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jueves, 31 de marzo de 2011

'El Víbora'

Hace ya demasiado tiempo que tuvimos la desgracia de perder un referente del cómic como lo era la revista 'El Víbora'.
Sin más nostalgias ni detalles, os ofreceré aquí apenas cuatro historietas que he seleccionado de las revistas que conservaba. Bill Plympton, Mauro Entrialgo, Ralf König. Tres referentes obligados. Así como Miguel Ángel Martín o Peter Bagge, de quienes no muestro nada por ser muy largas sus historias.

Tres nuevos poemas de Chema Barredo Viudés en 'Marea'

Ensayo de ceguera

A salvo de cualquier significado,
sin límites, sin un lugar concreto,
lejos del aire cotidiano
que habita la razón
soy huella que olvida la memoria.

Renuncio a todas las palabras
que me aten, a la voz
y vuelo como pájaro en invierno,
confuso sin la luz,
sin rastro de senderos
ni surcos que dejan
un rastro imperceptible.

El leve movimiento
de la hoja en la rama,
el sonido del agua que renueva
su curso, el tiempo y su destino
no se detienen.
Señales que persisten.

Procuro ensayos de ceguera
más allá de los nombres.


Tan lentamente

Todo transcurre lentamente,
la última gota que se desprende de una rama
haciendo de un momento eternidad,
el brote de las hojas
que se anuncian bajo el sol.
El hilo del aliento en el invierno
y el miedo de las sombras en la noche.

Con que parsimonioso avance cruza el mundo
ante los ojos y apenas marca su trayecto,
placidez que dibuja la vida.

Todo es demora en el camino
y nada sale a nuestro encuentro,
somos cautivos de los días,
no cabe resistencia,
pausados días
que resuelven las horas sin premura.


Certezas

Te cuento, hay tres lunas,
los prodigios revelan
el secreto más incierto
y el diamante puede dividirse en dos.

¿acaso es imposible
prescindir del invierno?

Tampoco hay calendarios
que muestren un viaje al infinito,
cuaderno donde escribir la historia,
no hay signos y las horas de lluvia
desafían al tiempo,
sin embargo abres las ventanas,
dispones la partida.

Te amparan las luces,
no son más que promesas
que intentas dar un nombre
y el vuelo,
el vuelo es una trampa
sin mapas ni resumen
pero te mueve el olor del viaje.

Hunde los remos en el agua,
divisamos Icaria.

Aarón García Peña y Juan Calderón en la Sala Trovador de Madrid

Tardes de Prometeo
Espacio literario de la Asociación Prometeo de Poesía
Sesión nº 11750


Poesía
Aarón García Peña: Dios y sus cómplices
Juan Calderón: Los vientos y la guerra


Poemas para el recuerdo
Lee Simeón Martín Morales

Sala Trovador (San José 3 -semiesq. Huertas-, Madrid)
Viernes 1 de abril de 2011, 19 h.
(Se empezará con estricta puntualidad)

miércoles, 30 de marzo de 2011

Dos nuevos texto de la obra póstuma de Nicolás Valencia Redondo 'Sala para fumadores'

Porque...

si los locos se muestran agresivos es porque se sienten impotentes ante la hostilidad que les rodea, y no hay nada más frustrante y violento que la imposibilidad de enfrentarse a la violencia.

Paso

Lo terrible no es sólo que vamos a morir, sino el proceso en que nos damos cuenta. Es común que para no afrontar esto, ni lo uno ni lo otro, nos sepultemos ahogando nuestras energías en asuntos o empleos que nos provocan infelicidad en vez de al menos intentar comprender.

La locura es reeducación (¡cuidado con tu psiquiatra!),es un proceso lento y doloroso para aprender a vivir en plenitud, eso seguro, desde otro lugar: ¡Ponle tú tu propio nombre! Tan sólo hay que creer en ello, en uno mismo y en el modo en que acaricias a tu chica o la manera en que comienzas a ver los matices en tus padres, en fin, eso que ocurre cuando miras a través de la ventana exhausto ante la belleza de este amanecer cualquiera. Pero es necesario el milagro, un poco de suerte y otro tanto de valor. Vamos a morir, sí, ahora lo sabemos, pero mientras nos amamos, nos gozamos y así exorcizamos el miedo.

Seguimos con 'Las horas', poema de Cántico de Jorge Guillén

LAS HORAS

Me precio, me glorio, de ver (en el verso de Jorge) donde los demás no ven. ¿Vanidad? Tal vez locura. Jejejeje. Y dejaos de chistes con otras perspectivas mías.
Pues en estas, ¿tiene que ver este fragmento de ‘Las horas’ con el poema ‘El prólogo’? Ahí van los dos, mi única respuesta es representarlos a la vez.



III

Brisa de sombra sensible
Va estremeciéndose al roce
De un alma en toda su espera.
Late el pulso al astro acorde.

¿Aislamiento?
Siempre queda alguna torre.
Una hora
Canta para todos. ¿Oyes?

Circula el tiempo entre agujas
De relojes.
Todo se salva en su círculo,
Todo es orbe.

El instante,
Pulsado, sonado sobre
Tantas cuerdas,
En susurro se recoge.

¿Qué hora será? Son amigas
Esas hogueras de monte.
¿Las dos, las tres? En redondo
Reposa lo oscuro enorme.

EL PRÓLOGO

Otra vez el día
Trajinante debe
Pasar por el puente
Previo de la prisa,

Que entre tantos riscos
-¡Oh recta feliz!-
Conduce hasta el quid
Del propio equilibrio.

¡Ay, cuántos rodeos
Rizan la artimaña
Que todo lo salva!
Pero mi secreto,

Mi secreto inhábil
Entre los relojes
Calla tan inmóvil
Que apenas sí* late.

No importa. ¡Perezcan
Los días en prólogo!
Buen prólogo: todo,
Todo hacia el poema.

*Te recuerdo que este 'sí' lo infiero del sentido semántico, que en el texto del que dispongo aparece 'si'.

lunes, 28 de marzo de 2011

Un poema de Felipe Rubio

Escribe siempre,
Menos cuando la mierda
Te llegue al cuello
Y un muro helado te cubra la mirada
Y el interior de tu cabeza
Sea un gigantesco aparato excretor.
Cuando la evidencia de estar mejor muerta
Se haga tan patente
Que tu respiración necesite de un temporizador
Para continuar realizando sus funciones,
Guarda silencio,
Ya escribirás después sobre ello;
Y recuerda:
tus males importan aún menos que tus poemas.

Sonetos de Gutierre de Cetina

¡Ay, vivo fuego, ay, fiero pensamiento,
ay, rabioso dolor, pasos cansados,
ay, recelos de Amor desesperados,
ay, triste, congojoso sentimiento!

¡Ay, alto desear sin fundamento,
ay, vana empresa llena de cuidados,
ay, ríos, fuentes, selvas, bosques, prados,
ay, esquiva ocasión de mi tormento!

¡Ay, verdes murtas, árboles hermosos,
ay, lugar que ya fue ledo y jocundo,
do gastaba mi tiempo en dulce canto!

Espíritus alegres y amorosos,
si alguno vive acá en el bajo mundo,
muévaos hora a piedad mi triste llanto.

____________________________________


El triste recordar del bien pasado
me representa el alma a mi despecho,
y el pensar que pasó me tiene hecho
de esperar que será, desesperado.

Ando de un no sé qué mal aquejado,
que me parece que me roe el pecho;
pienso que es desear, pero sospecho
que no da el desear tanto cuidado.

Pues, si no es desear, ¿qué es lo que siento?
Yo sé que no es temor, tampoco es celo,
que no me da vuestro valor licencia.

¿Si es fuerza de amoroso pensamiento?
No, que el pensar consigo trae consuelo.
Mas, ¡ay!, que ya sé que es: no es sino abstencia.

domingo, 27 de marzo de 2011

Este lunes en el Ateneo de Madrid. 19:30 hrs

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ EN EL ANIVERSARIO DE SU MUERTE EN PRISIÓN (28 DE MARZO DE 1942)

Con las intervenciones de Juan Cano Ballesta -considerado el mejor investigador mundial sobre la obra hernandiana- y Francisco Esteve, Director de la Cátedra Miguel Hernández.

Recitarán Mikel Méndez Ramírez, María Sangüesa y Jesús Malia Gandiaga

Y musicará la cantautora Diana Greño

A las 19:30 horas en el Salón "Ciudad de Úbeda" (ascensor, 4ª planta) Entrada libre. Metro Antón Martín.


Más información en: http://www.ateneodemadrid.es/index.php/esl/Agenda/Actividades/Aniversario-de-la-muerte-de-Miguel-Hernandez

Tres nuevos poemas de Chema Barredo Viudés en 'Marea'

Tacto en invierno

La lógica del tiempo clausurada,
las fotos en la mano,
el álbum es sólo una disculpa,
luego hablamos de nosotros
en diez minutos breves,
o en una tarde entera
como un pulso. Un mal combate
entre dos nombres sin ceñirse
al argumento que está escrito.
El fuego se agita
cuando esquivas el guión.

Vuela el jersey sobre la calma,
un viaje con destino sospechado
y miras a las llamas de reojo.
En eso consiste una velada,
dos vasos de vino en el invierno.

Después la armonía se refugia
entre el calor de una manta,
plenitud sin murallas
que ofrece la bandeja de sabores,
que avisa campanadas de silencio
y el tacto se hace cuerpo
en el viaje hacia el sur.

El cuadro se dibuja,
lo único tangible los dedos en la piel.
Tu piel a fuego lento.


Cuando la niebla

Cuando la niebla deje de ser niebla
seré catedral estrecha y alta,
perfume de oriente
si hallo la fórmula, secretos
de alquimia sin la niebla,
las huellas del coloso, la rabia seré
y la niebla sea lluvia,
pero lluvia no tormenta de azufre
ni hoguera del infierno,
espejo de tres luces y tres caras
seré sin niebla, azul de fuego,
semilla de amaranto,
diluvio sin fin cuando la niebla
sea sólo lluvia.


El tiempo de la lluvia

El tiempo de la lluvia es la mirada
y se adorna con secretos,
huellas del agua, sólo huellas
que disfrazan la ciudad.

La luz se pierde en laberintos,
señales que dibuja el día
pese al desdén de la calle
que vive prendida en los balcones,
porque la tarde es cielo adusto,
sin memoria y muere sin nostalgia,
porque los charcos brillan
y retienen su misterio
de balsas fugaces que nos asombran.
Porque la vida no es un viaje apresurado
que huye de las gotas
y alguien encuentra su momento
cuando mide la ciudad y su asfalto de charol.

El tiempo de la lluvia nos acoge
y los últimos pasos apenas dejan huecos.
Sólo rumores.

Gotean las paredes y acude la noche
que ahora finge silencio
mientras todos se abrazan, o duermen
entre sueños de lluvia
y es otro tiempo que nos muestra su presencia.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Dos nuevos textos de Nicolás Valencia Redondo en 'Sala para fumadores'

Recién nacido

vivo, vivo!
¿De cuántas lunas estamos hechos?
¡No es tópico, no!
Poco a poco y por siempre
caminas sobre una sola pierna,
mueres a cada paso.
Deja que la mentira te ayude o
llámalo dios si así te parece:
desnúdate abriendo tu pecho
como en la primera respiración.

Frío

Frío son mis manos moradas hasta quedar muertas —cuando se es hielo el frío deja de existir, no es. Frío es la despedida, la cal, la distancia, la frustración, un loco que se ahoga, algunos poetas, el no gozar de tus besos, la venganza, la desilusión, la desconfianza, el saber íntimo de que amo más que esos que siempre hablan de amor. Frío es saber que en la vida no hay normas sino miedos, que sólo tenemos dos verdaderos enemigos: la muerte y uno mismo, saber que a ti no te quedan más que contados momentos de plenitud, frío es crecer, la incomunicación, las primeras reacciones de esa persona de la que intentas recuperar su cariño, frío es el fracaso aunque hay fracasos que brillan muchísimo más que el éxito, perder el autocontrol,un latigazo, una de esas miradas que significan adiós, las miradas de asco de los que están "in", el silencio, el caminar sin camino, la piel de la serpiente, el futuro, trazos del pasado, abril, la piedra, el metal, la espera —de lo que sea, frío son los significados encerrados en palabras, los intelectuales, la inacción, en cierta forma la serenidad, lo absurdo, la estupidez, frío es la recogida de basuras, la pulcritud, la perfección, la locura hasta que se convierte en cotidianidad, el barro, las grandes frases, los lemas, el trabajo cuando no te gusta, el misterio cuando deja de serlo, el cuero, la rabia, el odio, estar seco, en blanco, la superposición de valores hasta que te haces con el banco, una pareja que ya no se ama, la melancolía, la guerra, la culata de una pistola, las realidades que no conoces hasta que te involucras en ellas, los prejuicios, lo limitado de nuestras vidas, un folio en blanco, la tristeza, la angustia, el reloj, las prisas, lo neurótico, saber que tienes que dejar que te utilicen hasta que tengas la excusa para que dejen de hacerlo, el castigo, la vejez, el sonido de un lápiz consumiéndose en un dibujo, un álbum de fotos sin fotos, el mar Cantábrico, los jóvenes enlatados en bares de plástico creyendo ser felices y plenos, la huida, el engaño, lo zafio, lo brusco, la indiscreción,un bollo de ayer, una ciudad sin duende, un cuerpo muerto, el agua de la sierra, la imposibilidad —de lo que sea, la luna, la superficialidad, Nietzsche —aparentemente, el no dejar crecer, pisar, el no saber cómo ayudar a un amigo ahogado en conflictos que no es capaz de superar, de elaborar, los estereotipos, los finales, el que se acabe la música.

martes, 22 de marzo de 2011

Un poemita de los míos

Oh, tiempo ha que no cuelgo un versito de los míos. ¿Verdad? Pues después de un ratito de releer papeles viejos y tirar algunos sin pena alguna, encuentro lo que sigue, escrito el 26-06-2008: un verso suelto que no sé si alguna vez encajará en algún proyecto.

No recuerdo el día ni la circunstancia de este poema, pero sí que pensaba en la muerte y en la vida y que pensaba en Barbate, mi pueblo, y en su pinar y su breña bañada por el mar. ¿El mar?, la mar, que anda que no me he interiorizado.

Ah, y que dice Wikipedia que el pentasílabo es un verso apto para la expresión de sentimientos ligeros. Y que el romancillo expresa descripciones por lo general amorosas. Pues que me perdone la autoridad en cosas muertas que mi poesía viva sea un romancillo en pentasílabos de tema trágico y reflexivo sobre la vida y la muerte. Prrrrr, pedorreta y cuchufleta. La academia es la muerte: putrefactos, que dijo Lorca. Ay, Federico.

Sin excusas ni dilaciones, va.


El mundo es
Aunque no sea
Yo en el mundo
Piedra que rueda.

Cuando mi cuerpo
Cubra la tierra
Aún irá el viento
A la pineda
Y será fiel
Mar a roqueda.

¿Qué importa al mundo
quien en él sea?
Luego de uno
el mar, la arena.

lunes, 21 de marzo de 2011

Óscar Oliva, de cuya poesía en 'Trabajo ilegal' estamos dando extensa cuenta, acaba de publicar 'Estratos'. Nota de prensa


Octavio Paz escribió: “La poesía de Óscar Oliva me recuerda la de Éluard, no por el erotismo sino por la limpidez: edificios verbales hechos de aire”. Hace nueve lustros, al destacar la obra del entonces joven poeta (Óscar Oliva tenía 30 años), Paz se refirió a la inventiva y la experimentación de una poesía que incorporaba a la lírica mexicana ciertos elementos que le estaban faltando: la rabia, la fuerza, la osadía.

Estratos, su nuevo libro, es una obra de madurez: el sólido quehacer de quien ha rebasado los 70 años de edad —de los que ha dedicado más de medio siglo a la poesía— y hoy entrega a los lectores un canto decantado, pulido y brillante, rodado por la corriente de la emoción y la experiencia. Verso y prosa dialogan en estas aguas, en estas páginas.

Es el libro de quien ya no puede detener ni contener el torrente del río verbal y que, en plena madurez, más que concluir, empieza: retorna al principio porque, tal y como sentencia en sus páginas, “la montaña no ha dejado de repetir / años después nuestros gritos”, y porque hoy que “la canción es de nadie” y “nadie da voz a nadie” es necesario no parar, no detenerse, no caer ni contenerse.

Si el joven poeta Óscar Oliva alzó su voz desbocada en medio del desastre y el estado de sitio, el poeta maduro, hoy, mira a su alrededor y vuelve a ver el desastre, las cabezas cortadas, la desolación, y otra vez vuelve a sentir el anónimo dolor de todos y de nadie.

Más allá del tiempo, la poesía sigue siendo música necesaria, urgente, imprescindible lo mismo que ineludible testimonio de los anhelos y la desdicha de estar vivos o, para decirlo con las propias palabras del poeta, “una forma de resistencia para preguntar qué mundo está por nacer”.

Juan Domingo Argüelles

Sobre 'la cinta de moebius', palabras de Delfín Yeste

Hace unas semanas, Delfín Yeste me invitó a leer 'la cina de moebius' en La Casa de Castilla La Mancha de Madrid (18 de enero de 2011). No contento con esto, Delfín me dedicó unas palabras dirigidas a mi poemario, que ahora os reproduzco textualmente.

Palabras en su callada lucidez, por Delfín Yeste

Puedo aventurar que no hay dilema o encrucijada premonitoria de rutas contrapuestas... por donde adentrarnos en los mundos y trasmundos de la dual dinámica poético-matemática de Jesús Malia... y es que tiempo y espacio van tejiendo y destejiendo lo que une y desune, acerca y aleja, hace y deshace la espiral de lo vital, entrando y saliendo a pleno pulmón, a pleno desencanto, a pleno convencimiento de la huída-acaso aproximación-de lo que Johannes Kepler (conocido astrónomo alemán) llamara "la geometría mística de los cielos". Jesús Malia-a través de 'la cinta de moebius', poemario que hoy nos ofrece- hace las palabras más táctiles, menos poliédricas, tal cual prestidigitador de lo onírico, de lo astral en sus múltiples cadencias.

En la parte iniciática... después de "jugar" con nadie, eclipse y las leyes de Kepler... en 'llorar el mundo' (si es que aún no hubiéramos calado tales pulsiones) nos sacude con dos propuestas contundentes, dos versos delatores:

es un niño que juega tras de una puerta
y un poeta que escribe tras de una puerta

por la que quisiera pasar de puntillas... casi por la urdimbre habitada por las sombras.

En 'la cinta de moebius'... ese número cabalístico, que a tantos nos subyuga, el siete, nos ofrece-Jesús Malia- otros tantos respiraderos.
Me interrogo:
¿Aberturas-u oberturas...dada su musicalidad intrínseca-por donde transpira el aire de la emoción?
¿Lumbrera o luz cenital?
¿Descanso o rato de respiro?
Incentiva y corona el deseo, la llamada a los lares primigenios:

puede que mañana ya pueda mirar la vida a los ojos con sus ojos limpios

así concluye ese primer respiradero-o poesía-(que así llama Jesús Malia).

El reloj-en su marcaje ineludible- no nos permite cobijo y tregua para proseguir recorriendo este periplo deslumbrador y deslumbrante de 'la cinta de moebius'; no obstante no quisiera pasar por alto cuando aludes 'el fondo del pozo' y nos dices:

traedme la esperanza que pierdo a cada paso
y secuestra los sueños y acuchilla los dias
traedme la esperanza entre las manos
como un gesto de amor
como un trozo de pan
como solo una boca queme hable despacio
traedme la esperanza
solo os pido un esqueje
traedme la esperanza

Cauce y trémolo, destino y memoria... cuando riela-a modo de justificación:

si hago versos de amor
a que apagarlos

Ten por seguro-amigo Jesús Malia-que la incandescencia de 'la cinta de moebius' ha sembrado en nosotros la alegría de vivir y soñar: gracias.

Sonetos de Gutierre de Cetina

Si contra Amor, señora, andáis armada
de aquel frío saber que Amor contiende,
si os guía la razón, si ella os defiende,
no es gran caso no estar enamorada.

De poco amor, Amor se desagrada;
no puede Amor crecer do el seso entiende;
si el juicio gobierna, Amor se ofende;
do no hay pasión, Amor no puede nada.

Pero si permitiese el hado mío,
cosa que podría ser, que Amor hallase
entrada en ese pecho de diamante,

a pagar de mi alma aquel desvío
en blando consentir se transformase,
¿qué freno hay que tener pueda un amante?

___________________________________

¿Cual fiera tempestad, cual accidente
mi tan sereno mar ha vuelto airado?
¿Qué es del fuego, señora, en que abrasado
fue vuestro corazón tan dulcemente?

Si en el perpetuo olvido amor consiente
que así se haya deshecho y apagado,
¿qué fue, si no fue amor, mi bien pasado?
Y si fue amor, ¿qué es de él, do está presente?

Ya que justa ocasión de mí os partiese,
¿cómo puede hora ser que en solo un hora
tanto amor, si era amor, de vos se fuese?

Sombra de amores fue, no amor, señora:
mostrásteme la luz por que sintiese
mayor oscuridad sin ella agora.

jueves, 17 de marzo de 2011

'A un pino del Guadarrama', poema de Leopoldo Panero

A un pino del Guadarrama

Mi vano afán persigue
un algo entre los bosques.
Luis Cernuda
Alto pino dorado,
cumbre rota del viento,
mojando tus raíces
cerca del cauce seco,
entre las piedras frías
del Guadarrama yerto.
Aún tus ramas conservan
la memoria y el vuelo
de las hondas nevadas
y los blancos inviernos,
de las crudas ventiscas
y los aires desiertos
que las cimas desatan
en anchura de espliego
hacia el gris horizonte
resbalado en el suelo.
Alto pino que brotas
sobre el vasto silencio
de la cumbre desnuda
por donde cruza el eco
impasible del águila
tras el azul sereno
de la mañana virgen
íntima de romero.
Alto pino dorado,
fino, fragante, trémulo
de sombra y de pureza,
solitario y derecho
pino de la montaña,
cerca de Dios y lejos
de la costumbre humana,
en el fanal envuelto
de la nieve más pura,
de la nieve del puerto.

Desde la cumbre intacta
junto a la luz naciendo,
tiembla por las laderas
el verdor casi negro
de las hayas remotas
y los lueñes abetos
que al borde de los montes
juntan su movimiento
como en la mar en calma
las olas y los cielos.
Alto pino que creces,
alto como el deseo,
sobre la rota hondura
de los barrancos muertos
donde al callar se oye
el rumor de un perpetuo
manantial, de un sigilo
derramado y espeso,
de una sed que deshace
gota a gota el nevero
en pureza y olvido
imposible y secreto,
en aroma y en agua
de continuo desvelo.

Contra el alzado tronco
de tu frescor somero
la sombra se desprende
del mediodía lento,
dulce com una isla
que el agua va ciñendo
de levedad, de nieve,
de limpio azul intenso,
en desnudez de rocas
y sol: el aire terso
parece rodearte
diáfanamente ciego,
y en su avidez palpita
como marino aliento
la bruma remansada
en los oscuros senos
de la montaña, y sube
hasta ti, como un beso
de la Sierra que duerme,
dulcemente,el sosiego.
La ignorancia profunda
del corazón es eso:
brisa y luz, agua y roca,
transparencia a lo inmenso
tras de las altas cruces
del pardo cementerio
donde reposa todo
quedamente, y son huesos
las flores, tierra joven
mezclada a Dios, durmiendo.

Mecido por tu fronda,
que me empapa de céfiro,
se derrama en mi sangre
la nitidez que siento.
La distancia golpea
mi corazón entero
con el rumor del agua
matinal, con lo abierto,
con lo azul, con lo grande,
con lo alegre y lo quieto
que cae de peña en peña
levemente crujiendo.
En el espacio claro
de las cañadas veo
el color de los pinos
cambiar al sol ligero,
maravillosamente
hundido en verde tierno
hasta la azul penumbra
que enrama los helechos.
Alto pino dorado,
alto aroma sin dueño
en orilla infinita
contra los grises cerros,
contra los anchos llanos,
contra los muros yermos,
cárdenos de mañana,
cárdenos al sol puesto,
mientras la luz en ondas
se derrama latiendo
en su propio descanso
como el hombre en el sueño.

El tomillo y la salvia,
el verdor del enebro,
el benjuí de la cumbre,
la fragancia del fuego
en la flor amarilla
de los piornos resecos,
hondamente remejen
la humedad y el ensueño
que la Sierra a tus plantas
desparrama en violento
perfume de tristeza,
de amor, de sed, de tiempo.
Alto pino dorado,
alto, dorado, recto
pino del Guadarrama,
solitario en el cierzo
de la mañana limpia,
trémula en el recuerdo.
Lentamente en la tarde
la luz es como un velo
de quietud, como un agua
que se queda cayendo
tras el rumor solemne
del campo y los senderos:
y en la vertiente fría
se nos va deshaciendo,
a ti la sombra vana
y a mí mi pensamiento;
a ti la gracia frágil
de tu verdor esbelto,
y a mí dentro del alma,
dentro del alma, dentro,
donde la savia se rompe,
no sé qué dulce y viejo
dolor, no sé qué dulce
fragancia de algo eterno.
Y en la estrellada noche
que el sideral anhelo
de las cumbres levanta
como si todo el peso
del mundo se quedara
tenuemente suspenso
de tus ramas, ¡oh pino
de Peñalara!, tiemblo,
tiemblo en mi sangre rota,
mana de amor mi pecho,
crece de aroma y nieve,
tiembla desde el misterio
mi corazón, y escucho
de algo lejano y cierto
el rumor, el ramaje,
el crujir verdadero,
la soledad del bosque,
mi soledad, y rezo.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Dos nuevos poemas de 'Sala para fumadores', poemario póstumo de Nicolás Valencia Redondo

Eso

La locura es uno y
vuela.
Ojos muertos llaman al loco,
que se pierde aún más.
¡Por favor, mírame con tu retina desnuda!
Lo que veas, lo importante es lo que veas,
para dejar de aullar así,
para cerrar mis ojos y que sean los tuyos los que amen,
ahora no puedo.
Entonces, eso será puro lenguaje.


Aburrimiento

Una vez perdido, pese estar anclado al fondo, busco techo.
Me veo como una hoja que grita a su cielo
insegura de raíz en el árbol, temerosa del otoño.
Muchos son los motivos, pero
¿acaso no son dos, amor y muerte, la bóveda que los une?
Pronto amanecerá y mi sueño,
¿quién sabe cómo será mi sueño?

Los hermanos Marx y un invitado (Gummo) dialogan sobre Matemáticas en “Fun in High Skule” (1910)

Groucho: Si tuvieses 10 manzanas y quisieras repartirlas entre seis personas ¿qué harías tú?

Gummo: Haría compota de manzana.

Groucho: ¿Cuál es la forma de la Tierra?

Harpo: Pues no lo sé.

Groucho: Bien, veamos, ¿cuál es la forma de mis gemelos?

Harpo: Cuadrada.

Groucho: No los gemelos de diario, sino los que visto los domingos.

Harpo: ¡Ah!, redonda.

Groucho: Muy bien, ¿cuál es la forma de la Tierra?

Harpo: Cuadrada entre semana y redonda los domingos.

Seguimos con 'Las horas' en Sobre Cántico

LAS HORAS

Pero con estas confrontaciones tan evidentes entre la altura soñada y la bajeza cotidiana a Jorge no le basta. No se contenta con hacerlas manifiestas en las dos líneas paralelas que hemos señalado en la primera y segunda parte de ‘Al aire de tu vuelo’, concretando en ‘Las Horas (I)’ frente a ‘Esfera Terrestre’, sino que continúa con una segunda parte de ‘Las horas’ para acercarnos aquellas ideas de ‘Esfera Terrestre’ y hacernos más evidente la pugna entre estos términos. Diré que es cortesía de Jorge hacer este recordatorio. Al lector atento, estudioso, no le resulta necesario, pero no sólo en él piensa Jorge.
Ahí va, pues. Dime si nos dice algo nuevo o sólo repasa.

II

Abajo, no. La almohada
Del insomne
Comunica a las tinieblas
Su desorden.

Yace inquieto el desvelado
Junto al borde
Sombrío. ¿Qué realidad
Se le esconde?

Y a las afueras fluctúan
Bajo los pocos faroles,
Que un viso de enigma arrojan
A los términos más pobres.

Tiembla el reloj sin paisaje.
¿Hacia dónde
Va una hora sin un mundo
Que la asombre?

El tiempo quiere lugar,
Rechaza la hondura informe,
No acierta a vivir sin fondo
Que enamore.

Almohada-insomne-tinieblas-desorden-inquitud-desvelo-borde-sombrío. Todos estos términos ya nos son conocidos en la poesía de Jorge, ¿verdad?, y su valor semántico. Y ¿qué realidad se le esconde? Los pocos faroles que alumbran fluctuantes en la calle nos ocultan y empobrecen ese bellísimo misterio de los cielos. Si no es esto hablar de contaminación lumínica, se le parece mucho. Y otra vez reloj de la prisa, sin paisaje, en un mundo que no puede asombrarnos. Y en oposición: tiempo. ‘El tiempo quiere lugar,/ Rechaza la hondura informe,/ No acierta a vivir sin fondo/ Que enamore’.

Repasando los poemas hasta ahora comentados, el tiempo:

MÁS ALLÁ: ‘Intacto aún, enorme,/ Rodea el tiempo’. Más allá, segunda estrofa

TIEMPO PERDIDO EN LA ORILLA: ‘Sálvame así, tiempo/ Perdido en la orilla/ Libre, tanto amor,/ Tanto azar, las islas’.

LAS SOLEDADES INTERRUMPIDAS: ‘Hay robles, hay nogales,/ Olmos también, castaños./ Entre las muchas frondas/ El tiempo aísla prados’. ‘Y se desgarra el tiempo…/ Es el pitido súbito/ De un tren que allí, tan próximo,/ Precipita al futuro.’

NATURALEZA VIVA: ‘¡El nogal/ Confiado en sus nudos/ Y vetas, a su mucho/ Tiempo de potestad’.

LOS TRES TIEMPOS (poema completo): ‘De pronto, la tarde/ Vibró como aquellas/ De entonces-¿te acuerdas?-/ Íntimas y grandes.// Era aquel aroma/ De Mayo y de Junio/ Con favores juntos/ De flor y de fronda.// Fijo en el recuerdo,/ Vi cómo defiendes,/ Corazón ausente/ Del sol, tiempo eterno.// Las rosas gozadas/ Elevan tu encanto,/ Sin cesar en alto/ Rapto hacia mañana.// De nuevo impacientes,/ Los goces de ayer/ En labios con sed/ Van por Hoy a Siempre’.

TODO EN LA TARDE II: ‘Invisibles, a ciegas/ Calientes, animales,/ Que no paran jamás:/ Venas del tiempo, laten’.

ADVENIMIENTO: ‘¿Y se perdió aquel tiempo/ Que yo perdí? La mano/ Dispone, dios ligero,/ De esta luna sin año’.

En general, pues, el tiempo tiene una connotación positiva para Jorge, contra la negativa del reloj. El tiempo es intemporalidad, pausa y libertad, potestad, recuerdo y ansias de futuro. Sólo adquiere un carácter negativo asociado al reloj, a las prisas y el continuo movimiento de la actividad social.

Volviendo a ‘LAS HORAS’, ‘El tiempo quiere lugar,/ Rechaza la hondura informe,/ No acierta a vivir sin fondo/ Que enamore’.

Espero no haberme alargado demasiado. Hasta la próxima semana.

lunes, 14 de marzo de 2011

Primera traducción que conozco de mis versos

El amigo bonaerense Ofek Kehila Mosches ha tenido la generosidad de interesarse por mis versos, y aún más, se ha decidido seleccionar y traducir algunos de ellos al hebreo. Concretamente: 'no creo que te recuerdes...', 'a traguitos de anis...' y 'septimo respiradero o poesia', todos pertenecientes a 'la cinta de moebius'.
Gracias a Ofek. Ahí, van.

שלושה שירים של חסוס מאליה

אמי
איני חושב שאת זוכרת איך היית בתור צעירה
אלה הרבה שנים קשישה בשביל להזכר
והתמונות שבאלבום כה דוממות
לא אומרות יותר מאשר צמות ואיזה צחקוק

אַי כמה זמן איבדת
עם איזה שיר אך מת לו קולך
באיזה חיתול איזו חתונה באיזה רגע

מנואל סנטיאגו
בין לגימות אניס מתכלים ימיך
ויונים כה מתוקות נדמות כטנקים
כשהזמן אוזל תוך שהוא עושה שמות בעורך ובקרבייך

ולא נותר זיכרון שימלט מהתוהו
ולא נותרו תמונות של חברות או של אהבה

בית
כמשב עדין שמדנדן את צמרתו העלוותית של העץ
מלטף את הפרצוף נושק למצח
מעיף את השיער ופורע את הנשמה

Sonetos de Gutierre de Cetina

De sola la ocasión ledo y gozoso,
dijo Vandalio a Amor: «Por un halago
corre en cama dorada el rico Tago,
Pactolo sea de perlas abundoso;

desee con su virtud quedar famoso
el que el sacro laurel quiere por pago,
vaya arando la mar, cual hizo Lago,
aquél que de riquezas es cuidoso;

gobierne el reino aquel que lo procura,
sea el mundo de aquél que lo conquista,
y cada cual se goce con su estado.

Yo no pido ni quiero más ventura
salvo que pueda de una dulce vista
solamente mirar y ser mirado.»

_______________________________


Mientra con gran terror por cada parte
de Roma ardían las moradas bellas,
mientra que con el humo a las estrellas
subía el clamor del gran pueblo de Marte,

alegre está Nerón, subido en parte
do viendo el fuego, oía las querellas,
mirando entre las llamas cuáles de ellas
eran mayores, do su furia harte.

Así del alma mía la que gobierna
mi vida, mira el fuego, escucha el llanto
y tiene el mayor mal por mayor juego;

y, a guisa de Nerón, se alegra tanto
cuanto más viendo en mí durar el fuego
piensa hacer su crueldad eterna.

Un poema de Orión de Phantoseas

TRABAJOS MODERNOS

… bajábamos al corazón, a sus lagares, y allí, encendidos,
construíamos el rojo de la sangre, las fuentes de calor,
los rangos de memoria;
en nuestro deambular, Padre nos prestaba su pecho de violines,
- con un acorde infinito bajo tardes púrpura -
mientras volábamos con aquel sol inmortal en que nos era el ser
sin contemplar e idolatrar
la propia vida;
… ah los ámbitos del sur, su tibieza, la transparencia del mar
y los cestillos de Araí colmados de lirios y rosas
por doquier;
… no, regresar a esta edad nunca fue fácil;
las palabras omniscientes forjan hielo en la boca.

Orión de Phantoseas

¿Conoces todo de Forges? Lu dudo

Cuando andaba impartiendo cursos de esa cosa que se llama informática, concretamente programación informática, muchos libros compré de esa materia. Y en una de esas, debió ser en 2005, en la Casa del Libro tuvieron a bien regalarme un ejemplar gratuito que editó Anaya Multimedia al que se llamó 'Del MS-DOS... AL WIFI'. ¿Contenido? Viñetas de Forges.

Antes de tirar el libro (perdón, reciclar) me he puesto la grata tarea de rescatar aquí los chistes que más disfruté. Así los gozas tú por vez primera y yo tengo adonde recurrir a recrearme de nuevo sin necesidad de tener que proveerme de un espacio por el resto de mis días para albergar el libro. (Mientras blogger lo permita. Después, me vendrá la amnesia. Pero... qué más da. Siempre llega el olvido, las trabas que le ponemos sólo lo retardan.) Va.




'Sala para fumadores', poemario póstumo de Nicolás Valencia Redondo (11)

Así dicho
Carmen Otegui frente a mí,
atenta y comprometida.
Así dicho, sin palabras o con tus ojos charlatanes,
lo que parecía cae en mi tierra y germina.
Así dicho, cuando aún no sabía pese a querer comprender,
me nutres al alejarme ya de tu sala
para gozar tu silencio, como de oráculo en recuerdo, cuando
salgo a la calle. Ya lo que era, es.
Ahora sé que lo otro no era nada, nada de nada, y
que es tan ancho como el mundo el hombre y
sin embargo todo es cercanía, o sea,
lo que conocemos en el principio.
Entonces me vuelve tu sonrisa, así
limpia, y no necesito más nada,
aunque espero, respiro, espero.
Aún es de día, ya todo luce para mí.

Esto que me ocurre y se escapa
Ahora lo sé, pero no quiero nombrarlo para ti,
sería el fin.
Lo que ya sé, para mí.
Aún no puedo mostrártelo, no del todo.
Instante en que te quiero y se escapa.

El nombre del vértigo
(o lo contrario)
El vértigo siempre aparece,
es un viaje mortal: cuando caes, ya lo que era, es.
Entonces, vuelta a empezar.
Lo cierto es que a pesar de todo amanece y
los nombres brillan como estrellas limpias,
enigmáticos en su cercana lejanía:
¿Tienen carne y hueso los nombres?
Deja que te mire, si me caes bien
puede que pronuncie el tuyo y durmamos al fin,
yo, que ni nombre ni carne ni hueso ahora,
ahora que vuelo extrañado.

martes, 8 de marzo de 2011

Tres poemas más de la 'Marea' de Chema Barredo Viudés

Hojas secas

Sospecho cuando el tiempo se detiene
entre nosotros, sospecho de tus ojos
porque mido las palabras
y un salto en el vacío
no es peor que urdir otra mentira.

Las horas son paisaje
que se escapa y ya no duelen,
es sólo tiempo
que mide el aire de un adiós
aunque la piel dibuje primaveras
en surcos del otoño.

Las manos no saben la verdad,
amores de ida y vuelta, desencanto
y supongo que no nos queda nada
más que el miedo de pronunciar un nombre
que ya nos sabe a poco.

Amor que no atraviesa
las puertas que cerramos cada día.


Las calles de la noche

Todas las calles de la noche
convergerán en una
cuando surjas del fondo
y caigan las murallas.
Eres la copa imprevisible.

Después aguardaremos a las horas suspendidas
que duran un segundo,
amores de fortuna,
labios de frenesí
que azuzan las manos, o la mirada.
Hay que beber sin prisa,
la calle es sólo nuestra.

Sabremos que la luz de las farolas
será una mecha verde,
los árboles cobijo
en el desierto,
el beso una linterna
y el grito de noctámbulos
canción de madrugada.


Posiblemente

Posiblemente es tarde,
a qué dudarlo,
posiblemente el vino no fue el mejor,
yo tampoco estuve brillante,
tú, con las prisas, estropeaste
la noche que prometía otra cosa,
algo para recordar, un domingo
memorable de sabor a piel.

Posiblemente el traje,
la luz seguro, la música,
esa canción no le iba nada
a ese momento,
ni las palabras que cruzamos.
Entonces quise mostrarme canalla
pero no me dejaste avanzar,
no hay culpables, sólo explotó la tormenta
aunque llovía sobre mojado.
Inmóviles los cuerpos,
los labios ayer no respondieron.

Posiblemente es tarde para seguir
con una historia que nace muerta
hablar de amor, posiblemente,
ya no merece la pena.

Posiblemente ayer fue lunes,
domingo no, seguramente.

En 'Sobre Cántico', 'Las horas (I)' en comparativa con 'Esfera terrestre'

LAS HORAS

Seguimos la comparativa. A ‘Tiempo perdido en la orilla’ le sucedía ‘Esfera terrestre’. Protagonista: el mar. En ‘Las horas’, tras ‘Juegos’: el cielo.

I

“Arriba dura el sosiego./ Nada humano lo corrompe.”, frente a ”¿Ni el raptor de las ondas/ Ni el amoroso naúfrago/ Te aliviarán, mar sabio?” en ‘Esfera Terrestre’.

“Eternamente refulgen/ Las soledades mayores.” frente a “Incorruptibles curvas/ Sobre el azul perfecto,/ Que niega a los deseos/ La aparición de espuma”.

“Va la luna/ Ganando noche a la noche,/ Y rendida/ Luce una verdad muy joven.” frente a “¡Forma del mediodía,/ Qué universal! “

“Es la paz. No existen fuegos/ Ni lámparas que interroguen./ La luna está serenando/ Su horizonte”, frente a ”Las ondas/ Refulgentes desdoblan/ La luz en luz y brisa”.

“Y a ese filo de la luna/ Corresponde/ Neto el perfil de la cumbre,/ Sola entonces.” frente a “Y la brisa resbala/ -Infante marinero, Rumbo sí, mas no peso-/ Entre un rigor de rayas// Que al mediodía ciñen/ De exactitud. ¡Desierta/ Refulgencia!”

“Nadie lanza voz ni piedra/ Que por los riscos rebote./ Intacto el silencio arriba/ Dura sobre los rumores.” frente a “La esfera,/ Tan abstracta, se aflige”.

En suma, ese arriba en que dura el sosiego frente a este abajo sin alivio; esa eterna refulgencia frente a este reiterado derrumbe; nocturnidad y misterio frente a plena luz y claridad; serenidad y complacencia frente a desdoblamiento y complicaciones; cumbre frente a desierto; imperturbabilidad frente a aflicción.

¡Ay, amigo! No te miento si te digo que me lo empiezo a creer. ¿Será posible que esté acertando con mi Jorgito? Continuaré...

Chistes de Balboa



Extraídos de http://balboadrawings.blogspot.com/

lunes, 7 de marzo de 2011

Sonetos de Gutierre de Cetina

Triste avecilla que te vas quejando
por feos ramos y por turbias fuentes,
pues que no son mis males diferentes,
vente agora aquí do estoy llorando.

Verásme de pesar desesperando,
de placer apartado y de las gentes,
después que aquellos ojos son ausentes,
por quien vivo muriendo y suspirando.

Tú lloras tu soledad y yo la mía:
consolémonos los dos pues que tenemos
una misma razón de estar muriendo.

Y aquí, desamparados de alegría,
por aquellos desiertos andaremos
en llantos tristes continuo gimiendo.

______________________________


Padre Océano, que del bel Tirreno
gozas los amorosos abrazados,
de gloria, si sintieses mis cuidados,
cuanto yo de pesar, estarías lleno.

En la parte del cielo más sereno,
para colmar la cima de tus hados,
vi a tu hijo bañar los delicados
pies de una ninfa que nació en su seno.

«¡Ay, quién fuese hora tú!», yo le decía,
y de puro celoso lo enturbiaba
con llanto que del alma me salía.

Mas él, que tanto bien comunicaba,
mientras con mi llorar lo revolvía,
claro en sus ondas mi dolor mostraba.

4 de marzo, 20 horas, Madrid

Intervinientes:

DELFÍN YESTE, poeta

JESÚS MALIA, poeta

ALMA PAGÉS, poeta

JAVIER CALLE, cantautor

CARLOS DÍEZ DEL CORRAL, periodista

MARÍA SANGÜESA, poeta

ÁNGEL LUIS ROMO, poeta

JOSÉ LUIS L. SANGÜESA, cineasta

RICARDO GARCÍA VEGA, pintor

CARLOS OBLITAS, gourmet

Y después:

COLOQUIO

jueves, 3 de marzo de 2011

Cristina Morano acaba de publicar poemario con Amargord


Me permito compartiros los 3 siguientes poemas pertenecientes al libro:

03. Ana: miembro del personal de limpieza de una sala de cine

He visto a los mejores cerebros
de vuestra generación, vomitando
las palomitas que sus padres les pagan,
limpiándose la regla con las manos
y luego las manos en la pared.
He limpiado trozos de mierda
depositados deliberadamente
sobre la taza de cada uno
de los dieciséis urinarios de este cine
por dos evanescentes muchachas
a las que no consentí fumar
en el pasillo. Sé cuántos y quiénes
de vosotros se mean en los vasos
de cocacola mientras la sala está a oscuras
–luego salís del cine tan serios,
con el gesto de un pájaro fascinador
y el comentario erguido sobre el labio:
“no ha estado mal”–.
A mí, normalmente, no me veis
Yo
no existe.
Soy la que limpia.
El testigo de la fisiología
vuestra; testigo de la carne.
Y sin embargo, en los aseos,
al lado del excremento,
a veces, la Palabra: “el amor es tal
que cuando tú tienes algo
el otro necesita una cosa distinta”.

06. Orlan: artista francesa multimedia y performativa

Yo es lo que añado.
El plástico en la carne o la línea
del río en el crepúsculo
cuando en París se abren los mejores
clubs de baile de toda la galaxia.
Yo ha sido el arlequín
y el cirujano. No evoluciono
sino que realizo, decoro,
controlo. Añado zapatos de tacón
a mi estatura para medir el mundo;
porque la santa es su hábito,
la modelo su maquillaje,
pero la mujer no es su vagina, sino sus tacones.
Yo es el vestido,
pues hemos dado al tejido
poder sobre nuestra alma:
el vestido decide
quién es yo.
A mi lado parecen aburridos
la Belleza, la Salvación y el Riesgo;
no tienen un yo inalterable
que les demande.

Yo es otra
especie de ternura.

10. Ripley: la gata de la autora

Les concedo la puerta blanca,
no la transpongo nunca. Pero mi hogar
es mucho mayor que eso:
su horizonte sónico comprende
desde los semáforos de Gran Vía
hasta el pobre río con sus árboles
y esas flechas de pájaros
que cruzan de súbito el paisaje.

Porque no entienden la casa
me encuentran Misterio.
Porque me ajeno calculando
la trayectoria del mirlo
después de la ventana,
o en la medianoche alcanzo la polilla.
Porque sus ojos necesitan luz
me llaman Arcano.

Como si fuera uno de sus dioses
–el Divino Cazador del Insecto–
me alimentan.
Me dan
sueño. Y el sueño es también la casa,
sus medidas comprenden mis fauces,
la musculatura exacta y las vibrisas
por donde reverberan ellos
a través del asfalto y de los parques.
Porque tengo mi sueño en mis manos
me suponen Sensualidad.

'Sala para fumadores', poemario póstumo de Nicolás Valencia Redondo (10)

Sólo
He venido hasta aquí
tentando mis límites, ahora,
a pesar del insomnio y la ceniza,
cuando amanece.
Tú me has mirado, más que eso,
has tocado mi mano y
un miedo que me atenaza desde siempre
se ha hecho caricia, y ¡te he deseado tanto!
cuando desapareces en la cocina.
Entonces he comenzado a prepararme
para intentar vivir una mañana más
soñando que voy a tu casa y me acaricias...
Todo esto que invento para no desesperarme,
que es sólo eso: soledad. Tú.

Martes
A veces me pasa,
trato de agarrar una rama, pero
aquí no hay árboles, me caigo.
Puede que esté mintiéndome,
poco importa cuando grito, así,
sin abrir la boca.
Poco me importas y a la vez
eres tú a quién me dirijo.
Me enciendo un cigarrillo y
caigo, ¿eres tú al fin?
Por supuesto que soy un tipo corriente,
nada se acaba aquí.
Fuera, los ruidos de siempre. Fuera.
No es esta la ocasión, ni siquiera sé
qué es lo que me desgarra y hunde.
Bien quisiera reír, otros días lo hago, pero
no es esta la ocasión, I’m sorry!

En Sobre Cántico, 'Juegos', poema de Jorge Guillén

JUEGOS

‘El niño hacia su voz/ Se aúpa’. ‘Vida sin sombra ni término’. ‘¡Para todos ahora mismo/ Quiero más!’ Quedan dichos estos versos en ‘Arranuqes’, que antecede.

Y como a ‘Niño’ sucedía ‘Tiempo perdido en la orilla’, a ‘Arranques’, ‘Juegos’. En ‘Niño’ y en ‘Arranques’, el mar. En ‘Tiempo perdido en la orilla’ y en ‘Juegos’: la contemplación, el deleite. Aquellas orillas, de arroyo, las de ahora, del cielo. ¿Qué no?


TRES NUBES

Son tres nubes y están solas
En el centro
Del tórrido azul, a julio
Resistiendo.

Y los tres islotes blancos,
Nítidos islotes frescos,
Suavizan la soledad
Severa del firmamento.

Esas anchas nubes planas,
Esos hielos
Muestran un azul ya un poco
Más benévolo.

Aliviadme, refrescadme,
Témpanos. Vuestro archipiélago
Permanezca en mi verano,
Sobre mi sombra y mi techo.

Oh, cuánto azul. ¿Todavía
Con exceso?
Aquí estoy para servirle
De consuelo.


TARDE MUY CLARA

Por el azul los corderos
En redil
Presentaban las blancuras
De su gris.

En un chopo un ave negra
Casi azul
Gemía. ¿No era un doliente
Bululú?

Los corderos esparcían
Candidez.
¿El cielo azul era blanco
Para él?

Casi azul, aunque tan negra
De tensión.
¿El ave no se adornaba
Su dolor?

¡Qué oscuros tantos enigmas
A la par!
Entera lució la tarde:
Claridad.

Chistes de Balboa

Leonardo Da Vinci explota


Evolución de las bragas


Extraídos de http://balboadrawings.blogspot.com/