jueves, 31 de julio de 2008

Aprendiz de poeta con Jorge Guillén

LAS SOLEDADES INTERRUMPIDAS
Hay robles, hay nogales,
Olmos también, castaños.
Entre las muchas frondas
El tiempo aísla prados.

Troncos ya no. Son tablas.
Renacen las maderas.
....Y una pared, un porche.
Ya es un pueblo: se esfuerza.

Colorines. Reluce,
Desordenando el día
Más luminosamente,
La terca tentativa.

Casas, al fin, despuntan
Por entre unos verdores
Sujetos a un dibujo
Sumiso. Quiere el hombre.

Las calles —rectilíneas
Y tan silvestres— quedan
Acogiendo aquel ansia
De historia con su selva.

¡ Oh codicia elegante!
El cristal de las lunas
No deja al maniquí
Perder su compostura.

Todo está concebido.
¡ Cuidado! La persona
Se detiene en un borde,
Con los demás a solas.

Y se desgarra el tiempo…
Es el pitido súbito
De un tren que allí, tan próximo
Precipita al futuro.

Fluyan, fluyan las horas:
Gran carretera. Van
Manando ya las fuentes
De la velocidad.

Los follajes divisan
A los atareados,
En su esfuerzo perdidos,
Oscuros bajo el árbol.

Un rumor. Son las hojas
Gratas, profusas, cómplices
Los tejados contemplan
Tiernamente su bosque.

Jorge Guillén, Generación del 27

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