martes, 5 de octubre de 2010

Unos versos de Javier Rico Suardiaz

Manuel y el romanticismo
Ahora mismo digo
lo que he oído decir a otros
con la expresión de sus ojos
vueltos.

Antonio Cillóniz

He caminado por las mismas calles
que otros muchos recorrieron.

He cantado a la misma luna
que tantos poetas muertos.

He nadado en las aguas del río
que alimentó a mis abuelos.

He entrado en los mismos bares
y he salido igual de ciego.

He oído en tus ojos tristes
el eterno no te quiero.

He alimentado con versos baratos
mi amor. ¡Vaya un invento!

Al fin lejos he marchado
como tantos a un destierro

buscando a tientas esperanzas
que arrastra un viento perpetuo.

Todo lo que ahora te digo
es la huella de un silencio.

Todo lo que ahora escriba
fue escrito hace mucho tiempo.

Lamento no ser un poeta.
Reinventar el universo

para ti. Qué nada quede por decir
sobre el amor. Lamento

que basten cuatro palabras
para decir lo que siento.

Pero bastan y es así:
Eres todo cuanto quiero.

El resto es gente y es nada.
De nada me sirve el resto.

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