jueves, 6 de septiembre de 2007

Me encanta Dios(Jaime Sabines)

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.


Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la queña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida —no tú ni yo-, la vida, sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang… Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.


A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas.
Y es tan juguetón y travieso que el otro día
ha hecho —frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias
mutantes!


Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, y mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia —se agita y crece— cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma má dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.


A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sin duda alguna la poesia es el lenguaje del corazón, aquellas palabras aprentemente aisladas a la ménte humana, toman forma muy consistentes y se trasforman en los más peciados versos, palbars que aliemntan paradogicamente de donde nacen, AL CORAZÓN.
Aveces me siento y empieso a escriobir, es imprecionante el caudal de ideas que me vienen de la mente de todo lo que veo y puedo palsmarlo en algo muy bonito, y es cuando siento que el aire se hace más espeso y las pupilas de los ojos se dilatan más y siento esa luz. Todo esto biene para felicitarlos por este e spacio de expresión.
me llamo Efrén Camácho López.Cintalap chiaps. derek12_1@hotmail.com