lunes, 29 de abril de 2013

Poesía ultraísta, "Ajajá!" y "Elogio del pitillo de 0,50", poemas de Alfredo Marqueríe

AJAJÁ!

Con tu mirada
me haré un alfiler
para la corbata.

Prenderé el clavel
de un suspiro tuyo
en mi solapa.

Y pondré al reló
el colgante trémulo
de tu carcajada.

¡Ya estás toda en mí:
Risa
    y suspiro
         y mirada.

[ELOGIO] DEL PITILLO DE 0,50

Pitillo de cincuenta:
mercenario de todos,
lanzadera
en la mano del necio y del filósofo,
del proletario y del poeta.

Enciéndete en la yesca de esta rima,
(para el tonto, plebeya;
para el crítico, cómica;
para el hermano, seria).

Como en las aleluyas de colores
naciste en hora buena;
capricho entre los dedos juguetones
de una castiza cigarrera
que pellizcó el montón anónimo,
regalo de la América.

Con tu tosca camisa, buen soldado,
que aguarda estoico el fin
con otros diecinueve hermanos.
¡Qué triste simbolismo!
los quintos... un paquete de cigarros.

Pitillo de cincuenta,
buen compañero, pájaro
que, con su jaula de papel comprara
en el jardín barato
-fragancias cosquilleras y picantes-
del estanco.

Pitillo de cincuenta:
maravilla en el tedio y el cansancio,
y sosiego en la cólera,
y paz en el dolor, y en el trabajo.
¡Da al alma una alegría verbenera
el tobogán de tu humo blanco!

Fumé el primer pitillo
en una tarde memorable,
ante el asombro de los otros chicos.
Y, como era a escondidas,
al salir a la luz me sentí cínico.

Y su lumbre bermeja,
en medio de lo oscuro de la noche,
jugaba a ser estrella.

Pitillo de cincuenta,
filósofo solmemne que declamas
cómo del sueño y del suspiro quedan
lo que de ti: colmados ceniceros,
pavesas.

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