martes, 21 de mayo de 2013

Poema de José Almendros en "Nostálgicas", publicado en 1898. Hoy "El brindis". Y fin al recorrido por el libro

EL BRINDIS

El sol descendía; dormíase el viento,
    la tarde al caer,
al triste paisaje monótona daba
    glacial palidez.
   
—¡Brindo!...—dijo uno levantando el vaso,
    ¡por lo que aún no es!...
Por la luz radiante que en la tierra vierta
    cada amanecer.

Por las noches mudas a que den los astros
    vaga placidez;
por los no nacidos pensativos ojos
    a que encanto den.

Por lo que de dicha con feliz promesa
    un día ha de ser,
hoy sin la amargura de lo que es y pasa,
    de lo que antes fue.

Por lo que aun sin forma de la vida breve
    próximo al dintel,
en la nada hundido sin saberlo espera
    de venir su vez.

Sólo es venturoso lo que no es llegado,
    lo que solo aun es,
ilusión, promesa, porvenir, mañana,
    esperanza, fe.

Por lo que se anuncia, por lo que consuela,
por lo que se aguarda, por lo que se anhela,
    ¡brindemos!...
            Brindé.

***

El sol inflamando la cumbre del monte
    caía tras él,
rojizo alumbrando del mudo paisaje
    la inerte aridez.

—¡Brindo!...—dijo uno, por lo que ahora vive
    por cuanto ahora es,
y sobre la tierra palpitando vibra
    su final sin ver.

Por los ebrios labios cuya angustia auyenten
    labios de mujer,
y al amor que en torno sobre el llanto humano
    vierta su embriaguez.

Por cuanto se agita, sin mirar de dónde
    vino, ni por qué
y su rumbo sigue sin mirar tampoco
    dónde ha de caer.

Sólo es venturoso lo que vive y siente
    si forzoso es,
y el dolor ahogando, bébelo en el frágil
    vaso del placer.

Brindo a cuanto existe bajo el amplio cielo
    y aún su fin no ve,
por lo que pasando lo demás olvida;
por el rumbo incierto de la breve vida;
    ¡brindemos!...
            Brindé.

***

El sol trasponía la cumbre lejana;
    muriendo con él
con muda tristeza borrándose, iba
    un hoy al ayer.

—¡Brindo!—dijo aún otro, por lo que es y pasa,
    por lo que antes fue;
por cuanto desciende sin saberse dónde
    para no volver.

Por lo que rendido de la vida al peso
    descansó después,
o dejó una estela, vibración o grito
    de llanto o placer.

Por lo que sin rastro, más feliz acaso
    descendió a su vez
de olvidadas tumbas al abismo oscuro,
    que borró su ser.

Solo es venturoso lo que nada siente,
    lo que nada es,
y con el recuerdo del placer huido
    vive en el ayer.

Yo brindo por todo lo que al sueño vuelto
    nunca vuelve de él;
a lo que descansa, por lo que reposa;
por el lecho eterno de la eterna fosa;
    ¡brindemos!...
            Brindé.

***

La sombra crecía; la noche serena
    tendiéndose en él
al vasto paisaje fatídica daba
    mortal lobreguez.

Miráronme mudos; la frente caída,
    notándolo, alcé,
llené lento el vaso mirando en las sombras
    y dije también:

—Todo al soplo llora de la vida breve
    siendo como es...
Solo es venturoso lo que nunca ha sido
    lo que no ha de ser.

Yo brindo por todo lo que nunca sea
    lo que nunca fue...
por lo indefinido que jamás se nombra:
por la nada eterna... por la eterna sombra...
Yo solo brindé...

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