La vida es un fracaso y una fuga,
una lamentación y una locura.
La vida ¡casi nada! y, con cordura,
es eso solamente: casi nada.
La vida es una mano enamorada,
un corazón que late por no verte.
La vida es empezar a conocerte
y recorrer la selva aún ignorada.
La vida es evitar la iluminada
voz que nos destruye, la carcoma
que mata lentamente, la vida
es empezar sencillamente en paz cada jornada,
o tal vez —sin regreso— es una ida.
La vida: ¡casi nada! y casi nada.
VIDA
A Paula Romero
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito “¡Todo!”, y el eco dice “¡Nada!”.
Grito “¡Nada!”, y el eco dice “¡Todo!”.
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
José Hierro, Cuaderno de Nueva York, Hiperión, 1998.
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