martes, 8 de octubre de 2013

"Cual sin arrimo vid; cual planta umbrosa..." y "Mil veces callo que romper deseo ...", sonetos de Francisco de Aldana

Cual sin arrimo vid; cual planta umbrosa,        
viuda del ruiseñor que antes solía        
con dulce canto, al parecer del día,        
invocar de Titón la blanca esposa;        

cual navecilla en noche tenebrosa,
do el gobierno faltó que la regía;        
cual caminante que perdió su guía        
en selva oscura, horrible y tenebrosa;        

cual nube de mil vientos combatida;        
cual ave que atajó la red su vuelo;
cual siervo fugitivo y cautivado;        

cual de peso infernal alma afligida;        
o cual quedó tras el diluvio el suelo...;        
tal quedé yo sin vos, hermano amado.


Mil veces callo que romper deseo        
el cielo a gritos y otras tantas tiento        
dar a mi lengua voz y movimiento        
que en silencio mortal yacer la veo;        

anda, cual velocísimo correo
por dentro el alma, el suelto pensamiento        
con alto y, de dolor, lloroso acento,        
casi en sombra de muerte un nuevo Orfeo.        

No halla la memoria o la esperanza        
rastro de imagen dulce o deleitable
con que la voluntad viva segura;        

cuanto en mí hallo es maldición que alcanza,        
muerte que tarda, llanto inconsolable,        
desdén del cielo, error de la ventura.

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