jueves, 10 de junio de 2010

'Sala para fumadores', poemario póstumo de Nicolás Valencia Redondo (7)

Y LO QUE VINO DESPUÉS

Los ojos del agua
¿Qué dolor es ese que busca ahora
el refugio en la teoría?
¡Qué ilusión en la palabra,
cuando jamás supe su significado!
De todas las noches de insomnio
me quedo con las horas tendido junto a vosotras,
de todas las orillas que llaman al náufrago desesperado
prefiero ese abismo de aguas revueltas
que son vuestros besos cálidos, sinceros
para no vivir sobre la arena seca,
para no ver ahogándose a mi compañero,
para irme con él a la ciudad subacuática y
encontrarme de nuevo en vuestro pecho herido.

Tu voz
¿Es necesario?
¿Es necesario que te alejes del bosque
para que las palabras rasguen tu vientre
y los caminos espolvoreen maliciosos su arena en ti?
¡Oh!, es necesario tu silencio ancho y tus pies ligeros,
pues de la fuente ya surgió la última gota y
se la bebió un gorrino salvaje.
Pero es necesario que vuelvas y nos lo cuentes,
para que las rocas que vigilan este bosque
/se resquebrajen
y permitan correr libre el agua que te atraviesa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡bonito poema!!
refleja un gran sentimentalismo y una gran claridad, emocionaria a cualquier persona, siga asi compañero