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viernes, 30 de abril de 2010

'El rescate del mundo' es un poemario de Rosario Castellanos. Aquí lo tienes al completo.

Invocaciones

EL ÁRBOL QUE HAY EN MEDIO DE LOS PUEBLOS

Por caminos de hormigas
traje el pie del regreso
hasta este corazón de alto follaje
trémulo.

Ceiba que disemina
mi raza entre los vientos,
sombra en la que se amaron
mis abuelos.

Bajo tus ramas deja
que mi canto se acueste.
Padre de tantas voces,
protégeme.


A LA MUJER QUE VENDE FRUTAS EN LA PLAZA

Amanece en las jícaras
y el aire que las toca se esparce como ebrio.
Tendrías que cantar para decir el nombre
de estas frutas, mejores que tus pechos.

Con reposo de hamaca
tu cintura camina
y llevas a sentarse entre las otras
una ignorante dignidad de isla.

Me quedaré a tu lado,
amiga,
hablando con la tierra
todo el día.

A FIESTA

Madera con dos lenguas, el olor y el sonido
-marimba-, me llamaba
y he venido a buscarla donde está,
en mitad de la plaza,
congregando a la gente, poniendo el cascabel
en el tobillo esbelto de la danza.

El árbol de las tribus
tiende su sombra generosa y amplia.

Aquí para la fiesta,
venga la llamarada
del café, la moneda antigua del cacao,
el corazón ardiente de la caña.
Aquí los jicalpestles
de mejilla pintada
derramen la alegría
y la abundancia.

Pescador, abandona tu río a los caimanes;
indio, busca vereda en la montaña;
piedra, quita ese musgo que te cubre;
figura, deja el muro que te aprisiona y anda
con la mujer de trenzas esparcidas
y el varón, heredero de tu casa,
a ver el frenesí poderoso y tremendo
como una hermosa fiera capturada.

SILENCIO CERCA DE UNA PIEDRA ANTIGUA

Estoy aquí, sentada, con todas mis palabras
como en una cesta de fruta verde, intactas.

Los fragmentos
de mil dioses antiguos derribados
se buscan por mi sangre, se aprisionan, queriendo
recomponer su estatua.
De las bocas destruidas
quiere subir hasta mi boca un canto,
un olor de resinas quemadas, algún gesto
de misteriosa roca trabajada.
Pero soy el olvido, la traición,
el caracol que no guardó del mar
ni el eco de la más pequeña ola.
Y no miro los templos sumergidos;
sólo miro los árboles que encima de las ruinas
mueven su vasta sombra,muerden con dientes ácidos
el viento cuando pasa.
Y lo signos se cierran bajo mis ojos como
la flor bajo los dedos torpísimos de un ciego.
Pero yo sé: detrás
de mi cuerpo otro cuerpo se agazapa,
y alrededor de mí muchas respiraciones
cruzan furtivamente
como los animales nocturnos en la selva.

Yo sé, en algún lugar,
lo mismo
que en el desierto el cactus,
un constelado corazón de espinas
está aguardando un hombre como el cactus la lluvia.

Pero yo no conozco más que ciertas palabras
en el idioma o lápida
bajo el que sepultaron vivo a mi antepasado.



Cosas

EL TEJONCITO MAYA
(En el Museo Arqueológico de Tuxla)

Cubriéndose la risa
con la mano pequeña,
saltando entre los siglos
vienes, en gracia y piedra.

Que caigan las paredes
oscuras que te encierran,
que te den el regazo
de tu madre, la tierra;

en el aire, en el aire
un cascabel alegre
y una ronda de niños
con quien tu infancia juegue.

CÁNTARO DE AMATENANGO

Manos también de barro,
cántaro, te moldeaban,
y un amoroso aliento
en tu barro guardaban.

Intacto, como un santo,
cruzaste entre las llamas
y ahora resplandeces
en el lugar más limpio de la casa.

De ti quiero aprender
el modo y la enseñanza:
cuando la sed me busque
me halle samaritana.

COFRE DE CEDRO

El hacha que taló
para siempre olorosa
y el árbol cautivado
con las entrañas rotas.

Aquí estás, bajo un techo,
en un rincón de alcoba
y te confían huéspedes,
y tú, como que aceptas y reposas.

No vendas tu memoria
a la triste costumbre y a los años.
Nunca olvides el bosque
ni el viento ni los pájaros.


EL RÍO

Coro de ancha cerviz y de mugido largo
ha venido a pastar sobre mi tierra.
Devorador de prados,
entre pueblos sumisos, reverentes,
que hincan las rodillas a su paso,
va moviendo tranquila y noblemente
su condición sagrada.

Para aplacar tu boca, estas ofrendas,
señor de casa oculta
en la montaña;
que tu mirada sea siempre benevolente,
que nadie te conozca el día de la cólera.

ESTROFAS EN LA PLAYA

I

El río viene de secretas grutas,
desconocidas fuentes.
A mirarlo pasar corren los árboles,
adiós le dicen los follajes verdes.

El río viene con su torso esbelto,
con su mano en que juega
un inminente espejo.
Con la pulpa fresquísima
de su pecho sombrío
y su espumoso belfo
de potro repentino.
Para que el cielo sepa qué caminos
llevan al mar, para que aprenda el campo
una nueva canción y el día tenga
dónde mojar los pies,
el río viene izando su largo nombre líquido.
Ay del que junto al río
no quiere llamarse sed.

II

Atardece en la playa. En el río madura
una profunda noche duplicada.
Sobre la arena late
-como una estrella viva y desgajada-
una hoguera que el viento apresura, clavándole
sus espuelas agudas y plateadas.
Yo, dividida, voy como entre dos orillas
entre el fuego y el agua;
mitad sangre, mordida de taciturnos peces
y mitad sangre rota de fiera llamarada.


Diálogo con los oficios aldeanos

LAVANDERAS DEL GRIJALVA

Pañuelo del adiós,
camisa de la boda,
en el río, entre peces
jugando con las olas.

Como un recién nacido
bautizado, esta ropa
ostenta su blancura
total y milagrosa.

Mujeres de la espuma
y el ademán que limpia,
halladme un río hermoso
para lavar mis manos.

ESCOGEDORAS DE CAFÉ EN EL SOCONUSCO

En el patio qué lujo,
qué riqueza tendida.
(Cafeto despojado
mire el suelo y sonría.)

Con una mano apartan
los granos más felices,
con la otra desechan
y sopesan y miden.

Sabiduría andando
en toscas vestiduras.
Escoja yo mis pasos
como vosotras, justas.

TEJEDORAS DE ZINACANTA

Al valle de las nubes
y los delgados pinos,
al de grandes rebaños
-Zinacunda- he venido.

Vengo como quien soy,
sin casa y sin amigo,
a ver a unas mujeres
de labor y sigilo.

Qué misteriosa y hábil
su mano entre los hilos;
mezcla extraños colores,
dibuja raros signos.

No sé lo que trabajan
en el telar que es mío.
Tejedoras, mostradme
mi destino.

LA ORACIÓN DEL INDIO

El indio sube al templo tambaleándose,
ebrio de sus sollozos como de un alcochol fuerte.
Se para frente a Dios a exprimir su miseria
y grita con un grito de animal acosado
y golpea entre sus puños su cabeza.

El borbotón de sangre que sale por su boca
deja su cuerpo quieto.

Se tiende, se abandona, duerme en el mismo suelo
con la juncia y respira
el aire de la cera y del incienso.

Repose largamente
tu inocencia de manos que no crucificaron.
Repose tu confianza
reclinada en el brazo del Amor
como un pequeño pueblo en una cordillera.

UNA PALMERA

Señora de los vientos,
garza de la llanura,
cuando te meces canta
tu cintura.

Gesto de la oración
o preludio del vuelo,
en tu copa se vierten uno a uno
los cielos.
Desde el país oscuro de los hombres
he venido, a mirarte, de rodillas.
Alta, desnuda,única.
Poesía.

jueves, 29 de abril de 2010

'Sala para fumadores', poemario póstumo de Nicolás Valencia Redondo (3)

Bajo los árboles
Has mojado tanto tus zapatos
en tan sólo catorce años
que caminas junto al árbol
erguido,
acrecentado bajo su cobijo, pero
no olvides que es tu acreedor de sí tanto como tu sol
¡Ni tan siquiera escuchas o imaginas
su susurro cómplice al alejarte!

Qué pudiera ser!
Mientras observo a ese sauce zarandeándose,
¡oye!, pienso en ti.
Son días oscuros. Desconozco el modo
de sacudirme esta opresión en el estómago.
Hierbas, libros, tallarines y una cita para hoy.
Niña, ¿escuchas estos extraños arpegios?
Es cuando todo se acelera y cejo en el empeño
que me inunda, clarificándolo en su totalidad.
La luz, mágica luz.
¡Música, música, música! Él llora, pero yo
pienso en ti.

Pasillo
Aún podemos destruir el día
para fabricarlo desde el comienzo.
Después, lo observaremos al anochecer.
Otro beso, abriéndonos paso, horadando muros,
pujando por el caballo perdedor.
Ahora es, también lo soñé.
Lo sé porque a cada segundo martillean mi ser y,
desnudo, les respondo que no todo lo que es
podemos verlo con nuestros ojos.
Tras esa puerta hay un largo pasillo,
quizá lo encuentres nevado al comienzo
o árido después, pero
¡rasga sus velos, esos que te ciegan y enmudecen!
¡Reúnete conmigo!
Somos hijos de la mayor puta,
pobladores del desierto.

miércoles, 28 de abril de 2010

Jesús Malia recitará el dia 10 de mayo cerquita del metro Aluche,en Madrid

Recital de poesía: Jesús Malia
Día: 10 de mayo
Horario: 19:30 h.

Biblioteca Pública Antonio Mingote
C/ Rafael Finat, 51
RENFE: Fanjul, Aluche
Metro: Aluche
Tel.: 91 509 36 25
bib.latina@madrid.org


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Esta lectura está programada en la Red de Arte Joven de la Comunidad de Madrid. No se sabe si la juventud referiere al arte, al artista, a la red o a la Comunidad. El poeta, en cualquier caso, siéntese joven.

Más onomatopeyas en el DRAE

zurear.

(De la onomat. zur).

1. intr. Dicho de una paloma: Hacer arrullos.


¿Será demasiado atrevido afirmar ya que todas las voces que emiten las aves dan origen al vocablo con que las referimos en el idioma español, ya sea a ellas o a su canto? ¡Hum! Interesante. Pero cabe otra pregunta: ¿son ciertas estas etimologías que nos da el bendito DRAE? Yo lo de que una paloma hace zur, zur, zur...no me lo tiendo a creer, en fin, estaré más atento a partir de ahora.

Tras el comentario de Santiago Tena, corrijo mi despiste e indago que hay detrás de arrullo según el DRAE. No tiene desperdicio:

arrullar.

(De la onomat. ru, según el modelo de aullar y maullar).

1. tr. Dicho de una paloma o de una tórtola: Atraer con arrullos a su pareja.

2. tr. Adormecer al niño con arrullos.

3. tr. Dicho de un sonido o de un ruido: adormecer.

4. tr. Dicho de los enamorados: Decir palabras dulces y halagüeñas. U. t. c. prnl.



De este modo, pues, parece ser que las palomas son cuando menos bilingües, pues pueden hablar zur, zur tan naturalmente como ru, ru. ¿Pero qué significa que atendamos al modelo de aullar y maullar para entender el origen de arrullar?

De aullar el DRAE sólo dice lo que sigue:

aullar
.

(Del lat. ululāre).

1. intr. Dar aullidos.

MORF. conjug. c. aunar.


Yendo a ulular:

ulular.

(Del lat. ululāre).

1. intr. Dar gritos o alaridos.

2. intr. Dicho del viento: Producir sonido.


Donde no establece el origen de la voz en una onomatopeya, para nuestra sorpresa, sino en un latinajo. Pero si el viento no dice lulú a mí me parece más probable esto que no que diga alcachofa o pimiento del piquillo. DRAE.

Y de maullar:

maullar.

1. intr. Dar maullidos.

MORF. conjug. c. aunar.


maullido.

1. m. Voz del gato, parecida a la onomatopeya miau.


Bueno, aquí parece más clara la relación entre el sonido que emite el animal y el nombre que le asignamos, pero nuestra duda es ¿cuál es el modelo común a aullar y maullar que ha de repetirse en arrullar?

'El verso del verso', por Jesús Malia Gandiaga

22
La poesía social, una mentira que ha calado hondo. Que yo sepa, son individuos los que firman esos libros y no sociedades. En todo caso, convendría aplicar el término poesía partidista o de partido, más atinado que poesía política.

23
El surrealismo, un modo profundamente racional de luchar no contra la razón, sino contra la convención, En fin, el ocaso de los ídolos, amigo Nietzsche. (Cúanto ha tardado en salir mi amigo Friedrich.)

24
La razón, sentida; el sentimiento, razonado.

Ana Pérez Cañamares está en 'Poesía Capital'


Hija, si en algún momento,
mientras estás ocupada en crecer
–dura y lícita tarea–
puedes mirarme a los ojos
hazlo.
No te dejes las preguntas
para cuando sea la misma voz
la que cuestione y la que responda.
Mira que en esta familia
tenemos la dolorosa costumbre
de conocernos mejor de muertos.

ALFABETO DE CICATRICES

Con pulso de artificiero
escojo las palabras.
Manejo con tacto
la nitroglicerina de cada sílaba.
Por culpa de palabras mal usadas
a mi corazón lo cruza
un alfabeto de cicatrices.

martes, 27 de abril de 2010

Sobre Cántico y los sentidos en 'Al aire de tu vuelo' (2)

Aún a riesgo de parecerte que me estoy tomando unos días de descanso en el comentario de Cántico por sólo recoger los fragmentos de los poemas de 'Al aire de tu vuelo' en que creo que hacen aparición los sentidos, lo sigo haciendo fragmentariamente. Aunque a ti no te parezca que este es parte del trabajo que me he propuesto, a mí me parece que esta es parte esencial: hoy he vuelto a estar un ahora leyendo estos poquitos versos de jorge y haciendo nuevas observaciones, que, con el tiempo, espero maduren en una visión más amplia y acertada de la obra. Ten paciencia, el próximo martes también tocará mostrar, únicamente, los fragmentos seleccionados (no quiero saturarte de información en un sólo día).

MÁS ALLÁ
V

Por aquella pared,
Bajo un sol que derrama,
Dora y sombrea claros
Caldeados, la calma

Soleada varía.
Sonreído va el sol
Por la pared. ¡Gozosa
Materia en relación!

Y mientras, lo más alto
De un árbol -hoja a hoja
Soleándose, dándose,
Todo actual- me enamora.

Errante en el verdor
Un aroma presiento,
Que me regalará
Su calidad: lo ajeno.

MÁS ALLÁ
VI

¡Oh perfección! Dependo
Del total más allá,
Dependo de las cosas.
Sin mí son y ya están

Proponiendo un volumen
Que ni soñó la mano,
Feliz de resolver
Una sorpresa en acto.

Dependo en alegría
De ese lustre que ofrece
Lo ansiado a su raptor,
De un cristal de balcón,

Y es de veras atmósfera
Diáfana de mañana,
Un alero, tejados,
Nubes allí, distancias.

Suena a orilla de abril
El gorjeo esparcido
Por entre los follajes
Frágiles. (Hay rocío.)

Pero al día al fin logra
Rotundidad humana
De edificio y refiere
Su fuerza a mi morada.

Así va concertando,
Trayendo lejanías,
Que al balcón por países
De tránsito deslizan.

Nunca separa el cielo.
Ese cielo de ahora
-Aire que yo respiro-
De planeta me colma.

[…]
Es la luz del primer
Vergel, y aun fulge aquí,
Ante mi faz, sobre esa
Flor, en ese jardín.

[…]

Toda la creación,
Que al despertarse un hombre
Lanza la soledad
A un tumulto de acordes.

LOS NOMBRES

Albor. El horizonte
Entreabre sus pestañas
Y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina

De las cosas. La rosa
Se llama todavía
Hoy rosa[…]

¿Y las rosas? Pestañas
Cerradas: horizonte
Final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.

NIÑO

Claridad de corriente,
Círculos de la rosa,
Enigmas de la nieve:
Aurora y playa en conchas.

Máquina turbulenta,
Alegrías de luna
Con vigor de paciencia:
Sal de la onda bruta.

[…]
Mar sólo con sus pájaros.

Si rica tanta gracia,
Tan sólo gracia, siempre
Total de la mirada:
Mar, unidad presente.

Lucy Cristina Chau



Mirar el cielo

Agonizo en la ciudad
me sumerjo herida
y no sólo por ello
cuesta respirar.

No es del todo el aire
matizado con tabaco y maldad
ni las aceras angostas
o el aromaque me imparte la miseria.

Detengo la misión del día
ante el reflejo que me nombra imperfecta,
miro a toda la gente que gravita
serenidad en el iris de otras coordenadas
multitud de intentosgotas de estupor
personajes del sueño.
La bala que espero
me toca el hombro
ruega mi chaleco
cedo
en su bondad me recupero
pasa el aire simple
diafragma completo
luz
que no es letrero
grito “libre”
con la sola vocal que recuerdo
y dos segundos antes
supe que en esta ciudad
la única forma de mirar el cielo
es tirada en el suelo
como un muerto.

La casa que fui
La casa que fui
no tiene puertas,
ha dejado salir
al habitante.

La casa rota (Editorial Mariano Arosemena, 2009)

De 'La virgen de la cueva':


jueves, 22 de abril de 2010

'Sala para fumadores', poemario póstumo de Nicolás Valencia Redondo (2)

Deseo
Al percibir el movimiento y olor
de tu pelo, lo espigado de tus dedos,
níveo de tus uñas y llano de tus manos,
el modo en que las curvas de tu pecho
estampan tu camisetita bordada con flores...
Al mirarte a través del espejo que no es
mientras sacas unos apuntes para ojear
noto mi cuerpo en traqueteo.
Te miro, nervios, y
mi desequilibrio se sitúa en un punto difuso
entre las pelotas y el corazón.
Eres María y no conozco tu nombre.
Ahora, ya sin pétreos alcahuetes, sé que te
/quiero,
puedo escucharte sin oirte.
Voy a estallar. Vivo aquí. Es mi estación.

Sombras de miradas
Hay miradas que son como agua y
corazones hambrientos que duermen
en los soportales por siempre.
Hay miradas que acarician,
otras, te atraviesan.
¿Quién sino ella, sino ellas nos hacen temblar
como lluvia de estrellas o como un volcán?

Bailar solo... y con vosotros
Un amigo no ve la luna desde su ventana esta noche.
La noche se ha hecho sobre todo, sobre todos,
sobretodo porque ya se fue la luz.
¿Qué sabrán esos "destinos" de lo que nos une?
¿Qué, del temblor de sus dedos,
de las cuatro cajetillas que reposan
en lo alto de la papelera? De llena, rebosa.
¿Qué sabrán de las lágrimas que escurren por dentro?
¿Acaso se cose en un atril?
Tres son los vértices que soportan esta noche:
lágrimas, dudas y silencio.

'El verso del verso', por Jesús Malia Gandiaga

19
-¿Alguna vez has creído, Jesús, que no te saldría algún otro verso?
-Cada vez que lo intento.

20
-¿Para qué corriges tus versos, Jesús?
-Para amargarme la vida

21
Los poemas de amor, en su concepción, además de cursis me parecen pedantes. Cursis, cuando se limitan a expresar sentimientos propios; pedantes, cuando se arrogan el derecho de interpretar al otro.

Miguel Pastrana está en 'Poesía Capital'


A DESHORA

Bajo la viva luz de estrellas muertas, anticipadamente,
aguardo la futura llegada del pasado,
y cuanto hay en mí, lo que forma “Yo”,
vive –o no– presente de recuerdos,
de lo que fue y no supimos cuando era, y es ahora
una dulce nostalgia de lo que nunca existió.

ES LA HORA

del café, y... ¡Ah!; sales
a luz (porque ahora puedes
salir), y es la calle, es
la gente, son las obras
y lo de siempre sucesivo
con renovado resplandor. Y cómo
aprecia esa luz, el aire
adolescente en la mañana,
quien estuvo en el subsuelo
y su memoria, las calderas.
Y bebes de la taza humilde
viendo pasar la parte
de vida que te toca
como un rey en su trono
de claridad.
Porque Grecia y Roma y todo
lo demás, está aquí;
y a lo cerca un martillo
neumático va golpeando
en la fragua del día.
Porque el mundo está
mal hecho, y si puede
bastarnos con tan poco
(que ya es mucho),
qué no podría ser...

HOJA CAÍDA

Se reconstruye el mundo los domingos
lentamente. Con la demora
del amor. Por las calles
el agua corre y choca en los bordillos
como un dique sin fin, hecho de ramas
caídas, hojas, papeles
de periódico de un sábado
caído a tus pies: lo arrastra el agua.

martes, 20 de abril de 2010

Sobre Cántico y los sentidos en 'Al aire de tu vuelo' (1)

Pero sigamos reflexioando sobre ‘Al aire de tu vuelo’ (¿a que no soy terco?).
Hemos hablado con anterioridad del hombre como objeto paciente y como agente de la realidad. Los sentidos, decíamos, fijan la idea que se forma del mundo, al tiempo que a través de ellos fija su atención en el mundo bajo la perspectiva de su propia sensibilidad. Detallemos, pues, en ‘Al aire de tu vuelo’, todos los momentos en que intervienen los sentidos, por ver si tienen algo más que declararnos.

MÁS ALLÁ
I

(El alma vuelve al cuerpo,
Se dirige a los ojos
Y choca.) -¡Luz! Me invade
Todo mi ser. ¡Asombro!

Intacto aún, enorme,
Rodea el tiempo. Ruidos
Irrumpen. ¡Cómo saltan
Sobre los amarillos

Todavía no agudos
De un sol hecho ternura
De rayo alboreado
Para estancia difusa,

Mientras van presentándose
Todas las consistencias
Que al disponerse en cosas
Me limitan, me centran!

[…]

Y la mañana pesa,
Vibra sobre mis ojos,
Que volverán a ver
Lo extraordinario: todo.

[…]

A ciegas acumulo
Destino: quiero ser.

Ser, nada más. Y basta.
Es la absoluta dicha
¡Con la esencia en silencio
Tanto se identifica!

[…]

Y a la fuerza fundirse
Con la sonoridad
Más tenaz; sí, sí, sí,
La palabra del mar!

[…]

Soy, más, estoy. Respiro.
Lo profundo es el aire.
La realidad me inventa,
Soy su leyenda. ¡Salve!

MÁS ALLÁ
II

[…]
vaguedad
Resolviéndose en forma

De variación de almohada,
En blancura de lienzo,
En mano sobre embozo,
En el tendido cuerpo
[…]

MÁS ALLÁ
III

[…]

Irreductibles, pero
Largos, anchos, profundos
Enigmas –en sus masas.
Yo los toco, los uso.

[…]

MÁS ALLÁ
IV

El balcón, los cristales,
Unos libros, la mesa.
¿Nada más esto? Sí,
Maravillas concretas.

Material jubiloso
Convierte en superficie
Manifiesta a sus átomos
Tristes, siempre invisibles.

[…]
En mi dominio luce
Sin escándalo dentro
De lo tan real, hoy lunes.

Y ágil, humildemente,
La materia apercibe
Gracia de Aparición:
Esto es cal, esto es mimbre.

lunes, 19 de abril de 2010

Lucy Cristina Chau


Panamá (1971). Desde 1993 pertenece al Colectivo de Escritores José Martí.

Tiene publicados los poemarios:

La casa rota

IndiGentes

La virgen de la cueva

Algunos versos de La casa rota:

Auto examen
Hace tiempo calzo
las mismas alfombras,
digo las mismas angustias
y asumo las mismas reglas.

Decidí lavar a máquina las preguntas;
habría que sacar las manchas con lejía,
dejarlas al sol, y entonces,
de alguna manera, imaginar quién era.

Si no hay otra verdad
usaremos la misma.

En todo caso ya no importa
si uno es hombre, mujer,
o peón del ajedrez.

La Compra

Hay un objeto,
muere en la mitad de una tienda.
Lo salvo y me salvo;
El Cordero no es sangre de escaparate.

Por treinta monedas llevo mi perdón,
por quince reales
me saco a Dios de encima.

El vuela hasta mi casa
sin tocar el piso,
sale de la bolsa
y otra vez
los indios aceptamos a Cristo.

Casa rota

Sólo escuché silencios repetidos,
y un eco imitando mi voz dolida.

Abrí todas las puertas,
desperté las luces,
abrigué las sillas desnudas.

Dejé caer la casa
– manos de avena,
dulces, tibias, desechas –
dejé dormir las flores
y no volvieron del sueño,
cerré las ventanas,
sellé la entrada,
doblé la espada.

Divinamente triste
ha llovido la tarde,
susurro de adioses,
miradas vacías.

Tengo frío
de veinte inviernos,
hoy se quiebra el sauce
y estamos secos.

Mañana
la llave me espera
pegada a la puerta.

Iré a su encuentro
con la huella de siempre,
el cerrojo domado,
la alegría extinta
y cinco hermanos
que van a querer
– entre todos –
tocar lo que se ha ido.

viernes, 16 de abril de 2010

Centro Permanente de Poesía Crítica en Madrid, mañana Miriam Reyes, Laura Casielles y Pedro del Pozo

CPPC - CENTRO PERMANENTE DE POESÍA CRÍTICA

Poesía que no cede a la hipnosis

Librería Asociativa Traficantes de Sueños

c/ Embajadores, 35

Madrid


(XII): Sábado 17 ABRIL - 19 h.

Miriam Reyes, Laura Casielles y Pedro del Pozo

Miriam Reyes (Orense, 1974) ha publicado los poemarios Espejo negro, Bella Durmiente (finalista del XIX Premio Hiperión) y Desalojos. Ha sido traducida al italiano y al portugués, y ha sido recogida en antologías como Feroces o 23 Pandoras. Poesía alternativa española. Actualmente combina el trabajo con la palabras con el de la imagen, y está llevando la poesía a otros formatos como el vídeo o la película flash.

Laura Casielles (Pola de Siero, Asturias, 1986), es licenciada en periodismo y en la actualidad vive en Rabat (Marruecos), a donde la ha llevado una beca para trabajar en la corresponsalía de la Agencia Efe. Ha publicado el poemario Soldado que huye. Sendos relatos suyos han sido recogidos en las antologías Dos orillas, un mismo mar y La Edad del Óxido. Realiza traducciones del inglés y francés para distintas publicaciones. En 2007 fue premio La Voz + Joven de la Obra Social Caja Madrid.

Pedro del Pozo (Sevilla, 1971) es autor de Todas las puertas abiertas (selección de poemas) y Distancias (Poemas de los océanos zigzagueantes). Ha participado en libros colectivos como Voces del extremo: poesía y utopía, Sevilla 24 poetas 24 artistas, Poesía viva de Andalucía, El árbol talado que retoña (Homenaje a Marcos Ana) o Lo que ha quedado del naranjo. Palestina en el corazón. Forma parte del colectivo La Palabra Itinerante.

(Miriam Reyes)


Ocupados en atarnos los zapatos

permanecemos quietos en el incendio–

las paredes caen

las puertas hinchadas bloquean la salida

las ventanas ennegrecen sus cristales–

oímos gritos

observamos escenas de pánico y salvamento–

(estos complicados nudos de cordón de zapato)–

(Pedro del Pozo)



Encontrar las palabras

elementales. Aprender

cómo decir perdón en el idioma del que irrumpe,

y buenos días, y toma,

y he venido a conocerte, aprender

cómo decir gracias en el idioma

de los que también rasgan

y también

se desgarran,

cómo decir

café, cariño, patria,

shalom, salam aalaikum, aprender

cómo se dice pasa, entra, esta es mi casa

en un país al sur del que apenas

quedan ruinas, aprender

obrigada, spasiba, aprender

qué colores no existen en las lenguas de África.

Y cómo responder que sí en Pekín.

Poder hacer el amor

gritando a cada cual en su lengua.

Llegar a las ciudades y descubrir

los entresijos del mercado,

entender ,

aprender

cuál es en cada tierra

la etimología de alma, y de qué modo

saludaban al miedo mis bisabuelos.

Encontrar las palabras elementales.

Y luego hablar.

(Laura Casielles)

jueves, 15 de abril de 2010

Miguel Ángel Gara y Antonio Jiménez Paz leen en Madrid

II CICLO DE POESÍA DE LA CASA DE CANARIAS EN MADRID
"ATLÁNTICA POÉTICA"

Cuarta Lectura
Viernes 16 de abril a las 20:30 h.
Antonio Jiménez Paz


LA INFANCIA EN DÍAS NORMALES


Las alondras eran de plástico
y nosotros con pies en las nalgas
simulábamos el vuelo
por un viejo corredor de tea
palmeado con virutas verdes.

Qué suerte, siempre una salomé
nos sorprendía en bragas,
sin tetas, hecha trompo,
los lunes, los martes,

y el resto de días
que no eran fiesta.
(De “Los ciclos de la piel”)



y Miguel Ángel Gara


Mental

Se podría soñar una tarde en el sillón de casa
ante una pantalla escudriñando sombras,

un domingo cualquiera, o un sábado alejado del viernes.

Se podrían enumerar las lágrimas caídas en los agujeros
de la noche, noche de las películas
como si alguien filmara la noche, o nos filmara de noche.
Se podrían acumular dudas en las consolas blancas
de una infancia presente o de una vejez anticipada
y demostrar que se ha crecido y que los hijos
crecen o crecerán un día, cuando existan un día
lejos de nosotros.
Se podría ser uno mismo o pretender ser uno mismo
y mirarse al espejo y decir no, no soy yo, no,
no soy el mismo que soñaba ayer
ante este espejo que no ha cambiado nada
o ha cambiado tanto desde ayer.
Se podría suicidar la inocencia una mañana entre la multitud
que en la mañana vive, sin entender nada
o entender todo, pero demasiado tarde y demasiado tarde,
volver al mismo punto
y empezar de nuevo, y decir nunca es tarde
(y nunca ha sido tarde)
Se podría volver a nacer o creer que se ha vuelto a nacer
o que no se acaba nunca de nacer
porque siempre hay algo que podría asombrar
pero no ocurre, y podría,
y al fin ocurre demasiado aprisa, acabarse y acaba.
Se podría morir y asombrarse ante lo que mereció la pena
cuándo o cómo se creyó en que cambiaría la vida, y en el instante
seguro de haber vivido intensamente
sentado en el sillón y creyendo soñar en una tarde,
quedar despierto así, no soñar y vivirlo.

Un recital compartido entre el poeta canario y el madrileño, para llegar a un diálogo entre literaturas.
Posteriormente habrá ocasión de debatir y charlar sobre distintos aspectos de la poética atlántica.
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Nicolás Valencia, compañero, aquí comienza 'Sala para fumadores'

Nicolás dijo: "hasta aquí" el día 17 de diciembre de 2008. Tiempo ha, ¿verdad? No tanto.
Nicolas no fué mi amigo, pero fue compañero de Patrañas. Y recuerdo que en esa última etapa de su vida, y tras mi publicación de 'la cinta de moebius', Nico se interesó a través de mi poesía por contactar conmigo. Nunca pudo ser que viniera a Madrid a algún evento que compartiéramos, ni a mí se me ocurrió pasar por Leganés a verle: las conversaciones telefónicas con él me resultaban un poco inquietantes.
En fin, que Nicolás se fue sin que pudiéramos hablar gustosa y sosegadamente. ¿Sus motivos? Nada sé, pero además no viene al caso. Sólo os cuento esto para que veáis en la publicación de 'Sala para fumadores' (Patrañas, 2009) que aquí compartiré con vosotros al completo, el merecido, tardío y personal homenaje a Nicolás. Yo no acudí a la despedida que le rendieron sus familiares y amigos, ni era mi lugar ni Nicolás me esperaba. Tampoco acudí a la presentación de 'Sala para fumadores' en Leganés, ni era mi lugar ni Nocolás me esperaba. Mi lugar, Nicolás, es éste. Aquí sí soy contigo, en las letras, nuestra patria común, que tú y yo somos verso tan solo. Nicolás, alguien con quien hablo más de muerto que de vivo. Perdóname la tardanza. ¡Va!

La Canción
Caminaron un sin fin de millas, tanto como para rodearlo
todo, y serpentearon de norte a sur, de este a oeste,
tanto como para no dejar sin comienzo a cada cosa que
habría de existir.
Anduvieron y alzaron sus voces en cánticos tan sólo
audibles para ellos mismos, sus dioses y la propia tierra.
Esas voces reverberaron de aquello sin nombre en su
piel y en su mente, afirmando su ya existencia.
Así lo cuentan los ancianos a todo aquel que se presta.
El escuchador arde entonces por preguntarles acerca
de la luz, la emoción, el dolor y el amor, porque no
quiere dormir para siempre en la dicha, en la satisfacción
del que no vibra.
El "Tiempo de ensueño" se repite una y otra vez en instantes,
que algunos iluminan porque se da gracias a los
hombres, que son los que portan la antorcha y recogen
los frutos.
Habrá un cambio cuando cada uno de nosotros tema
todo aquello que no fue cantado, sino fabricado para
nuestro engorde.

DE LO QUE OCURRIÓ AL COMIENZO

Desmemoria
Sólo recuerdo que olvido,
siento que no dejo huellas en el camino.
Recuerdo que tengo un pasado
trufado de llanto y risa
luces y sombras, rechazos y besos
y sed y hartura.
Hoy repican las campanas,
es tiempo de pensar en el invierno.
En su frío y sus silencios.
Y en su frío.
Sólo recuerdo que olvido,
¿dejo huella en el camino?
¡Muéstrame el sendero a tus labios!

'El verso del verso', por Jesús Malia Gandiaga

16
Me río del río y al canto le canto que rueda sin rueda.

17
-Jesús, ¿por qué en ocasiones suplicas al lector?
-¿En ocasiones?

18
Hay poetas que afirman la razón y poetas que afirman la sinrazón. Todos tienen razón, la del corazón.

Moncho Otero está en 'Poesía Capital'


DETRÁS DE LA RED

Con frecuencia
Sin testigos
Tecleo el nombre de mi padre muerto
En google
O en yahoo
Entrecomillándolo
Y espero una respuesta
Un link
Un foro-chat
Un aviso del messenger
Pero no hay nadie detrás de la red
No existe en ese mundo
Ni en este organoléptico
Aunque basta un olor
Una mueca
Para volver al instante
Que se vivió sin duda.

CHARLA

Me hablas del derecho a defenderme
pero últimamente me siento tentado
a cruzar los brazos
y hundirme bajo el lodo
el dolor de amar
me ha desubicado
dicen que soy hermano de millones de hombres
que ignoran que yo existo
y me da por pensar
que el amor es el invento
de las mentes sencillas
observo las estrellas
y me comentas técnico
que hace miles de años
que muchas se apagaron
y que siguen luciendo
porque la física impone
sus leyes inmutables
y analizo la luz que despide
mi alma
evitando pensar si soy un hombre muerto
este sudor helado
que recorre mi cuerpo
es un momento breve
por que siento mis venas
y el amor que derraman
y crujen mis pulmones
del cariño que inhalo
otro día charlando
para eludir la vida.

martes, 13 de abril de 2010

Continuamos Sobre Cántico

Con las anteriores observaciones, hemos demostrado (se me consienta el lenguaje Matemático) que en Cántico, que se suele tomar por pura celebración, hay un hombre que se busca a sí entre la multitud urbana y que su sufre de sus prisas y agobios, y que se prefiere (o al menos ahí imagina la dicha) en un mundo bucólico. ¡Atención! Cuando se habla de la generación del 27 y de su espíritu urbano, juvenil, deportivo (más claro, por ejemplo, en algunos poemas de los primeros libros de Salinas que me permito no traer ahora), inclusiva de los elementos de la modernidad (coches, trenes) no se toma en consideración, por tanto, el Cántico de Guillén, que en este punto es, si se quiere, reaccionario. Y es que hay que andarse con mucho ojo: el Jorge Guillén que inicia Cántico (el que publica la primera edición de 1919) tiene 26 años, pero el que lo concluye (el que publica la edición de 1950) tiene 57 años. Bien conocida la cincuentena, en los prodigios de la técnica no se observa magia, y es más el interés por recuperar o retener que por descubrir.¿Sí? Téngase esto en cuenta al hablar del 27, pues Jorge, sin duda, pertenece a esa generación y su Cántico es un exponente de élla.
¿Me permitirás, entonces, cambiar el adjetivo reaccionario por conservador? O, mejor aún, diré que su posición es más reflexiva y sensata que la sus compañeros de generación, más madura, menos impulsiva. Y sin embargo, Jorge, el menos juvenil, también es el más gongorino (como dicen en México), el más puro. (¡Venga, arriba, Jesús, arriba, crécete!) Jorge es el 27. Jejeje, afirmo.
Donde sí vemos en Jorge una actitud desafiante (a pesar de la mala conciencia) es en la búsqueda de la propia salvación (la mala conciencia nos la da la imagen del hombre óscuro bajo el árbol). Jorge mismo es (o está) en el centro de sus poemas desvelándonos su intimidad: ‘Ven a ver’, nos invita. Él, tan puro, se nos desnuda. (¿Lo ves mover las caderas al desvestirse?) Ni siquiera a su madre en la dedicatoria inicial le cede el protaginismo: ‘A mi’, comienza, y sigue ‘madre’.
En suma, creo que este aspecto queda sobradamente esclarecido. Ya sabemos a Jorge-isla en algunos de sus modos y maneras.

Katia Chiari es una poeta panameña


No hace falta ahora aprender de memoria
los nombres de tus hijos,
los aniversarios de las pasadas conquistas;
las fechas que acusan tus ultrajes;

basta con saber de ti un oficio,
tener un trabajo, una casa,
una familia donde fundar el corazón
para llenar el calendario de razones
y caminar hacia delante.

Comenzamos con esta brevísima muestra de Katia Chiari una más extensa y cuidada de poetas panameños. ¿Poetas panameños? No me preguntes razones, sólo puedo decirte que esta semana santa (que es cuando doy a la internet esta entrada) el rastreo de la poesía en Panamá ha sido la tarea que me ha sacado de las tareas que tenía previstas. ¡Ay! ¡Qué problema es tener tantos intereses y ser tan disperso. Yo nací para aspersor, no para Matemático ni para poeta. Por cierto, importantísimo, agradecerle al poeta istmeño Enrique Jaramillo Levi que generosamente me haya ayudado a centrar mi atención en algunos nombres de hoy. Él, sin duda, está entre los principales, y no sólo se ha prestado a ayudarme a fijarme en otros, sino que lo ha hecho con una premura...Ni los bomberos ni la policía habrían llegado tan rápido. Gracias, Enrique, y perdóname que comience por los jóvenes.
¡Viva internet!

viernes, 9 de abril de 2010

¿Estás en Buenos Aires? Estás a tiempo

ESPACIO LITERARIO JUAN L. ORTIZ

ACTIVIDADES de abril de 2010

Centro Cultural de la Cooperación Floreal GoriniAv. Corrientes 1543 - CABA

Muñecas rusas. El ciclo de ciclos del CCC. El jueves 8 de abril, Maldita Ginebra visita el CCC. Coordina: Silvia Castro. Sala Jacobo Laks. 19 hs.

¿Quién o qué es Maldita Ginebra?
Urruspuru-Erker


Héctor Urruspuru y Erker son los responsables de un ciclo muy loco y necesario en la ciudad de Buenos Aires que cada viernes se desarrolla en la casa del bueno de Zenón. En fin, de Maldita, mejor que digan ellos mismos, aquí su blog: http://ginebrabase.blogspot.com/.

Por cierto, Silvia Castro se encarga de organizar el evento. De Silvia aún no os he hablado mucho, pero desde mi vuelta de Buenos Aires tengo pendiente releer su poemario (que es un poemario para releer) y contaros. ¡Ah! Saludad, por favor. ¡Aaaaaah!

María Sangüesa estará con 'la piel del viento'en Alpedrete


Presentación de la obra de María Sangüesa
“La Piel del Viento”
en la Casa del Pueblo de Alpedrete.
Grupo de Cultura. Colectivos de Participación Ciudadana
Calle Colmenillas, 3
Sábado 10 de Abril de 2010.
12:00 horas.
Presenta: Delfín Yeste.

jueves, 8 de abril de 2010

Tiburón, en el DRAE y en www.elcastellano.org

tiburón.

(De or. inc.).

1. m. Pez selacio marino, del suborden de los Escuálidos, de cuerpo fusiforme y hendiduras branquiales laterales. La boca está situada en la parte inferior de la cabeza, arqueada en forma de media luna y provista de varias filas de dientes cortantes. Su tamaño varía entre cinco y nueve metros y se caracteriza por su voracidad.

2. m. Persona que adquiere de forma solapada un número suficientemente importante de acciones en un banco o sociedad mercantil para lograr cierto control sobre ellos.

3. m. Persona ambiciosa que a menudo actúa sin escrúpulos y solapadamente.


Alaternativas:
1) según Rafael Lapesa, en este artículo que te recomiendo leer, procede del taíno, al igual que canoa, cacique, maíz, hamaca, piragua y butaca.
2)en la misma página (¡ATENCIÓN!): www.elcastellano.org, ya imprescindible para nosotros, se propone como etimología la de Ricardo Soca en 'La fascinante historia de las palabras', y recojo textualmente de la web:

No hay certeza sobre el origen del nombre de este temible escualo, capaz de destruir un miembro del cuerpo humano sólo con el roce de su piel escamosa y dura o de amputarlo con su poderosa dentadura. Conocido en portugués como tubarão y en catalán como tauró, el tiburón puede haber tomado su nombre del tupí guaraní uperú, precedido por una t que, en esa lengua amerindia, cumple la función de artículo.

'El verso del verso', por Jesús Malia Gandiaga

13
¿Por qué aún al intentar transcender acabo hablando de mí? Trascender es abstraer y abstraer es hablar de todos partiendo de uno en comparación con los demás.

14
El paradigma de la poesía no es la persona, es el poeta. Pero, al igual que la poesía, el poeta no vale fuera del verso.

15
Decir clavel es decir nada.
Decir este clavel es decir un clavel a quien observa y oye.
Decir ese clavel es provocar al inquietud de encontrar un clavel en quien observa, oye y se interesa.
Decir aquel clavel es poner a prueba la memoria o la paciencia de quien observa y escucha.
Luego, el único modo eficaz de presentar un clavel está negado a la poesía. No basta la basta y sola palabra, hay que mostrar el clavel señalado: hay tantos, que ninguno cabe en esa palabra.

Esther Muntañola está en 'Poesía Capital'


TIERRA DE NORTE
Sólo el tiempo sobre el árbol desnudo.
Tierra de Norte. Los árboles
sostienen el cielo
negros, como cabellos de animal. Cielo denso, azul,
donde la luz cuando cae
talla la tierra y es asombro
de invierno y de pájaros,
vibra.

martes, 6 de abril de 2010

Continuamos Sobre Cántico

Poeta y amante, decía, es como escapamos a la tan amarga soledad de isla que somos cada hombre en el océano de gentes de la ciudad. Si me pides que en una sóla palabra te señale al poeta amante o al amante poeta, te diré: recuerdo. La memoria que se quiere conservar, la memoria que se teme perder, la memoria que se quiere sanar, la memoria que se quiere transformar…la memoria que se quiere, en definitiva, es el sustrato del verso y de la actitud poetizante (termino con este palabro por autoboicitearme un frase tan hermosa).
¿Qué poema sucede a ‘Los amantes’ y ‘Con nieve o sin nieve’, que es donde decimos ver al poeta y al amante? ‘Los tres tiempos’. Pues ahí, la memoria:

‘Fijo en el recuerdo,
Vi cómo defiendes,
Corazón ausente
Del sol, tiempo eterno.

[…]

De nuevo impacientes,
Los goces de ayer
En labios con sed
Van por Hoy a Siempre.’
(‘Los tres tiempos’)

Por último, hagamos compendio de todo lo dicho (‘Todo en la tarde’) y preparémonos para el futuro(‘Advenimiento’).

‘Flota una esplendidez
Febril, profundizada
Por vistillas de tejas:
Tejas de turba cálida.

¡Ese atropello abajo!
El color viene y va,
Tropel regala, pide
Tropeles. Hay ciudad.

Locuaces, los anuncios
Atajan al gentío.
Escándalos benévolos
Cercan al distraído.’
(‘Todo en la tarde’, I)

Era el hombre cercado en el tropel.

‘Gran rumor. Se embarullan
Las pisadas, los gritos
Que deben de ser diálogos,
Las músicas ya ruidos,

[…]

Y el incesante arrastre
De los muchos trabajos
Que por dentro murmuran
Crujidos derrumbados.

¡Trepidación! Monótona,
Continua, propagada,
Precipita galopes
-Sin cuerpos ya- de máquinas

Invisibles, a ciegas
Calientes, animales,
Que no paran jamás:
Venas del tiempo, laten.

Discordes los impulsos
De un solo frenesí
Desembocan en una
Prisa por ser feliz.

Se asoma al panorama
La soledad de alguien.
Bocinas huyen. Queda
Lejos, grata, la calle.

Como si hubiera a solas
En el tumulto campo,
Follajes hay que salvan
Su paz entre sus pájaros.

Van poco a poco aislándose,
Dorándose las torres.
Atrevida una estrella
Luce a solas.‘
(‘Todo en la tarde’, II)

El hombre solo busca su salida.

‘Entonces se ensordecen
Las sombras por los muros,
De su destino henchidos:
Muros en el crepúsculo.

[…]

Cristal no dejan ver
Los balcones al sol.’
(‘Todo en la tarde’, III)

Ese hombre que busca su sóla salvación no es cristal transparente, es hombre a escondidas, oscuro bajo el árbol (anotó Jorge en otro momento). Al tiempo, nos dice que no busquemos en este hombre al hombre, que ahí no lo veremos. No sé si es un chiste o únicamente resignación. En cualquier caso:

‘Una lid: cuatro calles.
La luz bamboleada,
Luz apenas, retrae
Las figuras a manchas.

[…]

Entonces, por la piedra
Rebotando, se yergue
Con más gana la fuerza
Del vivir impaciente.’
(‘Impaciernte vivir’)

éste es el hombre; pero no todo está perdido:

‘El que yo fui me espera
Bajo mis pensamientos.

[…]

¿Y se perdió aquel tiempo
Que yo perdí? La mano
Dispone, dios ligero,
De esta luna sin año.’
(‘Advenimiento’)

‘El que yo fui me espera/ Bajo mis pensamientos’: la memoria como redención. ¡Hola! Esto me permite hacer algo que tanto me gusta, citarme. ¿Recuerdas este poema de 'la cinta de moebius'?:

sigue habiendo tejados y piedras que lanzar
sigue habiendo ratas que corren las calles
sigue habiendo casas de nadie con puertas
sigue habiendo riesgo en tocar los timbres y salir pitando
sigue habiendo niños blandos como chicles de los que hacer burla
sigue habiendo niños recios como torres de los que esconderse
sigue habiendo pinos a que encaramarse
sigue habiendo charcas en que pescar ranas
sigue habiendo grillos como escarabajos
como lagartijas como cucarachas

sigue habiendo dias
para huir

La diferencia esencial es que yo debo ser infinitamente más infeliz que nuestro admirado Jorge, pues yo sólo en la memoria de la infancia encuentro felicidad, y Jorge no parece descartar que sea posible en otras edades. (Ríete, anda, ríete, no te lo tomes todo tan en serio.)

lunes, 5 de abril de 2010

Versos de eduardo Fariña Poveda (y 3)


(BÚSQUEDA DE HISTORIAS)
ya que al tragar tiempo
la memoria repite instante a instante
el cuidado de lo efímero
hacia lo que se entiende por moda
pasajera o como se quiera
tal vez sea cosa de juventud
pensar en lo inmediato como trascendental
desenlace de una buena historia.

tantas cosas que suceden
sin que pueda notarse
el origen aunque buscar
se limita a repetir la observación
por más fábrica bar universidad u oficina
en donde se transitó sin más
que un parpadeo o mejor
lo que dura un trago de whisky.

no puede haber más conclusión
que seguir hallando el momento
exacto en donde lo que se quiere
importante debió comenzar.

(JARDINES DE UNA CIUDAD DESCONOCIDA)
El olor mojado de la hierba
en todo sitio lo mismo ofrece bailes
Si bien no hay dos formas iguales
de ver u oír llover
Si hay secreto en todo lo que no presume
habrá que tener en cuenta una sutil
profanación a lo más característico
de ese deseo.

caminar por las calles rodear los edificios
preguntar a quién se cruce cómo llegar a X lugar
lo sabido cosa fácil que se olvida
parece que en lo que se desconoce se atribuye
mayor latido al desplazarse
oír el ruido del agua de una fuente
pues sí aún queda algo de tiempo
para perderse sin que se lamente mucho.

las flores hallan su significado en la belleza
enigmática que se les atribuye
por eso aún existen en su causa
pero más que causas sólo más verde
de lo mismo que conoce difícil si bien interesante.

(INFORMANDO)
Mientras se evapora
ese mar interior de luna saturniana
al cabo de un tiempo prestado
la anécdota de un pensamiento diminuto
como el hecho al tacto insiste
sobre el proceso inverso de la cosa
pensar en eso no demostrado
insistir en lo que parece adolescente
lesivo en su derecho
estable en ciertas propiedades
transferencia de los datos adquiridos
de la calle al libro y del libro al público
blogósfera disolviéndose en el tiempo
demostrar en ella el posteo necesario
la presencia por la presencia ante
a quienes no ven como todo
pasa detrás de sus espaldas.

Valor y los juicios que conlleva
frente al dato no se embadurnan
de noticia es el hecho novedoso
la entrevista al sujeto cual objetiva
a su manera día-a-día todo lo puede
acontecimiento sorprendente sorprende
sorprende a la apuesta apostando
hechos necesidades invariables
documentos por todas partes así
aglutinan la oscuridad en la mesa
repercusión consecuencia ahí van
pisando los talones al hecho concreto
la redacción es el ímpetu de la mezcla
arrugando la hoja dopada por la tinta
relato cronológico de un decir cual
lenguaje práctica la pregunta viene
a ser la posibilidad del huevo.
la luna que orbita la cabeza.

Estos versos de Eduardo Fariña están publicados por Ediciones del 4 de agosto bajo el título de 'Conquista y promesa'.