lunes, 18 de abril de 2011

Sonetos de Gutierre de Cetina

Como teniendo en tierra bien echadas
las raíces un árbol se sostiene,
y como del humor que de ellas tiene
las ramas son criadas y guardadas;

como si le serán todas cortadas,
no por eso se seca o se detiene,
antes torna a brotar y a mostrar viene
otras en su lugar luego criadas;

así de mi esperar siendo cortado,
por la mano cruel de algún desvío,
con las ramas el fruto deseado,

de la raíz que está en el alma envío
humor a la esperanza, y, de obstinado,
con nuevas ramas a esperar porfío.

____________________________


El cielo de sus altos pensamientos
con las alas de amor ledo subía
Vandalio, y ni el peligro lo desvía
ni le ponen temor mil escarmientos.

Las nubes deja atrás, deja los vientos,
vencidos del valor de su osadía,
cuando de las palabras que decía
al sol, suenan acá tales acentos:

«Si fue temeridad, ojos del cielo,
osar tan sin valor volar tan alto,
sabiendo de Faetón el caso fiero,

consentidme una vez que sin recelo
mire vuestra beldad; después si el salto
viniera a ser mortal, mortal lo quiero.»

_____________________________

Y agrego a modo de apunte personal este verso suelto, lo único destacable del soneto al que pertenece:

el cielo, el aire, el mar, la tierra, el fuego.

No hay comentarios: