Edenes perdidos
Cansancio y asfaltos incitan su huída,
nostalgia y ensueños forman su bagaje:
libertad posada en vientos azules,
locas tentaciones, soplos de coral...
Retorna a la mar -a su edén perdido-
lejos de las sierpes,
lejos de las trampas de la gran ciudad.
Regresa a sus aguas, escucha su voz,
cadencias de arena y ondas transparentes...
No quiere ser Eva, otro es su linaje
de sombras y arcillas,
oscuras corrientes trenzadas con sal...
Ayeres marinos en huellas de espuma,
cristales añiles, sendas sumergidas
en rutas profundas.
Edenes perdidos que teje la mar.
Como las aguas
Viene del mar con viento de corales
que van creciendo lentos en el fondo
de un submarino bosque de silencios.
Un susurro de anémonas y algas
se enreda a los pasos que acompasan
el eco ensalinado de sus huellas.
Tintinean sus estelas de tristeza,
en burbujas de escamas de sirena.
Como las aguas se distancia y vuelve
en lunares arenas y en mareas.
Cabalga en hipocampos de cristales,
sobre inconstante espuma rota en olas.
Torna para quedarse y se retira,
igual que juega el agua con las rocas.
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