martes, 31 de mayo de 2011

'Cuna, rosas, balcón' en Sobre Cántico

Comenzamos, pues, la publicación de la parte tercera de 'Al aire de tu vuelo'. Jorge nos introduce en un bucle del que no vemos la salida: incia en el alba y cierra en la noche para recomenzar. Lo he dicho ya tantas veces: al incio y al cierre de cada apartado de 'Al aire de tu vuelo'.
Lo que quiero aportar al publicar este poema es un dato bien conocido por los estudiosos y amantes de la obra de Jorge: constituye uno de los cuatro poemas fundacionales de Cántico, allá por 1919. Y quiero dejar aquí también aquella primera versión, recogida en la revista La Pluma en su número 30, de 1922 (página 99). Van sendas.

CUNA, ROSAS, BALCÓN
(La Pluma, núm. 30, 1922, p. 99)

Carne rosa y alba
Del sagrado Niño,
Con risas calladas
En hoyuelos lindos.

Rosas, pero el alba.
Tan pura y alegre,
Albea la gracia
En cuerpo celeste.

Cual si iluminaran
Grosezuelas risas
A la luz del alba
Una rosa viva.

CUNA, ROSAS, BALCÓN

¿Rosas? Pero el alba.
...Y el recién nacido.
(¡Qué guardaba el alma!)
Follajes ya: píos.

Muelle carne vaga.
Sueño en su espesura,
Cerrazón de calma,
Espera difusa.

Rosas —para el alba.
Pura sí, no alegre,
Se esboza la gracia.
¡Oh trémulas fuentes!

Creaciones, masa,
Desnudez, hoyuelos.
La facción exacta
Relega lo eterno.

¿Ya apuntan, cerradas
Aún, sí, sonrisas?
...La aurora (¿Y el alba?)
¡Oh rosas henchidas!

Ciñéndonos al texto definitivo, observamos el inicio del bucle: niño, alba, alma...ahora ceñido al completo por un sólo poema. Como observara con anterioridad, va haciendo Jorge una labor de concentración al avanzar el poemario. En ese sentido, pues, Jorge insatisfecho con ¿su propia obra? No, con el lenguaje. Continúa afilándolo, haciéndole más incisivo y preciso. Su labor no es la de un poeta, es la de un científico.

Pero...ya te he dado mucha información, continuaré con este verso el próximo martes. Observa tú mismo las disimilitudes.

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