miércoles, 17 de octubre de 2012

Un poema de 'Codex de los placeres y de los encantos'(2), Martín Rodríguez-Gaona

IV. ILUSTRE EN SANGRE, PERITO EN LETRAS, VALIENTE EN ARMAS

Y si salen con victoria los dan por valientes
y si mueren en ella los tienen por locos.

Sonaron palabras de nuevo nacimiento
pero el nombre del juego es nunca llamar
a las cosas por su nombre.
Erigirse como el punto más alto desde
una espléndida torre de lodo,
hasta que los ineptos vean
lo que tú y yo somos.

Bayly no cree en nada,
ni en la estrechez de corazón,
ni en la fatalidad de ser un maldito
sudaca:
toda su vida dedicada
a no bailar con los que sobran.

Fruta, la exportación mayor y el orgullo
de Chile
–desaparecieron los desaparecidos–
y llegan así a nuestras costas
supermercados y estafadores, agencias de banca
y prostitutas.

Jugoso contrato
lleva uno de los libros de Bayly al cine
(Drogas, sexo ligero, algún
apellido ostentoso)
después de recibir, en España, el premio
de novela Herralde.

‘Los Prisioneros’, ya olvidados, preferirían
que le otorgaran
algo que tuviese que ver con ellos.
Quizá el PlanETA.

Sigue, sigue adelante,
y no regreses,
fiel a tu vuelta
alrededor de las sábanas.

Sobre la mesa de noche, una lámpara
insomne y libros a medio leer
(‘Nada es lo suficientemente bueno,
ni siquiera yo mismo’).
En los cajones
ínfimos pedazos de papel
llenos de apuntes
en rápidos colores
acerca de imposibles temas,
el número que en sus manos pone
la suerte–

Sin grandes énfasis
y sin erratas, aquí
llegamos todos.

Con un mensaje al móvil,
amigos y noticias envueltos
en frases de escarnio
alcanzan a saludarlo: Tiempos
de mentira,
muerte y desesperación.

Aquellos que busquen la gloria
descubrirán sus nombres
entre horrores y estiércol.

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