Juntos
Contra el verde trasluz de la mañana
nos sentimos latir: latimos juntos
viendo la soledad, hundido el vuelo
del alma en el profundo
valle con sol por donde corre el agua,
por donde cruza el humo
blanco, los lentos trenes
que navegan el mundo...
Las jaras enternecen el recuesto,
el verdor inseguro
donde brota la intacta lontonanza
con inmediato júbilo
de aroma, y contemplamos
la dádiva de Dios, el viento lúcido,
la quietud en fragancia
del sol, su azogue rubio.
Todo yace dormido,
todo tiembla desnudo
e inocente, en tus ojos,
en mis ojos. Dios sabe nuestro último
pensamiento. Dios sabe nuestro nombre
dulcemente en lo oculto
de la distancia núbil
que se apaga en murmullos
de pájaros. Caminas
aladamente, y en el mar confuso
de luz y de hermosura derramada
respiras algo tuyo,
algo que da a tu sangre
origen fresco, mudo
sabor de mudas leguas,
divina posesión, gozo absoluto
de la distancia virgen,
del pinar soleado. Dios nos puso
dentro del corazón la tierra entera,
el agua, el sol más puro,
la clara orilla del amor primero,
la sal de su presencia, de algo Suyo.
Contra su dulce pecho nos sentimos
inmensos, juntos, juntos...
1 comentario:
Gracias por este poema de Panero, y por tu espacio que voy descubriendo.
Saludos..
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