lunes, 23 de marzo de 2009

'Poesía Capital', en Sial/Contrapunto

En fin, otra vez aquí.

Acaba de presentarse la antología ‘Poesía Capital’, de Sial/Contrapunto, a cargo de Pepe Ramos.

Como casi todas las antologías, excesiva y escasa. Aunque, cómo no, como cada español lleva dentro un seleccionador nacional de fútbol, también cada poeta lleva un antólogo en sí. Así que en esta parte nada que objetar, salvo la envidia que Pepe Ramos me causa de estar en ese lugar.

Dicho esto, lo sabido, al detalle. Ana Delgado Cortés, Jordi Doce, Aarón García Peña, Alfonso López, Jesús Malia, Óscar Martín Centeno, Ester Muntañola, Miguel Pastrana, Aurora Pinado, Cecilia Quílez Lucas, Julio Santiago, David Sio, pertenecen a la nómina de 28 poetas habitantes de madrid que la componen.

Los desconocedores, como yo, de los libros ‘Poemas del amor sumiso’, de Ana Delgado Cortés; ‘Mar de fondo’ o ‘Lección de permanencia’ de Jordi Doce; de la obra inédita de Alfonso López (un tanto irregular, pero sí); ‘Un mal ácido’, de Cecilia Quílez Lucas, y un inédito a su hija; la no publicada ‘Poesía depilada’, ‘Ulo Ago’ y ‘Poemas para un vestido’ de Julio Santiago y la obra de David Sio, tienen motivos más que suficientes para acercarse a esta perspectiva de la poesía en Madrid. Éstas son , a mi juicio, las participaciones más sobresalientes en verso en ‘Poesía Capital’. Me excluyo a mí mismo y a otros ya sobradamente conocidos por mí.

Ana Delgado Cortés y Cecilia Quílez Lucas se entregan a una poesía desgarrada, las vemos abrirse las carnes en sus versos. Nada sobra. Se sostienen perfectamente en el alambre. Lucía Fraga en ‘Nostalgia del acero’; Miriam Reyes en ‘Bella durmiente’, Lourdes de Abajo, en ‘Aniquilación mía’ (Lourdes más tendente al simbolismo), por poner tres ejemplos, están en la línea de Ana y Cecilia. La que yo creo una de las más sobresaliente de la poesía de hoy, por calidad, pertinencia y necesidad en el contexto histórico y social.
Jordi Doce en línea más reflexiva, quiero decir distante, marcando distancias con el yo, al que no abandona, pero reflejándolo en un mundo lleno de sensaciones y sensacionales imágenes.
Julio Santiago, ¡cargado de cinismo!
David Sio en la cotinianidad de la memoria y el descontento. Línea en la que incurre también Alfonso López, al que preocupa sobre todo plasmarse en sus contradicciones, sin intentar aún ponerlas en orden. Habrá que esperar a su primer poemario, alguna vez lo hará. No siempre alumbra el sol, y, entonces, hay que encender una luz en cada habitación.

En fin, de nuevo, estos 6 autores, 6, son motivo sobrado para que inviertas un dinerillo en ‘Poesía Capital’. Y hablo de sus versos, de las poéticas (que nos empeñamos en querer poner de manifiesto este aspecto intelectual de la poesía, con lo raro que es que un poeta sepa lo que escribe), mejor no comento. Aunque algunas hay que merece la pena releerlas, la mayoría nos animan a abandonar la lectura del poeta que se presenta. Es el caso, por ejemplo, de Cecilia Quílez. A pesar de su poética, es un gusto leerla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que deberías leer con detenimiento a Aurora Pintado, quien para mí es la auténtica revelación de la antología. Por lo demás coincido en tus gustos y añadiría otros tres o cuatro escritores más.

Miguel Ángel Rodríguez Soto

Jesús Malia dijo...

Sólo he querido destacar a aquellos que para mí eran novedad. No he querido hacer 'la antología de la antología'. Estoy de acuerdo en que faltan algunos nombres, entre otros no sé si el mío. A pesar de lo variopinto y desordenado de lo publicado.