martes, 11 de enero de 2011

Nuevos poemas de Chema Barredo en su libro 'Marea', el editor nos perdone

Duerme a los pies de los caballos

Duerme a los pies de los caballos,
en el sueño de la nube
y guarda la mirada
al abrigo de las sombras,
en el rastro lento del tiempo
que deja algún desconocido.

Cierra los surcos que señalan
los pájaros,
su vuelo es el desorden.
Condena la memoria
y busca el oro de la ausencia.

Recita los nombres escritos
en la vana geometría del espacio
y espera que la piedra se doblegue.


Enemigo en casa

Prometes que abrirás ventanas
a la luz, que expulsarás
las sombras del último rincón
y de vuelta al paraíso buscas
tu cita con la suerte,
pero tienes enemigos en tu alcoba
que duermen junto a ti
todos los días,
te silban la canción del guerrero derrotado
y tú escuchas los rumores de la noche,
al reloj que los mece y te advierte
en esa habitación oscura.

Tienes el tiempo en la cabeza
y duerme junto a ti, se abraza
con la áspera caricia del invierno,
tienes el miedo que lo sabe
y disfraza tu cuerpo cada día.


Llámalo muerte

Lo que llamas el final
te digo que es la muerte,
te digo que es la huella, los dientes en la piel
y avisa del futuro.

Si huyes el viaje será corto,
los pájaros lo saben
y vuelan en círculos,
lo saben los astros, el fuego,
la diagonal que cruza nuestra vida.
Todos presumen que su tiempo
son granos de arena entre los dedos.
Descubre el epitafio.

La música sospecha
y cierra la función con una nota breve
que deja vacío el escenario
y sólo nos queda un epílogo imposible,
gritar en la memoria, en el pasado.
No existe el infinito,
ni luces que no se apaguen nunca,
ni pactos con las sombras,
todos los libros, las palabras
traducidlas en signos.

Lo que llaman la paz definitiva
te digo que es la muerte.

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