
¿Será necesario reaccionar contra la pereza de
los rieles en el intervalo de dos pasos de trenes?
Transformador destinado a utilizar las pequeñas
energías desperdiciadas tales como:
la exhalación del humo del tabaco,
el exceso de presión sobre un timbre eléctrico...
el crecimiento de los cabellos, de los vellos y de las uñas,
la caída de la orina y de los excrementos,
los movimientos de miedo, de sorpresa, de tedio, de cólera,
la risa,
la caída de las lágrimas,
los gestos demostrativos de las manos, de los pies, los tics,
las miradas duras,
los brazos que caen,
el desperezarse, el bostezo, el estornudo,
el esputo ordinario y el de sangre,
los vómitos,
la eyaculación,
los cabellos rebeldes, la espiga,
el ruido al sonarse, el ronquido,
el desvanecimiento,
el silbido, el canto,
los suspiros,
etc.
RROSE SÉLAVY
Oculismo de precisión
Rrose Sélavy
Nueva York -París
Pelos y puntapiés
de todas clases.
Rrose Sélavy encuentra que un incesticida
debe acostarse con su madre antes de matarla;
las chinches son de rigor.
Abominables pelajes abominables.
La moda práctica, creación de Rrose Sélavy:
El vestido oblongo, diseñado exclusivamente
para damas afligidas de hipo.
Entregamos a domicilio: mosquitos domésticos
(semi-stock).
Daily lady desea lío con Daily Mail.
El sistema metrítico en un clima blenorrágico.
Tomar un centímetro cúbico de humo de tabaco
y pintar sus superficies exterior e interior de un color
hodrófugo.
Aguzar el oído (forma de tortura).
Cuando se tiene un cuerpo extraño entre las
piernas, no hay que poner el codo cerca de las
suyas.
Absceso opulento.
Entre nuestro artículos de quincallería
perezosa recomendamos la llave de agua que se
detiene de fluir cuando no se le escucha.
Física de equipaje:
Calcular la diferencia entre los volúmenes de
aire desplazado por una camisa limpia (planchada
y doblada) y la misma camisa sucia.
Ajuste de coincidencia de objetos o partes de
objetos;
la jerarquía de esta especie de ajuste
está en razón directa del "disparate".
Una caja de cerillas completa es más ligera que
una caja empezada porque no hace ruido.
¿Será necesario reaccionar contra la pereza de
los rieles en el intervalo de dos pasos de trenes?
Transformador destinado a utilizar las pequeñas
energías desperdiciadas tales como:
la exhalación del humo del tabaco,
el exceso de presión sobre un timbre eléctrico...
el crecimiento de los cabellos, de los vellos y de las uñas,
la caída de la orina y de los excrementos,
los movimientos de miedo, de sorpresa, de tedio, de cólera,
la risa,
la caída de las lágrimas,
los gestos demostrativos de las manos, de los pies, los tics,
las miradas duras,
los brazos que caen,
el desperezarse, el bostezo, el estornudo,
el esputo ordinario y el de sangre,
los vómitos,
la eyaculación,
los cabellos rebeldes, la espiga,
el ruido al sonarse, el ronquido,
el desvanecimiento,
el silbido, el canto,
los suspiros,
etc.
RROSE SÉLAVY
Oculismo de precisión
Rrose Sélavy
Nueva York -París
Pelos y puntapiés
de todas clases.
Rrose Sélavy encuentra que un incesticida
debe acostarse con su madre antes de matarla;
las chinches son de rigor.
Abominables pelajes abominables.
La moda práctica, creación de Rrose Sélavy:
El vestido oblongo, diseñado exclusivamente
para damas afligidas de hipo.
Entregamos a domicilio: mosquitos domésticos
(semi-stock).
Daily lady desea lío con Daily Mail.
El sistema metrítico en un clima blenorrágico.
Tomar un centímetro cúbico de humo de tabaco
y pintar sus superficies exterior e interior de un color
hodrófugo.
Aguzar el oído (forma de tortura).
Cuando se tiene un cuerpo extraño entre las
piernas, no hay que poner el codo cerca de las
suyas.
Absceso opulento.
domingo, 23 de septiembre de 2012
sábado, 22 de septiembre de 2012
viernes, 21 de septiembre de 2012
En 'Versiones' de Rosario Castellanos St.-John Perse (16)
X
Una noche, promovida por mano divina a la dulzura de un alba entre las islas, eso es lo que son nuestras doncellas llamando desde lejos a las doncellas de otras riberas:
Nuestras fogatas nocturnas. ¡Nuestras fogatas nocturnas sobre todas las playas! ¡Y nuestra alianza...! ¡Última noche!
XI (1)
Nuestras madres, con su regazo de Parcas, sentadas en sus sillas de cedro, temen los cascos del drama en sus jardines plantados de ruecas.
Porque amaron con demasiado amor, hasta en sus límites de avispas amarillas, al Estío, que pierde memoria en los cañaverales blancos.
Nosotras, más estrechas de cadera y de frentes más agudas, nadadoras pronto asidas al lomo de la ola, ofrecemos a la ola futura el hombro más propicio.
Ni el áspid, ni el estilete de las viudas duermen en nuestros cestos ligeros. ¡Para nosotras es el silbo secular en marcha y su brillo espléndido
y su gran grito marítimo aún no escuchado!
La tempestad de ojos de genciana no ha envilecido nuestros sueños. Y el mismo despliegue del drama sobre nuestros pasos no será más de lo que es el burbujeo de la espuma y la lengua del rústico sobre nuestros tobillos desnudos.
¡Curiosas, acechamos el primer chasquido del látigo! La espada que danza sobre las aguas igual que una doncella amonestada del príncipe ante los atrios del pueblo,
no tiene para nosotras más que una centelleante y viva dialéctica,
como la que hay en el centro viviente de las grandes esmeraldas familiares.
Al que danza con doble base durante los siete días de los Alciones, le sobreviene el descorazonamiento una noche, en el tiempo débil de la danza y el disgusto se apodera repentinamente de él
y entra, no semejante al coro macizo,
sino a la mar que martillea el terrón de su ola, ola de ídolos cambiantes al paso de las máscaras cornígeras.
Mañana arrojaremos los coturnos del drama, y, despojadas de nuestras joyas, haremos frente a las grandes euforbias del camino; pero esta noche, con los pies desnudos en las sandalias infantiles,
descendemos hasta el último valle de la
infancia, hacia la mar
por los senderos de zarzas donde asoman, trémulos, los viejos copos de espuma amarillenta, como la pluma y el plumón de antiguas incubaciones.
¡Amistad! ¡Amistad a todas aquellas que hemos sido: con la espuma y el ala y el desencadenamiento del ala sobre las aguas; con el chisporroteo de la sal y esta gran risa de los inmortales sobre la contienda de las aguas,
y nosotras, nadadoras entre la inmesa túnica
de pluma blanca...! Y toda la inmensa randa verde y toda la inmensa cestería dorada que fatiga, bajo las aguas, una edad de ámbar y de oro.
Una noche, promovida por mano divina a la dulzura de un alba entre las islas, eso es lo que son nuestras doncellas llamando desde lejos a las doncellas de otras riberas:
Nuestras fogatas nocturnas. ¡Nuestras fogatas nocturnas sobre todas las playas! ¡Y nuestra alianza...! ¡Última noche!
XI (1)
Nuestras madres, con su regazo de Parcas, sentadas en sus sillas de cedro, temen los cascos del drama en sus jardines plantados de ruecas.
Porque amaron con demasiado amor, hasta en sus límites de avispas amarillas, al Estío, que pierde memoria en los cañaverales blancos.
Nosotras, más estrechas de cadera y de frentes más agudas, nadadoras pronto asidas al lomo de la ola, ofrecemos a la ola futura el hombro más propicio.
Ni el áspid, ni el estilete de las viudas duermen en nuestros cestos ligeros. ¡Para nosotras es el silbo secular en marcha y su brillo espléndido
y su gran grito marítimo aún no escuchado!
La tempestad de ojos de genciana no ha envilecido nuestros sueños. Y el mismo despliegue del drama sobre nuestros pasos no será más de lo que es el burbujeo de la espuma y la lengua del rústico sobre nuestros tobillos desnudos.
¡Curiosas, acechamos el primer chasquido del látigo! La espada que danza sobre las aguas igual que una doncella amonestada del príncipe ante los atrios del pueblo,
no tiene para nosotras más que una centelleante y viva dialéctica,
como la que hay en el centro viviente de las grandes esmeraldas familiares.
Al que danza con doble base durante los siete días de los Alciones, le sobreviene el descorazonamiento una noche, en el tiempo débil de la danza y el disgusto se apodera repentinamente de él
y entra, no semejante al coro macizo,
sino a la mar que martillea el terrón de su ola, ola de ídolos cambiantes al paso de las máscaras cornígeras.
Mañana arrojaremos los coturnos del drama, y, despojadas de nuestras joyas, haremos frente a las grandes euforbias del camino; pero esta noche, con los pies desnudos en las sandalias infantiles,
descendemos hasta el último valle de la
infancia, hacia la mar
por los senderos de zarzas donde asoman, trémulos, los viejos copos de espuma amarillenta, como la pluma y el plumón de antiguas incubaciones.
¡Amistad! ¡Amistad a todas aquellas que hemos sido: con la espuma y el ala y el desencadenamiento del ala sobre las aguas; con el chisporroteo de la sal y esta gran risa de los inmortales sobre la contienda de las aguas,
y nosotras, nadadoras entre la inmesa túnica
de pluma blanca...! Y toda la inmensa randa verde y toda la inmensa cestería dorada que fatiga, bajo las aguas, una edad de ámbar y de oro.
jueves, 20 de septiembre de 2012
Erica Lucchi pinta estos magníficos mandalas
La palabra Mandala proviene del sánscrito y significa Círculo Sagrado.
Es un símbolo sagrado de sanación, totalidad, unión, integración, el absoluto.
Un mandala es básicamente un círculo, es la forma perfecta, y por ello representa el símbolo del cosmos y de la eternidad.
Representa la creación, el mundo, Dios, el ser humano, la vida. Podríamos decir que todo en nuestra vida posee las formas del círculo, desde el universo (el sol, la luna, los planetas) hasta el esquema de toda nuestra naturaleza, los árboles, las flores, etc.
Todos siguen una línea circular. ¿Y que decir del átomo o la célula?. Todo lo que nos rodea tiene la forma de círculo, que al mismo tiempo representa los ciclos infinitos de la vida.
Más allá de su definición como palabra, desde el punto de vista espiritual es un centro energético de equilibrio y purificación que ayuda a transformar el entorno y la mente.
Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos. Tienen su origen en la India y se propagaron en las culturas orientales, en las indígenas de América y en los aborígenes de Australia.
En la cultura occidental, fue Carl G. Jung, quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad en los seres humanos.
Jung solía interpretar sus sueños dibujando un mandala diariamente, en esta actividad descubrió la relación que éstos tenían con su centro y a partir de allí elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana.
Según Carl Jung, los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente.
Según la Psicología, el mandala representa al ser humano.
Interactuar con ellos te ayuda a curar la fragmentación psíquica y espiritual, a manifestar tu creatividad y a reconectarte con tu ser esencial. Es como comenzar un viaje hacia tu esencia, te abre puertas hasta ahora desconocidas y hace que brote tu sabiduría interior. Integrarlas a tu vida te dará centro y la sensación de calma en medio de las tormentas.
Los mandalas también son definidos como un diagrama cosmológico que puede ser utilizado para la meditación. Consiste en una serie de formas geométricas concéntricas organizadas en diversos niveles visuales. Las formas básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos.
El trabajo de meditación con mandalas puede consistir en la observación o el dibujo de estos.
En el primer caso, con sólo sentarte en un lugar cómodo, lograr una respiración rítmica y profunda, y disponerte a observar algún mandala de tu elección, puede llevarte a un estado de relajación y te sentirás más alerta ante los hechos que suceden a tu alrededor.
En el segundo caso, puedes dibujar mandalas o colorearlas.
Se recomienda que si estás vinculándote con estas imágenes, comiences por pintarlas. Para ello, escoge un modelo que te inspire, selecciona los instrumentos (colores, marcadores, acuarelas, por ejemplo), y luego instálate en un sitio tranquilo. Puedes colocar música si lo deseas y comienza tu trabajo. Hay técnicas variadas, todo dependerá del tu estado de ánimo y de lo que el mandala que desees pintar te transmita. Si crees que necesitas ayuda para exteriorizar tus emociones, puedes colorearlas de adentro hacia fuera; si por el contrario, quieres buscar tu centro, píntalas de afuera hacia adentro.
Texto extraído de su web, CreoMandala.
También puedes consultar otros datos, como expo, en Facebook.
"Tiempo-Intimidad" y "Esmeralda", dos poemas, dos, de Francisco Pino
Tiempo-Intimidad
Suavísimas miríadas
de palabras
moviéndose
sin deslizar ideas
te dijeron su nombre
¿repetirle?
imposible
supiste que latían
el corazón
la casa
los enseres
la muerte
lo supiste
¿su nombre? ¿quién lo oyó?
Esmeralda
Lejanías morirse de esmeralda
todo se toca
pero nada se alcanza
o también
todo se alcanza
pero nada se toca
o mejor
ni lo toques ni alcances
bésete
su mirada
esmeralda
que hace
pájaros esos párpados
obertura de música esos ojos.
Suavísimas miríadas
de palabras
moviéndose
sin deslizar ideas
te dijeron su nombre
¿repetirle?
imposible
supiste que latían
el corazón
la casa
los enseres
la muerte
lo supiste
¿su nombre? ¿quién lo oyó?
Esmeralda
Lejanías morirse de esmeralda
todo se toca
pero nada se alcanza
o también
todo se alcanza
pero nada se toca
o mejor
ni lo toques ni alcances
bésete
su mirada
esmeralda
que hace
pájaros esos párpados
obertura de música esos ojos.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Marta Macho en Divulgamat sobre 'Alicia volátil' de Sofía Rhei
La poesía y la matemática son los
dos polos extremos del lenguaje. Más allá de ellos no hay nada –el
territorio de lo indecible; entre ellos, el territorio inmenso, pero
finito, de la conversación. Octavio Paz, Corriente alterna.
He tomado prestada esta cita porque
quiero comentar un singular poemario en el que la lógica –la
matemática– está muy presente. Su autora es Sofia Rhei, una
polifacética escritora que descubrí a través del libro Sextinas. Pasado y presente de una forma poética.
Entre toda su magnífica poesía, he elegido su delicada y vehemente Alicia volátil. Trata
de la Alicia del famoso cuento de Lewis Carroll –pseudónimo del
matemático, fotógrafo, escritor y diácono británico Charles Lutwidge
Dodgson–, una verdadera joya de la literatura dominada por el juego de
la lógica que Carroll regaló –ilustrado por él mismo– a la niña que le
inspiró, Alice Liddell.
En Alicia volátil ha pasado el tiempo: Alice es ya una mujer y el
reverendo Dodgson un hombre mayor. Intercambian una serie de cartas en
las que recuerdan el pasado –ella reprocha, él ya no la reconoce– pero
Dodgson desliza la última de ellas por detrás del azogue de un espejo
en vez de enviarla.
Esta decisión desencadena la fusión de
todas las alicias: la niña, la adolescente y la adulta entran en el
país de las maravillas, saltando de una edad a otra y revelando sus
vivencias más íntimas:
lo que siempre estuvo del lado del futuro.
¿Con qué extraña precisión pudiste cambiar
mi rostro, mi sonrisa...
Continúa aquí.
Más versos de Joaquín María Bartrina
Arabescos (6, y fin)
(2ª serie)
En el mundo hay poca
felicidad pura
y a cada uno toca
escasa ventura.
¡Quién tiene bastante
con su cantidad
insignificante
de felicidad!
Es fuerza, aun con lucha,
a quien de nosotros
quiere tener mucha,
robarla a los otros.
Si viese algún día
feliz a un mortal,
yo le formaría
causa criminal.
___
"Toda negación implica
la afirmación del contrario";
he aquí un sabio corolario
que a los suicidas se aplica.
Estos en la muerte ven
el término de su mal,
lo que, al contrario, es igual
al principio de su bien.
Estar bien en la otra vida
nadie a pensarlo se atreve,
pues si hay Dios, castigar debe
con gran rigor al suicida.
Otra tontería es creer
en la muerte hallar la calma,
que allí nada siente el alma,
que la muerte es el no ser.
Luego es una estupidez
probar medio tan fatal.
Si la prueba sale mal
¿cómo ensayarla otra vez?
___
Tal vez dentro de mi cerebro escondo
capas de superpuestos sentimientos,
de ansias en otras épocas sentidas,
que, cual indestructibles sedimentos,
dejaron de mi espíritu en el fondo
los tempestuosos mares de otras vidas.
(Así creer indúcelo la ciencia:
del cuerpo es el espíritu la esencia
y este y aquel debieron
adquirirse en la lucha por la vida
y perpetuarse por la ley de herencia.)
Un resto del espíritu del triste
siervo de la edad media en mí subsiste,
y de él habré heredado
el odio a los poderes de la tierra,
y el mostruoso legado
del torpe fanatismo
en que un día su mente halló el reposo
que transformado siento yo en mí mismo,
que hoy es el poderoso
profundo sentimiento religioso.
Pienso no creer en nada,
y al penetrar en el severo templo,
a mi pesar se dobla la rodilla,
y a mi pesar se humilla
mi orgullosa cabeza,
y extático contemplo
y aspiro lo ideal de su grandeza;
un sentimiento inexplicable, intenso
se apodera de mí, y entre la nube
trémula y vacilante del incienso,
a lo alto mi alma sube,
los muros espesísimos esquiva,
y vacilante y trémula en su vuelo
al azulado cielo
huye, a través de la calada ojiva.
En una inferior capa de mi mente
el viejo celta acaso
marcó indeleblemente
las salvajes señales de su paso.
Y por más que yo creo que es la guerra
el mayor de los crímenes, que hermanos
somos todos los hombres de la tierra,
que la idea de patria, limitada
a su país, es torpe y es nociva;
al mirar a mi patria amenazada,
por ella ciego de furor combato
y el fuego, el mismo fuego, en mí se aviva
que un día el corazón latir hiciera
a Indíbil y a Mandonio y a Viriato.
(2ª serie)
En el mundo hay poca
felicidad pura
y a cada uno toca
escasa ventura.
¡Quién tiene bastante
con su cantidad
insignificante
de felicidad!
Es fuerza, aun con lucha,
a quien de nosotros
quiere tener mucha,
robarla a los otros.
Si viese algún día
feliz a un mortal,
yo le formaría
causa criminal.
___
"Toda negación implica
la afirmación del contrario";
he aquí un sabio corolario
que a los suicidas se aplica.
Estos en la muerte ven
el término de su mal,
lo que, al contrario, es igual
al principio de su bien.
Estar bien en la otra vida
nadie a pensarlo se atreve,
pues si hay Dios, castigar debe
con gran rigor al suicida.
Otra tontería es creer
en la muerte hallar la calma,
que allí nada siente el alma,
que la muerte es el no ser.
Luego es una estupidez
probar medio tan fatal.
Si la prueba sale mal
¿cómo ensayarla otra vez?
___
Tal vez dentro de mi cerebro escondo
capas de superpuestos sentimientos,
de ansias en otras épocas sentidas,
que, cual indestructibles sedimentos,
dejaron de mi espíritu en el fondo
los tempestuosos mares de otras vidas.
(Así creer indúcelo la ciencia:
del cuerpo es el espíritu la esencia
y este y aquel debieron
adquirirse en la lucha por la vida
y perpetuarse por la ley de herencia.)
Un resto del espíritu del triste
siervo de la edad media en mí subsiste,
y de él habré heredado
el odio a los poderes de la tierra,
y el mostruoso legado
del torpe fanatismo
en que un día su mente halló el reposo
que transformado siento yo en mí mismo,
que hoy es el poderoso
profundo sentimiento religioso.
Pienso no creer en nada,
y al penetrar en el severo templo,
a mi pesar se dobla la rodilla,
y a mi pesar se humilla
mi orgullosa cabeza,
y extático contemplo
y aspiro lo ideal de su grandeza;
un sentimiento inexplicable, intenso
se apodera de mí, y entre la nube
trémula y vacilante del incienso,
a lo alto mi alma sube,
los muros espesísimos esquiva,
y vacilante y trémula en su vuelo
al azulado cielo
huye, a través de la calada ojiva.
En una inferior capa de mi mente
el viejo celta acaso
marcó indeleblemente
las salvajes señales de su paso.
Y por más que yo creo que es la guerra
el mayor de los crímenes, que hermanos
somos todos los hombres de la tierra,
que la idea de patria, limitada
a su país, es torpe y es nociva;
al mirar a mi patria amenazada,
por ella ciego de furor combato
y el fuego, el mismo fuego, en mí se aviva
que un día el corazón latir hiciera
a Indíbil y a Mandonio y a Viriato.
martes, 18 de septiembre de 2012
Ramon Dachs con nuestro "Codex Mundi" en Nueva York
Este miércoles 19 de septiembre, Ramon Dachs impartirá una conferencia
en el Instituto Cervantes de Nueva York, a las 19 horas. Los contenidos
de la conferencia se resumen en su "Codex Mundi", que es el número 2 de
la Colección pi de poesía que dirijo para Amargord.
Dentro de pocas fechas, el 19 de octubre, presentaremos el libro en Barcelona, y el 25 de octubre en Madrid. Esté alerta.
Talleres de narrativa y poesía de Andrés Mencía
Talleres anuales de Escrituras Creativa
(Poesía, Narrativa...)
en Leganés
Matrícula: 18, 19, 20 de septiembre en CC Julián Besteiro
y 24, 25, 26 en la Junta Municipal de La Fortuna
Te ofrecemos un espacio para engancharte definitivamente a tu pasión por la escritura, un espacio y un taller con 15 años de trayectoria en el que han descubierto su voz literaria jóvenes que hoy publican con éxito sus narraciones. Porque la escritura es un juego sin misterio y sin reglas que solo exige máxima concentración y la seriedad del niño que imita al anciano, un juego que atraviesa toda la vida y fotografía los mejores momentos.
Toda tu vida has estado convencido de poder hacerlo. Pues bien, para escribir no necesitas sino ponerte a ello. En nuestro taller vas a encontrar el ambiente adecuado para confiar en tu voz y en tus propuestas de escritor.
Para más información puedes llamar al 626 954 604
Un terceto y un soneto de Quevedo, que insiste en mofarse de las mujeres
Si cuentas por mujer lo que compone
a la mujer, no acuestes a tu lado
la mujer, sino el fardo que se pone.
A una fea, y espantadiza de ratones
¿Lo que al ratón tocaba, si te viera,
haces con el ratón, cuando, espantada,
huyes y gritas, siendo, bien mirada,
en limpiezas y en trampas ratonera?
Juzgara, quien huyendo de él te viera,
eras de queso añejo fabricada;
y con razón, que estás tan arrugada,
que pareces al queso por de fuera.
¿Quién pensó (por si ansí tu espanto abones)
que coman solimán, que, atenta, guardas
el que en tu cara juntas a montones?
¿Saltan huyendo quieres aun las bardas,
cuando en roer no piensan los ratones
tu tez de lana sucia de las cardas?
a la mujer, no acuestes a tu lado
la mujer, sino el fardo que se pone.
A una fea, y espantadiza de ratones
¿Lo que al ratón tocaba, si te viera,
haces con el ratón, cuando, espantada,
huyes y gritas, siendo, bien mirada,
en limpiezas y en trampas ratonera?
Juzgara, quien huyendo de él te viera,
eras de queso añejo fabricada;
y con razón, que estás tan arrugada,
que pareces al queso por de fuera.
¿Quién pensó (por si ansí tu espanto abones)
que coman solimán, que, atenta, guardas
el que en tu cara juntas a montones?
¿Saltan huyendo quieres aun las bardas,
cuando en roer no piensan los ratones
tu tez de lana sucia de las cardas?
lunes, 17 de septiembre de 2012
'Observaciones y máximas de Blas', de Noel Clarasó (40)
MATRIMONIO (2, y fin)
Sobre el matrimonio no hay más experiencia que la propia; los solteros lo desconocen y los casados nunca dicen la verdad.
El matrimonio solo tiene quince días felices: los quince últimos días antes de casarse.
Solo el matrimonio con una persona determinada es la base de la felicidad; esta persona determinada no existe en ningún caso particular.
La única ventaja real de los solteros sobre los casados es que los solteros celebran las fiestas de familia en casa de otro.
El hombre se casa soñando en fundar un nido de amor en donde él y su mujer reinarán a la par hasta la muerte. A los pocos años los pajaritos invaden el nido y el hombre se hace socio de un casino.
La mujer tiene un sistema heroico para estar segura de que su marido no la engaña: engañarle ella y que él se entere. Entonces él provoca una escena y ella dice: "Tú también me engañas". Si él contesta con consideraciones filosóficas acerca de la distinta importancia de la infidelidad en el hombre y en la mujer, prueba que ha sido infiel. Si pone cara de inocente y pregunta: "¿yo?", prueba que la cara responde a la verdad y que es inocente. Después, que lo arregle el diablo.
Hay mujeres tan desagradables que uno desearía estar comprometido con ellas para serles infiel.
Solo puede ser feliz la mujer que quiere a su marido, porque la mujer solo es feliz atormentando al hombre y solo le gusta atormentar al hombre que ama.
Las mujeres se empeñan en tener un marido fiel, como si de esto dependiera su felicidad; y no se dan cuenta de que los maridos infieles se manejan mucho mejor.
El hombre que se casa con su amiga se puede consolar pensando que algunos se han casado con la amiga de otro y no les ha ido mal.
Comprendo que el hombre tarde unos veinticinco años en aprender a estar casado; pero no me explico cómo soporta durante tanto tiempo la presencia de una mujer incomodada por su torpeza de aprendiz.
Sobre el matrimonio no hay más experiencia que la propia; los solteros lo desconocen y los casados nunca dicen la verdad.
El matrimonio solo tiene quince días felices: los quince últimos días antes de casarse.
Solo el matrimonio con una persona determinada es la base de la felicidad; esta persona determinada no existe en ningún caso particular.
La única ventaja real de los solteros sobre los casados es que los solteros celebran las fiestas de familia en casa de otro.
El hombre se casa soñando en fundar un nido de amor en donde él y su mujer reinarán a la par hasta la muerte. A los pocos años los pajaritos invaden el nido y el hombre se hace socio de un casino.
La mujer tiene un sistema heroico para estar segura de que su marido no la engaña: engañarle ella y que él se entere. Entonces él provoca una escena y ella dice: "Tú también me engañas". Si él contesta con consideraciones filosóficas acerca de la distinta importancia de la infidelidad en el hombre y en la mujer, prueba que ha sido infiel. Si pone cara de inocente y pregunta: "¿yo?", prueba que la cara responde a la verdad y que es inocente. Después, que lo arregle el diablo.
Hay mujeres tan desagradables que uno desearía estar comprometido con ellas para serles infiel.
Solo puede ser feliz la mujer que quiere a su marido, porque la mujer solo es feliz atormentando al hombre y solo le gusta atormentar al hombre que ama.
Las mujeres se empeñan en tener un marido fiel, como si de esto dependiera su felicidad; y no se dan cuenta de que los maridos infieles se manejan mucho mejor.
El hombre que se casa con su amiga se puede consolar pensando que algunos se han casado con la amiga de otro y no les ha ido mal.
Comprendo que el hombre tarde unos veinticinco años en aprender a estar casado; pero no me explico cómo soporta durante tanto tiempo la presencia de una mujer incomodada por su torpeza de aprendiz.
'Edenes perdidos' y 'Como las aguas', un par de poemas de María Sangüesa en su libro 'Juegos de Sirena' (1)
Edenes perdidos
Cansancio y asfaltos incitan su huída,
nostalgia y ensueños forman su bagaje:
libertad posada en vientos azules,
locas tentaciones, soplos de coral...
Retorna a la mar -a su edén perdido-
lejos de las sierpes,
lejos de las trampas de la gran ciudad.
Regresa a sus aguas, escucha su voz,
cadencias de arena y ondas transparentes...
No quiere ser Eva, otro es su linaje
de sombras y arcillas,
oscuras corrientes trenzadas con sal...
Ayeres marinos en huellas de espuma,
cristales añiles, sendas sumergidas
en rutas profundas.
Edenes perdidos que teje la mar.
Como las aguas
Viene del mar con viento de corales
que van creciendo lentos en el fondo
de un submarino bosque de silencios.
Un susurro de anémonas y algas
se enreda a los pasos que acompasan
el eco ensalinado de sus huellas.
Tintinean sus estelas de tristeza,
en burbujas de escamas de sirena.
Como las aguas se distancia y vuelve
en lunares arenas y en mareas.
Cabalga en hipocampos de cristales,
sobre inconstante espuma rota en olas.
Torna para quedarse y se retira,
igual que juega el agua con las rocas.
Cansancio y asfaltos incitan su huída,
nostalgia y ensueños forman su bagaje:
libertad posada en vientos azules,
locas tentaciones, soplos de coral...
Retorna a la mar -a su edén perdido-
lejos de las sierpes,
lejos de las trampas de la gran ciudad.
Regresa a sus aguas, escucha su voz,
cadencias de arena y ondas transparentes...
No quiere ser Eva, otro es su linaje
de sombras y arcillas,
oscuras corrientes trenzadas con sal...
Ayeres marinos en huellas de espuma,
cristales añiles, sendas sumergidas
en rutas profundas.
Edenes perdidos que teje la mar.
Como las aguas
Viene del mar con viento de corales
que van creciendo lentos en el fondo
de un submarino bosque de silencios.
Un susurro de anémonas y algas
se enreda a los pasos que acompasan
el eco ensalinado de sus huellas.
Tintinean sus estelas de tristeza,
en burbujas de escamas de sirena.
Como las aguas se distancia y vuelve
en lunares arenas y en mareas.
Cabalga en hipocampos de cristales,
sobre inconstante espuma rota en olas.
Torna para quedarse y se retira,
igual que juega el agua con las rocas.
Francis Picabia y Hans Arp en sendos poemas con matemáticas: "Hilandera" y "Sophie", respectivamente
HILANDERA (Francis Picabia)
Es preciso asir el tiempo por los cabellos
Aparejar las hélices subconscientes
En el espacio del secreto.
Es preciso acariciar lo probable
Y creer en la imposibilidad
De los caminos que se cruzan.
Es preciso aprender a sopesar
Diez gramos de blanco, cinco gramos de negro,
En espera escarlata.
Es preciso saber caer desde abajo
Para favorecer el cenit
De los días privilegiados.
Es necesario amar las cuatro bocas
Que flotan alrededor de la sedosa duda
De los príncipes muertos.
SOPHIE (Hans Arp)
Cuál era tu sueño cuando dejaste esta orilla.
¿Soñabas con una balsa de estrellas a la deriva,
soñabas con un abismo de candor?
Apartabas las esferas intransigentes
para coger una flor.
Resonabas de un mundo de claridad.
Mariposas representan una escena de tu vida
donde la aurora se despierta en tus labios.
Una estrella se forma según tu dibujo.
La cortina del día cae sobre los sueños.
Eres una estrella que se transforma en flor.
La luz resbala bajo tus pies.
Alas radiantes te rodean como un seto.
La flor se mece sobre sus alas.
Lleva una alhaja de rocío.
Sueña con una lágrima de finura,
Sus besos son perlas.
Ella desaparece, desaparece,
en su propia luz.
Ella desaparece, desaparece,
en su pureza y su dulzura.
Soñabas sobre el dedo del cielo,
entre los últimos copos de noche.
La tierra se cubría de lágrimas de júbilo.
El día se despertaba en una mano de cristal.
Es preciso asir el tiempo por los cabellos
Aparejar las hélices subconscientes
En el espacio del secreto.
Es preciso acariciar lo probable
Y creer en la imposibilidad
De los caminos que se cruzan.
Es preciso aprender a sopesar
Diez gramos de blanco, cinco gramos de negro,
En espera escarlata.
Es preciso saber caer desde abajo
Para favorecer el cenit
De los días privilegiados.
Es necesario amar las cuatro bocas
Que flotan alrededor de la sedosa duda
De los príncipes muertos.
SOPHIE (Hans Arp)
Cuál era tu sueño cuando dejaste esta orilla.
¿Soñabas con una balsa de estrellas a la deriva,
soñabas con un abismo de candor?
Apartabas las esferas intransigentes
para coger una flor.
Resonabas de un mundo de claridad.
Mariposas representan una escena de tu vida
donde la aurora se despierta en tus labios.
Una estrella se forma según tu dibujo.
La cortina del día cae sobre los sueños.
Eres una estrella que se transforma en flor.
La luz resbala bajo tus pies.
Alas radiantes te rodean como un seto.
La flor se mece sobre sus alas.
Lleva una alhaja de rocío.
Sueña con una lágrima de finura,
Sus besos son perlas.
Ella desaparece, desaparece,
en su propia luz.
Ella desaparece, desaparece,
en su pureza y su dulzura.
Soñabas sobre el dedo del cielo,
entre los últimos copos de noche.
La tierra se cubría de lágrimas de júbilo.
El día se despertaba en una mano de cristal.
domingo, 16 de septiembre de 2012
María Sangüesa en el Libertad
Si sigues la etiqueta María Sangüesa podrás leer algunos poemas de este libro ya publicados en Poesía Abierta. Y durante los dos próximos lunes, más.
sábado, 15 de septiembre de 2012
viernes, 14 de septiembre de 2012
En 'Versiones' de Rosario Castellanos St.-John Perse (15)
IX (3, y fin)
Nosotras escuchamos, desde muy lejos, como un reclamo hecho en voz baja, la cosa tan próxima y tan remota, como el silbo purísimo del viento mediterráneo en el más alto corno de un aparejo naútico. Y la dulzura está en escuchar, no en el silbo ni en el canto. Y estas son las cosas inenarrables que nosotras solo percibimos a medias.
Más valía callar, refrescando nuestra boca con pequeñas conchas. Oh viajeros sobre las aguas negras en busca de santuarios, id a crecer más que a construir.La tierra de piedras desatadas viene por sí misma a deshacerse asomándose a estas aguas. Y vosotras, servidoras manumisas, avanzamos con los pies incultos entre las arenas demasiado movibles.
Nivelaciones sedosas de la arcilla blanca. ¡Dulzura! Pastosidad nudosa del estiércol blanco, suavidad hipócrita que anticipa a la tierra nuestro paso de mujeres soñolientas.
Y desde la planta del pie, desnudo sobre estas maceraciones nocturnas como una mano de ciego entre la noche de signos anublados, nosotras hemos seguido hasta aquí este puro lenguaje modelado: un puro relieve de marcas meníngeas, de protuberancias santas en los lóbulos de la infancia embrionaria.
Y las lluvias han pasado sin ser interrogadas por ninguno. Su largo séquito de presagios se ha ido detrás de las dunas a desuncir sus yuntas.
Los hombres anochecidos abandonan los surcos. Las pesadas bestias enyugadas se orientan solas hacia la mar.
¡Que se nos castigue, oh mar, si nosotras no hemos vuelto también la cabeza!
La lluvia salada nos viene aún de altamar y es una claridad de agua verde sobre la tierra como la que se ve cuatro veces al año.
Niños que os peináis con las más anchas hojas acuáticas, vosotros nos tomaréis de la mano en esta medianoche de agua verde; las profetisas absueltas se van, con las lluvias, a trasplantar los arrozales.
(Y bien. ¿Qué era lo que queríamos decir y no hemos sabido decir?)
Nosotras escuchamos, desde muy lejos, como un reclamo hecho en voz baja, la cosa tan próxima y tan remota, como el silbo purísimo del viento mediterráneo en el más alto corno de un aparejo naútico. Y la dulzura está en escuchar, no en el silbo ni en el canto. Y estas son las cosas inenarrables que nosotras solo percibimos a medias.
Más valía callar, refrescando nuestra boca con pequeñas conchas. Oh viajeros sobre las aguas negras en busca de santuarios, id a crecer más que a construir.La tierra de piedras desatadas viene por sí misma a deshacerse asomándose a estas aguas. Y vosotras, servidoras manumisas, avanzamos con los pies incultos entre las arenas demasiado movibles.
Nivelaciones sedosas de la arcilla blanca. ¡Dulzura! Pastosidad nudosa del estiércol blanco, suavidad hipócrita que anticipa a la tierra nuestro paso de mujeres soñolientas.
Y desde la planta del pie, desnudo sobre estas maceraciones nocturnas como una mano de ciego entre la noche de signos anublados, nosotras hemos seguido hasta aquí este puro lenguaje modelado: un puro relieve de marcas meníngeas, de protuberancias santas en los lóbulos de la infancia embrionaria.
Y las lluvias han pasado sin ser interrogadas por ninguno. Su largo séquito de presagios se ha ido detrás de las dunas a desuncir sus yuntas.
Los hombres anochecidos abandonan los surcos. Las pesadas bestias enyugadas se orientan solas hacia la mar.
¡Que se nos castigue, oh mar, si nosotras no hemos vuelto también la cabeza!
La lluvia salada nos viene aún de altamar y es una claridad de agua verde sobre la tierra como la que se ve cuatro veces al año.
Niños que os peináis con las más anchas hojas acuáticas, vosotros nos tomaréis de la mano en esta medianoche de agua verde; las profetisas absueltas se van, con las lluvias, a trasplantar los arrozales.
(Y bien. ¿Qué era lo que queríamos decir y no hemos sabido decir?)
jueves, 13 de septiembre de 2012
Graffiti y Mates
Para que salgas del pasmo en que quedas y alucines con las posibilidades, visita este enlace y curiosea las ideas y lo que te venga en gana.
Escultura de Miguel Ángel Arteaga con matemáticas (2)
(Para detalles sobre esta obra sigue la etiqueta Miguel Ángel Arteaga, la primera entrada de la serie.)
"Los hombres", "La noche" y "El verso escrito", poemas de Francisco Pino
Los hombres
Uno tras otro pasan por esta acera hombres.
Consultan sus relojes. Van ¿adónde?
Les miro. Aprietan contra su pecho las carteras.
Son los que colaboran sin saber
por qué
al desarrollo de este mundo inmundo.
Pasan por esta acera donde hay árboles.
Un poco más allá transcurreel río.
Ellos, contra los árboles y el río,
creen que otros productos inmortales
y sin raíz, fabrican. Van ¿adónde?
Los árboles y el río con más alma discurren.
La noche
Se hace la noche. El sol de lo más alto
de las copas se marcha. La sombra de la casa
se arrastra por el césped. Hay una brisa leve,
leve.
Leve me siento huir por lo más alto
y lo más bajo; leve me siento allá en la copa
y en el césped también; y con la brisa leve,
leve.
Leve ya ni me aprecio, ya soy lo más distinto
a como me mostré para que me juzgasen;
con la luz, con la sombra al fin muy leve,
leve.
El verso escrito
Lo sé, este verso tan de nadie es mío;
le cojo, le retuerzo como a un trapo
mojado. Suelta un agua
caliente, un azul alto. Queda seco.
Y ya en la página enroscado, tras
tanto festejo vuélvole a leer;
le falta todo,
su primera humedad, su calor vivo.
¿Rehacerle? ¡imposible! Quede así,
ni desmedro siquiera ni azul ido,
trapo, y muerto. Y mis lágrimas le empapan
de nuevo; no revive; mas yo sé que este verso
que nadie quiere, ni yo, es justo el mío.
Uno tras otro pasan por esta acera hombres.
Consultan sus relojes. Van ¿adónde?
Les miro. Aprietan contra su pecho las carteras.
Son los que colaboran sin saber
por qué
al desarrollo de este mundo inmundo.
Pasan por esta acera donde hay árboles.
Un poco más allá transcurreel río.
Ellos, contra los árboles y el río,
creen que otros productos inmortales
y sin raíz, fabrican. Van ¿adónde?
Los árboles y el río con más alma discurren.
La noche
Se hace la noche. El sol de lo más alto
de las copas se marcha. La sombra de la casa
se arrastra por el césped. Hay una brisa leve,
leve.
Leve me siento huir por lo más alto
y lo más bajo; leve me siento allá en la copa
y en el césped también; y con la brisa leve,
leve.
Leve ya ni me aprecio, ya soy lo más distinto
a como me mostré para que me juzgasen;
con la luz, con la sombra al fin muy leve,
leve.
El verso escrito
Lo sé, este verso tan de nadie es mío;
le cojo, le retuerzo como a un trapo
mojado. Suelta un agua
caliente, un azul alto. Queda seco.
Y ya en la página enroscado, tras
tanto festejo vuélvole a leer;
le falta todo,
su primera humedad, su calor vivo.
¿Rehacerle? ¡imposible! Quede así,
ni desmedro siquiera ni azul ido,
trapo, y muerto. Y mis lágrimas le empapan
de nuevo; no revive; mas yo sé que este verso
que nadie quiere, ni yo, es justo el mío.