52
Séptimo
ritual
Cantamos,
nos damos la luz,
llenamos de rosas
la recóndita gruta.
Nuestro breve camino
ha sido largo,
ha recorrido el arco
del no saber al no saber,
el arco que no se aparta
del inmóvil punto
y no cesa de avanzar
hacia sí mismo.
Los ondulados campos
laten con todo el esplendor
de un mar que mece la luna
o el mundo dormido en su seno.
También nosotras
vestimos túnicas blancas,
mientras tejen las sombras
la urdimbre del extrañamiento.
Y cantamos,
toda la noche cantamos,
nos damos la luz,
con la blancura
de nuestro gesto.
___
En el umbral oscuro la copa destelló
y en mi mirada se adentró
la filigrana de la plata.
Bebe -dijo su portador-.
Y bebí sus ojos en el vino.
Y bebí el vino en sus labios.
Y él bebió sus labios en los míos.
Y encendió las velas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario