lunes, 23 de enero de 2012

'Observaciones y máximas de Blas' (7), de Noel Clarasó, Afirmaciones (II, y fin)

AFIRMACIONES (II)

Una de las ventajas del arrepentimiento es que no tiene efecto retroactivo.

¡Qué fácil es mostrarnos sinceros con aquellos de los que no esperamos ninguna ventaja!

Una fortuna no la goza el que la gana, sino el que la pierde.

Los parientes son muy útiles cuando se es viejo y no se tiene otra cosa que hacer.

Los gritos no convencen a nadie, pero desahogan el mal humor; de aquí que el que está de mal humor hace bien en gritar.

Sobre las buenas resoluciones pesa una fatalidad: uno las toma siempre demasiado tarde.

Siempre que se dice la pura verdad se molesta a alguien o se da la impresión de que se habla en broma.

La reina de las abejas es siempre una hembra, y el genio, en la especie humana, es siempre masculino; son cosas de la naturaleza.

Es fácil marcharse de un restaurante sin comer; pero el único mérito está en marcharse sin pagar.

Lo mejor para dar un salto mortal, es darlo mal.

El placer de llegar a un sitio desconocido no es nada comparado con el placer de marcharse de un sitio desconocido.

Si siempre leyéramos los periódicos con cinco fechas de retraso acabaríamos por dejar de interesarnos por todo lo que sucede en el mundo.

Cosas desagradables nos proporcionan el pan nuestro de cada día; y cosas agradables nos ayudan a digerirlo.

El autor que quiera ser leído ha de decir cosas sencillas que puedan interesar a las inteligencias comunes; al autor que no quiera ser leído, no.

Hay un arte más difícil que el de escoger los amigos, y es el de evitar que los amigos nos escojan.

Todas las vidas son ridículas si las miramos con los ojos abiertos y los oídos tapados; es como ver bailar sin oír la música.

Estamos hartos los unos de los otros, como de comer patatas; pero nos buscamos con afán porque no tenemos con que substituirnos.

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