viernes, 20 de enero de 2012

'Relato del augur(II-V)' y fin, poema de Rosario Castellanos que concluye 'Al pie de la letra'

RELATO DEL AUGUR

II

He aquí la heredad: el valle, el valle.
Cerros donde los dioses se quebraron las manos,
lava de las catástrofes antiguas.
La luz húmeda, siempre recién manada; el breve
espejo y el relámpago del agua.
Y sobre la extensión del aletazo
del águila y el pico
curvo y la uña rapaz.

III

Merodeamos en los alrededores
del pueblo establecido y las ciudades prósperas.

Comimos alimañas,
hojas inmundas,
moscos.

Acechador, ladrón, tal era nuestro mote.
(Y en silencio pulíamos la punta de la flecha.)

IV

Aguardamos el turno,
la hora de nutrir las potencias famélicas.

He aquí que el sol nos exigió tributo,
que la noche bramaba buscando su alimento.

Y fuimos laboriosos:
sacerdotes, artífices, guerreros.

¡Qué esfuerzo el de la piedra
cuando por su vagina transitaba
la arista ruda de la geometría!

¡Qué clamor el del tronco, cuando talado y hueco,
resonaba invocando a los divino!

En fiesta, en embriaguez, en frenesí,
dimos lo que teníamos: la riqueza y la sangre.

Y nos aproximamos
a la fija crueldad de la obsidiana
con el rostro cubierto por la piel
del enemigo muerto.

V

Lejos ondea el penacho
del capitán y hasta el confín de alarga
nuestro puño feroz y autoritario.

Las deidades descansan en nostros.
Mas ¿por qué este sabor caduco en nuestros cantos?
¿Por qué nuestros adornos se marchitan?
¿Por qué aun lo duradero nos predice
el fin de nuestro siglo?

Se multiplican voces:
del mar vendrá la tempestad. Del mar.

Ay, todo lo que vemos
tiene un temblor funesto de presagio.

¡Del mar vendrá la tempestad!¡Del mar!

No es mentira. No invento lo que digo.

Solo estoy recordando.

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