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martes, 10 de septiembre de 2013

Poemas viajeros de Emilio Pedro Gómez

No escampa la niebla
en mi tierra
Xalabam.

Naciu´i Rigilón

Se recoge en el valle
como quien vuelve a casa.

Conquista sus vacíos,
exilia rutinarias transparencias,
desvanece colores con su hoz
de interrogantes inasibles.

Vuela contra el misterio
    derramándolo
en aquello que oculta:
al encubrir lugares
    aparece
la autónoma belleza de sus ruinas.

Su mundo desvaído
    es más ventana
al vaivén del paisaje,
más fiel a las afueras
más honda ensoñación reveladora.

Es más verdad el cielo liberándose
la braña que abre el sol
    en la ladera
la ruta vertical de los rebecos
el abstracto lenguaje
        de los líquenes
los remansos que enmarca.

Su canto es el silencio poderoso
de las formas que fluyen
se devoran
    renacen
le regalan contornos a la brisa,
posan la nube en tierra
al pausado compás de los abismos.

Voluble ojo de luz
la mirada nos muda,
no cesa de buscar
nuestro adentro de niebla
más furtivo.

Sorbo a sorbo
estremece las peñas de Somiedo
sumidas en la nada.



“Aquí nos enferman mucho con sus palabras”
Memoria en lengua náthualt enviada a Felipe II hacia 1572

Nada se inmoviliza
    en estas piedras
hoy sagrado cobijo de la iguana.

El eco en la  pirámide
da al canto del quetzal,
repta la luz de Kukulcán
en los solsticios.
Toma cuerpo así el dios
        sierpe celeste
en la fe de los mayas.

Bajo el pulcro semblante de las ruinas
presiento muecas de tortura
         maldiciones de esclavos,
un resplandor enfermo en cada grieta
las ofrendas de vírgenes y niños
                sin regreso
(al sumergir mis pies
        los escucho gemir al fondo del cenote).

Rebota la fascinación del miedo
en esta cruel arquitectura…
me devuelve la sed en que la habito.

La belleza descubre
        su entraña venenosa.*
Cómo pesa existir
        en su presencia.

He de cambiar de piel.
El crepúsculo sabe
lo que siento.

Chicén Itzá, Uxmal…   agosto-2013

* Verso de  Piedad Bonnett

___

Sobresaltadamente
entro a un reverso del azul
ajeno a los vientos del viento
afantasmado.

Piso agujas de pino:
briznas de bosque
sustentan el flotar del templo.

Al pecho de los santos
alumbran sus espejos
las penas que capturan.

Altares esparcidos por el suelo
con su ejército de velas encendidas
plantan cara al imán de lo invisible.

Aroma a incienso de copal…
describe el humo en su cursiva
la atmósfera de Dios.

Algo alienta en su origen
sin mudanza
al ánimo de un ritmo
que retrocede a su catarsis,
un pálpito salvaje
de espíritus domados,
un credo en el ombligo de otro credo.

Campesinos tzoziles
-a la buena ventura de San Juan-
claman a una respuesta sin preguntas,
intercambian angustia
        por milagro,
dejándose temblar en sus ancestros
naciendo del dolor.

Sorbos de posh
        y licuados de soda
eruptan impurezas de su entraña.

La vulnerada niña
        al roce de las plumas
abre paso al pulmón
            del ave agonizante.
Transfusión de su mal
        en el ensueño
de regir los designios del pasado.

Rituales contra
        el propio cavilar
palabras que son hechos
hechos que son fe
terror a extraviarse de enigma.

De la perplejidad
        al aire libre…
tomo aliento,
salvada la fisura de su cauce
vuelve a empezar
            el día.

San Juan Chamula (Méjico), 9-agosto-2013

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