lunes, 8 de septiembre de 2014

Versos de Ana Martín Puigpelat en "Apuntes para un génesis". Ana Martín Puigpelat nos acompañará en Diversos el próximo lunes 15 de septiembre


Del mar nace la espuma,
de la espuma el deseo.

Desollará la roca
y poco a poco playas
en las que descansar.


¿Será el hombre uno más,
un animal cualquiera?

Creo que le pondré pedazos de mi piel
y un toque de perfidia
no sé dónde.

Inventará lenguajes.


El cielo es una masa de ignorancia.

La moldeo en estaciones.

A un lado dejo los segmentos
para posibles tiempos de tormenta.

El resto es sólo un humo inabarcable,
serán tamiz de luz
o donde el hombre busque procedencia
cuando ya pierda pelo.

No es fácil la tarea
de crear un espacio
donde albergar los sueños.


Estoy abriendo surcos en la tierra
para imponer al agua su camino.

[Al animal le surcaré la carne
y tendrá el mar intonso en una víscera
capaz de cualquier ritmo.]

El agua avanza y me sacude,
me ayuda en la tarea.
Luego haré que se caiga desde el cielo,
la lluvia descompone la armonía
-como la libertad-
mas será necesaria e indulgente.

Me niego a delinear, al paralelo,
actúo por antojo,
habrá surcos pequeños que atraviesen
y regarán al árbol, la semilla,
al pie de algún mortal.

Ahora emprendo un surco
de dimensión mayor a sus iguales
y a sus laderas todo va a crecer.


Habrá una luz directa
que avisará a la vida.

Habrá una luz muy tenue
que invitará al descanso.
Será el poder de la tiniebla:
allí reinará el lobo con el miedo.


Hoy dejo grandes masas con arena,
y semejan las curvas
que en su cuerpo tendrá a la tarde el hombre.

Pero no son fieles,
se mueven en constante en armonía
para formar un ser distinto
a cada instante.

Todo tendrá un eterno desplazarse,
la inmanencia.

Quizá, algún día,
algo por sí sólo
se empeñe en perdurar.


La voz es como un don ilimitado.

No lo doy,
no lo tengo.

La voz es el sonido
y es la luz,
cuando todo esté oscuro
recurrirán a ella
para saber que existen.


Busco formas distintas para amar.

Aprendo que la geometría
es una ciencia diferente.


He decidido hacer
con la roca
bocetos sorprendentes.
Me divierte mirarlos,
ponerles un acento.

¿Podré llamar a esto de algún modo?
¿podré llamarme artista?


Observo ahora a la madre,
está muy dolorida.
Lame la sangre muerta
y da su leche a la criatura.

Engranaje perfecto.

Aún no he decidido
si esto es principio o fin.


Escuchar el idioma de los pájaros
o el reptar sigiloso del insecto.

Confundo tanta lengua
en una melodía por el aire.

Es una razón más de mi egoísmo:

no quiero que se entiendan,
no quiero más silencio.


Derramo mis deseos
sobre la unión de todos los colores.

La tristeza también.


Las venas de la tierra llevan agua
para que viva el mundo.

Los seres tienen ríos de sangre laboriosa
para vivir el mundo y caminar.

La letra:

mitad agua
mitad sangre.


De todas las criaturas,
el árbol es, sin duda, la más fuerte.

Pervivirá en el siempre:
sabe guardar silencio.


Hoy he llorado al ver a la serpiente.

[Nueva selección de versos de Ana Martín Puigpelat, el próximo miércoles, 10 de septiembre, a las 6 de la tarde. ]

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