Come según la altura de tu saco de provisiones y camina según la largura de tus pasos.
. . .
No confíes en ningún príncipe, ni en la calma del mar, ni en el crepúsculo, ni en la palabra aduladora de una mujer.
. . .
La noche está embarazada del mañana, ¿quién sabe lo que dará a luz?
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