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Sobre 'Cántico', de Jorge Guillén, 'Los nombres'

LOS NOMBRES

Albor. El horizonte
Entreabre sus pestañas
Y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina

De las cosas. La rosa
Se llama todavía
Hoy rosa, y la memoria
De su tránsito, prisa,

Prisa de vivir más.
A largo amor nos alce
Esa pujanza agraz
Del Instante, tan ágil

Que en llegando a su meta
Corre a imponer Después.
Alerta, alerta, alerta,
Yo seré, yo seré.

¿Y las rosas? Pestañas
Cerradas: horizonte
Final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.

Nos dijo Jorge hace un ratito, en ‘Más allá’(V) (‘Lo tan lejano que es/ Allá en sí mismo. Dádiva/ De un mundo irremplazable:/ Voy a por él a mi alma.’) que fuéramos a nuestra alma a encontrar lo lejano, lo ajeno. En III (‘Hacia mi compañía/ La habitación converge./ ¡Qué de objetos! Nombrados,/ Se allanan a la mente’) que le pongamos nombre. En VI (‘Toda la creación/ Que al despertarse un hombre/ Lanza la soledad/ A un tumulto de acordes’) que ahí nuestro despertar o nacer.
Así que, una vez claro dónde el más allá (lo ajeno), vuelta a empezar (el alba), vamos a por él, que sabemos cómo (los nombres). Nuevo alba, entonces. ¿Alba? No, más que eso: albor, que es todo lo dicho. En sus acepciones del DRAE:
albor.
(Del lat. albor, -ōris).
1. m. albura (|| blancura perfecta).
2. m. Luz del alba. U. m. en pl. con el mismo significado que en sing.
3. m. Comienzo o principio de algo. U. m. en pl. con el mismo significado que en sing.
4. m. Infancia o juventud. U. m. en pl. con el mismo significado que en sing.

Continuará...

'Ciudad bajo la lluvia', de Jaime Labastida

Mira cómo, desde este exilio de cemento,
se extiende la ciudad, a nuestras plantas.
De aquí partían los mercaderes rumbo a España.
Mira el humo en aquellas azoteas,
el resplandor del sol en los tinacos,
aquellas sucias fábricas a plomo.
Mira el papel que cae
desde un alto edificio:
pájaro que ablandara sus alas.

Encabritadas garras afilando,
águilas junto al cielo se desploman.

En este oscuro cuarto
un pedazo de historia se fabrica;
en aquel otro, un hombre sueña con mujer
pero en su lecho sólo la luna
abraza sus muslos y torso.

Huele la lluvia.
Mira cómo de la tierra asciende
ese pesado olor del protoplasma.
Mira caer cenizas, polvos y desgracias.
Mira cómo las lluvias obstruyeron
los albañales de los aledaños.
Mira cómo la lluvia cae sobre los pájaros
y cómo los hombres, trapos sacudidos,
oscilan por una ráfaga de viento,
a la luz de ese único relámpago.
Su rostro es una bronca blasfemia.
Mira cómo el cielo resplandece en mitad de la noche,
cómo las estrellas se desgañitan de luz.
Mira cómo esta mugre tierra estallla
y trastorna su sol que la corteja
y corre luego entre pezuñas de asnos.
Vé cómo abandona la tierra estos lugares
dejand a ciertos hombres sin su antípoda,
colgados de sus dientes, al vacío.

Y el cielo desploma su ceniza,
la falicilidad de la muerte.

Es la ciudad de México,
que anuncia su verano.

Extraído de 'Poesía en movimiento (México 1915-1966)'

sábado, 28 de marzo de 2009

Los pensamientos de Juan Armas Sánchez

Generalmente, un hombre suele tener aquellas buenas o malas cualidades que él atribuye a la humanidad.

. . .

Qué agradable sería nuestra vida si nos la contaran como un cuento, si no hubiéramos de vivirla como una historia.

. . .

Si un hermoso cuerpo no tiene una hermosa alma, parece más bien un ídolo que un cuerpo humano.

viernes, 27 de marzo de 2009

Julio Reija en La Buena Vida

Continúa la microgira de presentación de Perla provocada,el poemario de jaicus del momento (¡y qué momento!).

El próximo recital de jaicus y poesía peatonaltendrá lugar en el café del libro La Buena Vida de Madrid (Vergara, 10 · Metro: Ópera) el próximo domingo 29 a partir de las 20.30 h

Se trata de un recital a dos voces organizado por Luis Luna que tendré el placer de compartir con José Luis Gallero, poeta y pensador de la transcendencia de lo ínfimo.

Como siempre, será un placer verte por ahí.

Un abrazo,

Julio Reija

Perla provocada

Rosario Castellanos en 'Viaje redondo'

PASAPORTE

¿Mujer de ideas? No, nunca he tenido una.
Jamás repetí otras (por pudor o por fallas nemotécnicas).
¿Mujer de acción? Tampoco.
Basta mirar la talla de mis pies y mis manos.

Mujer, pues, de palabra. No, de palabra no.
Pero sí de palabras,
muchas, contradictorias, ay, insignificantes,
sonido puro, vacuo cernido de arabescos,
jugo de salón, chisme, espuma, olvido.

Pero si es necesaria una definición
para el papel de identidad, apunte
que soy mujer de buenas intenciones
y que he pavimentado
un camino directo y fácil al infierno.

Presentación de 'La multitud silenciosa', de Paco Ruiz, en Leganés


Mañana, día 27 de Marzo a las 22:00 horas. Después se charlará hasta
altas horas o se atracará un banco por el método del butrón o se parodiará
a la tuna por las calles de Leganés.

Un poema de José Emilio Pacheco

En José Emilio Pacheco es difícil quedarse sólo con un poema, así que el primero:

De algún tiempo a esta parte
I
Aquí está el sol con su único ojo, la boca escupefuego que no se hastía de calcinar la eternidad. Aquí está como un rey derrotado que mira desde el trono la dispersión de sus vasallos.
Algunas veces, el pobre sol, el heraldo del día qu ete afrenta y vulnera, se posaba en su cuerpo, decorando de luz todo lo que fue amado.
Hoy se limita a entrar por la ventana y te avisa que ya han dado las siete y tienes por delante la expiación de tu condena: los papeles que sobrwnadan en la oficina, las sonrisas que los otros te escupen, la esperanza, el recuerdo...y la palabra: tu enemiga, tu muerte, tus raíces.

Extraído de 'Poesía en movimiento (México 1915-1966)'

'Querida Quiela', segunda y tercera cartas

2

Hoy tampoco sé si yo te amé, querida Quiela:

así es la vida, corazón, nada hay que nos haga reflexionar más que los sentimientos. Aunque tú digas preferir la ontología.

3

El pequeño ciprés que compramos en el pueblo, querida Quiela, y que creció con Noné, se ha convertido en el único dueño del que fue tu jardín:

las rosas blancas, las princesas, decidieron morir hace más de dos años. Me acuerdo ahora porque nuestro hijo Noné, que fue quién las trajo debajo del brazo, ha venido a verme con los nietos, después de tanto tiempo. El benjamín, Jacobo, hace tus gestos, la misma forma de acariciar el aire y de besar las palabras, que parece que le apene dejarlas escapar.

Y tú que lo desconoces, querida Quiela.

Te prometo poner todo mi empeño en hablarte de él en estas cartas que nunca te enviaré y algún día leerás.

martes, 24 de marzo de 2009

Ángel Guinda en 'La escalera de Jacob' (Lavapiés,11), 25 de Marzo, 21 horas

Ángel Guinda nació en Zaragoza el 26 de agosto de 1948. Desde 1987 reside en Madrid. Es autor del manifiesto 'Poesía útil' que reivindica "una poesía que sea no sólo objeto de belleza sino también sujeto de conducta, una poesía que sirva al ser humano: moralmente para vivir; estéticamente, para gozar; y culturalmente, para ensanchar y afianzar su saber".

En 1977 fundó la colección Puyal de libros de poesía, y en 1988 la revista Malvís. Es coautor de la letra del Himno de Aragón.

Asiduamente publica críitca en diversos medios: los suplementos literarios de los periódicos Heraldo de Aragón, El Día, El Periódico de Aragón, y en revistas (Turia, Cuadernos del Matemático, Poesía Por Ejemplo, Los Cuadernos del Norte ...).

Aunque la foto te diga otra cosa, desde este curso es un profesor de Enseñanza Secundaria felizmente jubilado. (En la foto debieron pillarle en plena faena.)

Recapitulando sobre ‘Más allá’(II), primer poema de Cántico

En III dice Jorge: ‘Hacia mi compañía/ La habitación converge./ ¡Qué de objetos! Nombrados,/ Se allanan a la mente.’ Y, en efecto, nos dice que toda esa amalgama de estímulos aún está por ordenar, por nombrar. Asignarles nombres es intentra atraparlos y allanarlos a la mente.
Y comienza:
IV: ‘El balcón, los cristales,/ Unos libros, la mesa./ ¿Nada más esto? Sí,/ Maravillas concretas.// Material jubiloso/ Convierte en superficie/ Manifiesta a sus átomos/ Tristes, siempre invisibles.// Y por un filo escueto,/ O al amor de una curva/ De asa, la energía/ De plenitud actúa.// ¡Energía o su gloria!/ En mi dominio luce/ Sin escándalo dentro/ De lo tan real, hoy lunes.// Y ágil, humildemente,/ La materia apercibe/ Gracia de Aparición:/ Esto es cal, esto es mimbre.’
V:’Por aquella pared,/ Bajo un sol que derrama,/ Dora y sombrea claros/ Caldeados, la calma// Soleada varía./ Sonreído va el sol/ Por la pared. ¡Gozosa/ Materia en relación!//
Y mientras, lo más alto/ De un árbol -hoja a hoja/ Soleándose, dándose,/ Todo actual- me enamora.// Errante en el verdor/ Un aroma presiento,/ Que me regalará/ Su calidad: lo ajeno,// Lo tan lejano que es/ Allá en sí mismo. Dádiva/ De un mundo irremplazable:/
Voy a por él a mi alma.’
En estos dos textos, la mayor concreción, hasta el momento, del universo en sus componentes. Imágenes estáticas, el balcón, los cristales, unos libros, la mesa, y dinámicas: ‘Por aquella pared,/ Bajo un sol que derrama,/ Dora y sombrea claros/ Caldeados, la calma// Soleada varía.’
Pero no es tan fácil de asir el mundo. Ni intervenimos directamente sobre él. A través de un cristal lo observamos, o en la distancia de la palabra. Y apenas por un filo escueto, o al amor de una curva de asa lo prendemos. Porque sus átomos, a pesar de manifestarse en material jubiloso convertido en superficie, tristes, siempre invisibles. Y ésta es nuestra cotidianidad, hoy lunes. Gracia de aparición, sí, no de revelación. Ilusión apenas.
Pero en fin, gozosa materia en relación, el árbol se nos da. Aunque lo ajeno, como el árbol, que es dádiva en sí, no lo hayamos de buscar muy lejos de nosotros mismos. Cierra los ojos, como Jorge en las dos últimas estrofas, inspira, y ve a por él a tu alma.

'Poesía Capital', en Sial/Contrapunto

En fin, otra vez aquí.

Acaba de presentarse la antología ‘Poesía Capital’, de Sial/Contrapunto, a cargo de Pepe Ramos.

Como casi todas las antologías, excesiva y escasa. Aunque, cómo no, como cada español lleva dentro un seleccionador nacional de fútbol, también cada poeta lleva un antólogo en sí. Así que en esta parte nada que objetar, salvo la envidia que Pepe Ramos me causa de estar en ese lugar.

Dicho esto, lo sabido, al detalle. Ana Delgado Cortés, Jordi Doce, Aarón García Peña, Alfonso López, Jesús Malia, Óscar Martín Centeno, Ester Muntañola, Miguel Pastrana, Aurora Pinado, Cecilia Quílez Lucas, Julio Santiago, David Sio, pertenecen a la nómina de 28 poetas habitantes de madrid que la componen.

Los desconocedores, como yo, de los libros ‘Poemas del amor sumiso’, de Ana Delgado Cortés; ‘Mar de fondo’ o ‘Lección de permanencia’ de Jordi Doce; de la obra inédita de Alfonso López (un tanto irregular, pero sí); ‘Un mal ácido’, de Cecilia Quílez Lucas, y un inédito a su hija; la no publicada ‘Poesía depilada’, ‘Ulo Ago’ y ‘Poemas para un vestido’ de Julio Santiago y la obra de David Sio, tienen motivos más que suficientes para acercarse a esta perspectiva de la poesía en Madrid. Éstas son , a mi juicio, las participaciones más sobresalientes en verso en ‘Poesía Capital’. Me excluyo a mí mismo y a otros ya sobradamente conocidos por mí.

Ana Delgado Cortés y Cecilia Quílez Lucas se entregan a una poesía desgarrada, las vemos abrirse las carnes en sus versos. Nada sobra. Se sostienen perfectamente en el alambre. Lucía Fraga en ‘Nostalgia del acero’; Miriam Reyes en ‘Bella durmiente’, Lourdes de Abajo, en ‘Aniquilación mía’ (Lourdes más tendente al simbolismo), por poner tres ejemplos, están en la línea de Ana y Cecilia. La que yo creo una de las más sobresaliente de la poesía de hoy, por calidad, pertinencia y necesidad en el contexto histórico y social.
Jordi Doce en línea más reflexiva, quiero decir distante, marcando distancias con el yo, al que no abandona, pero reflejándolo en un mundo lleno de sensaciones y sensacionales imágenes.
Julio Santiago, ¡cargado de cinismo!
David Sio en la cotinianidad de la memoria y el descontento. Línea en la que incurre también Alfonso López, al que preocupa sobre todo plasmarse en sus contradicciones, sin intentar aún ponerlas en orden. Habrá que esperar a su primer poemario, alguna vez lo hará. No siempre alumbra el sol, y, entonces, hay que encender una luz en cada habitación.

En fin, de nuevo, estos 6 autores, 6, son motivo sobrado para que inviertas un dinerillo en ‘Poesía Capital’. Y hablo de sus versos, de las poéticas (que nos empeñamos en querer poner de manifiesto este aspecto intelectual de la poesía, con lo raro que es que un poeta sepa lo que escribe), mejor no comento. Aunque algunas hay que merece la pena releerlas, la mayoría nos animan a abandonar la lectura del poeta que se presenta. Es el caso, por ejemplo, de Cecilia Quílez. A pesar de su poética, es un gusto leerla.

Clausura del exitoso ciclo poético 'Madrid, una ciudad, muchas voces'

EL I Ciclo de Poesía Hispanoamericana y Española “MADRID: UNA CIUDAD, MUCHAS VOCES” llega a su culminación este viernes 27 de marzo con la participación de los poetas Oscar Pirot (México), José Luis Gómez (España), Juan Soros (Chile), Antonio Ruiz Pascual (España), Rodrigo Galarza (Argentina), Juan José Soto (Perú) y Cecilia Quílez (España). La moderadora será la especialista en Literatura Hispanoamericana, María Ángeles Vázquez, Asimismo, se contará con la participación del poeta español Don Aureliano Cañada, quien hablará en torno a la antología poética del ciclo, la misma que se entregará a cada uno de los 19 poetas participantes del evento. La publicación de dicha muestra ha sido posible gracias al apoyo de diversas empresas latinoamericanas entre las que se encuentran la revista Turista, la empresa Eventos Media Mass, la Universidad Alas Peruanas, los restaurantes Inti de Oro, El Dorado, El Chalán, Los Pilares, El Fogón de Claudia, El Paisa, Subiendo el Sur, La Llama, la empresa de importación ANGCRIS SL y la asesoría jurídica Maldonado y Abogados.

En esta fecha de clausura también participarán 2 destacados artistas en el intermedio musical: Javier Calle de España y Túpac Peralta de Perú.

El recital poético organizado por la Ong Promoviendo, con la colaboración del Centro Hispano Centroamericano y la Fundación Altius, bajo la coordinación literaria de los poetas Juan José Soto, Nora Alarcón (Peruanos) y Antonio Ruiz Pascual (Español), y se llevará a cabo desde las 19:45 horas en el Centro Hispano Centroamericano, ubicado en la calle Fray Ceferino González, 4, donde se reunirán los poetas latinoamericanos y españoles para compartir su poesía en un interesante encuentro que ha logrado exitosamente los objetivos que se había trazado con este primer ciclo: dar a conocer las tradiciones literarias hispanoamericanas a través de su poética, e intercambiar y alternar lecturas, experiencias y propuestas con los poetas españoles de las promociones recientes.

Los organizadores esperan la concurrencia del público en general para compartir la palabra y el verso de dos espíritus tradicionalmente hermanados: el hispanoamericano y el español.

Dpto. de Prensa Ong Promoviendo

sábado, 21 de marzo de 2009

Los pensamientos de Juan Armas Sánchez

Lo costoso es lo enemigo de lo bello, porque lo costoso es lo artificial de la vida.

. . .

Aunque tuviera cien bocas y cien lenguas, y mi voz fuese de hierro, no podría enumerar todas las formas del crimen.

. . .

En el alemán existe, dentro de su gran cultura, algo que le permite llegar a la barbarie y a la crueldad, lo que no pasa en los demás europeos cultos. En el idioma alemán hay palabras cariñosas para la crueldad y el engaño. La crueldad latina y la crueldad rusa son más espontáneas, menos intelectuales. Respecto a los ingleses que tienen instintos bárbaros, como todos los hombres, parece que saben detenerse a tiempo y piensan bien la utilidad de emplear sistemas brutales, y desde hace mucho tiempo no los emplean.

Esto, tanto o más que civilización, puede ser comprensión y buena táctica.

En el fondo, se ve, el hombre no ha variado desde las épocas antiguas acá. Sigue siendo el animal astuto, cruel, cobarde y sanguinario que ha sido siempre, y probablemente lo será, a pesar de todos los placeres y de los sueños que le sirven para hacerse ilusiones.

viernes, 20 de marzo de 2009

Alfredo Kraus canta "Malia" de Tosti (Piano: Edelmiro Arnaltes)

Malia, en italiano, significa hechizo, encantamiento. Gracias, Alessandro Mistrorigo, por tu amistad.

Fallece Betsy Blair, vive 'Calle Mayor'

A Juan Antonio Bardem hay que perdonarle (menudo vacile, quién seré yo) bodrios como 'Resultado final' o 'Siete días de enero', y retener siempre y volver a ver cuanto se pueda 'Felices pascuas', 'La venganza', 'Nunca pasa nada', 'Muerte de un ciclista', 'Esa pareja feliz'...por no hablar de la película que marcó su ruptura con Berlanga: 'Bienvenido Mr. Marshall'.

Y, cómo no, imprescindible, 'Calle Mayor'.

Juan Antonio Bardem no ha querido dejar de señalar nunca el lugar en que estamos. Con la suerte de la censura, centrándose en los personajes y su entorno social. Con la desgracia de la democracia, hablando más directamente de sindicalistas, abogados laboralistas, militantes políticos....

En fin, ¡viva Juan Antonio Bardem!. ¡Viva 'Calle Mayor'!¡Viva Betsy Blair! Viva, ella que ha fallecido el pasado 13 de este mes de marzo. Inolvidable.
(P.D.: Juan Francisco Cerón Gómez tiene publicado un breve e interesante artículo sobre las relaciones del cine de J.A. Bardem con la censura. )

jueves, 19 de marzo de 2009

'La caída', un poema de Francisco Cenamor

I
La boca
recibe igual
el beso y
el golpe.

Está
preparada
para el hueco.

IV
No era tan fácil
llegar y escuchar
el silencio inmenso,
apretar las manos
contra
los cuerpos helados.

No era tan fácil
llegar y no ser nada.

X
Las luces que en el túnel destellan
no parecen querer detenerse.
Al final, una estación.
Y otra.
Y otra.
Y otra.

Ríos
de gente.

Selección del poema 'La caída', de Francisco Cenamor, publicado en Arquitrave.

'Querida Quiela', primera carta

1

Ha cesado de llover desde el domingo, querida Quiela:

y por fin he podido salir a la calle y acudir a cafés atestados de gente en los que estar solo. Y estos días, o semanas, quién sabe, en que todo era desahogarse el cielo, lo he pasado francamente de pena. Mi alergia gatuna me impedía hasta para salir a buscar tabaco. ¡No te rías!

Así que, sin poder asegurar que no tenga culpa el síndrome de abstinencia, me la he pasado pensando en ti. La tierra mojada te ha traído conmigo llenándome de ternura y alegría. Tierra mojada en la que la semilla se hunde y germina.

Y aquí me tienes, un nuevo Cervantes que escribe con la mano derecha cartas de amor mientras la izquierda queda impedida por el maligno cigarro. El romántico poeta en una nube de humo, amor y desconsuelo. ¡Qué gracia!

Habrás de perdonarme que aproveche estas cartas para hacer literatura, querida Quiela, todo un libro para ti. Un libro que a ti sóla ha de llegar. Un libro que tú escribes para ti misma.

Francisco Cenamor en la revista colombiana Arquitrave



Este número de Arquitrave recoge textos inéditos (e impensables hasta hoy) de Francisco Cenamor. Recomendable.

Recapitulando sobre 'Más allá’, primer poema de 'Cántico', de Jorge Guillén

El ser (ontología) toma el cuerpo y el hombre se abre al mundo a través de la luz de su razón (cultura), y el propio sol (metafísica), y los sentidos: ‘Intacto aún, enorme,/ Rodea el tiempo. Ruidos/ Irrumpen. ¡Cómo saltan/ Sobre los amarillos// Todavía no agudos/ De un sol hecho ternura/ De rayo alboreado/ Para estancia difusa,// Mientras van presentándose/ Todas las consistencias/ Que al disponerse en cosas/ Me limitan, me centran!’(I).

Así, intocados (por la cultura y la realidad física) nos personamos, y percibimos unos primeros ruidos (¡éste es el cántico del universo!) que luego, la luz del sol, que nace, nos presenta en las formas que los originan. Difusas aún estas consistencias (ninguna nos presenta salvo la luz) dispuestas en cosas, nos limitan y centran. Éste es el escenario en el que se desenvuelve el hombre, estos sus límites: realidades que aún en su manifestación sensorial son realmente difíciles de asir.

El primer sonido que nos presenta es ‘hervor de luz’, que hace la luz audible, además de quemarnos con ella. Insistirá Jorge más adelante en quemarnos con la luz: ‘Bajo un sol que derrama,/ Dora y sombrea claros/ Caldeados’, dirá en V. En cuanto al sonido, el siguiente que nos presenta es la sonoridad más tenaz, la palabra del mar. La constante naturaleza en su devenir, el mar, y el propio hombre, porque la palabra es hombre, sino es sonido.

En II insistirá, con ‘penumbra de costumbre’, en lo inaprensible de la realidad física: ‘vaguedad/ Resolviéndose en forma// De variación de almohada,/ En blancura de lienzo,/ En mano sobre embozo’. Esta variación de almohada, este lienzo en blanco, esta mano sobre embozo, son un hombre inquieto, un hombre que no sabe, un hombre que se oculta. Imágenes nítidas, al fin, para decir a un hombre no asombrado, sino desconcertado, abrumado por tantas preguntas sin respuesta: el ser avasallador que mantiene su plenitud en lo desconocido y que no es tan fácil como decir dios, es la creación toda, o todas las creaciones, por mejor decir: metafísica, cultural y ontológica, esta vez.

¿Y el tacto? En III: ‘Enigmas –en sus masas./ Yo los toco, los uso.’ Hemos volteado nuestra cabeza en la almohada, no hemos tocado el lienzo, sostenemos el embozo y ahora tocamos los enigmas. Lo mismo que antes.: porque esos enigmas, ‘¡Más allá! Cerca a veces,/ Muy cerca, familiar’, son las concistencias cercanas tan llenas de misterio. Por ahora sólo la almohada, el lienzo, el embozo.

Hoy me he extendido demasiado, ¿no? Seguiremos este recuento el próximo martes 24 de marzo.

Más Manrique, y descansamos ya de su retórica

CANCIÓN
No tardes, Muerte, que muero;
ven, porque viva contigo;
quiéreme, pues que te quiero,
que con tu venida espero
no tener guerra conmigo.

Remedio de alegre vida
no lo hay por ningún medio,
porque mi grave herida
es de tal parte venida,
qu’eres tú sola remedio.
Ven aquí, pues, ya que muero;
búscame, pues que te sigo;
quiéreme, pues que te quiero,
e con tu venida espero
no tener vida conmigo.

ESPARZA
Hallo que ningún poder
ni libertad en mí tengo,
pues ni’stó ni vo ni vengo
donde quiere mi querer:
que si’stó, vos me tenéis;
y si vo, vos me lleváis;
si vengo, vos me traéis;
assí que no me dexáis,
señora, ni me queréis.

Del volumen ‘Poesía’, edición de Jesús Manuel Alda Tesán, en Cátedra Letras Hispánicas.

'Airado verbo', de Juan José Soto

Juan José Soto(Lima, 1965) publica 'Airado verbo' en junio de 2008 (Sol negro editores) en la ciudad de Lima. En diciembre de 2008 aterriza en Madrid. En estos cortos tres meses ha tenido tiempo sobrado para hacerse una buena imagen de la poesía en Madrid y coordinar el evento Madrid, una ciudad, muchas voces.

Su libro habla del exilio. Ya no son los tiempos en los que el español canta "El emigrante". Hoy son los inmigrantes los que escriben poesía del exilio. Que yo conozca, Juan José es el primero.

Pero en fin, no te quedes sólo con esta lectura mía, lee el comentario de Feliciano Mejía, si quieres, claro. Inteligente. Y por más. De su crítica extraigo las palabras óntico, implicancia y hesitar. Estas dos últimas en franco desuso, como dice el DRAE. Y qué mejor misión para el poeta que la de no dejar morir las palabras. Cada palabra que perdemos es un fracaso de la humanidad en su intento de explicar el mundo y habitarlo. Cada palabra abandonada son muchas vidas dejadas en el naufragio. Rescatar palabras, evitar que mueran, es un gesto humanitario.

Volviendo a Juan José Soto y a 'Airado verbo':
Las pesadas sombras se abren
La cerrada noche se abre
El fiero exilio se abre
Tu voz de sangre
La mueca de hastío
Y ruedan sin cabeza
Las vanas horas amándote
La desolada espera
La henchida piel del abrazo:
Desatado mar de presagios
Arrasando todo vestigio
De raíz y de entraña

sábado, 14 de marzo de 2009

Los pensamientos de Juan Armas Sánchez

Estamos poseídos del lujo y de la avaricia, en público la pobreza, la opulencia en privado.

. . .

En la corte, el que vale poco está olvidado y el que vale mucho es perseguido.

. . .

Como con un poco de aceite se afila mejor la navaja, así el espíritu con la cortesía se hace más agudo. Su falta de filo se nota por la ofensa: ambas hacen sufrir menos si están cuidadosamente afilados.

. . .

Todas las cosas llegan, le hacen a uno daño y se van.

jueves, 12 de marzo de 2009

'Mestizaje', un poema de Batania

La mariposa azul
se posa en la rosa amarilla.

Al volver al aire,
verde va la mariposa azul,
verde [,] la rosa amarilla.

'Camino a Santiago', de Jesús Malia

'Camino a Santiago' recoge textos que nacieron el verano de 2008, en mi segunda visita a Galicia. La primera vez, me acogió amablemente mi amiga la poeta María Lado en su ciudad, Santiago de Compostela, y me llevó a conocer su terruño en la coste de la muerte, Cee. Esta segunda vez hice un peregrinaje a mí mismo, con objetivo físico en Santiago. Doce días de dicha y abandono. Abandono de rutinas y abandono del mundo y de sus gentes en el medio de ellas: mi compañía fui yo. Ése era el objetivo. Móvil fuera, internet poco. Caminar por la mañana, si se hacía apetecible o soportable. Y por la tarde, siempre, adentrarse en los bosques o en caminos solitarios. Y tampoco se podía perdonar uno o varios licores de hierbas, ¡claro!, qué no veas cómo inspira. Ni el pulpo, ni el bacalao, ni la empanadas...¡oh!, ¡Galicia calidade!
Pero en fin, que se va uno solo a estar solo y a buscarse, y encuentra que hay un amor recién descubierto que le acompaña, unos amigos con los que no puede dejar de conversar, unas soledades que sanar y otras que potenciar, una madre en que vive, un árbol cuya corteza le tiende el abrazo y le ofrece la paz. En fin, la vida. Abandona uno las tareas de costumbre, con todo el tiempo por llenar, como un crío, y se descubre.
Así que aquí tienes, amigo, 'Camino a Santiago'. El libro, si lo es, que más fácil me ha resultado. Aquí no busques construcciones portentosas (un mismo poema en cada verso, estructuras claras y definidas, un discurso coherente; aunque tal vez, por azar, lo haya), si éso que buscas no es otra cosa que Jesús Malia, el que escribe, se regocija y llora.
Toma, aquí va, ya es tuyo. Deshazte de las versiones anteriores de los poemas. Ésta es la segunda y definitiva. Gracias.

1
Canta el río en el cantil
y dice ¡agua!
a una hoja danzante que navega y lo busca.

Primero se hunde, después reflota,
y fluye sin descanso y sin fatiga…

¿Quién sabrá de aquel árbol de que un día caíste
como miga de pan del balcón a las pombas?
¿Cuál será aquella mano que te hizo caer y danzar para siempre en el filo del agua?

Peregrina feliz,
el camino es la meta,
no hay destino ni origen.

2
Aquí oirás al silencio llamarte a voces:
te busca en la floresta y en los árboles
que anclan sus raíces en el río.

¡Quién supiera sus nombres!
para decirles:
“Hermano x, ¡qué tranquila es tu estirpe!,
de raíces tan hondas
e inamovibles
en el fluir incesante y sereno del agua.
Qué dichosa tu suerte, hermano x,
que la hiedra a tu paz
esbelta, amorosa, se abraza”.

Y yo, sólo en correr.
Atrapar este verso
y huir temeroso y gimoteante,
de nuevo, a las gentes.

Tanta paz me desborda.

3
Cada río es un camino diferente
y hay más hombres que ríos,
pero el abrazo
es el cruce violento y feliz
de sus dos aguas.



4
Volverás hasta aquí a buscar los soñado
aunque nunca vivido
salvo en manos y ojos de tu mente encendida.

Volverás hasta aquí
a soñar lo vivido.

5
Es un pozo sedente en el hombre su alma,
le echa amor y no colma,
le echa dios y no sacia.

Inútil, sumergir, el cubo de la razón,
de tanto vacío lo hará rebosar.

(Estos cinco poemas se deben a Samos, maravilloso lugar. El siguiente, a mi primera salida del lugar.)

6
Desciendo junto al río para tocar tu piel,
los árboles me ofrecen el camino mostrando sus raíces.

Es falso que me esperes al final del trayecto,
tu ausencia me acompaña:
ahí te tengo entre gasas corriendo por delante
riéndote al girar burlona y descarada.

Tú fluyes en el viento
y mis pies descarnados aún te siguen alegres.

Qué fresca es esta sombra que alivia la canícula.

7
Yo soy la maleza que crece junto al trigo
y sé de mi futuro, envuelto por las llamas, cuando el trigo madure.

Así,
mi tallo con tu espiga tocándose ha de estar
mientras dios no te llame elegida a su lado.
Tu raíz y mi raíz harán por encontrarse.

Porque tú eres el trigo que crece en la maleza.



8
Aquellos griegos eran superficiales por profundidad.
Friedrich Nietzsche

Lo profundo es el aire.
Jorge Guillén

No temo que esta piel se me abra o se llague,
que tu piel me procuro para hacer el camino.

9
Ese yo que soy yo
y no encuentro y que busco
inasequible
al desaliento.

Y si digo poesía
es que inquiero do estoy,
es que grito: no sé
el lugar en que habite.

Pero sé que estás tú vestida de tu risa
en tu cuerpo menudo de ojos insaciables
de mujer y alegría.

Donde albergue tu risa.

10
Si me buscan las moscas
les ofrezco mi cuerpo.
Que bendigan mis llagas y decansen sus alas tras el largo camino.

Si me buscan las moscas
les ofrezco mi piel.

11
Aquí guardo tu nombre,
en el cofre del viento.
Que al pasar de los siglos
en el suene por siempre.

12
Vestido de silencio,
invisible a los hombres,
como brizna de hierba
en el medio del bosque
que no alcanza ni el viento,
es tu voz quien me nombra.
Y como Lázaro, Jesús se levanta y Jesús anda.

13
Eres tú tierra fértil y yo soy la semilla,
que tan sólo es en ti el poder germinar.
Es tu carne el hogar que yo, nómada, busco,
por eriales errante como grano de arena que recorre el desierto.

¡Y tú suerte de oasis en que hundirse en su agua!
Así yo en tu carne, donde quiero habitar.

14
Se ve el viento en la fronda
como en todas las cosas.

15
Peregrina peregrina
ánima
que en la niebla me asaltas.

En este bosque
¿está mi alma?


16
Hermano de los bosques,
hijo del río.

17
Me detengo en este bosque para leer mis versos:
un árbol se cimbrea cambiando de postura; mariposas azules sobre el río se aman; una mosca me enfrenta; una hormiga escala el Everest de mi pierna; una ortiga me pica;
el viento crea un rumor que confunde al poeta; y de fondo el aplauso sincero de una vaca que agita su cencerro.

18
Las ánimas del bosque se guardan en la niebla
y a tu paso se abren.

Ni traspasan tu cuerpo ni se quedan en él,
nómadas del bosque en él tienen su paz.

19
Zaratrusta eremita en los rayos del sol,
descendiste a los hombres.

20
He llegado hasta aquí
sin pronunciar tu nombre,
te he traído en penumbras
cada día conmigo.
Y sin embargo,
cada paso que resta para hacer el camino,
cada roble y acebo de estos bosques sin fin,
siento que eres tú quien quisiera besarlos
que conmigo caminas.

Una vela en Santiago enciendes por mí
y su luz me ilumina
y la busco, sin fuerzas,
pero sigo hasta ti luminaria incesante
contigo en penumbra.


21
Camino de tu mano todavía,
fuerte y milenaria como el roble.

De ti nací
y moriré,
porque tu útero
es la tierra en sus ríos y bosques
y yo sólo un olivo en mitad de la senda que no tiene final.

Debo oír a los hombres que me halaguen tu piel,
¡oh, tú, égida mía!

22
Todo lleva tu nombre al tocar la raíz cuando cae la noche
y rezuma en las hojas rebosantes del alba.

23
Llegar al final para ir al principio,
escalar a la cima para luego volar anhelante a la base
(cristo horizontal que derrochas el alma).

Del seno de la madre al seno de la tierra.

24
Verde
que te quiero
verde,
verde pelo,
verde rama,
el barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.

¬¬¬¬ ___________

No quiero barca, corazón barquero,
quiero ir caminando
por la mar al puerto.

____________

Se ofrece, se extiende,
Cunde en torno el día
Tangible. De nuevo
Me regala sillas.

No. Mejor a pie
Veré los colores
Del verano mío,
Que aun no me conoce.

25
Ya oigo a las estrellas
galopar en la noche
y beber de su agua
negra
inagotable.

Y yo las monto,
una por una.
Indómitas, salvajes.

Es un juego caer
desde sus grupas
en el seno del bosque,
y volver a ascender hasta ellas, riendo,
y volver a caer desde ellas, feliz de poder escalarlas.

26
Porque irradia la luna
me guarezco en el bosque,
con sus puertas abiertas
y ventanas caídas.

Tan lonxe está el hombre
que esta paz es posible.

27
Mira al cielo
e inventa
los nombres de los astros:
Lucinante espera lo cabelgues
en busca de la hermosa Lucinea.

La realidad espera que la inventes,
es tu leyenda,
¡salve!

28
Si ahora lloro es que tiemblo
de tenerte tan cerca.
¡Eres tú, sin pecado!,
que profano pensaba que venía hasta aquí
y es tu fe que me arrastra.

Aquí duermes viviendo en el cielo y la piedra
que no vieron tus ojos.

Vuelve a ser, que comparta
este viaje contigo.


29
Quedan lejos los hombres que a la piedra se entregan a que llaman apóstol,
hoy prefiero confluir con mi sangre en tu savia.

He aquí tu corteza, mis brazos, éstos.

¡Qué derroche de agua derramada en la piedra!
¡Cuánta sed en la carne
desatendida!

30
He salido a caminar para quedarme quieto,
como el árbol camina en la senda del tiempo cuando busca las nubes que le ocultan la luz,
como un niño que salta para asirse a los rayos y suspenso se queda agarrado del aire.

He salido a caminar para no hollar la tierra,
como el árbol camina cuando ensancha su tronco extendiendo el abrazo.

He salido a caminar como el árbol camina
al hundir su raíz.

31
Vestigio del futuro,
tu raíz me esclarece
una dicha
inquebrantable.

Aún serás aún después
de que hallamos marchado.

Julio Espinosa Guerra en la Fundación de Poesía Centro José Hierro de Getafe

Si el viernes 13 no andas por Madrid, donde Julio Espinosa Guerra participará de el ciclo Madrid, una ciudad, muchas voces, el jueves 12 puedes verlo en el citado lugar de Getafe.

A las 20.00 h. en el Auditorio del Centro
C/ José Hierro, 7- 28905 Getafe (Madrid) | Tel. 91 696 82 18 | info@cpoesiajosehierro.org

Julio Espinosa Guerra nace en Santiago de Chile en 1974. Ha publicado los libros Cuando la rosa aún no existía (Imprenta UMCE, Santiago, 1996, poesía), La soledad del encuentro (Mosquito Editores, Santiago, 1999, poesía), Las metamorfosis de un animal sin paraíso (Premio de Poesía “Villa de Leganés”, España, Editorial LF, 2004), La poesía chilena del siglo XX (Visor Libros, 2005, antología), El día que fue ayer (Mago Editores, Santiago, 2006, finalista del Premio Herralde de novela el año 2005) y NN (Premio Iberoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz, Gens Editores, Madrid, 2007 y Libros La Calabaza del Diablo, Santiago de Chile, 2008). Su poesía ha sido antologada en Todo es poesía menos la poesía: 22 poetas desde Madrid (Editorial Eneida, Madrid, 2004), Cantares: nuevas voces de la poesía chilena (LOM Ediciones, Santiago, 2005) y Onomatopeya. Lecturas de poesía (Mago Editores, Santiago, 2008), entre otras. Dirige la Escuela de Escritores de Zaragoza y entre otras a obtenido las becas del taller de poesía de la Fundación Pablo Neruda y la de creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura de Chile. Ha participado en diferentes encuentros de escritores y lecturas de poesía en Chile, España, Perú, México y Alemania. Desde 2001 reside en España.

La casa que construyo sobre esta página
no es más que la sombra
de la casa que deseo construir sobre esta página

Poema de Julio Espinosa Guerra
(Qué guerra no lo es. Perdón por el chiste.)

'Querida Quiela'

Elena Poniatowska escribió la novela 'Querido Diego, te abraza Quiela'. Diego es el muralista mexicano Diego Rivera, la Quiela que le escribe es Angelina Beloff, la pintora de origen ruso con la que Rivera tuvo su primer hijo.
De Dieguito y Angelina queda rastro en la obra de Rivera; sin embargo, de su vida, pronto los borró. A la muerte de Dieguito de una neumonía en Paris, Diego Rivera marcha a México a reasentarse, en la promesa de que luega mandará llamar a su pareja: Angelina. Pasa el tiempo y Diego no llama a Angelina. Angelina escribe a Diego cartas sin respuesta: 'Querido Diego, te abraza Quiela'.
Lo desesperado de este amor podría también interpretarse como lo desesperante de la escritura: un mensaje para el que no se sabe si existe un receptor.
Pues a vueltas con Poniatowska, a vueltas con Angelina, a vueltas con Quiela, a vueltas con mi amor y algunas de mis obsesiones sobre la lengua y la cultura, nace 'Querida Quiela'. 'Querida Quiela' es más un relato largo que novela corta. Más relato que novela porque su lenguaje está más próximo al de la poesía que al de la narrativa, como en mí no podía ser de otra manera.

'Querida Quiela', quién te sabe.
Así que, para empezar, las citas:

Cuando cese la lluvia,
La tierra del jardín olerá a tierra.
No habrá mejor fragancia.
Y después vendrá el día con su horas
Fugaces, nunca sueltas,
Nunca sin sus raíces,
A pasado y futuro encadenadas.
Jorge Guillén


Venías esta vez de aquel pasado,

El nuestro ya sin prórroga, concluso,
A fechas sucesivas tan sumiso,
Siempre en orden: el tiempo del reloj.
Jorge Guillén


Además, mi vida no son unos hechos;
mi vida es mi pensamiento.
Gustave Flaubert

Cada miércoles a las 15:00 horas (españolas), aquí en Poesía Abierta, una carta, una entrega, de esta creación de Jesús Malia. Con todas sus faltas, mi mejor obra. Tú, como yo, amarás a Quiela. Acompáñame en este amor desesperado. (¡Menudo culebrón!)

'Si me quieres, quiéreme entera', un poema de Dulce María Loynaz

Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
y morena...
Quiéreme día,
quiéreme noche...

¡Y madrugada en la ventana abierta!...

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... O no me quieras!

Dulce María Loynaz
(Versos, 1920-1938)

Sobre Cántico (XI), última parte del poema 'Más allá'


'Toda la creación,/ Que al despertarse un hombre/ Lanza la soledad/ A un tumulto de acordes.' Comenzamos por el final, en esta ocasión, para señalar que estamos en el principio. Recordar: '(El alma vuelve al cuerpo,/ Se dirige a los ojos/ Y choca.) -¡Luz! Me invade/ Todo mi ser. ¡Asombro!'. Sobre estos versos decíamos que represetaban el despertar de la consciencia en el hombre, un despertar racional a la luz, un cobrarse los sentidos, que es la misma expresión con la que concluye el poema. Así que reincide, y no nos hemos movido. Únicamente, que ahora matiza que el despertar del hombre a toda la creación lanza su soledad a un tumulto de acordes. Y aunque esta expresión parece feliz, feliz tumulto de acordes (¡el oído, ahora, y no la vista!), tumulto de por sí tiene una significación negativa. 'Tunulto de acordes' puede tomarse, entonces, como desacuerdos. Confusión, alboroto, ruído; esto es tumulto. Nada acordado, nunca, por más que Jorge quiera despistarnos con en esta fachada. Estas contraposiciones tan violentas, que le valen en Jorge para manipular las palabras y hacernos percibir lo contrario de lo que dicen, son muy frecuentes en 'Cántico'. Nos dulcifican la acre realidad que sin embargo muestran.
'Una tranquilidad/ De afirmación constante/ Guía a todos los seres,/ Que entre tantos enlaces/ / Universales, presos/ En la jornada eterna,/ Bajo el sol quieren ser/ Y a su querer se entregan// Fatalmente, dichosos/ Con la tierra y el mar/ De alzarse a lo infinito:/ Un rayo de sol más.' Otra vez, ese tumulto de acordes nos aprisiona. Y nosotros, fatalmente dichosos, qué dicha de prisión, bajo el sol queremos ser (¡qué remedio!, y a ese querer ser nos entregamos. Ésa es nuestra dicha fatal, querer ser, pues no somos: continua insatisfacción. Y ese auténtico querer ser es perdernos, fundirnos con la tierra y el mar, alzarnos al infinito como una rayo de sol más. 'Nunca separa el cielo'. Una idea realmente romántica, si pienso en Hölderlin y su Hiperión, o mística, si pienso en el origen de las religiones, no sólo la helena. 'Un rayo de sol más'.
'¡Oh perfección! Dependo/ Del total más allá,/ Dependo de las cosas.' Las cosas son el más allá, el sol, el mar con el que fundirse. Todas aquellas que 'Sin mí son y ya están/ Proponiendo un volumen/ Que ni soñó la mano,/ Feliz de resolver/ Una sorpresa en acto'.
¿Y observáis qué sutilmente las toca? 'Que ni soñó la mano,/ Feliz de resolver/ Una sorpresa en acto'.
Y es que otra vez a través 'De un cristal de balcón' el mundo se nos ofrece, la luz del primer vergel que aun fulge aquí, 'Ante mi faz, sobre esa/ Flor, en ese jardín'. No tan cercana la flor, no tan cercano el jardín. A éstos apunta su dedo, su mano no los alcanza. Y sin embargo, qué brusca la presencia de los hombres, 'Rotundidad humana/ De edificio y refiere/ Su fuerza a mi morada'. Qué admirable ese vergel, que con 'empuje henchido/ De afluencias amantes/ Se ahínca en el sagrado/ Presente perdurable'. Qué esfuerzo es la vida, qué esfuerzo el cántico entre el devenir de los hombres.

Jorge Manrique es realmente retórico

CANCIÓN
No sé por qué me fatigo,
pues con razón me vencí,
no siendo nadie conmigo
y vos y yo contra mí.

Vos por m’haber desamado,
yo por haberos querido,
con vuestra fuerça y mi grado
habemos a mí vencido;
pues yo fui mi enemigo
en darme como me dí,
¿quién osará ser amigo
del enemigo de sí?

Del volumen ‘Poesía’, edición de Jesús Manuel Alda Tesán, en Cátedra Letras Hispánicas.

'Noches' un poema de Eloisa Pardo Castro

“Entra a hurtadillas y en silencio,
como lava derramándose,
abortando
el simulacro de la muerte
que procura la noche”.
(El lubricán)

NOCHES

Tras las cortinas no se columbra aún
signos de vida,
no clarea,
la habitación anda ciega,
aguarda.
Escucho la oscuridad agazapada
en un rincón,
como un león a punto de saltar sobre su presa.
Alrededor de la cama
serpentean en procesión los soldados
del miedo,
con la pica empuñada
dispuesta a ocupar el hueco,
el vacío.
Los ojos, escudados,
se abren de vez en cuando,
atisbando,
suplicantes.
No clarea.
La negritud persiste
socarrona, maligna,
los soldados se repliegan,
rompen filas,
se van dispersando.
Mis manos aflojan un poco
las sábanas torturadas,
mis piernas descansan
abatidas.
Parece que una estrella se diluye,
se percibe un aleteo de plumas,
un gallo inicia el ensayo,
el lejano traqueteo de las ruedas de un carro
invade mi garganta,
los soldados huyen en franca retirada.
El león ha desaparecido.
Abro los ojos.

Eloisa Pardo Castro

sábado, 7 de marzo de 2009

Los pensamientos de Juan Armas Sánchez

La capacidad del corazón para la pena, como la naturaleza según los antiguos, ¿tiene horror al vacío? No intentéis nunca vaciar vuestro corazón del viejo dolor que os molesta, porque enseguida se llenará de uno nuevo.

. . .

La razón se hace adulta y vieja; el corazón permanece siempre niño.

. . .

Si algo os dice vuestro corazón, oíd su voz. El corazón es la voz de la naturaleza, y los cálculos de la prudencia obra del hombre.

viernes, 6 de marzo de 2009

Y la naturaleza triunfa, fotos de Miguel Pérez Pardo

Casa para ganado (La Palma)

Vías de la estación de Atocha (1986)

jueves, 5 de marzo de 2009

Día 6 de Marzo, presentación de 'Poesía Capital'

Los antologados sólo somos 27:
Arés, Alicia; Butragueño, Bárbara; Delgado Cortés, Ana; Doce, Jordi; Gabriel, Ruth; García, Aarón; Hormigos, Raquel; Labajo, Laura; López, Alfonso; Malia, Jesús; Martín Centeno, Óscar; Merino, Miguel; Muntañola, Esther; Otero, Moncho; Pastrana, Miguel; Pérez Cañamares, Ana; Pérez Zúñiga, Ernesto; Pino, Luis Daniel; Pintado, Aurora; Quílez, Cecilia; Ramos, Pepe; Rodríguez, Lucas; Salgado, María; Santiago, Julio; Sio, David; Tinoco, Jorge; Torres, Vanessa; Vukusic, Deborah.

La duración del evento será finita con toda seguridad.

Un poema de Batania

Si los griegos censuran a Paris
por usar el arco, arma de cobardes,
me cortó en el pasillo,
como si lo tuviera pensado de días,
aquel rizado de ojos,
de catorce,
quizá quince años,
¿por qué David es valiente,
si también mató a Goliat desde lejos?

La diferencia sólo es el poeta:
el poeta se pone a favor de Aquiles
y en contra de Goliat,
le fui a responder,
pero el muchacho me pareció
demasiado joven,
ya me entendéis,
catorce,
quizá quince años,
muy poco adiestrado,
no quise presentarle tan pronto
nuestra máquina de renunciaciones.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Otros ejemplos de retórica en Jorge Manrique

CANCIÓN
Quien no’stuviere en presencia
no tenga fe en confiança
pues son olvido y mudança
las condiciones d’ausencia.

Quien quisiere ser amado
trabaje por ser presente,
que cuan presto fuere ausente,
tan presto será olvidado;
y pierda toda esperança
quien no’stuviere en presencia,
pues son olvido y mudança
las condiciones d’ausencia.

CANCIÓN
Con tantos males guerreo,
en tantos bienes me ví,
que de verme cual me veo
ya no sé qué fue de mí.

Mis glorias murieron luego,
mis males resucitaron,
fortuna encendió tal huego
do mis glorias se quemaron.
Dexó tan vivo el deseo,
memoria de lo que ví,
que de verme cual me veo
ya no sé qué fue de mí.

Del volumen ‘Poesía’, edición de Jesús Manuel Alda Tesán, en Cátedra Letras Hispánicas.

'Otros poemas', de Rosario Castellanos

DE MUTILACIONES

Un día dices: La uña. ¿Qué es la uña?
Una excrecencia córnea
que es preciso cortar. Y te la cortas.

Y te cortas el pelo para estar a la moda
y no hay en ello merma ni dolor.

Otro día viene Shylock y te exige
una libra de carne, de tu carne,
para pagar la deuda que le debes.

Y después. Oh, después:
palabras que te extraen de la boca,
trepanación del cráneo
para extirpar ese tumor que crece
cuando piensas.

A la vista del recaudador
entregas, como ofrenda, tu parálisis.

Para tu muerte es excesivo un féretro
porque no conservaste nada tuyo
que no quepa en la cáscara de nuez.

Y epitafio ¿en qué lápida?
Ninguna es tan pequeña como para escribir
las letras que quedaron de tu nombre.


PITHECANTHROPUS ERECTUS

Acometió una vez, sólo una vez, la hazaña
que lo hizo similar a un ser humano.

¿Quién recuerda qué fue? Ninguno. Acaso
se atrevió a contemplar, cara a cara, a su jefe
y decirle, entre toses de asfixia, en la asamblea
de empleados de oficina: “No me gustan sus chistes”.

Tal vez no se abrió paso entre la multitud
a empujones, codazos, zancadillas,
para felicitar al triunfador.

O se cruzó de brazos a la hora de aplaudir.

Quizá no golpeó en las manos al náufrago
asido de la tabla
o, intacta, devolvió la billetera
que se encontró en la calle.

Si su virtud hubiera sido heroica
—como en los casos dichos— sería memorable.

Mas como nada consta en los anales
tenemos que concluir que éste fue un hombre
de los que no exageran, de los que se conforman
con estar, si hay que estar. O con marcharse
a la hora de partir.

Un hombre que se quita el sombrero si hay señoras
en el elevador y que cede la acera
al inválido aquel con su carrito.


TELENOVELA

El sitio que dejó vacante Homero,
el centro que ocupaba Scherezada
(o antes de la invención del lenguaje, el lugar
en que se congregaba la gente de la tribu
para escuchar al fuego)
ahora está ocupado por la Gran Caja Idiota.

Los hermanos olvidan sus rencillas
y fraternizan en el mismo sofá; señora y sierva
declaran abolidas diferencias de clase
y ahora son algo más que iguales: cómplices.

La muchacha abandona
el balcón que le sirve de vitrina
para exhibir disponibilidades
y hasta el padre renuncia a la partida
de dominó y pospone
los otros vergonzantes merodeos nocturnos.

Porque aquí, en la pantalla, una enfermera
se enfrenta con la esposa frívola del doctor
y le dicta una cátedra
en que habla de moral profesional
y las interferencias de la vida privada.

Porque una viuda cose hasta perder la vista
para costear el baile de su hija quinceañera
que se avergüenza de ella y de su sacrificio
y la hace figurar como a una criada.

Porque una novia espera al que se fue;
porque una intrigante urde mentiras;
porque se falsifica un testamento;
porque una soltera da un mal paso
y no acierta a ocultar las consecuencias.

Pero también porque la debutante
ahuyenta a todos con su mal aliento.
Porque la lavandera entona una aleluya
en loor del poderoso detergente.
Porque el amor está garantizado
por un desodorante
y una marca especial de cigarrillos
y hay que brindar por él con alguna bebida
que nos hace felices y distintos.

Y hay que comprar, comprar, comprar, comprar.
Porque compra es sinónimo de orgasmo,
porque compra es igual que beatitud,
porque el que compra se hace semejante a los dioses.

No hay en ello herejía.
Porque en la concepción y en la creación del hombre
se usó como elemento la carencia.
Se hizo de él un ser menesteroso,
una criatura a la que le hace falta
lo grande y lo pequeño.

Y el secreto teológico, el murmullo
murmurado al oído del poeta,
la discusión del aula del filósofo
es ahora potestad del publicista.

Como dijimos antes, no ha nada malo en ello.
Se está siguiendo un orden natural
y recurriendo a su canal idóneo.
Cuando el programa acaba
la reunión se disuelve.
Cada uno va a su cuarto
mascullando un -apenas- “buenas noches”.

Y duerme. Y tiene hermosos sueños prefabricados.


HIPÓTESIS DEL SOLITARIO

Una cotorra, un timbre postal, un gato, un perro,
algún espantapájaros cualquiera,
alguien que, si recibe una dosis de amor,
no segregue anticuerpos, no cree resistencias
sino que simple asimile. Asimile
sin intoxicaciones peligrosas
y sin alteración de su naturaleza.

Y luego, limpiamente,
elimine los rastros de la sustancia extraña
que el otro le inocula.


TAN-TAN, ¿QUIÉN ES?

Cuando toca tres veces San Pascual
responde el alma: No, todavía no.
Tengo una sopa a medio cocinar, un suéter
al que aún no termino las mangas, un asunto
pendiente de sentencia en el juzgado.

Y mis hijos que no quieren ser huérfanos
y el otro que no sabe enviudar. Y lo que falta.
Nunca me dieron suficiente tiempo
y ahora… No es mi culpa. Yo te suplico un plazo.

—¿Pero que suponías que es la muerte
sino este llegar tarde a todas partes
y este dejar a medias cualquier cosa
y este sumar, restar, enredarse en los cálculos
y no contar con excedentes nunca?

La muerte, como todo lo humano, es la carencia,
el agotarse de los materiales
de que se estuvo hecho. El cambio de los signos
junto a las cantidades que figuran
en el Libro Mayor.

Representas un déficit, eres la cifra roja
y no pretendemos créditos porque tal precedente
nos crearía problemas. Y, como ves, no hay nada
más simple que el negocio que estamos manejando.


MEDITACIÓN EN EL UMBRAL

No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.

No concluir las leyes geométricas contando
las vigas de la celda de castigo,
corno lo hizo sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen,
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson
debajo de una almohada de soltera.

Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.

Otro modo de ser humano y libre.

Otro modo de ser.


KINSEY REPORT

              1

—¿Si soy casada? Sí. Esto quiere decir
que se levantó un acta en alguna oficina
y se volvio amarilla con el tiempo
y que hubo ceremonia en una iglesia
con padrinos y todo. Y el banquete
y la semana entera en Acapulco.

No, ya no puedo usar mi vestido de boda.
He subido de peso con los hijos,
con las preocupaciones. Ya ve usted, no faltan.

Con frecuencia, que puedo predecir,
mi marido hace uso de sus derechos o,
como él gusta llamarlo, paga el débito
conyugal. Y me da la espalda. Y ronca.
Yo me resisto siempre. Por decoro.
Pero, siempre también, cedo. Por obediencia.

No, no me gusta nada.
De cualquier modo no debería de gustarme
porque yo soy decente ¡y él es tan material!

Además, me preocupa otro embarazo.
Y esos jadeos fuertes y el chirrido
de los resortes de la cama pueden
despertar a los niños que no duermen después
hasta la madrugada.

              2

Soltera, sí. Pero no virgen. Tuve
un primo a los trece años.

Él de catorce y no sabíamos nada.
Me asusté mucho. Fui con un doctor
que me dio algo y no hubo consecuencias.

Ahora soy mecanógrafa y algunas veces salgo
a pasear con amigos.
Al cine y a cenar. Y terminamos
la noche en un motel. Mi mamá no se entera.

Al principio me daba vergüenza, me humillaba
que los hombres me vieran de ese modo
después. Que me negaran
el derecho a negarme cuando no tenía ganas
porque me habían fichado como puta.

Y ni siquiera cobro. Y ni siquiera
puedo tener caprichos en la cama.
Son todos unos tales. ¿Qué que por qué lo hago?
Porque me siento sola. O me fastidio.

Porque ¿no lo ve usted? estoy envejeciendo.
Ya perdí la esperanza de casarme
y prefiero una que otra cicatriz
a tener la memoria como un cofre vacío.

              3

Divorciada. Porque era tan mula como todos.
Conozco a muchos más. Por eso es que comparo.

De cuando en cuando echo una cana al aire
para no convertirme en una histérica.

Pero tengo que dar el buen ejemplo
a mis hijas. No quiero que su suerte
se parezca a la mía.

              4

Tengo ofrecida a Dios esta abstinencia,
¡por caridad, no entremos en detalles!

A veces sueño. A veces despierto derramándome
y me cuesta un trabajo decirle al confesor
que, otra vez, he caído porque la carne es flaca.

Ya dejé de ir al cine. La oscuridad ayuda
y la aglomeración en los elevadores.

Creyeron que me iba a volver loca
pero me estaba atendiendo un médico. Masajes.

Y me siento mejor.

               5

A los indispensables (como ellos se creen)
los puede usted echar a la basura,
como hicimos nosotras.

Mi amiga y yo nos entendemos bien.
Y la que manda es tierna, como compensación:;
así como también la que obedece
es coqueta y se toma sus revanchas.

Vamos a muchas fiestas, viajamos a menudo
y en el hotel pedimos
un solo cuarto y una sola cama.

Se burlan de nosotras pero también nosotras
nos burlarnos de ellos y quedamos a mano.

Cuando nos aburramos de estar solas
alguna de ios dos irá a agenciarse un hijo.

¡No, no de esa manera! En el laboratorio
de la inseminación artificial.

             6

Señorita. Sí, insisto. Señorita.

Soy joven. Dicen que no fea. Carácter
llevadero. Y un día
vendrá el Príncipe Azul, porque se lo he rogado
como un milagro a San Antonio. Entonces
vamos a ser felices. Enamorados siempre.

¡Qué importa la pobreza! Y si es borracho
lo quitaré del vicio. Si es mujeriego
yo voy a mantenerme siempre tan atractiva,
tan atenta a sus gustos, tan buena ama de casa,
tan prolífica madre
y tan extraordinaria cocinera,
que se volverá fiel como premio a mis méritos,
entre los que el mayor es la paciencia.

Lo mismo que mis padres y los de mi marido
celebraremos nuestras bodas de oro
con gran misa solemne.

No, no he tenido novio. No, ninguno
todavia. Mañana.


ACTO DE HUMILDAD

En otro tiempo me maravilló
lo fácil que era ser solamente una vaca.
Bastaba con echarse a rumiar y con parir
cada año un becerro. Con mirar sin asombro
la estructura del mundo y sus apariciones.
Con dejarse engordar y, mansamente,
ir con los otros hacia el matadero.

Es, en verdad, muy fácil. Pero si lo pensamos
con equidad tampoco es una proeza
ser… en fin... lo que somos.


EVOCACIÓN DE LA TíA ELENA

La recuerdo viniendo hacia mi infancia
desde su hermoso mundo de cosméticos.
Toda la línea Arden sobre su tocador,
y ella, pensativa, exigiéndole un voto
de confianza al espejo. El color de su tez,
la perfección de su perfil, el orden
de su pelo eran siempre materia cuestionada.

Más allá de la doble superficie
ponderaba otra cosa:
¿es lícito destruir la obra de la belleza
cuando sólo enmascara al sufrimiento?

Y ponía en la balanza el gramo de cianuro
que escondía entre sus joyas
para hacerla perder su equilibrio, inclinarse
del lado del destino.


ADVERTENCIA AL QUE LLEGA

No me toques el brazo izquierdo. Duele
de tanta cicatriz.
Dicen que fue un intento de suicidio
pero yo no quería más que dormir
profunda, largamente, como duerme
la mujer que es feliz.


ASENTAMIENTO DE UN HECHO

¿Morir? No. Es demasiado bello para ser cierto.
Ya vas a comprobar cómo, después del tránsito
(que no es, a fin de cuentas,
más que uno que otro espasmo muscular, “amor grande”,
si al sexo te permites llamar “muerte chiquita”)
la cosa sigue igual en algún otro lado.

Con más o menos frío, quizá; con hígado,
con pulmones, con pies, con narices, con hambre,
con años, con fatiga,
con olvidos, con ese tábano memorioso
que alrededor te zumba.

Lo continuo no cesa, así que cálmate.
Deja ya de sentarte al borde de las sillas,
de mirar el reloj
y de hojear las revistas de la sala de espera.

'Otros poemas' es la penúltima obra poética de Rosario Castellanos, según se recoge en el volumen 'Poesía no eres tú', del Fondo de Cultura Económica. Allí se recopila toda su poesía. El Fondo de Cultura Económica dispone de librería en Madrid, la librería Juan Rulfo, en la zona de Moncloa. Según te sitúas en Isaac Peral en la acera de enfrente a la del Mc Donalds, cruza, ve hacia la derecha, cuando llegues a la esquina, a la izquierda. Antes del quiosco de prensa, habrás llegado. Di que vas de mi parte, a ver si me pagan comisión.