lunes, 15 de diciembre de 2008

Stephane Mallarmé en un poema

EL VIRGEN, EL VIVAZ, EL HERMOSO PRESENTE
El virgen, el vivaz, el hermoso presente
con sus ebrios zarpazos pretende destrozarnos
duro lago olvidado que la escarcha somete
transparente glaciar de vuelos que no huyeron.

Algún cisne de antaño ignora que es él mismo
quien, magnífico y vano, ya logra liberarse
por no haber ensalzado la región de la vida
cuando en torno al hastío resplandece el invierno.

Se agitará su cuello en la blanca agonía
transmitida en el aire al ave que la niega
más no el horror del suelo en que el plumaje yace.

Es un fantasma a quien su resplandor gobierna
y el desprecio, frío sueño, lo inmoviliza al punto
y hasta su exilio inútil llega para cubrirlo.

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