martes, 15 de noviembre de 2011

Noticia de Augusto Ferrán. Su poesía. (La pereza, 6)

LXXVI

Las florecillas alegres,        
¿por qué dices que no viven        
cuando ves cómo se mueren?        

LXXVII

No tengo nada completo:        
tanto le sobra a mi alma        
como le falta a mi cuerpo.        

LXXVIII

Adiós, marineros,        
buen viaje llevad;        
aquí me quedo solita y con penas        
grandes como el mar.        

LXXIX

Unas sé de donde vienen,        
pero otras no sé de dónde;        
y éstas son de mis fatigas        
las que voy sintiendo doble.        

Es en verdad doloroso        
verse, golpe sobre golpe,        
herido por una mano        
que entre las sombras se esconde.        

LXXX

Mi madre, mi pobre madre,        
me dijo más de una vez:        
«No basta que no hagas mal;        
es preciso que hagas bien.»        

LXXXI

Más que de mis alegrías        
soy avaro de mis penas,        
porque éstas a todas horas        
me hacen recordar aquéllas.        

LXXXII

¡Silencio!... que duerme        
mi madre la siesta:        
la pobrecita no duerme de noche        
para que yo duerma.        

LXXXIII

El agua menuda        
es la que hace barro,        
que el agua recia no deja señales        
por donde ha pasado.        

Las penas pequeñas        
son las que hacen daño;        
porque las grandes, o matan al pronto,        
o pasan de largo.        

LXXXIV

Aún estoy en el principio        
cuando ya pienso en el fin;        
por eso te digo a veces        
que es un tormento el vivir.        

Es un tormento el vivir,        
cuando el pobre cuerpo está,        
al principio de la lucha,        
rendido ya de luchar.        

LXXXV

Entre tanta y tanta estrella        
una solamente es mía,        
una no más... ¡y no es buena!        

LXXXVI

Mientras dura este vivir,        
¿por qué tener más deseos        
que los que se han de cumplir?        

Pienso en esto sin cesar        
al ver que siempre deseo        
lo que nunca he de alcanzar.        

LXXXVII

Por tan poco tiempo        
yo no sé qué hacer,        
si deje a un lado la puerta del mundo,        
o llame otra vez.        

LXXXVIII

No te doy mi vida        
porque es poca cosa;        
bastante tienes, si la llevas buena,        
con la tuya propia.        

LXXXIX

Estoy tan cansado        
que no puedo más;        
hasta el quererte, lo digo de veras,        
pereza me da.        

XC

Gracias a Dios que te veo        
sonreír, libre de penas,        
y, el corazón en la mano,        
ofrecerlo a quien lo quiera.        

Déjame decir al mundo        
que aún hay ventura en la tierra:        
ya que no tengo alegrías,        
quiero cantar las ajenas.        

XCI

Si no fue verdad, sería        
un deseo tan ardiente,        
que los besos y el abrazo        
te los di, aunque tú lo niegues.        

XCII

Yo me he gastado contigo,        
para ver si me querías,        
hasta lo que no he tenido.        

XCIII

Vete por el río abajo,        
y a la orillita del mar        
me encontrarás esperando.        

XCIV

Si corres tanto al principio,        
llegarás antes de tiempo        
al final de tu camino.        

Ve despacio, muy despacio,        
que el principio es lo mejor        
y también lo menos largo.        

XCV

¡Pensar y nunca sentir!...        
eso en la vida es lo mismo        
que principiar por el fin.        

XCVI

De tu huertecillo hermoso,        
las flores que más me gustan        
son las que cogieron otros.        

XCVII

¡Cómo he de sufrirte,        
mujer, de continuo,        
si muchas veces no puedo, aunque quiera,        
sufrirme a mí mismo!        

XCVIII

Cielo, estrellas, luna y sol,        
yo os contaría mis penas        
si tuvierais corazón.        

XCIX

Mientras su cuerpo dormía,        
su alma soñaba que el cuerpo        
nunca más despertaría.        

Hasta que llegó la muerte,        
y el alma siguió soñando        
y el cuerpo durmiendo siempre.        

C

¡Oh! Para herirme de muerte,        
es tan cruël como injusto        
herirme en los corazones        
donde yo puse mis gustos!

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