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domingo, 31 de enero de 2010

¿Has comprado ya 'Poesía Capital'?


¿Aún no? Pues no pierdas la ocasión, que está en librerías.
¿Quién integra la nómina de antologados? Buf... tantos y tan buenos. En este mismo blog creo que ya he incluido la lista. Por no olvidarme a ninguno en estos momentos, os diré que yo, con unos textos sorprendetes para quién presuma de conocerme. En serio, incluyo poemas de amor. Pero de amor, amor, en el sentido más universal, sin Matemáticas de por medio. ¡En serio!

Bueno, insistiré en próximas ocasiones.

jueves, 28 de enero de 2010

Otro Foro de Patrañas

A este Foro nos convocamos para hablar en directo, para escucharnos, para leer, para escribir, todo en directo, cuerpo a cuerpo, voz a voz. Pero los de Patrañas somos de barrio y el fotógrafo Olmo González, uno de los nuestros, nos ha publicado como "SERES DIGERIDOS", como manos solitarias que buscan angustiadas un apoyo, como ojos perdidos implorando clemencia, como madres aterradas escalando escaleras, como labios que besan barras de acero y como tipos felices junto al hombre lobo, como los seres que digiere este Leviatán maldito que crearon un día nuestros antepasados y que habremos de destruir. Los seres digeridos de las fotos de Olmo somos nosotros y nos juntamos para salvarnos. Todos estáis convocados al Foro de Patrañas de mañana, día 29 de enero, en lo de Mario. Y con cerveza.
En lo de Mario nos vemos.

Viernes, 29 de enero, 22 h., Avd. Fuenlabrada, nº 12-posterior, Leganés.



"¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime!"

Este endecasílavo, que es quizá el mejor verso que escribiera Unamuno, confirma lo que muchos sospechábamos, que su autor estaba sordo.

Andrés Mencía

'Tic tac, toc toc', de Isabel García Mellado

hubo una época en que la guerra aún
no había desfilado por tus ojos
y no sabías que un día tendrías que crecer de golpe
porque tu cuerpo de niño no sería capaz de abarcar
un dolor tan inmenso

después el mundo siguió com osi tal cosa
mientras nosotros crecíamos
inmersos en batallas invisibles
dados a la tarea de volver a poner nombres nuevos
a cada cosa para poder reconocernos en los espejos

ahora la guerra te ha dejado una marca
en el silencio y un destello sutil en la mirada
y ha resultado que eres capaz de contener
a mi padre en tus gestos

nunca te he dicho que yo quería protegerte
pero que no sabía cómo hacerlo
porque hubo una época en que la guerra aún
no había desfilado por mis ojos
y no creí que fuera a saltar todo por los aires
y que luego pasara tanto tiempo

después el mundo siguió como si tal cosa
mientras nosotros aprendíamos
cómo desmantelar campos de minas
cada vez más frágiles y cada vez más fuertes
fuimos llegando a un punto diferente de partida

ahora la guerra te ha hecho ser esta persona
que ostenta el título de hombre en letras mayúsculas

y yo hubiera querido protegerte
pero es que nunca supe cómo hacerlo

a mi hermano

_________________________


los cuchillos de la semana pasada
descansan en el cuarto de invitados
con el cadáver de un gesto
y la penumbra se ha acostumbrado a los ojos
para que las rendijas de luz
puedan seguir jugando con las sombras

fuera, la enredadera
de una canción o una cabellera,
el mundo entero haciendo malabares
y todos lo spensamientos
como nubes que no acaban de moverse
como lluvia que no acaba de mojarnos

_____________________________

traducir la niebla
es lo que hago
cuando dejan de sonar los árboles
dentro de mi silencio

Estos tres poemas son de Isabel García Mellado y pertenecen a su poemario 'Tic tac, toc toc', en Ya lo dijo Casimiro Parker.
La próxima semana te compartiré otros poquitos.

miércoles, 27 de enero de 2010

'Penúltimo poema del fútbol', de Bernardo Canal Feijóo (y fin, que no voy a publicar el libro, aunque podría, búscalo)

Ansiedad

El ansia del triunfo
Anidaba en el ángulo de la red,
A espaldas del arquero,
Una gran araña torva...

(El juego se agolpaba contra unos de los arcos, como en un peloteo a la pared. El arquero tenía ya empastelados los ojos, y aunque volvía las espaldas en las contorsiones bruscas, quedaba siempre mirando de frente com un búho idiota.
Solo, abandonado en su arco, el arquero adversario se paseaba de un lado para otro, se detenía, parecía ladrar al tumulto lejano, como un perro atado a su garita.)

Córner

Los jugadores se reunieron a dar la bienvenida.

Como de un lejano horizonte
Se levanta la pelota del córner,
Abriendo su vuelo de serpentina...
Se encoge la guardia de los jugadores
Y ajusta el paredón del gol.
Entonces,
Entre las frentes endurecidas,
Una frente,
Aristada de voluntad
En un salto más alto que ninguno,
Quiebra com un florete
El acero flexible de la parábola del córner...

Réferi


El réferi husmeaba todo, estaba empeñado en revertirlo todo hacia sí, en sorprender las delanteras sin darse mucho afán, con una judiciaria propensión a descubrir la falta, a aplicar sus sanciones de pito solemne.
(Va, vuelve;-tiene una carrera entorpecida de una contracarrera, con estacatos de cardíaco, o de palmípedo doméstico, que pretende seguir el volatín aéreo de los pájaros, y larga tres pasos torpes de tony botinudo.)

Al arco

(El arquero sabe de la alegría de transmutar
en juego el ceño homicida del adversario.)

martes, 26 de enero de 2010

Inodoro Pereyra merece 'La alpargata de oro'


Extraído de www.negrofontanarrosa.com.
Fontanarrosa es el padre de las dos criaturas.

Continuamos comentando la segunda parte de 'Todo en la tarde', poema de Cántico

(Sigue la etiqueta Sobre Cántico para acceder al poema y a los comentarios precedentes.)

‘¡Trepidación! Monótona,/ Continua, propagada’, como onda en onda sobre el agua, de hombre en hombre. Trepidación que ‘Precipita galopes/ -Sin cuerpos ya- de máquinas’. ¡Ah, el hombre deshumanizado, amigo Ortega, ah, el hombre máquina precipitado que no se detiene jamás! Hombre invisible e invidente apasionado de su ceguera (‘Invisibles, a ciegas/ Calientes, animales’).

En sus automáticos impulsos discordes, que componen esa dodecafonía explícita en las dos primeras estrofas, desemboca en prisa por ser feliz. ¿No es, a la inversa, qu ela prisa por ser feliz, la prisa por la satisfacción, desemboca en esos simultáneos impulsos disonantes? ¡Qué más da! ¿Hay nubes en el cielo porque hay agua en la tierra o es el agua en la tierra por las nubes del cielo? Vamos, huevo y gallina, que son a la vez.

Y frente al barullo y al bronco rumor, ahora visible y audible en las bocinas,la soledad de un solo ser, de un solo hombre, que se asoma distante. Según creo, desde la altura de una ventana. ¿Dónde lo dice? Desde los primeros versos de este Cántico. ¡Ah! Y que lejos y que grata queda la calle.

lunes, 25 de enero de 2010

Rosario Castellanos dialoga con... Simón Bolívar y Luis de Góngora

'Aré en el mar y edifiqué en el viento' es el epitafio que se dio Simón Bolívar, el libertador. Rosario Castellanos recoge 'Aré en el mar' en su verso. Y en el mismo poema cita a Góngora: ' Ayer naciste, y morirás mañana'. Así que ahí va el verso de Luisín.

A UNA ROSA.

Ayer naciste, y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida?
Y, ¿para no ser nada estás lozana?
Si te engañó su hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.
Cuando te corte la robusta mano,
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.
No salgas, que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para la vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.

domingo, 24 de enero de 2010

En www.notodofilmfest.com

Spot


De Guillermo Zapata

Burocracia



De Rosa Márquez

sábado, 23 de enero de 2010

Mi sonetillo

Un conocido, poeta, al que respeto, ha recibido el encargo de un libro de sonetos. De su autoría, imagino. Generoso como es este gran hombre, me invitó a participar con un poema.

En principio, a pesar de la gratitud debida a la invitación, me sentí ajeno al proyecto. ¿Escribir un poema, así, de golpe y porrazo? ¿De qué? ¿Y además en soneto? Ja, años ha que no me meto en esos vericuetos formales. Yo, un descreído de la forma. ¿Descreído? Al menos harto (pronúnciese como en mi pueblo: jarto, jartito) de ella.

Total, que tenía pinta el asunto de que no iba a parte alguna por mi parte.

Pero...

Que sí, que sí, ¡tonto! Un poema en un libro de este ser. ¡Guau! Tan visible en papel no lo he sido hasta ahora. Y hala, tira palante Violante(lo marco en negrita para que anotéis y uséis esta expresión, qué ocurrencias tengo) me digo. Y ahí voy.

Bueno, no me enrollo más, que esta persiana ha alcanzado el tope. Que explico este descreimiento/descreímiento (por las dudas) y estos afectos porque una vez escrito el verso (irremediable, mío, querido, burlón), entiendo que el primero que podría sentirse burlado es mi propio amigo. ¿Junto a una rica colección de endecasílabos incluír lo mío? Parecería una burla de su trabajo, cosa que no es, sin duda. Me burlo de los serios sonetistas de sonetos serios. De esos sí. La forma es un juguete tan sólo, eso pienso. No es un obstáculo, es un instrumento más para nuestra diversión.

Gracias, amigo, por tu invitación. Y, en fin, entenderé que no tengas en cuenta mi sonetillo. Igualmente leeré tu libro.

¡Ah! Ahí va, claro. No sé vaya a quedar sin ver la luz.


Los catorce

Para llegar a catorce
(que es lo que hace un soneto)
comience por el primero.
No me añada un estrambote

que no es rico sino pobre
el soneto entrado en versos.
En tocando lo del metro
cuchufletas al cipote

que no cuenta más que once.
¡Son diez dígitos, canelo!
y el uno, uno entre ellos.

En demás, que diga Lope
que yo firme me sujeto
con agrado a su criterio.

¿Cierto?

'Trampolín etcétera'

Y completa la terna Sergio Cruz Placer.

Sergio siempre concreta, y en los siguientes versos lo váis a ver (lo de que váis a ver os lo aseguro).

Dices que no tienes tiempo

no quieres hablar
dices que no tienes tiempo

hoy te has lavado el pelo dos veces
dices que no tienes tiempo
ayer pasaste la tarde entera frente al televisor
dices que no tienes tiempo
la semana pasada fuiste todos los días a yoga
dices que no tienes tiempo
llevas un mes sin faltar a clase de alemán
dices que no tienes tiempo
hace un año me dejaste para siempre
dices que no tienes tiempo
dices que no tienes tiempo...

y mientras tanto a mí se me hace esto muy largo

Muñeco inerte

antes de vaciar la bañera
contemplo cada detalle que mi hijo ha dejado en el agua

los muñecos a los que ha dado vida durante veinte minutos
flotan ahora inertes

hay un ejército de arañas de plástico
que no ha tenido tiempo de atacar

ante esa escena me doy cuenta de lo mucho que le necesito
imagino a Lucas en el colegio
dando vueltas con su sonrisa
escuchando cada palabra de la preofesora
corriendo de un lado para otro
sin nada que reprochar a la vida
tan puro
tan esencial

tiro del tapón y coloco todo en su sitio
le hago desaparecer un rato
e intento recomponerme solo

estoy deseando que vuelva
él es el único capaza de dar vida a un muñeco inerte

Pintar y arañar

llevo dos horas arañando un mueble pintado
he encontrado una uña de alguien
que hizo en el pasado lo mismo que yo

detrás de la pintura hay un bloque
nada más
no puedes amasarlo
acariciarlo
cambiarlo

es inevitable quedarse dormido y soñar con dedos
plástico
tiradores
incluso esmalte

al despertar arrancas las astillas de tus manos
y te das cuenta de que has estado dos horas
pintando un mueble arañado

Sed, sed, ser

el demonio del balcón se asoma a tu miedo
desde alturas insospechadas
distancias desde las cuales los hombres parecen demasiado pequeños
y sus inquietudes y temores ridículos

no me da miedo el silencio y la calle oscura
me asusta saber que se desvela bebiendo en su guarida

son mis pasos arrítmicos en la melódica respiración de la noche
mis destiempos ensordecedores
los que llaman la atención de un ser que se incorpora
apoya una medio sonrisa en la barandilla
y me invita a subir mostrando su copa

durante la primera velada bebí un vértigo
que no te propone lanzarte al vacío
sino que riega en ti el deseo de subir aún más alto

y esos maravillosos líquidos te hacen vivir con una sed constante
que te obliga a volver una y otra vez

miércoles, 20 de enero de 2010

'Penúltimo poema del fútbol', de Bernardo Canal Feijóo

Paréntesis

(Está ya dicho que en el principio fue la acción, no el verbo,-y hay que agregar: que la acción inicial fue indudablemente la patada, según se induce del modo como andan las cosas.
Robustecida, hoy, la voluntad del hombre, en el largo ejercicio de las rebeldías de su exilio paradisíaco, verbo y acción tienden a hacerse simultáneos en la expresión de su alma,-y sólo en la patada se regocija, y consigue la síntesis esférica su genio.
La más profunda convicción, la conciencia final, la que logra la materia desubstanciada, amarga y triste, de las cosas, determina la patada. Por esta suprema y obscura alcurnia, la patada no es nunca obcecada o dramática com la trompada, por ejemplo, que en el hombre corresponde a la sórdida coz de las bestias, sino descreída o irónica, o, a lo sumo, bella y fatalmente brutal, pero siempre aplicable de una manera desajustada y heterodoxa, como conviene al canon. "Una patada en", es algo que tiene todas las salidas imaginables.
Tras el minuto de embriaguez, toda cosa gozada merece, más o menos, la patada. Y ello, no tanto por una innecesaria razón de ingratitud, cuanto porque a los hombres capaces de una succión desatentada de las cosas, se impone el deber de animarlas después con distinto sentido para no vampirizar demasiado en la vida. Una patada es siempre algo que abre una puerta a un más allá insospechado.
La mistad, reducida hoy a tristes expresiones de compañerismo o de recuerdo, pierde las hojas desmayadamente como en una atroz otoñada, y si no fuera susceptible de patada, carecería de sorpresa.
El amor implora la patada como el fuerte instrumento para desbrozarse el campo que necesita, primero, y luego, para volver a la razón. El verdadero dueño del amor, antes de entrar a su casa, calza la patada como la bota taponada y reforzada. Por lo que sus pasos resultan siempre delatores e inconfundibles y ahuyentan hasta los malos espíritus de la atmósfera.
La técnica de la patada responde a una mecánica elemental de palanca. Es así que, conquistado el recurso en la cultura fundamental del hombre, como el cierre siempre suficiente para todas sus oraciones y todas sus acciones, dura y proyectable concreción de su genio caído, se descubre que la única palanca que en el sueño del sabio podría aplicarse a la remoción del mundo, sería la patada. Cualquiera otra, consumaría a remoción inútil, sin suficiente finalidad.
Apurada en la vida, hasta el hueso, la efusión orgiástica de la potencia, el fin natural y forzoso de la vida es la patada empelotante. Más que estirar la pata, el que muere lo que hace es dar la patada,-y eso está bien, y consagra el triunfo del espíritu del hombre hasta en la muerte.
Muchos ejemplos hay de la pertinencia puntuativa final de la patada, y el de más cercana autenticidad lo da el caso de la amistad política, en que no sólo clausura el período herméticamente, sino que lacra la ligadura esencial, la patada. Y concluye por empastelamiento las mejores composiciones de esa amsitad sin libertades.

En un paralelo sereno, la patada arrolla al puñetazo.
El puñetazo es insensato y cruel, es ofuscado y congestivo. Por el contrario, la patada es curada y experiente, es específica y variada. El puñetazo no excede nunca a la fuerza del brazo motor. La patada, en cambio, puede ostentar, aun sobre el último impulso, la sonrisa del escarnio, como la sonrisa confiada y experta del aviador después de la acrobacia.
El puñetazo es débil y vengativo: quiere siempre otro. La patada, en cambio, es perfecta y cancelatoria. Después del puñetazo queda cómo presentar la otra mejilla. Pero después de la patada ya no queda qué presentar.
El mejor puñetazo crea el conflicto. La patada rige el exit.
Cualquiera da un puñetazo, y aun los oradores rajan sus mesas. De ética más alta, la patada es patrimonio del filósofo y del artista. Parecería lo contrario, pero es así, como fruto de una profunda comprensión, de un estado de serenidad y entendimiento ante las cosas.
El puñetazo es empedernido y estúpido;-la patada más directa se florea y ama la paradoja.
El puñetazo nace cuando el juego de manos degenera en juego de villanos, por lo que no es posible praticar el boxeo, el arte del puñetazo, con verdadero espíritu deportivo, con la noble altura que esto importa. Es antisocial,-y desinteresedamente practicado contra la pelota prisionera del puttching, puede conducir a la miopía.
La patada, en cambio, se inclina naturalmente a todas las estilizaciones del deporte; necesita una vasta perspectiva de cielo y horizontes, y se la descubre.)

No sería extraño que los griegos, pueblo sensual y frívolo, no hubiesen conocido un deporte con toda esa trastienda.
Sin embargo, entre los del extenso catálogo legado, ninguno que pueda merecer como éste el epíteto de olímpico.
La patada es el único don olímpico que está atribuido hoy al hombre.

La patada es hija de la democracia igualitaria moderna, fundente y permeable, y hermana del sufragio universal. Pero su sanción reivindica la dignidad substantiva del hombre. Y es su única reivindicación.
Donde el número mata el espíritu, la patada consagra la voluntad individual y caprichosa con el único gesto atendible.
En medio de la hormigueante marejada de la multitud, la patada abroquela el círculo de la autonomía espiritual del hombre, sin compromisos ni rencores.

martes, 19 de enero de 2010

'El tiempo pasa', Inodoro Pereyra

Inodoro Pereyra es un personaje de Fontanarrosa. Estas tiras las he sacado de www.negrofontanarrosa.com

Continuamos el comentario de 'Todo en la tarde' (Y lo qué queda. Jejeje)

(Para leer el poema referido seguir la etiqueta Sobre Cántico hacia atrás.)

‘¿Y el silencio?’, comienza por preguntarse retóricamente nuestro Jorge. En esta turbamulta (remarco turbamulta, por fin encuentro la palabra que funde el gentío, la multitud, con las tejas de turba cálida de la primera parte de ‘Todo en la tarde’); en esta turbamulta, decimos, que es la ciudad, ¿dónde el silencio? Obviamente, ‘No puede/ Valer, estar a plomo./ ¡Tantos colores chocan/ con un rumor tan bronco!’ El silencio no cabe entre tanto trajín y confusión. La divisa de la atareada ciudad es un bronco rumor. El silencio ‘No puede/ Valer, estar a plomo’.

Este ‘estar a plomo’, que comunmente puede tener un carácter peyorativo o despectivo, para Jorge tiene un valor muy distinto: ‘estar a plomo’ como virtud, en oposición a la prisa (puente previo de la prisa) que nos conduce a (o con la que nos gobernamos) los hombres. Así, que el silencio no pueda valer, estar a plomo, es una expresión muy pura, muy distante, muy fría, para realmente lamentar la falta de silencio y de sosiego. ¿Hum? ¿Que me lo estoy inventando? Pero si es lo de siempre… Ahí va.

‘Gran rumor. Se embarullan/ Las pisadas, los gritos/ Que deben de ser diálogos,/ Las músicas ya ruidos,// Y la velocidad/ Disparada en portentos/ Sumisos al amor,/ Al candor, a los sueños,// Y el incensante arrastre/ De los muchos trabajos/ Que por dentro murmuran/ Crujidos derrumbados.’

Puf, qué duro. Un hombre que se arrastra en sus trabajos, unas labores en las que se resquebraja: interiores crujidos y derrumbes. No se puede hablar de este hombre con más crudeza. ¿O sí? ‘¡Trepidación! Monótona,/ Continua, propagada,/ Precipita galopes/-Sin cuerpos ya- de máquinas// Invisibles, a ciegas/ Calientes, animales,/ Que no paran jamás:/ Venas del tiempo, laten’.

lunes, 18 de enero de 2010

DRAE

Aquí os muestro otros animalitos que deben su nombre a su propias voces.

coicoy.

1. (Por su grito particular, en que parece repetir la sílaba coy). m. Chile. Sapo pequeño que tiene en la espalda cuatro protuberancias a manera de ojos.

2. m. Ven. En la tradición popular, ave fantástica que habita en los despeñaderos de las sierras, lanza fuego por las fosas nasales y encanta a quien la mira.


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOEn-kI2eEEAx7tR9aSC2Mq5Vazga3YNBfWlzc0gJ7W84qTlbNLliW4DLywBXE51y0tlW6C1SZZ4C9o7eawYoBKFIFhVRxp2T19zEw_axxLZ72SaO9tqYguwO9uyjkZWfY4jif/s320/sapo+(Bufo_granulosus).jpg


pitoitoy.

(Voz onomat., por el grito que emite al emprender el vuelo).

1. m. Am. Ave zancuda de las costas, de plumaje compacto, oscuro por el lomo y blanco con manchas por el vientre, pico corto y tarsos altos.


http://www.boliviacontact.com/turismo/jpgs/paquetes/nature/birdingboliviacentraloccidentalbw70in/02.jpg


¿Qué ando buscando para que me aparezcan estos términos tan lindos y similares? Bueno, cuando me salga os lo contaré. Jejeje.

Rosario Castellanos dialoga con... Juan Ramón Jiménez

'¿Cómo era, Dios mío, cómo era? ', cita Rosario Castelanos a un tal Juan Ramón en uno de sus 'Diálogos con los hombres más honrados'. El tal es Juan Ramón Jiménez, y el poema del tal el que sigue:

¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
-¡Oh corazón falaz, mente indecisa!-
¿Era como el pasaje de la brisa?
¿Como la huida de la primavera?

Tan leve, tan voluble, tan ligera
cual estival vilano... ¡Sí! Imprecisa
como sonrisa que se pierde en risa...
¡Vana en el aire, igual que una bandera!

¡Bandera, sonreír, vilano, alada
primavera de junio, brisa pura...!
¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste!

Todo tu cambiar trocóse en nada
-¡memoria, ciega abeja de amargura!-
¡No sé cómo eras, yo que sé qué fuiste!

jueves, 14 de enero de 2010

'Trampolín etcétera'

Después de haberos presentado el libro y algunos poemas de Alfonso López, toca el turno a Bolo.

Hace unos días me contaba un chste de Forges de este modo:
-Mariano, las siete.
-Que pasen.
Afortunadamente yo conocía el chiste y sabía la situación: ella y él están en la cama. Ella le avisa de que son las siete de la mañana mirando el reloj. Él aún sueña con un harem. Su que pasen, es a siete de esas chicas.

¿Y? Pues que Bolo escribe poemas como cuenta los chistes de Forges, omite las situaciones, realísimas, que puede que le inspiren, y eso es lo que llena a su verso de aparente inconexión y misterio.

¿Por qué analizo la poesía de Hipóloto sin mostraros su verso? Con perdón. Ahí va una selección de sus poemas en en libro.

Entre, que está abierto

a la felicidad le quedaba grande el zapato
el bienestar es el mejor atajo
mi depresión es extracomunitaria

Nocturno

no dejo de observar la fina lluvia
deslizándose por la falda de la memoria

la tristeza ayudaba al hielo a ahogarse

fui a Minnesota porque tenía más vocales
y luego visité Úbeda

Mañana

las nubes rozaron el pasatiempo
los tejados tus cabellos
me gustas y atraes
a partes desiguales

Estanques marinos

sus manos se rozaron como mapa de diálogos
las mejores manzanas cayeron un martes
moriré de una oportunidad

Maniquí desdentado

ya no es tiempo de pedir
expiraron todos los plazos
cánticos derramados sobre la autopista
sueños de uralita mezclados con barro

Noviembre

el rocío de sus primaveras tropezó con la tenue luz de mis labios
las señales en la nieve
se perdieron en las noches rotas de relámpagos azules
todas las noches escucho toser a Groucho
dios debería preocuparse de los semáforos

Reuma

una foto rota en las extremidades
la voz fija la intensidad de las mareas
mis dientes tienen vista cansada

Flequillo infeliz

fumo a escondidas,
en la tristeza floto
giran las farolas,
tontas de noches enteras
me enamoré de unas flores sin remite
repletas de dudas

miércoles, 13 de enero de 2010

'Penúltimo poema del fútbol', de Bernardo Canal Feijóo


Muchedumbre

Hinchazón de pleamar en la muchedumbre...Hervor rebasante de marea, con una oleada larga para cada alternativa brillante. Sobre la masa obscura y espesa, flotan los rostros claros como la espuma amerengada de los remansos. Mar muerto y tenebroso,mar muerto, pero vivo...
Sementera aciaga. Tierra corrupta. Huerta necrofágica, sembrada de hongos venenosos y congestivos...

Patadas...

Al arco:-
El arquero esperaba de rodillas la pelota que corría hacia él como el niño que comienza a caminar y se precipita. Parecía que iba a darle un beso desalado sobre la mejilla sucia...

Al arco:-

En la inminencia irreparable
Del instante,
Al gritar "GOL!",
La muchedumbre se tragó el gol
Como el bolo alimenticio
De la emoción.
Y así pudo evitarse
El gol inevitable.

La silueta del jugador C.

Era un apolo
Negro,
Tallado en un tronco de algarrobo
Negro.
Alto, violento sin espasmos,
Como un atleta,
Opreso en la armonía muscular
De su estampa,
Como en un gran espíritu,
Poseía el zancajo sereno
Y la orientación de la gambeta.
Certero y peligroso,
Tenía una tirada a fondo
Que desnudaba toda la pierna
Negra.
(Danza descuartizada)
Y en la danza
Y en la inspiración,
Un refilón de biela
Negra.

Para el próximo jueves, el gran poema del libro (en extensión y en valía): Paréntesis.

'Todo en la tarde(II)', de Cántico, la obra de Jorge Guillén

II

¿Y el silencio? No puede
Valer, estar a plomo.
¡Tantos colores chocan
Con un rumor tan bronco!

Gran rumor. Se embarullan
Las pisadas, los gritos
Que deben de ser diálogos,
Las músicas ya ruidos,

Y la velocidad
Disparada en portentos
Sumisos al amor,
Al candor, a los sueños,

Y el incesante arrastre
De los muchos trabajos
Que por dentro murmuran
Crujidos derrumbados.

¡Trepidación! Monótona,
Continua, propagada,
Precipita galopes
-Sin cuerpos ya- de máquinas

Invisibles, a ciegas
Calientes, animales,
Que no paran jamás:
Venas del tiempo, laten.

Discordes los impulsos
De un solo frenesí
Desembocan en una
Prisa por ser feliz.

Se asoma al panorama
La soledad de alguien.
Bocinas huyen. Queda
Lejos, grata, la calle.

Como si hubiera a solas
En el tumulto campo,
Follajes hay que salvan
Su paz entre sus pájaros.

Van poco a poco aislándose,
Dorándose las torres.
Atrevida una estrella
Luce a solas. ¿Entonces?

Un poema de Leopoldo Panero: 'Sola tú'

Sola tú

Sola tú junto a mí, junto a mi pecho;
solo tu corazón, tu mano sola
me lleva al caminar; tus ojos solos
traen un poco de luz hasta la sombra
del recuerdo; ¡qué dulce,
qué alegre nuestro adiós...! El cielo es rosa,
y es verde el encinar, y estamos muertos,
juntos los dos en mi memoria sola.
Sola tú junto a mí, junto al olvido,
allá donde la nieve, la sonora
nieve del Guadarrama, entre los pinos,
de rodillas te nombra;
allá donde el sigilo de mis manos;
allá donde la huella silenciosa
del ángel arrebata la pisada;
allá donde la borra...
Estamos solos para siempre; estamos
detrás del corazón, de la memoria,
del viento, de la luz, de las palabras,
juntos los dos en mi memoria sola.

Borceguí

El DRAE:

borceguí.

(De or. inc.).

1. m. Calzado que llegaba hasta más arriba del tobillo, abierto por delante y que se ajustaba por medio de correas o cordones.



Completamente insatisfecho, un mínimo curioseo por inetrnet produce lo siguiente:

BORCEGUÍ

Hay un adagio que reza "Catalina, no me olvides, pues te trajeborceguíes". El nombre Catalina se asocia con el amorinteresado. Borceguíes se refiere a botas de cuero que cubrenel tobillo y delante tienen unos cordones para ajustarse al pie. Alparecer hay varias posibles etimologías para la palabra borceguí:
  1. Podría venir del árabe cherquí (cuero) y este de una especie de carnero llamado achere.

  2. Podría venir de borzeguí, que, en el siglo XIV, se refería a unas botas que usaban
    los jinetes árabes y parece venir del árabe berr (campo o desierto) y çaquí (pie o pierna).

  3. Podría venir del holandés brosekîn, diminutivo de broos (botín).

  4. Hay otros que dicen que viene del griego βύρσα (byrsa = cuero), pues el dramaturgo griego, Esquilo (525-456 a.C.), vestía a sus actores con borceguíes en sus obras de teatro. La palabra griega βύρσα dio bursa en latín y bolsa en castellano. Entonces, borceguí vendría de bursequín : pequeña bolsa de cuero donde se mete el pie.
¿De dónde saqué esto último? De http://etimologias.dechile.net. Me da que voy a tener que recurrir bastante a esta página.

Rosario Castellanos dialoga con... Miguel Hernández

Cuando Rosario entrecomilla 'Me quiero despedir de tanta pena' en uno de sus 'Diálogos con los hombres más honrados' es que conversa con Miguel Hernández. Ahí va el poema de nuestro Miguel.

Égloga

... o convertido en agua, aquí llorando, podréis allá
despacio consolarme.
Garcilaso.

Un claro caballero de rocío,
un pastor, un guerrero de relente,
eterno es bajo el Tajo; bajo el río
de bronce decidido y transparente.

Como un trozo de puro escalofrío
resplandece su cuello, fluye y yace,
y un cernido sudor sobre su frente
le hace corona y tornasol le hace.

El tiempo ni lo ofende ni lo ultraja,
el agua lo preserva del gusano,
lo defiende del polvo, y lo amortaja
y lo alhaja de arena grano a grano.

Un silencio de aliento toledano
lo cubre y lo corteja,
y sólo va un silencio a su persona
y en el silencio sólo hay una abeja.

Sobre su cuerpo el agua se emociona
y bate su cencerro circulante
lleno de hondas gargantas doloridas.

Hay en su sangre fértil y distante
un enjambre de heridas:
diez de soldado y las demás de amante.

Dulce y varón, parece desarmado
un dormido martillo de diamante,
su corazón un pez maravillado
y su cabeza rota
una granada de oro apedreado
con un dulce cerebro en cada gota.

Una efusiva y amorosa cota
de mujeres de vidrio avaricioso,
sobre el alrededor de su cintura
con un cedazo gris de nada pura
garbilla el agua, selecciona y tañe,
para que no se enturbie ni se empañe
tan diáfano reposo
con ninguna porción de especie oscura.
El coro de sus manos merodea
en torno al caballero de hermosura
sin un dolor ni un arma,
y él de sus bocas de humedad rodea
su boca que aún parece que se alarma.

En vano quiere el fuego hacer ceniza
tus descansadamente fríos huesos
que ha vuelto el agua juncos militares.
Se riza ilastimable y se desriza
el corazón aquel donde los besos
tantas lástimas fueron y pesares.

Diáfano y querencioso caballero,
me siento atravesado del cuchillo
de tu dolor, y si lo considero
fue tu dolor tan grande y tan sencillo.

Antes de que la voz se me concluya,
pido a mi lengua el alma de la tuya
para descarriar entre las hojas
este dolor de recomida grama
que llevo, estas congojas
de puñal a mi silla y a mi cama.

Me ofende el tiempo, no me da la vida
al paladar ni un breve refrigerio
de afectuosa miel bien concedida,
y hasta el amor me sabe a cementerio.

Me quiero distraer de tanta herida.
Me da cada mañana
con decisión más firme
la desolada gana
de cantar, de llorar y de morirme.

Me quiero despedir de tanta pena,
cultivar los barbechos del olvido
y si no hacerme polvo, hacerme arena:
de mi cuerpo y su estruendo,
de mis ojos al fin desentendido,
sesteando, olvidando, sonriendo,
lejos del sentimiento y del sentido.

A la orilla leal del leal Tajo
viene la primavera en este día
a cumplir su trabajo
de primavera afable, pero fría.

Abunda en galanía
y en párpados de nata
el madruguero almendro que comprende
tan susceptible flor que un soplo mata
y una mirada ofende.
Nace la lana en paz y con cautela
sobre el paciente cuello del ganado,
hace la rosa su quehacer y vuela
y el lirio nace serio y desganado.

Nada de cuanto miro y considero
mi desaliento anima,
si tú no eres, claro caballero.
Como un loco acendrado te persigo:
me cansa el sol, el viento me lastima
y quiero ahogarme por vivir contigo.

'Diálogos con los hombre más honrados' es un poemario de Rosario Castellanos. Ahí va al completo:

'Tal vez, bajo otro cielo, la vida nos sonría.'

Hombre ingenuo, Porfirio con cara de caballo,
¿no alcanzaste a saber
que la vida no tiene ni aquí ni allá ni antes
ni después ni sonrisa?

_______________

'Es tan corto el amor y es tan largo el olvido.'

Ay, Neruda, Neruda.
¿Con qué vara mediste lo continuo?
¿Qué espesor de cabello te sirvió de frontera?

Porque un río cambia el nombre
según el territorio que atraviesa
pero es siempre agua
-en la aridez y en el verdor-, impulso
hacia delante, fuga, estruendo, vórtice,
remanso, pero siempre agua, agua
y, por fin, el encuentro con el mar.

______________

Un milagro:'Alcanzar
no lo que habías pedido
sino lo que te dan'.
Porque hay entre el tiempo
de pedir y el de dar
un tiempo verdadero:
el de cambiar.

_____________

'Me quiero despedir de tanta pena'
igual que tú, Miguel, pero soy mexicana
y en mi país tenemos ritos, costumbres, modos.

Si la pena me dice que se va, me desvivo
por ser hospitalaria.
¿Se le ofrece un café?¿Una copita?
Que se quede otro rato.
Aún no es tarde y afuera hace mal tiempo
y no hay tanto de qué hablar todavía. Hablaremos.

Alguna vez se va a poner de pie,
a pesar de mis súplicas,
y llegaremos juntas a la puerta
y la abriremos y, a los cuatro vientos,
como aquí suele hacerse, seguiremos charlando.

Y temo que mi adiós -si es que hay adiós-
se confunda con una bienvenida:
lo que preparo ya para la muerte.

______________


'¿Cómo era Dios mío, cómo era?
¿Cómo era quién, don Juan Ramón? ¿O qué?


______________

'Aré en el mar.'
Simón, ¿hay otra parte
en que es posible o necesario arar?


'Ayer naciste y morirás mañana.'
¡Dios mío! ¿Y mientras tanto?

_______________


'Reconocer que el otro existe, ya es amar.'
Santa y sabia Simona, ¿qué sería
reconocer primero y después aceptar?

__________


El Libro de los Muertos dice del que se salva
que no causó temor nunca y a nadie.

Y el portador del Libro, en su viaje, no encuentra
a ningún dios, a ningún héroe, a un genio
ni a ningún animal, ni siquiera a una planta.

Encuentra sólo soledad y tiembla
de miedo y con su miedo se empavorece el mundo
recuperando así su ingrediente esencial.

__________

"Soy un harén y un hospital
colgados juntos de un ensueño."

Ramón, por tu virtud única de poeta
-que fue la de sentirte desollado-
machihembraste en un verso nuestra raza,
nuestra historia y los días que vivimos:
pródigo de sí el macho y la hembra vergonzante
de su sexo. Meciéndose los dos
como se mece el péndulo
entre el placer culpable y la culpa sin placer,
extremos ambos, polos de un ámbito vacío
al que, cuando soñamos, le decimos amor;
mas si admite su nombre verdadero,
se llama soledad.

__________

"Saluda al sol, araña, no seas rencorosa."
¿Por qué habrías de serlo si tienes un rincón
y una tela que hacer y el instinto seguro
del tejedor que teje sin preguntarse nunca
ni el motivo ni el fin?

__________

"Nadie elige su amor", don Antonio. De acuerdo.
Pero, al menos, habría que aceptar
que cada uno elige su manera
de amar. O de no amar.

__________

"La primera ez
no te conocí.
La segunda, sí."

Lo cual prueba, tan sólo, Federico,
que es el hombre el único animal
que tropieza dos veces contra la misma piedra.

CONSEJO DE CELESTINA

Desconfía del que ama: tiene hambre,
no quiere más que devorar.
Busca la compañía de los hartos.
Ésos son los que dan.

jueves, 7 de enero de 2010

Nuevo foro de Patrañas, éste con premio

Cita en el Foro de Patrañas con nuevo libro: "Y vuelves una y otra vez a detenerte"
Los poetas desaforados de Patrañas comenzamos a ser reconocidos por la poesía canónica y esto merece una fiesta. Nadie sabe lo que es la poesía, pero nosotros continuamos inventándola. El XX Premio Nacional de Poesía José Hierro es un reconocimiento de nuestras creaciones y de nuestros escenarios. "He estado explicando Zen toda mi vida -confesó una vez Basho- y, sin embargo, nunca he podido comprenderlo." "Pero -dijo su interlocutor- ¿cómo puede usted explicar algo que no entiende?" "Oh -exclamó Basho- ¿también tengo que explicarle eso?" No olvidemos que Basho fue el más grande poeta japonés. La poesía no tiene explicación, pero se hará fiesta en el próximo Foro de Patrañas del próximo día 8 de enero, en lo de Mario. Os invitamos a descubrir con nosotros eso que será la poesía de la tribu en tiempos de renovación. Y con cerveza.
En lo de Mario nos vemos.

Viernes, 8 de enero, 22 h., Avd. Fuenlabrada, nº 12-posterior, Leganés.

Andrés Mencía
(Autor del poemario premiado)

'Trampolín etcétera'; Alfonso López, Bolo y Sergio Cruz Placer

Hay una trinidad non sancta que se da en llamar ABS. Pero éstos de frenar no saben; sólo saben acelerar, los condonedaos.

A, de Alfonso López; B, de Bolo (Hipólito García), y S de Sergio Cruz Placer. (Los conoces de películas como Reflex-iones Rock.)

Pues en la misma épica coral a la que nos tienen acostumbrados (que están empeñados en hacernos ver que las voces del coro a pesar del ruido y la confusión son distinguibles), han compuesto este libro.

A un poema de Alfonso sigue uno de Bolo al que continúa uno de Sergio, y así hasta el final (aunque es López quién cierra). Y eso sin declararlo explícitamente al mostrar cada texto, sólo al mirar el índice lo sabemos, si es que no somos lo suficeintemente perspicaces, que con leer un poema de cada uno se les identifica fácil.

En fin, no voy a hacer una crítica, os voy a mostrar algunos poemas de Alfonso, Bolo y Sergio incluidos en esta obra. Empezamos por Alfonso López. ¡Qué lo disfrutes! Por cierto, ¿a quién identifica cada luz de la trinidad lumínica automovilística y peatonal urbana?

El ataúd

Este ataúd que guardo en el fondo del pecho,
que late mientras desciende a cada golpe
al fondo de la tierra que lo niega;

este ataúd de segundos y tiempos ya gastados
al labur de otras alegrías y tristezas,
que no se cansa en repetirme boca, ojos, mirada,
brazos y el perfil amable de tu culo y de tu sexo;

este ataúd que al abrirlo abre un libro único
que desea cerrarse desde que tú
lo dejaste abandonado...

este ataúd que aguantará el perfil más duro del agua
y que, en cambio, se agrieta, se cuartea
con sólo un único embate de tu savia;

¿cuándo extorparé a este muerto,
a este despojo, este esqueleto
que me grita tu nombre a todas horas?...

Dime...ataúd, confiésame:
¿qué osario acogerá este hueso?

Ella crece


A Nick Drake

Ella crece en mí,
crece, lentamente,
día a día.
Con la lluvia, con el sol,
con el azul, crece.
Me llena y sigue creciendo.
Ignoro hasta dónde.
Crece incluso en mi srecuerdos,
en mi memoria
sin que le pertenezca.
Y dejo que crezca
como un árbol tan silencioso
que no ocupara espacio alguno,
que ni siquiera fuera palabra...
Ella crece, tan lentamente.
Y aunque no quiera
me devora,
y la dejo, complacido,
porque me llena,
porque me da sin darse
y es tan oscura y tan clara
que nunca sabré de ella.
Ella crece en mí
porque soy yo su alimento,
día a día,
y ella me olvida y para siempre...
porque aunque no lo sepa
ella crece en mí...
tan fuerte, tan intensa
que me duele tener sólo una vida
solo para recordarla.

Poemas de la semi independencia

Me traje la mesa, una cama sus sábanas, el colchón,
un cortaúñas;
me traje el cepillo de dientes,
las viejas gafas de repuesto
y ropa ya usada,
algunos libros, pocos,
y mi viejo cuaderno de poemas
donde apunto, en ocasiones,
ciertos ruidos que se me ocurren
a la vuelta del trabajo;
me traje fotos, la libreta de ahorros,
un par de condones
que aún n ohe utilizado,
la lámpara
la radio sin antena ni casete
pero que gorgotea músicas
letras que nunca volveré a escuchar,
me traje los papeles del médico
el certificado de que pertenezco a este mundo
algún muñeco
pero se me ha olvidado una cosa
que por más que la busco no la encuentro
y la busco
y n o me acuerdo.

Definición de felicidad

Dos escultores desnudos,
uno junto al otro
en el sofá tendidos,
observan el continuo hincharse
y deshincharse sin sonido
de una sábana enorme, blanca,
en el ático de enfrente.

La sábana que señala o muestra,
que ofrece su resistencia, su cuerpo,
que traza el perfil del aire,
parece que se va a echar a volar
como un vastísimo ser inmaculado.

Dos escultores desnudos,
uno junto al otro,
sobre el sofá acostados,
observan sus propios cuerpos
se desean
y se miran a los ojos
y al compacto y pétreo blanco
que recorta, en un diminuto parche,
frente a ellos
el azul claro
casi transparente
del cielo.

Poemas de Alfonso López en 'Trampolín etcétera'.

'Penúltimo poema del fútbol', de Bernardo Canal Feijóo

Bernardo Canal Feijóo publicó en el año 1924 su 'Penúltimo poema del fútbol'.

En contra de lo que pudiera pensar un lector español, que por las fechas querrá ver el mismo impulso bienhumorado y desafiante de nuestros autores de esos tiempos, Bernardo Canal Feijóo nos invita a la patada, que es la esencia última del fútbol, deporte rey en la Argentina, de donde son el autor de este libro y la editorial que lo reedita pasados los años y el siglo.

Enhorabuena a Carlos Aldazábal (responsable de El suri porfiado) por el arrojo de recordarnos este hito de nuestras letras, que tantos años se ha hecho esperar.

Dicho lo cual, me dispongo a robar versos que ofrecerte, compinche. Tenme paciencia, que hay poemas muy largos. Así que empiezo hoy, pero terminar...en un par de entradas.

Invocación
(para el tono de la tarde)

Patadas!-

La que descubre el arco del triunfo y lo deja boquiabierto.
Y la patada que despliega en el cielo del estadio, la fantástica bandera del arco iris.
Un incesante bombardeo de patadas y patadas!
(Y mejor si, a lo mejor, resulta esta palabra un barbarismo, porque ASÍ la necesitamos para la fiesta inflamada y libre de esta tarde...)
Una nerviosa acometida, crispada y ligera;-una gozosa escapatoria, -el salto reconcentrado, -y luego: La gran patada!
La que rasga su propia senda sobre la tierra abierta del estadio, y entona en ella el rabo de una leve polvareda de fuga;-
La que roba la mirada de una rápida contorsión de autómata, y toma el camino del exceso innecesario;-La que juega con el mentón infantil del público, y vuela hasta el vértice ideal del estadio, y yergue la magnífica pirámide del estupor!
Gloria, absurdo afán pedestre!
La inmensa campana de cristal de la tarde se abomba y va a estallar de sol.
Violatorio, el mediodía desnudó las espaldas del cielo, y en su carne espejada se refleja el estadio supremamente. La hora está suspensa de solemnidad en la inminente eclosión de la tarde. Vacía y neumática, es el vientre que queire la irrupción desgarradora y triunfal.
Aviva el aire en la raboleda cercana el alarmante tamboreo de la expectativa, y ritma el hondo aliento de su angustia cardíaca.
Vuele la pelota, vana como un grito!
Tilde una alta cima, y desde allí se descuelgue bañada en oro, como una gran naranja!
El alma desemboca en el limbo solar de esta tarde, como en el acto de espléndida e innumerable determinación de las explosiones.
Qué delirante conjuro lograría la expansión maravillosa del prisma de oro en que se labra, se uniforma y se inflama para una gran jornada, esta tarde!

Patadas!-

El ímpetu que hiera el dormido y dislocado reptil del vértigo,-
Y la patada que introduzca en el orden prudente del mundo, una maciza sinrazón!-
La noche culminará en la gran patada que fulmina las exhalaciones!

Instantáneas

No el cinematógrafo, no , de mirada boba de matrona que se marea en los momentos de vértigo, y deja escapar los tránsitos de más delicada coreografía,-sino el breve guiño de las instantáneas, que sobrecoge en un infraganti muscular de descarnación y de violencia,
-para el enfoco ansioso y comprometido de este espectáculo.

Otro día mucho más, incluidas ilustraciones del propio Canal Feijóo que hizo para sus crónicas deportivas. ¿Quedamos el 14 a las 9 de la mañana hora española?

Continuamos el comentario de 'Todo en la tarde' en Sobre Cántico

Pero hagamos memoria por un momento. Comenzó este bloque del poemario con el alba. Hemos pasado por el mediodía (Esfera terrestre), llegamos ahora a la tarde y pronto anochecerá, y sumidos en la oscuridad concluirá esta parte. Desde la salida del sol a la noche de luna. (Me estoy anticipando un poco, pero en fin, ya se ve, ¿no?) ¿No es cada apartado más que una jornada, entre amanecer y ocaso? Es un poco descabellado decir esto, que hemos pasado por ¿todas? las estaciones. (El verano se menciona explícitamente en Tiempo perdido en la orilla’; ‘Era aquel aroma/ De Mayo y de Junio’ de ‘Los tres tiempos’ nos habla de la primavera, como de primavera e invierno nos habla ‘El ventarrón de marzo’ de ‘Impaciente vivir’, que está al caer y es el penúltimo verso de este trozo; y también del invierno nos habla ‘Con nieve o sin nieve’, como en ‘Escalas’ encontramos rastro del otoño: ‘Bajo tantas hojas// Perdidas…’) Pero si no es posible pensar que las sucesivas series sean el desarrollo de un día cada una, tal vez sus aperturas con el amanecer y sus cierres con la oscuridad no representen más que tercas tentativas ( y frustradas) de esclarecimiento. ¿Esclarecimiento de qué? ¡Anda, anda, no gastes bromas!

En cualquier caso, el día con el sol y la noche con la luna quedan fijados y marcan inicio y fin. Un principio que volverá a ser y un final que no cierra, sino que reabre. A los días, la noche; a las noches, el día.

Volvamos específicamente a ‘Todo en la tarde’, a su parte primera. ‘¡Nubes! Anchas y bajas’, inicia, y por muy sugerentes que se nos presenten las nubes, lo bajo que se nos presentan y lo ancho hacen que se nos asemejen a un techo. No es casual que descendamos luego a las vistillas de tejas de las casas. Esas nubes anchas y bajas, y esas tejas de turba cálida, están haciendo el mismo efecto, nos están limitando, cercando, acorralando.

Pero fijaos que inetresante que las nubes ‘esbozan/ A lo marino espuma’, trayéndonos el mar. No es el cielo ilimitado e invisible (por las nubes) al que compara con el mar, son las nubes las que se le asemejan, las mismas nubes que ocultan y nos sujetan., como decíamos hace nada.

Decir ahora: ¿recordáis el significado que dimos al símbolo del mar? En el comentario a ‘Esfera terrestre’ hablábamos de una doble vertiente: el conocimiento (por descubrimiento) y la memoria. Así, las nubes son un cielo que ocultan el cielo (parafraseanso un verso mío) y que comienzan a imponernos la oscuridad antes de que anochezca. Jamás a Jorge se le ocurrá tupir un cielo rural de nubes, es la ciudad (y sus gentes) la que ahoga y oculta. Es en la ciudad donde el hombre se asfixia sin horizontes y sin memoria.

Un poema de Leopoldo Panero:'Juntos'

Juntos

Contra el verde trasluz de la mañana
nos sentimos latir: latimos juntos
viendo la soledad, hundido el vuelo
del alma en el profundo
valle con sol por donde corre el agua,
por donde cruza el humo
blanco, los lentos trenes
que navegan el mundo...
Las jaras enternecen el recuesto,
el verdor inseguro
donde brota la intacta lontonanza
con inmediato júbilo
de aroma, y contemplamos
la dádiva de Dios, el viento lúcido,
la quietud en fragancia
del sol, su azogue rubio.
Todo yace dormido,
todo tiembla desnudo
e inocente, en tus ojos,
en mis ojos. Dios sabe nuestro último
pensamiento. Dios sabe nuestro nombre
dulcemente en lo oculto
de la distancia núbil
que se apaga en murmullos
de pájaros. Caminas
aladamente, y en el mar confuso
de luz y de hermosura derramada
respiras algo tuyo,
algo que da a tu sangre
origen fresco, mudo
sabor de mudas leguas,
divina posesión, gozo absoluto
de la distancia virgen,
del pinar soleado. Dios nos puso
dentro del corazón la tierra entera,
el agua, el sol más puro,
la clara orilla del amor primero,
la sal de su presencia, de algo Suyo.
Contra su dulce pecho nos sentimos
inmensos, juntos, juntos...

lunes, 4 de enero de 2010

Fotografía y Cinematografía en Madrid mañana 5 de enero

METOLCUATRO

Acción Fotográfica / Cinematográfica

No Digital



Noche de Fotos y Pelis8

2ª sesión, martes 5 de enero

19,30 a 23,30 horas



Proyección del fotoperformance-boceto

La Muñeca

Karina Veloso + Rafa Montesinos

autoría e interpretación recreación fotográfica

Y

FotoCarlón ToTaL -ToTaL

P R O Y E C C I Ó N Más de 100 fotocarlones

Tú puedes ser un fotocarlón


¿Existen los Reyes Magos?

Próxima sesión

sábado 9 de enero

19,30 a 23,30 horas



Cortos Súper8

Rosario Casterllanos dialoga con... Pablo Neruda

En el segundo poema de Diálogos con los hombres más honrados, Rosario Castellanos comienza: 'Es tan corto el amor y es tan largo el olvido.', cita de Pablo Neruda. Ahí va el poema de Pablo al completo.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo "La noche está estrellada,
Y titilan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso no es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Cómo antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
Y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Más poemas de 'Diálogos con los hombres más honrados' (y fin)

"Saluda al sol, araña, no seas rencorosa."
¿Por qué habrías de serlo si tienes un rincón
y una tela que hacer y el instinto seguro
del tejedor que teje sin preguntarse nunca
ni el motivo ni el fin?

__________

"Nadie elige su amor", don Antonio. De acuerdo.
Pero, al menos, habría que aceptar
que cada uno elige su manera
de amar. O de no amar.

__________

"La primera ez
no te conocí.
La segunda, sí."

Lo cual prueba, tan sólo, Federico,
que es el hombre el único animal
que tropieza dos veces contra la misma piedra.

CONSEJO DE CELESTINA

Desconfía del que ama: tiene hambre,
no quiere más que devorar.
Busca la compañía de los hartos.
Ésos son los que dan.