martes, 31 de julio de 2012

"Confusión de peligros..." y "Que como su amor...", sonetos de Quevedo

Confusión de peligros contemplando la hermosura de quien los causa, y consuelo en el riesgo mayor

No lo entendéis, mis ojos, que ese cebo        
que os alimenta es muerte disfrazada        
que, de la vista de Silena airada,        
con sed enferma, porfiado, bebo.        

Sólo de mí os quejad, que sólo os llevo
donde la alma dejáis aprisionada,        
peregrinando, ciegos, la jornada,        
con más peligro cada vez que os muevo.        

Si premio pretendéis, sois atrevidos;        
y si no lo esperáis, desesperados;
cautivos si miráis, si lloráis tristes.        

Bien os podéis contar con los perdidos;        
pero podéis perderos consolados,        
si la causa advertís por que os perdistes.


Que como su amor no fue sólo de las partes exteriores, que son mortales, ansí también no lo será su amor

Que vos me permitáis sólo pretendo,        
y saber ser cortés y ser amante;        
esquivo los deseos, y constante,        
sin pretensión, a sólo amar atiendo.        

Ni con intento de gozar ofendo
las deidades del garbo y de semblante;        
no fuera lo que vi causa bastante,        
si no se le añadiera lo que entiendo.        

Llamáronme los ojos las facciones;        
prendiéronlos eternas jerarquías
de virtudes y heroicas perfecciones.        

No verán de mi amor el fin los días:        
la eternidad ofrece sus blasones        
a la pureza de las ansías mías.

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