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jueves, 4 de septiembre de 2014

Poemas de Batania y Agustón Calvo Galán en "Los poetas de la senda" (2914)




Cada vez tardamos más en llegar a la cama (Batania)

Qué se puede hacer con una chica entre blanco y amarillo
que cursa en primero de rebeldes y en quinto de filología,
una mujer como un ramo de apio o como un cóleo sin maceta,
más bella que un triciclo silvestre o un orfeón de romeros,
que piensa a puño que Shakespeare no alcanza a Hemingway
y Cortázar aventaja a Stendhal por más de tres submarinos,

qué se puede hacer con esa chica si luce quince años menos
y te saca cinco centímetros de risa y altura, y desde tan arriba
te ataca y dice fuego a Tolstoi, abajo Hugo, cieno a Balzac,
fuera Propercio, vinagre a Dickens y cinabrio a Catulo,

qué se puede hacer salvo amarla, salvo apretar tu corazón prieto
sobre su corazón prieto, salvo besarla sin camisa ni pantalones
y olvidar sus calaveras de furia, gloriosa niña que te amo tanto
pero te crees la petunia de la muerte, vamos a ver, sarampiona,
en qué planeta es mejor tu Sallinger que mi Lope de Vega,
dios mío, qué tontería, es que no puedo dejar de contestarte,
por tu puta culpa cada vez tardamos más en llegar a la cama.g


Desnudar nombres (Agustín Calvo Galán)

I. La espera

Los muchachos del polígono
son de plumaje
oscuro
se acallan silbidos, oraciones en voz baja

ondulan las voces sobre el agua negra

espejeando
mientras, en las esquinas, los contenedores
y las furgonetas de los mossos d'esquadra
se camuflan en verde y azul marino

y una colilla que olvida su humo y se ahoga en saliva.

Los muchachos se acurrucan en nidos
de alambres
y liman sus alas con esponjas y espanto

algunos se marchitan
bajo el óxido del atardecer
saben de esta hora, las luces que se van persiguiendo
hacia el límite de la ciudad
y un sinfín de mequetrefes que vendrán al insulto
en procesión de esvásticas
y puñales.

II. El encuentro

Por fin, en la madrugada se abren las puertas
del infierno,
y todos caen. Yo caigo tras ellos
preguntándoles

¿quiénes de vosotros
me reconocerá?

El amanecer
es una línea sobre la que se sostienen
las palabras del atrevimiento

unto mis manos con el eccema de sus plumas
¿quién de entre vosotros?

quiero su deseo gris, fugaz,
el escozor de este dolor humanizado
subiéndome por las fosas nasales

¿quién
me aguardará en su abrazo líquido?

el aire nos separa, su naturaleza
me niega, todo se despide ante mí,
ni siquiera me queda el peso de sus nombres
ascienden ligeros, ya sin añoranza

la coraza que sostiene mi mirar
no se disolvió ante su aletear de enamorados
y espío su extraño adiós.

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