El caso es que no hay manifestación cultural sin pasado, sin referencia a la tradición, o elaboración misma de esa tradición, que es a los autores a quienes nos correosponde hacerla, no a los críticos ni los estudiosos. Pero es también el caso que a veces nos cuesta distinguir el homenaje del plagio. Y aquí Franquin e Ibáñez.
Uno de los personajes de Franquin, Tomás el Gafe, parece haber sido fuente de inspiración muy frecuente para mi querido Ibáñez, que ha empleado sus gags (y calcado personajes) para Mortadelo y Filemón y, sobre todo, El Botones Sacarino.
En fin, no me voy a prolongar sobre algo que está muy bien documentado en otro blog, En Todo el Colodrillo, sino que me limitaré a daros algunas muestras selectas de entre las pocas que he tenido paciencia para leer, que me ha dolido.Te repito, y me repito, el enlace a En Todo el Colodrillo en que encontrarás 40 casos de los que aquí estraigo unos poquitos. Te deseo que los disfrutes sin dolor.
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