lunes, 13 de agosto de 2012

Poemas de 'La nieve horizontal de los vilanos' (2, y fin), de Emilio Pedro Gómez

Es feliz en el tacto.
Se crece en las caricias
le devuelven al tiempo de la espera
(cuando los segadores visitaban la casa
y asaltaban las eras -tan viriles-
y trillaban las mieses
vistiéndole de halagüeñas miradas).

Es generosa en besos
los da -transparente
        vendimia de mebrillos-
y los toma
como a quien hacen sitio junto al fuego.

Feliz instante
        el tacto.
Satisfecha, serena...
        a favor de la eternidad
da la vuelta a la página
del tiempo.

___

Los días por llegar
son días que vaciar.
No puede aprender nada.
Se pierde en las entrañas
del recuerdo
(miente a la realidad
por merecerlo).
El resto de su vida
ya ha pasado.
Tiene en los ojos un lugar
para morir.

___

Absorta
    interrumpida
avanza pasajera de un suspiro.
Una estatua de luz indefinida
aparece de pronto en la ventana.

Entre su cuerpo y ella
            hay espacios
que ya nunca respiran.

___

Sus piernas andan solas
sus manos hacen y deshacen solas
-celeridad atada a la quietud-
sus ojos miran solos
            (los pórticos del día
como círculos perdidos de la noche)
sus labios hablan solos
beben solos, suspiran solos
nadie gobierna
ninguna perspectiva los engrana.

Hay una zanja abierta
        en mitad de su frente
(se escucha agonizar un pensamiento
que cede prematuro en la otra orilla)
deja de respirar
        mientras respira
costumbres sin costumbre
            mansa nada.

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