jueves, 12 de septiembre de 2013

Algunos poemas de Andrés Mencía

El vencedor
es el error
más racional
de la guerra,
el que la hace
de verdad inútil.

Lucifer gritando
y Lucifer huyendo.
¿Pero quién se inventó
que tú
inventaste el mal?
Lucifer aplastado
por misiles tomahawk
y bombas de fragmentación.
El origen del mal
no era el infierno:
el cielo
era el origen.

Mi pie izquierdo no volverá a patear las piedras tranquilas
ni mi espalda se rascará otra vez en una esquina o árbol,
no volverá mi mano a llamar a tu puerta para pedir la llave
ni mi voz escupirá otra vez contra los cielos,
me haré más discreto para no ser tan gilipollas
y no dejaré heridas en los territorios que me acogen,
ni heridas ni memoria,
esas huellas inútiles.

Una llama
como una torre
es ese cedro,
no te muevas de ahí,
repica esa campana,
o mejor,
no te muevas,
no rompas
la indiscreción
de los mirlos
y el cuco,
mira
o no mires,
pero sigue en la copa,
eres tan numeroso
en este vértice,
es tan inmenso el mundo.

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