jueves, 7 de enero de 2010

'Trampolín etcétera'; Alfonso López, Bolo y Sergio Cruz Placer

Hay una trinidad non sancta que se da en llamar ABS. Pero éstos de frenar no saben; sólo saben acelerar, los condonedaos.

A, de Alfonso López; B, de Bolo (Hipólito García), y S de Sergio Cruz Placer. (Los conoces de películas como Reflex-iones Rock.)

Pues en la misma épica coral a la que nos tienen acostumbrados (que están empeñados en hacernos ver que las voces del coro a pesar del ruido y la confusión son distinguibles), han compuesto este libro.

A un poema de Alfonso sigue uno de Bolo al que continúa uno de Sergio, y así hasta el final (aunque es López quién cierra). Y eso sin declararlo explícitamente al mostrar cada texto, sólo al mirar el índice lo sabemos, si es que no somos lo suficeintemente perspicaces, que con leer un poema de cada uno se les identifica fácil.

En fin, no voy a hacer una crítica, os voy a mostrar algunos poemas de Alfonso, Bolo y Sergio incluidos en esta obra. Empezamos por Alfonso López. ¡Qué lo disfrutes! Por cierto, ¿a quién identifica cada luz de la trinidad lumínica automovilística y peatonal urbana?

El ataúd

Este ataúd que guardo en el fondo del pecho,
que late mientras desciende a cada golpe
al fondo de la tierra que lo niega;

este ataúd de segundos y tiempos ya gastados
al labur de otras alegrías y tristezas,
que no se cansa en repetirme boca, ojos, mirada,
brazos y el perfil amable de tu culo y de tu sexo;

este ataúd que al abrirlo abre un libro único
que desea cerrarse desde que tú
lo dejaste abandonado...

este ataúd que aguantará el perfil más duro del agua
y que, en cambio, se agrieta, se cuartea
con sólo un único embate de tu savia;

¿cuándo extorparé a este muerto,
a este despojo, este esqueleto
que me grita tu nombre a todas horas?...

Dime...ataúd, confiésame:
¿qué osario acogerá este hueso?

Ella crece


A Nick Drake

Ella crece en mí,
crece, lentamente,
día a día.
Con la lluvia, con el sol,
con el azul, crece.
Me llena y sigue creciendo.
Ignoro hasta dónde.
Crece incluso en mi srecuerdos,
en mi memoria
sin que le pertenezca.
Y dejo que crezca
como un árbol tan silencioso
que no ocupara espacio alguno,
que ni siquiera fuera palabra...
Ella crece, tan lentamente.
Y aunque no quiera
me devora,
y la dejo, complacido,
porque me llena,
porque me da sin darse
y es tan oscura y tan clara
que nunca sabré de ella.
Ella crece en mí
porque soy yo su alimento,
día a día,
y ella me olvida y para siempre...
porque aunque no lo sepa
ella crece en mí...
tan fuerte, tan intensa
que me duele tener sólo una vida
solo para recordarla.

Poemas de la semi independencia

Me traje la mesa, una cama sus sábanas, el colchón,
un cortaúñas;
me traje el cepillo de dientes,
las viejas gafas de repuesto
y ropa ya usada,
algunos libros, pocos,
y mi viejo cuaderno de poemas
donde apunto, en ocasiones,
ciertos ruidos que se me ocurren
a la vuelta del trabajo;
me traje fotos, la libreta de ahorros,
un par de condones
que aún n ohe utilizado,
la lámpara
la radio sin antena ni casete
pero que gorgotea músicas
letras que nunca volveré a escuchar,
me traje los papeles del médico
el certificado de que pertenezco a este mundo
algún muñeco
pero se me ha olvidado una cosa
que por más que la busco no la encuentro
y la busco
y n o me acuerdo.

Definición de felicidad

Dos escultores desnudos,
uno junto al otro
en el sofá tendidos,
observan el continuo hincharse
y deshincharse sin sonido
de una sábana enorme, blanca,
en el ático de enfrente.

La sábana que señala o muestra,
que ofrece su resistencia, su cuerpo,
que traza el perfil del aire,
parece que se va a echar a volar
como un vastísimo ser inmaculado.

Dos escultores desnudos,
uno junto al otro,
sobre el sofá acostados,
observan sus propios cuerpos
se desean
y se miran a los ojos
y al compacto y pétreo blanco
que recorta, en un diminuto parche,
frente a ellos
el azul claro
casi transparente
del cielo.

Poemas de Alfonso López en 'Trampolín etcétera'.

1 comentario:

alf ölson dijo...

Hola Jesús.
Gracias por citar este libro que estamos moviendo, como tú muy bien sabes, por el orbe lavapiesero.
También te agradezco haber traído tres de mis poemas (aunque con sus erratillas, conozco la vida de estas y son tan juguetonas que para qué te voy a contar...)
Espero que cuelgues alguno de Bolo y Sergio como dices, porque se lo merecen muy mucho.
Por cierto, Sergio es el verde; Bolo, el ámbar, y yo el Rojo. Así por lo menos nos colocamos en la Sala Triángulo.
Un abrazo muy grande, y nos vemos, espero, que muy pronto.
Alfonso.