martes, 24 de septiembre de 2013

María de Zayas y Sotomayor en sonetos

Los tres sonetos de María de Zayas y Sotomayor (1590-1661) que siguen los extraigo de su obra dramática La traición en la amistad.Para más información, sobre la autora, consultar Wikipedia, y, para más contenido, la Biblioteca Virtual Cervantes, aunque pronto te daré aquí su obra de teatro.

Goce su libertad el que ha tenido
voluntad y sentidos en cadena,
y el condenado en la amorosa pena
al dudoso favor que ha pretendido.

En dulces lazos pues leal ha sido,
de mil gustos de amor el alma llena,
el que tuvo su bien en tierra ajena
triunfe de ausencia sin temor de olvido.

Viva el amado sin favor, celoso,
y venza su desdén el despreciado;
logre sus esperanzas el que espera.

Con su dicha se alegre el venturoso
y con su amada el vencedor amado,
y el que busca imposibles, cual yo, muera.


Amar el día, aborrecer el día,
llamar la noche y despreciarla luego,
temer el fuego y acercarse al fuego,
tener a un tiempo pena y alegría.

Estar juntos valor y cobardía,
el desprecio cruel y el blando ruego,
temor valiente, entendimiento ciego,
atada la razón, libre osadía.

Buscar lugar donde aliviar los males
y no querer del mal hacer mudanza,
desear sin saber qué se desea.

Tener el gusto y el disgusto iguales
y todo el bien librado en esperanza,
si aquesto no es amor, no sé qué sea.


Gallarda condición, Cupido, tengo,
muchos amantes en mi alma caben,
mi nuevo amartelar todos alaben
guardando la opinión que yo mantengo.

Hombres, así vuestros engaños vengo;
guardémonos de necias que no saben,
aunque más su firmeza menoscaben,
entretenerse como me entretengo.

Si un amante se ausenta, enoja o muere,
no ha de quedar la voluntad baldía,
porque es la ociosidad muy civil cosa.

Mal haya la que solo un hombre quiere,
que tener uno solo es cobardía;
naturaleza es vana y es hermosa.

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