martes, 17 de enero de 2012

'Edelweis' e 'Inscripción funeraria', sonetos de Leopoldo Diaz (3)

EDELWEIS

Por abruptos peñascos circundada
La pensativa flor entre la nieve.
Abre el estuche de sus hojas, leve,
Semejando una estrella amortajada.

El beso triste de la noche helada
Sobre rígidos témpanos la mueve
Y su existencia, más que un sueño breve,
Expira con la luz de una alborada.

Como trémula virgen indecisa,
Ostenta grácil la nevada toca
Al roce gemebundo de la brisa.

Y su blancura sideral evoca
Un escorzo de pálida sonrisa
En el semblante adusto de la roca.

INSCRIPCIÓN FUNERARIA

Pasajero: no turbes mi placidez serena
Con libación inútil o sufrimiento vano;
El vuelo de las Horas me arrebató temprano
Como, al pasar, arrastra la brisa una falena.

Mi largo y dulce sueño no amargará tu pena:
Como de las cigarras el sibilar lejano
Se perderá en los aires todo gemir humano,
Rumor de espuma o dulce lamento de sirena.

Mas, si tu marcha sigues con rumbo a Mytilene,
Si ante mi hogar, un día, tu planta se detiene
Y cruzas los umbrales, y si mi madre llora,

Besa su frente donde crecieron albos lirios,
Ocúltale mi muerte, y engaña sus martirios
¡Diciéndole que habito las islas de la Aurora!

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